Ajenos al destino (+18) ©

Autor: vickoteamEC
Género: General
Fecha Creación: 12/09/2011
Fecha Actualización: 14/02/2012
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 164
Visitas: 72691
Capítulos: 20

 

¡FINALIZADO!

Isabella Swan, una exitosa empresaria decide dar un giro a su vida mudándose al pequeño pueblo en el que vivió cuando era niña.

Tras un gran agotamiento físico y mental; decide dejar a cargo de sus negocios a Ángela, su mejor amiga y socia. Y retirarse del ajetreo, las prisas y la adicción al trabajo que le ocasiona su vida en la gran manzana. Deja atrás computadoras, teléfonos celulares de última tecnología y coches modernos; para ahora enfrentarse a biberones y pañales. Entrega solicitud en una importante agencia de niñeras en Port Angeles, en la que es aceptada de inmediato.

Tras el inesperado cambio, toma la decisión de vivir de nuevo con su padre en el pequeño pueblo de Forks y retomar su antigua vida entre las montañas y los bosques.

El destino le tiene preparadas muchas sorpresas, entre ellas una pequeña que deberá cuidar como parte de su trabajo y que la hará retomar el curso de lo que, según ella, estaba en el pasado y jamás volvería a ocurrir.

 

*******************

Los personajes (y todos sus derechos) son propiedad de Stephenie Meyer. Sólo la trama es de mi creación.

 

PROTEGIDO POR REGISTRO DE DERECHOS DE AUTOR  SAFE CREATIVE

 

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Capítulo 16: NECESITO TU AMOR

 

 

Capitulo 10

FINAL


 

HOLA!!!!!!!!!!

SÓLO UNA CANCIÓN, POR ÉSTE CAPI Y POR TODA LA HISTORIA


*Unchained melody - Righteous brothers


CHEQUEN LA NOTA AL FINAL!!

GRACIAS!!!

BESOS DE BOMBÓN

 

**********************

 

Victoria se instaló en su casita rentada, acostó a Allie y se dispuso a empacar todo para regresar a Nueva York. El auto estaba cargado, tenía sus papeles y los de la niña en regla y anhelaba estar por fin junto a James. En el fondo, reconoció que le había dolido ver el rostro desencajado de Bella cuando fue por Allie a su casa; a pesar de haberse mostrado totalmente arrogante y egoísta, estaba exuberante de felicidad porque podría estar al lado de su hija, por fin. Tenía mucho tiempo deseándolo. Después de ver un rato cómo dormía la pequeña Allie tomó su teléfono y marcó a su amado James.

-¿Diga?-contestó él casi instantáneamente.

-Es nuestra- dijo Victoria triunfal.

-¿Qué?

-Ahora mismo salimos rumbo a casa.

-Victoria… debiste esperar a que pudiera acompañarte. Voy a tomar un vuelo a Nueva York y…

-No te preocupes, James. Te estaremos esperando.

-No importa, iré en este momento. Quiero que me cuentes cómo fue todo.

-James, está entrando otra llamada- informó victoria.

-Ok, nos vemos luego.

-Claro, nos vemos.

-Victoria…

-¿Sí?

-Te amo. Gracias.

-Yo también, James. Después hablamos- James colgó y ella tomó la otra llamada -¿Sí?

-Hola, amiga- dijo la voz de Tanya al otro lado.

-Hola, ¿cómo va todo?

-Estupendo. Ya nada podrá detener el fracaso de Bella, mañana mismo declararán el cierre definitivo de su empresa. Así podré quedarme con sus clientes y me la quitaré de encima. Ahora dime, ¿cómo van las cosas contigo?

-Excelentes.

-¿Excelentes? ¿Eso qué quiere decir?

-Allie ya está conmigo.

-¡Felicidades! Eso es  una muy buena noticia. Mañana tenemos que salir a celebrar nuestro triunfo.

-Claro, como quieras- dijo Victoria.

-Me tengo que ir, tengo que dejar todo perfecto para mañana. Te veo pronto.

-Por supuesto, adiós.

Dicho eso, Victoria tomó a Allie en brazos y las instaló en el auto en el único lugar disponible, a un lado de ella. Condujo rumbo a Seattle, pero no iba ni a la mitad de Forks cuando Allie despertó y comenzó a llorar de nuevo. Entre sus intentos de hacerla callar, Victoria viró el volante en sentido contrario, salió de la carretera y descendió por el bosque hasta que se impactó contra algo. El llanto de Allie, sus intentos desesperados por salir de ahí con su hija entre los brazos y la confusión se hicieron aún más intensas cuando todo se volvió una nebulosa gris.

