BELLA P.O.V
Estaba llegando a casa cuando divise algo inesperado: había dos coches de policía y una ambulancia en la puerta. No me podría creer que le hubiera pasado algo a Alice.
Salí corriendo del coche e intente entrar, pero un policía me detuvo en la puerta.
-¿Qué ha pasado? – pregunte preocupada y algo eufórica
-Por favor, escúcheme, no puede entrar- me dijo el policía agarrándome fuertemente mientras yo intentaba desaprisionarme de él.
-¡¿Cómo que no puedo entrar? Esta es mi casa. ¿Qué ha pasado?! ¿Donde está Alice? – de pronto vi al novio de mi hermana, Jasper, que salía de la casa llorando a lagrima viva. -¡¡Jasper!! – sabia que algo había pasado y nadie me lo quería contar.
-Señorita, por favor, tranquilícese – el policía me forcejeo aun mas dejando totalmente quieta
-¿Qué ha ocurrido? – le pregunte con miedo de lo que me podía decir.
-¿Es usted familiar de Alice Newton? – me pregunto
-Si, soy su hermana, ¿Qué ha pasado? – los nervios volvieron a mí.
- Veras, su hermana ha sufrido un terrible accidente – hizo una pausa – estaba subida a unas escaleras y cayo golpeándose la cabeza- de pronto, pude notar como los ojos se me llenaban de lagrimas que no tardarían en salir si me decían lo que ya estaba esperando- Lo siento, pero ha muerto – justo paso lo que me temía. Las lágrimas comenzaron a salir sin cesar de mis ojos y mis piernas se me debilitaron haciendo que cayera al suelo.
No podía creérmelo, había perdido a mis padres, lo que más quería en este mundo, y ahora perdería a lo más importante, mi hermana Alice. Ya no me quedaba nada, solo Rob. No paraba de llorar, y note como unos brazos me ayudaban a levantarme, era Robert, se había enterado de lo sucedido y había venido a apoyarme y ayudarme.
-Cariño, lo siento mucho- me abrazo contra su pecho sin soltarme. Pude notar como el también lloraba al verme así de triste y compungida. Llene su camisa de lagrimas, pero no importaba, lo único que importaba era que Alice había muerto y que estaba en mi vida solo quedaba Robert. Oh, Robert, aquel ángel que me aprisionaba en sus brazos sin soltarme y sin parar de darme besos en el pelo y en mi frente.
Caminamos hasta donde estaba Jasper, yo ya podía andar más o menos, pero Robert me sujetaba por la cintura sin dejar de acariciarme y besarme.
-Jasper, lo siento mucho – Robert me soltó con delicadeza y abrazo a Jasper como si se conocieran de toda la vida.
Jasper estaba destrozado al igual que yo. Todavía no podía creérmelo.
-Bella, lo siento – nos abrazamos unos cuantos minutos sin dejar de llorar
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