Al entrar en el enorme salón de la casa miro a un lado y a otro, todo está como días antes, igual de organizado y limpio.
El marido de Esme es respetuoso y dá la mano a Carlisle con una sonrisa de oreja a oreja, me da la mano a mi y me guiña un ojo sin quitar esa sonrisa de sus labios.
Esme me da dos besos y pronto se animan a hablar sobre trabajo Aro y Carlisle.
En cuanto a Esme, ella se queda mirándome por un momento, parece bastante feliz y cuando los hombres se retiran a fumar en el patio ella hace un gesto para que me siente en el sofá y así lo hago, bajo un poco la tela de mi vestido y miro a Esme que me mira fijamente.
-¿Y que tal?-.
-La verdad es que muy bien- dijo sonriente-.
-Vaya... quién diría que eres esa chica mal vestida a la cual abrí la puerta hace un par de días, estás mucho mejor, ahora verdaderamente pareces una mujer-.
-Gracias-.
-Ya lo.. ¿habeis echo?-.
-Si- me sonrojo y sonrío un poco-.
-¿Y que tal?-.
“Como si tu no lo supieses”-.
Miro un poco hacia fuera y Carlisle me está mirando mientras Aro le abla sobre acciones o eso me parece, me sonríe de lado y hace que mi temperatura corporal aumente notablemente.
-La verdad es que muy bien-.
-Eso está bien... ten en cuenta que es un hombre con mucho mundo-.
“Y tanto...”-.
Y eso me hace pensar si con Esme también ha usado esa faceta pervetida, si a Aro también le va ese royo o simplemente han estado juntos de una manera más... “normal”, pero me muerdo la lengua y no pregunto nada, porque en el caso de que Esme no sepa de esa faceta de Carlisle estaría revelando una información que no me pertenece... claro está.
-La comida está lista señora- una criada de mi misma edad baja la mirada cuando se lo dice a Esme y esta asiente-.
-Gracias Gladis-.
La chica se retira y Aro junto a Carlisle entran iluminando la estancia con su potencia masculina y belleza natural.
-Vamos entonces a comer- dice Aro y asiento-.
Me levanto y Carlisle pone una mano en mi cintura y me acerca a él, sonrío y beso su mejilla bajo el asombro de las personas que hay mirándonos.
Hasta Carlisle parece sorprendido pero desupés sonríe abiertamente y me devuelve el beso esta vez en el hombro haciendo que mis pezones cobren vida propia y se endurezcan al instante.
“Maldita sea...”-.
Cuando nos sentamos en al mesa miro la comida, patatas asadas, verduras cocidas con sal, pimienta y aceite de oliva y una riquísima carne asada a la parrilla con salsa barbacoa. Deliciosa.
Corto la carne que han puesto en mi plato y sigo escuchando la voz de Carlisle a mi lado que habla con Aro incesantemente sobre negocios, Esme los escucha atentos igual que yo y finalmente Aro me pregunta.
-He oido cosas buenas de ti- dice con una sonrisa-.
-Me alegra que hayan sido buenas-.
-Estudiante de...-.
-Medicina- termina Carlisle-.
-Si, eso medicina... le debemos mucho a los médicos- susurra esto último y mira a su esposa-.
-Me alegra que Carlisle esté tan relajado-.
“A mi también...”-.
-Siempre estoy relajado- dice Carlisle-.
-¿Y esta noche nos dejarás mirar Carlisle?- dice Esme con una sonrisa-.
Carlisle se tensa y me mira de reojo, no entiendo una mierda.
-No, esta noche no-.
-¿Como que no?- dije Aro arrugando la frente- bueno con las otras no...-.
-He dicho que no Aro, gracias-.
Termina el último bocado y mira su reloj.
-Además creo que debemos irnos-.
-Yo...-.
“Di algo coño...”-.
Pero no sale nada de mi boca.
-Nos vamos- sisea y se levanta-.
Me levanto y me toma de la mano.
-Gracias por la cena-.
Aro asiente y Esme igual, no hay sonrisa en sus rostros y ahora Esme me mira fijamente, como si quisiera matarme... no entiendo una mierda... menuda noche.
|