*

*

*

Mientras veía por la ventana del coche, Bella no hacía otra cosa más que desear llegar de una vez al hospital. Edward hacía lo que podía, aunque conducía como loco, por primera vez Bella deseó que fuera más rápido. No le preocupaba su bebé, sabía que estaba en buenas manos, lo que me la tenía tan ansiosa y jugando desesperadamente con sus manos era saber qué la había pasado a la pequeña Allie, si estaba bien, si estaba llorando o si tenía frío. Unas cuantas lágrimas comenzaron a salir, las limpió con la mano mientras trataba de recordar la hermosa sonrisa de su pequeña Allie. Edward frenó en seco, el auto se tambaleó, se detuvo de golpe y ella tuvo que sostenerse del asiento para no estrellarse contra el vidrio de la ventana.

-Lo siento, no me fijé que ya iba a cambiar el semáforo- se disculpó Edward. Ella no contestó nada y miró fijamente la luz roja, contando en cuenta regresiva para que cambiara –No te preocupes, ella TIENE que estar bien- dijo él tomando una mano entre la suya, lo miró y apretó su mano. El semáforo cambió y reanudaron el agitado viaje.

Cuando llegaron al hospital, entraron corriendo preguntando por el doctor Carlisle Cullen, les dieron indicaciones y corrieron por los pasillos hasta que llegaron a una central de enfermeras en donde él estaba leyendo y firmando unos papeles. Bella llegó a su lado primero que Edward.

-Carlisle. ¿Qué pasó? ¿Cómo está? Quiero verla- dijo agitada y desesperada. Él la tomó del brazo en un intento por tranquilizarla.

-Bella, no te preocupes ella está estable. Ahora están tratando de…- ella estaba poniendo atención a sus palabras, pero un grito que conocía muy bien llamó su atención. Sin dudarlo dos veces corrió en esa dirección.

-Bella, espera. ¡Bella!- los gritos de Carlisle no la detuvieron. Continuó corriendo por todo el pasillo y abrió de golpe  la puerta de la sala de emergencias, en uno de los cubículos estaba Victoria sentada en la camilla con Allie entre sus brazos, la niña tenía una cortada en la frente, había un poco de sangre y se removía inquieta mientras lloraba y le gritaba a su mamá.

-Señora, necesito que la tranquilice para aplicarle la vacuna y limpiarle la herida- pidió la enfermera.

-Oh, mi amor- Bella sollozó corriendo a su lado.

En cuanto estuvo frente a ella, la pequeña estiró sus bracitos hasta agarrarse con firmeza de su blusa, estaba inconsolable. Al principio Bella pensó que Victoria la echaría de ahí, por una fracción de segundo vio su mirada fría e inexpresiva, luego se concentró en su prioridad: Allie. Esperaba alguna reacción de Victoria, inmediatamente Bella se puso a la defensiva sin apartar la mirada de la niña; se sorprendió cuando Victoria se puso de pie y le entregó a Allie. Ella se sentó y la acunó sobre el regazo.

-Shhh. Ya pasó, mi amor. Ya estoy aquí, preciosa- dijo meciéndola mientras acariciaba su cabecita. Poco a poco sus sollozos fueron aminorando hasta que sólo eran leves suspiros. La enfermera se acercó con la aguja, Allie hizo un puchero y enterró su cabecita en el pecho de Bella, ella le indicó a la señorita que le diera un minuto y vio a su pequeña.

-Mi amor, mírame- ella levantó su cabecita y la niña miró asustada –No pasa nada, Allie. Tú eres una princesita muy valiente y no vas a llorar ¿verdad?- siguió hablándole y le hizo señas a la enfermera para que le pusiera la vacuna –Mami está aquí contigo y no te va a dejar solita, ¿está bien? Ya pasó, no tienes por qué tener miedo- Allie hizo una mueca y vio hacia su brazo -¿Ves? Ya pasó y no te dolió ¿verdad?- la enfermera limpió la sangre, curó la herida y le puso un pequeño vendaje rosa.

-Aquí tienes, princesa. Eres una niña muy valiente- dijo la enfermera dándole un dulce. Allie sonrió y lo tomó entre sus manitas.

