EPOV
Estaba más que extasiado después de haber hablado con mi suegro, sí mi suegro. Pensé en que nunca llegaría ese momento de tener una novia y pensar en formar una familia. Ahora la tenía y tenía oficialmente un suegro a quién verle como un padre también.
Me reconfortaba saber que él me aceptaba y estaba tan feliz como nosotros. Creo que para cualquier persona era raro ver a un suegro tan feliz por la noticia, pero algo me parecía extraño también, pero lo dejaría para después descubrir porqué Charlie nos apoyaba en nuestra decisión de casarnos tan luego y comprometernos tan rápido.
Esa noche me despedí de mi novia con un mensaje en el teléfono:
"Te amo Bella, ya añoro tenerte entre mis brazos, en mis labios…quiero que llegue el día en verte aquí a mi lado y compartir cada noche de nuestras vidas esta cama…dulces sueños... tuyo, Edward".
Pasaron dos días desde que no veía a Bella, mis estudios seguían como me lo propuse, le mandaba mensajes cada una hora a mi novia para que supiera que estaba pensando en ella y que la extrañaba. Ella hacía lo mismo contestándome después que recibía los míos. Pero tenía que ir a la biblioteca central de la ciudad a buscar una información. Además de eso quería salir para respirar, ya me estaba ahogando con tanto estudiar y más sin ver a Bella. Eso me tenía más que ansioso.
Este fin de semana sería en que pediría oficialmente su mano ante Charlie y eso me tenía más que ansioso, me sentía nervioso, no sabía cómo debía hacerlo, me sentía un entupido pensar que tenía que decir y hacer. Aun no había tenido la oportunidad de hablar con mi padre para que me orientara porque no quería utilizar alguna palabra inadecuada para la ocasión.
Me dirigí a la biblioteca cuando de pronto vi una mujer muy hermosa y me recordó a una amiga que tuve en la infancia, Tanya, era de Canadá, ella siempre estuvo enamorada de mí, pero yo siempre la vi como una amiga solamente incluso como una hermana. A pesar de su hermosura nunca me llamó la atención como mujer, pero los recuerdos de la infancia llegaron a mí y quise saber cómo debían estar ella y toda su familia.
Llegué a la biblioteca y me encontré con Jacob, él estaba con un montón de libros, él también estaba preparándose para su examen que sería la misma semana que el mío.
-¡Jacob compadre! ¿cómo has estado?- lo salude.
-¡Edward, bien amigo! ¿y tu? ¿cómo va todo con Bella?- me preguntó.
-¡Bien! Este fin de semana nos comprometemos, nos vamos a casar- le conté eufórico por la decisión que habíamos tomado.
-¿cómo? ¿comprometidos? ¿pero no es tan pronto, solo llevan dos semanas o acaso Bella esta embarazada?- me dijo tan sorprendido.
-¡nooo! Es solo que queremos estar juntos para toda la vida, nos hemos enamorado y sabemos que es para toda la vida y no queremos esperar- le dije sin rodeos.
-bueno Edward si es su decisión y si se aman esta bien, aunque creo que yo tendría que estar muy seguro para tomar una determinación tan grande como esa- me dijo dándome a entender que no le parecía nuestra decisión.
-bueno nos amamos de tal manera que se nos hace difícil pasar un día sin saber de l otro o simplemente de escuchar nuestras voces- le expliqué para me entendiera.
-Edward no los estoy cuestionando, creo que Bella y tu hacen una pareja hermosa y realmente se nota que se aman, pero a mi parecer es muy pronto, pero mi opinión no interesa, solo la de ustedes- me dijo dándome la mano y agarrándome para un abrazo fuerte.
-gracias Jack es importante saber que nuestro amigo mutuo esta con nosotros en esto que es muy importante para los dos- le dije.
-eres muy afortunado Edward, tendrás a Bella como tu esposa y sé que la harás feliz así como está ahora- me dijo mirándome. –¿y en que andas?
-ando en busca de una información que no encuentro en mis libros y en Internet sale algo pero no es lo busco, así que espero encontrarlo aquí- le dije con desesperación.
-bueno si quieres te puedo ayudar, yo me la paso todos los días aquí ya que tu sabes que en casa no tengo tanta tecnología- me dijo sonriendo.
Me quedé el resto de la tarde con Jacob en la biblioteca buscando lo que andaba buscando y gracias a la ayuda de mi amigo pude encontrar lo que buscaba. Durante la tarde no le envié ningún mensaje a Bella me concentré totalmente en mis estudios, hasta la noche al llegar a mi casa. Ahí al llegar a mi habitación y tirarme en mi cama le llamé.
-¡aló! Bella, mi amor, necesitaba escuchar tu voz- le dije antes de que contestara.
-¡hola! Estaba pensando que ya te habías olvidado de mí, ya que no recibí ningún mensaje durante la tarde- me reprochó escuchando que se reía.
-amor estuve estudiando toda la tarde una materia complicadísima, es algo que sabía pero que me ha costado mucho aprenderla y asimilarla- le dije para que me entendiera.
-no te preocupes Edward, te entiendo, pero te extrañé y te extraño ahora, ¿cómo quisiera que estuvieras aquí junto a mi y poder sentirte, besarte… ¡Edward te amo!- me dijo casi sollozando.
