Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 149979
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 16: Acercamiento

Al dia siguiente me desperté a causa de Lydia que se removía entre mis brazos. Abrí los ojos y me estaba mirando.

-                     Que haces acá mama? –pregunto con voz somnolienta.

-                     Vine a verte en la noche y me quede dormida. –respondí inocentemente.

-                     Para que viniste a verme? –seguía enojada.

-                     Hija no me gusta que estés enojada conmigo. –me hacía muy triste.

-                     Porque me mentiste mama? –pregunto haciendo un puchero.

-                     Nunca fue mi intención mentirte princesa, es solo que intentaba hacer las cosas de la mejor forma, para que tu aceptes a tu padre. –le explique.

-                     Pero yo no quiero que tú te enojes conmigo si yo estoy con él. –su puchero era cada vez más pronunciado.

-                     Nunca me enojaría contigo hermosa, menos por que estés con tu padre. –le asegure.

-                     Pero tú no lo quieres. –dijo como no entendiendo nada.

-                     Eso no es cierto, yo lo quiero pero no como una mama a un papa. –aclare.

-                     Entonces como?

-                     Como a un viejo amigo que no veo hace mucho tiempo. –se podría decir que eso era.

-                     Pero el es mi padre. –observo.

-                     Si cielo, pero que sea tu padre no quiere decir que sea mi pareja, hay muchos niños que tienen padres separados. –le explique.

-                     Pero yo quiero seguir estando contigo mami. –pensaba que tendría que estar con su padre o conmigo.

-                     Tu siguieras viviendo conmigo princesa, el está aquí momentáneamente, luego volverá a su casa en Los Ángeles. –le aclare.

-                     Entonces para que vino? –pregunto ofendida.

-                     Para conocerte, que regrese a su casa no quiere decir que ya no lo veras mas, el tiene su trabajo, su casa y su familia haya, pero supongo que vendrá a visitarte bastante seguido. –todavía no habíamos hablado al respecto.

-                     Yo no lo quiero llamar papa. –sus mejillas se tiñeron de rojo por la vergüenza.

-                     No tienes que hacerlo, puedes decirle por su nombre, pero intenta darle una oportunidad, aunque sea como amigo, veras que es una persona muy divertida. –al menos antes lo era.

-                     Esta bien mami –dijo no muy segura-. Tengo hambre. –dijo agarrándose la panza.

-                     Quieres que te traiga el desayuno o vienes conmigo. –le pregunte.

-                     Lo hacemos juntas y comemos en tu cama, tu aun tienes nana y el tio dijo que me tengo que asegurar que comas mucho. –por fin se dibujo una sonrisa en su hermoso rostro.

Fuimos a la cocina, ninguno de nuestros invitados se había levantado aun. Hicimos tostadas, cortamos algunas frutas, preparamos un rico jugo de naranja, café y leche achocolatada, hicimos todo en cantidades suficientes como para que los demás puedan comer al levantarse. Puse lo nuestro en una bandeja y fuimos  mi cama, desayunamos viendo dibujos animados y haciendo bromas entre nosotras. A las diez golpearon la puerta.

-                     Adelante. –invite.

-                     Hola Bella, nos preocupamos al no ver a Lydia en su cama, pero veo que está aquí. –empezó la frase con cara angustiada pero al final ya estaba sonriendo.

-                     Tranquila Alice, nos vinimos a desayunar juntas a mi cama, a propósito les dejamos desayuno preparado para ustedes. –dije.

-                     Si, ya lo vimos, muchas gracias. –Alice se fue cerrando la puerta. Nosotras decidimos que era hora de levantarnos por lo que acompañe a Lydia a bañarse y luego ella me espero sentada en mi cama mientras yo me bañaba. Acomodamos todas las cosas que usamos en el desayuno en la bandeja y fuimos a dejar todo a la cocina. Entramos a la cocina y ahí estaba Alice, Jasper y Edward. Edward se veía muy angustiado y al vernos se preocupo.

-                     Hola. –salude en general.

-                     Hola Bella. –dijeron bastantes sincronizados. Lydia les dio un beso en la mejilla a cada uno sin decir ni una palabra. Edward quedo petrificado al recibir el beso de su hija.