-¿Cómo se dice, mi amor?-

-Gacias- dijo con su hermosa vocecita de duende. La enfermera le sonrió y juntó sus cosas.

-El doctor vendrá en un momento- informó.

-Gracias- Bella levantó la vista y vio a Edward al pie de la cama. Él sonrió con dulzura, se acercó y se hincó para quedar a la altura de Allie.

-Me asustaste mucho, princesa- dijo acariciando su cabecita y dándole un beso en la frente cuidando no posar sus labios cerca de la herida. Ella le tendió el dulce para que se lo abriera.

-¿Qué dice, Carlisle?- preguntó Bella. Edward se sentó a su lado y le dio la paleta a Allie.

-Al parecer sólo fue el golpe y la herida es superficial. Aún así quiere hacerle varios estudios para asegurarse de que no pase nada grave y tendrá que quedarse esta noche aquí- ella asintió y miró cómo Allie se entretenía jugando con su dulce.

-Así que, sólo fue el susto-

-Sí- contestó aliviado.

-Supongo que Victoria se va a quedar con ella y me pedirá que me valla de aquí- dijo con voz rota y conteniendo las lágrimas.

-No lo sé. No sé si ella se va a quedar, pero lo que sí sé es que tú eres quien debe estar con Allie- Edward le dio su mano y ella la tomó dándole un leve apretón, él pasó un brazo por sus hombros y  las atrajo a las dos en un abrazo.

Allie se terminó su dulce y al rato se quedó dormida. Edward y Bella no se separaron de ella, la acostaron en la camilla y cada uno se puso a un lado a velar su sueño. Casi dos horas después de que habían llegado, Carlisle estuvo a su lado con la carpeta del historial médico de Allie.

-Disculpen la tardanza, tuve una emergencia. Bueno, hasta ahora todo ha salido bien- dijo repasando las hojas –Mandaré hacer unos estudios un poco más completos, sólo para estar seguros- Edward y Bella asintieron –No quiero que le pase nada a esta princesita- dijo acariciando su cabecita.

-Papá hay algo quiero que… hagas por mi…

-Dime, hijo.

-Es que… el día de la primera audiencia Victoria dijo que… Allie no es mi hija.

-¿Qué?- preguntó Bella escandalizada.

-Edward…- comenzó a hablar Carlisle.

-Papá, por favor. Quiero que te cerciores de que eso es mentira. Por favor.

-Claro, hijo- dijo dándole un abrazo para después salir de la habitación.

-Edward…- dijo Bella apretando su mano. Él no dijo nada y se dedicó a mirar a su pequeña.

Al rato llegaron unas enfermeras, cambiaron a Allie a otra camilla y los tres fueron  a donde le harían los estudios. Subieron tres pisos y llegaron hasta una especie de sala de espera.

-Necesito que se quede en este pasillo, si la niña llegara a despertar vamos a necesitar que entre por ella- dijo la una de las enfermeras.

-Sí, claro. Aquí estaré- Bella se acercó a su pequeña y le dio un beso en la frente – Sé buena niña- susurró. Edward estaba del otro lado de la camilla, le dio un beso y se la llevaron.

-Traeré café- dijo Edward dándole un leve beso.

Lo vio alejarse y se dio vuelta para buscar un lugar dónde sentarse, ella se detuvo en seco cuando vio a Victoria viéndola fijamente. Suspiró, se acercó y ella comenzó a caminar hasta que quedaron de frente. Se sorprendió de no haber notado antes lo mal que estaba, llevaba un yeso en un brazo y un collarín.

-Lo siento, no pretendo usurpar tu lugar. Pero es que…- comenzó a hablar Bella.

-Silencio- ordenó. Bella no dijo nada, sólo la miró esperando a que reclamara y la corriera de ahí -No deberías estar aquí, no deberías…- tomó aire y miró hacia el techo –no deberías abrazarla, ni consolarla. Deberías irte-

-No voy a…

-Déjame terminar. No deberías… pero tienes que estar aquí-  Bella la miró sorprendida e iba a decir algo, pero ella continuó con un nudo en la garganta –A mí ni siquiera me conoce, no pude calmarla cuando gritaba por su mamá- bufó y sonrió –No pude calmarla, porque para ella, no soy su mamá. A ti no te importó dejar a tu bebé recién nacida para venir a buscarla-

-Allie también es mi bebé.