-yo también te extrañé amor, pero debía concentrarme, ¿me entiendes verdad?, yo también extraño tus caricias, tus labios, tu sabor, todo- le dije cerrando los ojos imaginándome a mi novia. -¿Cómo estuvo tu tarde Bella?
-tranquila aunque cuando faltaba poco para terminar mi turno llegaron algunos accidentados y tuve que estar que en urgencia ayudando… ¿Edward? no sé si podré aguantar estos tres días que quedan sin verte- me dijo.
-Bella debes, no puedes romper lo que decidimos por el bien tuyo y mío ya que si me va mal en el examen tendremos que aplazar la boda y todos nuestros planes- le dije.
-Edward perdona, pero sé que me entiendes- el viernes cuando nos veamos te comeré a besos así que apróntate, literalmente te comeré y no responderé de mis actos- me dijo riéndose.
-bueno, si así lo decides, esperaré a mi devoradora y yo haré lo mismo contigo, así que también apróntate mi vida, te comeré a besos y no solo serán en tus suaves labios, te besaré por donde nadie te ha besado amor- le dije con palabras muy apasionadas.
-entonces esperaré con más ansias amor, te dejaré que me devores, tu sabes que soy solo tuya- me dijo picadamente.
-lo sé por eso quiero darme un gustito antes de que nos casemos- le dije sonriéndome y sonrojándome tanto como debía estar ella.
-sueño con el día en que me harás tuya amor, espero poder hacerlo bien y no cometer ningún error cuando me poseas- me dijo tímidamente.
-amor será el día más perfecto y tu lo serás también yo debo hacerlo bien porque si te hago daño o no lo hago como deba, me pesará toda la vida- le dije con preocupación.
Después de hablar, nos despedimos y me propuse dormir, no seguiría con el estudio ya que todo el día había sido bien provechoso. Me quedé pensando en Bella y recordé cuando la toque por primera y única vez en sus partes más intimas. Comencé a excitarme con solo recordar cuan mojada estaba y cuan suave era su pelvis, recordaba cuan suave estaban sus senos y cuan duro eran sus pezones, recordaba cuando gemía con solo besárselos… al pensar en ella sentí mi erección tan grande debajo de mi piyama que no pude dejar de tocarme y comenzar a masturbarme.
Me fui tan rápido que debí levantarme e ir a lavarme la mano y cambiarme de ropa. Pensar en Bella me subía las hormonas y el deseo tan grande de estar con ella. Era la primera vez que me masturbaba despierto, consciente en que estaba haciendo y me pareció muy bueno, me liberé de lo que estaba acumulando y me sentí muy liviano, pensé en mi primera masturbación con la mano de Bella y esa si que fue perfecta aunque la hubiésemos hecho debajo de un árbol y parados. Sin más me quedé dormido.
Pasaron los días restantes y llegó el viernes tan esperado para los dos, ansiaba con verla y tomarla en mis brazos, besarla y mirar sus hermosos ojos. Necesitaba oler sus cabellos, su cuello…la necesitaba cerca de mí.
BPOV
Después de haber dormido placenteramente pensando en mi Edward me levanté temprano para alcanzar hacer todo antes de irme al hospital. Era lunes y tenía que hacer mi rutina de todos los días, revisando las pautas de los médicos en las salas, ver los nuevos pacientes y dar indicaciones a los nuevos enfermeros en práctica que llegaban cada semana.
Durante la mañana fue tediosa, de un lado para otro, no tuve mucho tiempo de respirar hasta la hora de colación. En ese instante recibí el primer mensaje de Edward, mi corazón latió tan fuerte ya que necesitaba saber de él. Sabía que estaba pensando en mí.
Pasaron los días después de haber hablado con él un día en la noche. Ya me sentía ansiosa durante los días pasaban para que Edward pidiera oficialmente mi mano a mi padre. Lo extrañaba, extrañaba ver sus ojos mirándome y ver su amor por mí. Estaba tan segura que Edward me amaba tanto como yo lo amaba a él. Sabía que me había sacado la lotería al encontrarlo. Sabía que sería la envidia para muchas cuando fuese su mujer, su esposa, su amante.
Sabía que lo ultimo sería solo cuando fuésemos marido y mujer, ya que de alguna forma aunque sabía que el me deseaba tanto como yo a él, el no me haría suya hasta que estuviéramos unidos para toda la vida. Él aunque me deseaba no infringiría sus principios que llevaba desde siempre. A pesar de todo de su juventud era muy conservador. Sabía que yo de alguna manera le había hecho salir de su forma de pensar y de actuar, pero estaba siendo un proceso nuevo para los dos.
Con él me daban ganas de ser osada, de dejar a la Bella tímida, cartuchona (conservadora, tradicionalista) con él podía ser yo misma aunque no sabía que fuese así tan hormonal. De alguna forma me daba vergüenza pensar que era como una ninfómana. Pero lo era solo con mi novio, solo con él me daban ganas de tomarlo y de hacerlo mío.
Extrañé sus labios toda la semana pero llegó el día en que nos veríamos después de una semana llena de trabajo y estudio. Añoraba verlo y estar entre sus brazos, solo esperaba la hora en que vendría a la casa para verme…
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