-                     Me ayudas princesa? –le pregunte para relajar el ambiente.

-                     Claro mami. –se trajo su banquito y se paró a mi lado.

-                     Yo lavo, tu ceca –le ofrecí. Mire a Edward por encima del hombro y note que tenía sus ojos clavados en Lydia-. Que quieres comer hoy cielo? –se me había ocurrido una idea brillante.

-                     Asado. –contesto rápidamente.

-                     Mira princesa nosotros comimos asado ayer por la noche, que te parece si eliges otra cosa y comemos asado mañana que el tio vendrá a comer a casa? –sabía perfectamente cuál sería su segunda opción.

-                     Pasta rica. –como imaginaba.

-                     Esta bien, quieres ir al centro? –su pasta rica  es una casera que venden en una pequeña tienda del centro.

-                     Claro mami. –a ella le agradaba mucho la Señora que atiende la tienda.

-                     Alice, Edward podrían ir con Lydia a traer la pasta mientras Jasper y yo vamos preparando la salsa? –los dos me miraron con ojos muy abiertos.

-                     Claro Bella, nos encantaría acompañar a esta jovencita. –me aseguro Alice.

-                     Te parece bien ir con ellos princesa? –le pregunte con cara suplicante.

-                     Claro mami. –dijo algo insegura.

-                     Veras como te diviertes con ellos, si te compran helado tráeme un poco. –bromee hablándole al oído. Ella me respondió con una sonrisa.

Terminamos de lavar y fuimos a buscar un abrigo para Lydia, cuando regresamos a la sala Alice y Edward ya estaban listos, les explique como llegar y se fueron. Me fui a la cocina donde aun se encontraba Jasper.

-                     Disculpa por no incluirte en el viaje pero pensé que necesitaban tiempo para ellos. –por mi culpa él se tenía que quedar conmigo.

-                     Tranquila Bella, se que lo hiciste por Edward. –dijo pícaro.

-                     Lo hice por mi hija, no quiero verla sufrir, espero que Edward tenga eso en cuenta. –advertí.

-                     Tranquila el esta tan preocupado por lo que pase con Lydia como tu, ha estado muy angustiado por esta situación. –me explico.

-                     No se que pensar al respecto, veré como se van dando las cosas. –dije y me encamine a la heladera a buscar las cosas necesarias para cocinar.

-                     En que te ayudo? –me pregunto Jasper parándose a mi lado.

-                     No es necesario que lo hagas. –le asegure.

-                     Vamos, un poquito de confianza, ayer demostré ser buen ayudante de cocina. –dijo en broma.

-                     Esta bien, tu corta los vegetales mientras yo relleno la carne. –propuse.

-                     Ok. –dijo y empezó con la tarea. Estuvimos cocinando sin decir palabra durante unos minutos -. Como has conseguido que Lydia aceptara salir con Edward? Pensé que por unos días no lo quería ni ver.

-                     Solo le pedí que le diera una oportunidad como a Alice. –le explique.

-                     Es algo muy amable de tu parte. –me aseguro.

Seguimos cocinando hablando de temas sin relevancia, Jasper me hablo de que había estudiado abogacía y que cuando regresaran a Estados Unidos se mudarían a Los Ángeles, ahí lo esperaba un trabajo en un prestigioso estudio. Alice planeaba poner una tienda de decoración de interiores, Esme sería su socia financiera, pero del trabajo se encargaría ella sola. Yo le explique que hace nuestra empresa, como termine al frente de todo y sobre mis estudios en administración. Estábamos tan inmersos en nuestra conversación que no nos dimos cuenta de la llegada de los demás hasta que los tuvimos al frente.

-                     No los escuche entrar. –comente abriendo los brazos para recibir a mi hija.

-                     De que hablaban que se veían tan absortos? –pregunto Edward.

-                     Nos poníamos al dia. –respondió Jasper.

-                     Como te portaste cielo? –pregunte a mi hija que estaba abrazada a mi.

-                     Muy bien mami, trajimos helado del que a ti te gusta. –me señalo la mano de Alice donde había una bolsa de la heladería.

-                     Que rico cielo, pero estaba bromando cuando te lo pedí. –le explique.