-Lo sé y aunque me duela aceptarlo- dio un respiro y dijo lo que Bella jamás pensó que le diría -Allie es tu hija. Tú eres su madre. Vi tu mirada preocupada en la sala de emergencias, vi cómo por arte de magia se relajó entre tus brazos y cómo te sonreía cada vez que la llamabas, vi cómo velabas su sueño…- Victoria comenzó a llorar, Bella hizo el ademán de querer acercarse pero con su mano Victoria le indicó que se detuviera –Al principio no me importó que Edward hubiera retomado el curso de su vida, yo también lo hice; sólo me importaba recuperar lo que, según yo, era mío. Luego me sentí cegada por la envidia, yo quería todo lo que él te daba a ti y que nunca me ofreció a mí. Luego me propuse luchar hasta recuperar a Allie; pero me acabo de dar cuenta de que Allie no es mía. Aunque se me parta el corazón, ya no voy a pelear por ella, ya no voy molestarlos y voy a retirar la demanda. Tienes su amor y contra eso no puedo. No puedo seguir aquí, no puedo- dijo echándose a llorar. Unas lágrimas comenzaron a bajar por mi mejilla -Dale un beso de mi parte- dijo dándose la vuelta. Bella la tomó del brazo haciéndola parar.

-Espera- Victoria se dio vuelta lentamente –No tienes por qué irte, aunque hayan pasado muchas cosas entre nosotros, es tu hija. Ella tiene derecho a saber quién eres. No desaparezcas de su vida. Deja que te conozca poco a poco y ve ganándote su amor. Allie es una niña muy dulce y estoy segura de que terminará aceptándote.

-Sí, ella es maravillosa. Pero es gracias a ti. Lo siento, pero por hoy ha sido demasiado. Necesito aclarar mi mente y tomar decisiones. Decisiones correctas que no afecten a nadie, mucho menos a Allie- Bella le sonrió levemente y la abrazó, al principio pareció sorprenderse, pero después Victoria la estrechó en un cálido abrazo, le sonrió y se fue.

-¿Era Victoria?- preguntó Edward a la defensiva. Bella no se había dado cuenta de que había regresado.

-Sí.

-¿Qué quería?- dijo un poco enojado.

-Cálmate- pidió poniendo una mano sobre su pecho –Ven, vamos a sentarnos- dijo tomando el vaso de café que traía para ella. Fueron a unos sillones y ella le contó lo que acaba de pasar. Edward no lo podía creer, se mostraba inseguro, pero el tiempo les daría la razón.

Ese mismo día, con todo y su convalecencia, Victoria llegó a Nueva York y lo primero que hizo fue ir con las autoridades y denunciar a Tanya. Se sentía sumamente mal, culpable, la peor persona del mundo. Supo que estaría implicada en el juicio, había sido su cómplice y no le importaba el precio que tuviera que pagar, lo tenía muy bien merecido. James llegó esa noche, se sorprendió de encontrarla en casa y mucho más en ese estado.

-Victoria, amor, ¿qué pasó? ¿Qué tienes?- preguntó desesperado.

-Lo siento, James. Perdóname, lo siento mucho.

-¿De qué hablas? ¿Dónde está Allie?- Victoria suspiró y le contó todo lo que había pasado a James.

Cómo se había alejado de Allie, cómo conoció a Tanya, cómo tramaron sus planes, cómo se las ingeniaron para salirse con la suya, lo mucho que la había dolido hacer sufrir a su hija y cómo denunció a Tanya.

-Perdóname, por favor. Lo lamento mucho- dijo envuelta en un llanto doloroso.

-Victoria, ¿te arrepientes de todo lo que hiciste?- ella lloró aún más y asintió.

-Sí- murmuró débilmente.

-¿Sabes las consecuencias que traerá el haberte involucrado en algo tan grave con Tanya?

-Sí y sea lo que sea me lo merezco. He sido una mala persona, una mala madre y no he valorado tu amor…

-Victoria…- pidió él alzando su rostro –Me duele mucho todo lo que hiciste, pero en cierta manera también es mi culpa por dejarte sola tanto tiempo sola. Vamos a empezar de nuevo, ¿está bien?- ella asintió.

-Te amo- dijo ella aún entre lágrimas.

-Te amo. Lograremos arreglar todo esto- prometió James.

Poco a poco las cosas fueron mejorando para todos, el accidente de Allie había sido sólo un gran susto, la empresa de Bella quedaba libre de cualquier acusación, la relación entre ella y Edward había adquirido una fuerza impresionante y su familia era cada vez más sólida y hermosa.

