El fluido de la sangre se sentía exquisito y relajante mientras me alimentaba de un oso panda, su sabor era exquisito… tan perfecto, era para los humanos cenar en el mejor restaurante, deje caer el puma, ya su sangre comenzaba a enfriarse, seque mis dientes con mi lengua, mire el estrecho bosque, el olor a lodo mojado estaba esparcido por todo el lugar…
Había dejado a Jake en el hotel para salir a alimentarme, recodaba su cara de horror y asco, Salí disparada del bosque para ir al hotel, como era comun todos me observaban con los ojos muy abiertos, si Jake estuviera con migo, estaría muriéndose de la rabia y celos, pase el umbral de la puerta, se encontraba en el teléfono, mientras conversaba a voz baja, solo asintió tristemente y me observo directo a mis ojos, derritiéndolos con los míos
- Es hora de irnos – comenzó a decir mientras preparaba la maleta, su cuerpo estaba rígido…
- ¿Qué ha pasado? – indague preocupada
- Los volturis están cerca, tenemos que regresar
Yo solo asentí, aunque él no me observaba, quizás esta iba a hacer la última vez que vería sus ojos, la última vez que sentiría sus calientes labios en los míos ¿entonces porque desperdiciar la oportunidad? Me acerque a el y lo abrace por la espalda, aferrándome a ella
- Te necesito – el sabia a que me referiría, solo quería tener mi ultimo momento con el…
Jake se volteo y hundió sus dedos en mi cabello, acercándome a su rostro lentamente y besando mis labios tan lento… como si no quisiera que terminara…
El cielo empapado se reflejaba por el ventanal del porche amarillo de Alice, las nubes… una ligera lluvia comenzaba a caer, el auto llamo la atención de todos los habitantes de forks, no quería regresar… me sumergí incomoda en el asiento, no quería enfrentarme a mi familia y tampoco a los volturis, ¿pero que otra cosa podía hacer? No podría esconderme para toda la vida, Jake toco ligeramente mi mano, suspirando con desdicha
- Estaremos bien, y sobre nuestra familia… nos entenderá – era como si hubiera leído mi mente
- Eso espero
Mire mi anillo de compromiso en mi dedo color tiza, el brillante brillaba por unos pequeños rayos de luz que comenzaba a filtrarse en la ventana, quise quitarme el anillo y esconderlo, pero Jake se podría muy enojado, ya era suficiente con migo.
- ¿le diremos…? – comencé a decir mientras alzaba mi mano mostrando mi anillo, el sonrió
- ¿Por qué no? – la respuesta en mi mente disparo hacia Renesmee
Llegamos a mi casa en solo segundos, era un auto maravilloso, pude sentir la fluidez y olor de muchos vampiros, aromas conocidos y aromas jamás sentidos. Jake arrugo la nariz
- Tendré que acostumbrarme – sonrió mientras envolvía su mano en la mía, en un solo lazo, subimos la escalera lentamente, estábamos a punto de tocar y Alice abrió la puerta con una radiante sonrisa
- ¡están de vuelta! – sonrió mientras miraba con curiosidad mi mano, el anillo comenzaba a pesar como hierro mientras entrabamos, el lugar estaba atestado de vampiros, el clan irlandés, los rumanos, los Egipcios, y tantos mas… había quizás mas de 40 vampiros, unos conocidos y otros que jamás había visto mis ojos, todos observaron con curiosidad a Jake, algunos postrando su mirada con desagrado, Carlisle se encontraba a un lado con esme y algunos vampiros conversando animosamente, bella y Edward estaba con emmett y tanya donde emmett la envolvía en un fuerte abrazo, sonreí, por lo menos estaba bien, busque con la mirada a mi sobrina, estaba sentada en el mueble sujetando la mano de Nahuel y con una sonrisa remarcada en su labio mientras observaba la pantalla del televisor
- ¡hola! – nos saludo emmett con la mano – estas aprendiendo perro… - comenzó a cotillear emmett mientras le daba un codazo amistoso, Jake sonrió
- ¡has vuelto! Te he extrañado – bella se lanzo a mis brazos
- La pase genial
- Eso veo – sonrió
Carlisle y esme me abrazaron de manera abrupta apretándome fuertemente, como si me hubiera ido por años
- Te he hemos extrañado
- ¿Qué ha pasado?
- Los volturis ya están cercan, vienen… mañana – respiro melancólicamente Carlisle
- Estaremos preparados – sugirió Edward
- Tanto tiempo sin verte Rosalie – dijo una voz detrás de mi
- ¡Carmen! Es un gusto verte
Los saludos comenzaron rápidos y agotadores, era difícil saludar a mas de 40 vampiros en la casa ¿Cómo llegaron tanto? Salude a todos de manera cordial, Renesmee ni siquiera me observo al cruzar el umbral de su puerta ¿acaso me odia? Pensé tristemente
Edward negó con la cabeza
- Dale tiempo – fue su respuesta rápida y silenciosa
- No quiero que me odie Edward, lo lamento…
- Lo se, no te alarmes, las cosas saldrán bien
- No quiero perder a mi familia – pensé en los rostros amistosos y agradables de los miembros de mi familia – los amo a todos, he incluso a ti tarado
El rio bajo
- Lo sé, también te quiero
Observe de nuevo a Renesmee, ella observaba a Jake mientras la mirada de el se clavaba en sus ojos, pude sentir una oleada de celos y rabia, pero me contuve.
Mire a Jake de reojo y me encamine a la salida, era obvio que aun sentía algo por ella ¡que es lo que no entiendo! ¿Por qué tengo que sentir este sentimiento de culpa? Baje las escaleras de la casa y me senté en una roca cerca del bosque, observe de nuevo mi casa, mi hogar, el único hogar que podía tener, las únicas personas en quien podía confiar, mi mente comenzó a navegar la ultima vez que había visto mis ojos humanos, mi cabello humano… cerré los ojos con fuerza, no era que odiaba este camino, pero solo quería tener una vida normal casi… humana. Tener a mi esposo e hijos dichosos cada día con una abrazo y esplendidas sonrisas… mire por el cristal de mi casa… hasta que de pronto pude sentir un olor familiar pero a la vez tan diferente… ¡no puede ser! Me levante rápidamente y girando para observar a mi enemigo, a mi atacante, sus rostros estaban fríos, repulsivos, llenos de rabia y odio, como siempre lo habían expresado, sentí por primera vez en mis siglos un miedo que corrió desde mis pies hasta mis cabellos, aferrándome a los recuerdos, lo único que podía tener el recuerdo de los momentos de Jake se reflejaron en su mente, tan precisos y fugases, como una rosa, los pétalos estaban en su lugar, mostrando su brillo… así se sentía, pero la rosa comenzó a iluminarse de una oscura y fría oscuridad, deteniéndose para recibir cada cuchillazo de la vida y el destino, sin remedio a nada
Su mirada era como vidrios incrustados en una piel humana, desgarrando el dolor, mientras en su rostro pálido comenzaba a formarse una línea tensa como una sonrisa diabólica, la mirada se cruzo por mis ojos, observe sus ojos rojos como llama, era solo una niña, pero con mas guardias, no preste atención al publico, tense mi sonrisa y me coloque en posición de ataque.
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