-                     Lo se pero Ed lo compro igual cuando le dije que era tu favorito. –no le decía papa, pero Ed era algo. Lo mire y me dedico una sonrisa.

-                     En ese caso pongámoslo en la heladera. –dije mientras me paraba y tendía una mano para que Alice me diera la bolsa. Mientras yo guardaba el helado Jasper se encargo de poner agua a calentar para la pasta.

-                     A donde mas fueron? –les pregunte, habían demorado mucho.

-                     Al parque, comí algodón de azúcar. –dijo Lydia muy contenta.

-                     Sabes que no puedes comer dulces antes de la comida. –la regañe.

-                     Lo siento mami. –dijo triste.

-                     No la regañes a ella Bella, fuimos nosotros quienes se lo compramos. –intervino Alice.

-                     Alice no intervengas. –le advirtió Edward.

-                     Lo siento mami, no vuelve a suceder. –me aseguro.

-                     Muy bien, ahora dame un beso aquí –señale mi mejilla- y ve a lavarte las manos. –me dio un beso y se fue al baño.

-                     Lo siento Bella, no sabíamos lo de los dulces. –se disculpo Edward.

-                     No hay problema, ella lo sabe bien pero se aprovecho de ustedes. –le explique.

-                     Donde hay una fuente para la pasta? –pregunto Jasper que seguía con la comida.

-                     Ya te la alcanzo. –la fui a buscar y se la entregue.

-                     Gracias. –me dijo, le respondí con una sonrisa. Alice y Edward se sentaron donde estábamos Jasper y yo hace unos minutos. Luego llego Lydia y vino directamente a pedirme que la cargara, seguía triste porque la había regañado.

-                     Quieres ir al jardín mañana? –le pregunte tratando de distraerla.

-                     No se, iras a la oficia?

-                     No, pero no extrañas a tus amigos? –debía interactuar con otros niños, vivir en un mudo de adultos no era bueno para una niña de seis años.

-                     Si, pero prefiero quedarme contigo. –dijo muy segura.

-                     Está bien, pero pasado mañana empieza el jardín y el trabajo. –le advertí.

-                     Trato. –acordó ella.

-                     Alice me ayudas a poner la mesa. –le pedí. Ella ya se estaba parando cuando Edward la detuvo.

-                     Deja, yo la ayudo. –dijo y me miro a los ojos.

-                     Como gustes. –saque los platos del armario, los vasos y los cubiertos y los puse en una bandeja, le pase la bandeja y yo tome el mantel y las servilletas. Nos encaminamos juntos al comedor, Lydia se quedo con Alice.

-                     Gracias por ayudarme con nuestra hija, no me lo merecía después de la forma en que te trate ayer. –se veía tan tierno, reacciona Bella no debes caer otra vez, me recordé a mi misma.

-                     No tienes nada que agradecerme, hice lo que me pareció correcto. De todas formas tendrás que poner mucho esfuerzo de tu parte. –yo encamine la relación pero si quería que algún dia le llamara “papa” se lo tendría que ganar.

-                     Te juro que me ganare su cariño. –me aseguro.

-                     Realmente espero que lo logres. Pero hay algo que me inquieta un poco. –pero no sabia como decirlo.

-                     Dime Bella. –me insto a seguir.

-                     No te lo tomes a mal, pero que pasara cuando regreses a Los Ángeles? O sea nosotras no nos iremos de aquí, podrás visitar a Lydia cuando quieras, llamarla todos los días si te place pero me gustaría saber que tan a menudo serán esas visitas para que ella no te espere todos los días ansiosa. –y de paso yo tampoco, pensé.

-                     No se cuando regresare a casa, ni tampoco que tan seguido podre venir, el trabajo me complica un poco en ese aspecto, para estar aquí ahora tuve que adelantar muchas operaciones, y posponer otras, no creo que me pueda quedar mas de dos o tres semanas mas. –me explico.

-                     Solo te pediré que me tengas informada al respecto, para poder preparar a Lydia. –le pedí.

Deje la conversación por terminada y llame a los demás para que pasen a la mesa.

Capítulo 15: Tu papa. Capítulo 17: Dejarse llevar

 
14640704 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10860 usuarios