Tanya cosechó todo lo que había sembrado, perdió su empresa, el respaldo de sus poderosos aliados en las finanzas, su permiso para ejercer y su libertad. Tendría una condena de un par de años por el fraude, las acusaciones y los falsos testimonios en contra de Bella.

James sorprendió a casi todos cuando los visitó en una reunión familiar en casa de los Cullen, y fue casi porque Bella estaba muy bien enterada del suceso. Quería conocer a Allie, acercarse un poco más a ella, quería estar en su vida y que Victoria también interviniera en eso.

-¿Qué decidió el juez?-preguntó Bella cuando James, Edward y ella estaban charlando en el jardín.

-Le dio un año de arresto domiciliario.

-Lo siento- dijo Edward poniendo una mano sobre su hombro –Tú eres un buen chico y no mereces lo que está pasando- James se encogió de hombros.

-La amo, haría lo que fuera por ella y estaré a su lado- contestó James. Edward miró a Bella casi por instinto, apretó levemente su abrazo  y besó su cabeza.

-Te entiendo.

-¿Esa es su hija?- preguntó James cuando vio a Rosalie entrando al jardín cargando a Renesmeé.

-Sí, es nuestra otra princesa- contestó un muy orgulloso Edward.

-Se parece mucho a los dos, está hermosa- aduló James.

-Gracias- contestaron al unísono.

Poco después Alice y Jasper entraron con la pequeña Allie. James jugó con ella casi toda la tarde, la niña estuvo encantada con su nuevo amigo y rió encantada con sus bromas y juegos. Edward los observaba desde la puerta de la sala, sin atreverse a romper la burbuja de felicidad de Allie a causa de sus celos paternos.

-¿Estás bien?- susurró Bella a su espalda. Él asintió.

-¿Dónde está Ness?

-Con Esme y Sue- Edward asintió de nuevo.

-¿Bella y si…? ¿Y si Allie…?

-No, Edward. Ella es tu hija- afirmó Bella.

-Así es hijo. Allie es tu hija.

-¿Qué?- dijo él dándose vuelta.

-Ya me dieron los resultados Edward. Allie es tu hija.

Edward sonrió, se abrazó con fuerza a Bella, luego la cargó, le dio vueltas en el aire y la besó con dulzura.

-Lamento interrumpir- dijo James entrando con Allie en sus brazos.

-No te preocupes, James- dijo Bella sonriente.

-Allie ve con tu mamá- pidió James, la niña le dio un abrazo y un beso en la mejilla para luego pasar a los brazos de Bella.

-Felicidades, tienen unas hijas hermosas.

-Gracias, James- contestó Edward con sinceridad.

-Desearía que Victoria también estuviera aquí- dijo con nostalgia.

-Aunque esté lejos puede hacerse presente en la vida de Allie- propuso Bella.

-¿Cómo?- preguntó Edward.

-Con video llamadas.

-Esa es una excelente idea, Bella. Estoy seguro de que le encantará a Victoria. Bueno, es hora de irme.

-¿Tan pronto?- preguntó Bella.

-Sí, hay muchas cosas que arreglar aún. Nos vemos pronto.

Se despidieron de James y continuaron con su tarde en familia.

Edward y Bella se sentaron en una banca de madera, en el patio trasero de Esme. Veían cómo la pequeña Allie corría por el jardín, cómo sus tías jugaban con ella, Esme mecía a Renesmée por algún lugar y los demás platicaban animadamente.

-¿Cómo es que llegamos a esto?- preguntó Bella.

-¿Qué cosa?- dijo Edward.

-Todos juntos, felices. Tú, las niñas y yo… todo.

-Tal vez… sólo sea el destino.

-El destino…-pensó ella en voz alta -¿Qué significará?

-¿Destino?- preguntó Edward y ella asintió –Bueno… siempre he tenido la idea de que esa palabra comienza con “D” porque, si lo piensas a profundidad, sólo puede ser  obra de Dios. Además, las cuatro letras están dentro de la palabra, pero revueltas.

-Tiene sentido- dijo Bella después de pensarlo por un par de segundos.

-Y siempre somos ajenos de él.

-Como todo lo que es de Dios. Somos ajenos a él, pero lo aceptamos y recibimos lo mejor que podemos.

-Así es. Somos… ajenos al destino.

-Todo el tiempo- concordó Bella. Se sonrieron y se fundieron en un beso.

-¿Será posible que alguna de tus cuñadas esté dispuesta a cuidar a nuestras hijas?- murmuró Edward sobre los labios de Bella.

-Edward- regañó ella sonrojándose.

-¿Eso es un sí?- dijo él de nuevo, haciendo reír a Bella.

Apenas y se despidieron, cuando salieron disparados hacia su casa. Por fin podrían celebrar la unión y la felicidad que tanto deseaban. Por fin podrían sentirse felices sin complicaciones ni rodeos y seguirían sus felices vidas, siendo ajenos al destino.

 

 

F I N

 

**************************

Bueno, aquí está. Hemos terminado de trazar éste camino. Le hemos dado un final (Aunque aún me falta el epílogo y una última sorpresa). Tengo mucho que agradecerles, muchas cosas que me han hecho feliz, muchos momentos. Por todo…. MIL GRACIAS.

Ahora…en serio no tienen una idea de lo difícil que es escribir esto pero… tengo algo que decirles… con éste final cierro una etapa de mi vida. He tomado la decisión de dejar la escritura, por tiempo indefinido. No es una despedida, nunca un adiós… es un hasta siempre, porque de alguna manera u otra tendré que seguir con esto que he llegado a amar tanto que no creo poder dejarlo así cómo así.

Lo lamento de verdad, no se imaginan lo mucho que me duele ésta decisión pero, siéndoles sincera, no me queda mucho tiempo para escribir. No me gustaría comenzar un nuevo proyecto y dejarlo a medias o darle muchas largas. Ustedes NO se lo merecen, son personas grandiosas que merecen a alguien que les dedique el tiempo, la entrega y la pasión que ustedes ameritan. Y en este momento de mi vida, esa persona no soy yo.

Lo siento.

No me queda más que agradecerles sus pasos al lado de mis locuras. A quienes se dejaron atrapar por el profesor Cullen en “Buenos días Mr. Cullen”; a aquell@s que sintieron con el One-Shot “Amanecer y despertar después de la tormenta”; a las personitas que dedicaron su tiempo a leer la linda adaptación “Cartas de Esme a Isabella”; y a quienes esperaron con  paciencia hasta el final con “Ajenos al destino”

G R A C I A S

Éste trabajo, que al final me ha costado muchas lágrimas (no quería que acabara), es para ustedes. Para ti, sólo para ti y para ti también. Tú que leíste hasta el último detalle, que me regalaste tu tiempo, que tuviste el detalle de comentar, votar o simplemente pasar en silencio… para ti y por ti.

G R A C I A S

No encuentro palabras para decirles lo mucho que les agradezco haber estado. Sólo puedo dedicarles una canción más: “Nuevos recuerdos” de Jesse&Joy.

Varias de las mejores cosas que tengo en mi vida, las encontré gracias a esto… gracias a ustedes. L@s adoro!!!

 

Les dejo mis besos de bombón!! Y de nuevo, G R A C I A S ¡!!!!!!!!!!!!!!!!!


http://www.youtube.com/watch?v=JbSmxQK8JIg


 

♫ Me has regalado abrazos y la ilusión de un niño desde el otro extremo del cristal ♫ Me has dado mil sonrisas y brillo a mis estrellas haciendo sueños realidad ♪ Momentos tan perfectos que sin ti no existirían ♫ Llevo en mi memoria viva tu fotografía ♪

♫ Gracias por prestarme tus pupilas, recargarme de alegría y contagiarme de tu amor ♪ Por tu tiempo dedicado y suspiros escuchados y el capitulo que en nuestro corazón se dibujó ♫ Y es que estamos conectados, en presente y en pasado ♪ tú y yo creamos los nuevos recuerdos ♫

♫ Un año más contigo, de risas y sorpresas, cariño, luz, amor y paz ♪ Me has acompañado, en las buenas y en las malas ♪ por ti la historia seguirá ♫ Saber que estas ahí sin importar si es noche o día, sintiendo tus caricias cerca o en la lejanía ♪

♫ Gracias por prestarme tus pupilas, recargarme de alegría y contagiarme de tu amor ♪ Por tu tiempo dedicado y suspiros escuchados y el capitulo que en nuestro corazón se dibujó ♫ Y es que estamos conectados, en presente y en pasado ♪ tú y yo creamos los nuevos recuerdos ♫

 


 

Capítulo 15: SÓLO PUEDO DECIR: TE AMO Capítulo 17: *ESPECIAL*

 
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