Ajenos al destino (+18) ©

Autor: vickoteamEC
Género: General
Fecha Creación: 12/09/2011
Fecha Actualización: 14/02/2012
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 164
Visitas: 72690
Capítulos: 20

 

¡FINALIZADO!

Isabella Swan, una exitosa empresaria decide dar un giro a su vida mudándose al pequeño pueblo en el que vivió cuando era niña.

Tras un gran agotamiento físico y mental; decide dejar a cargo de sus negocios a Ángela, su mejor amiga y socia. Y retirarse del ajetreo, las prisas y la adicción al trabajo que le ocasiona su vida en la gran manzana. Deja atrás computadoras, teléfonos celulares de última tecnología y coches modernos; para ahora enfrentarse a biberones y pañales. Entrega solicitud en una importante agencia de niñeras en Port Angeles, en la que es aceptada de inmediato.

Tras el inesperado cambio, toma la decisión de vivir de nuevo con su padre en el pequeño pueblo de Forks y retomar su antigua vida entre las montañas y los bosques.

El destino le tiene preparadas muchas sorpresas, entre ellas una pequeña que deberá cuidar como parte de su trabajo y que la hará retomar el curso de lo que, según ella, estaba en el pasado y jamás volvería a ocurrir.

 

*******************

Los personajes (y todos sus derechos) son propiedad de Stephenie Meyer. Sólo la trama es de mi creación.

 

PROTEGIDO POR REGISTRO DE DERECHOS DE AUTOR  SAFE CREATIVE

 

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Capítulo 15: SÓLO PUEDO DECIR: TE AMO

 

 

Hola!!!!

Regresé!! Aquí les dejo la segunda parte de este cap... drama, drama y más drama! xD 

Quiero agradecerle y dedicarle este pedacito de cap a mis lectoras silecionsas, que las veo pero no sé quienes son; a mi hermosa mami! qué bueno que estés bn, DTB; a NinaCullen, bienvenida!!!!; a mi tiita Sol!!! graaaaaciaas, te adoro!!; a FanCullen!!! mil gracias!!; a mi primis bella-bells!! te adoro con todo el corazón!!!; mi preciosa Rb!!! eres un amor!! mi primita bella!! ...Graaaacias!!!!

Un agradecimiento especial a mi primis DannyFer por la nueva imagen de ajenos. Está hermosaaaa!!!mil gracias!!!!

Y unadedicatoria especial para mi primita AniCullen!!! Peque!!! éste capi es especial! es para ti, espero que te guste ^.^

Aaahhh!! Estoy muy triste!!! Pero a la vez feliz!! Sólo nos falta un capitulo!!!!! Ya viene el final!!   u_u   Y con él les dejaré una sorpresita.

Muchisimas gracias!!! Hoy tampoco tenemos canciones pero sí una frase que me encanta y que les dedico con mucho cariño!

Gracias!!!

 


Cada nuevo capítulo de una novela es como un nuevo cuadro en una obra teatral.

Charlotte Brönte.

 

 

 


Edward estuvo puntual en la corte, se paseaba de un lado a otro por el pasillo mientras intentaba concentrarse en las palabras del abogado, miraba el reloj cada pocos segundos, sentía que un sudor frío descendía por su nuca y su respiración era cada vez más superficial. Victoria entró algunos minutos tarde por la puerta principal, sus tacones resonaron en el silencioso pasillo, acompañados de su aire impetuoso. Parecía muy segura de sí misma, tenía una mirada de autosuficiencia y una sonrisita hipócrita.

-¿Podemos hablar?- preguntó a Edward en cuanto quedó frente a él.

-No sé, déjame preguntarle a mi abogado- contestó con frialdad, mirando a su abogado como si fuera su bote salvavidas.

-Si tú quieres hacerlo…- insinuó. Edward asintió una vez y se giró hacia Victoria –Recuerde que no puede intentar persuadir a mi cliente ni amenazarlo- advirtió. Ella sonrió y dirigió su atención hacia Edward.

-Sígueme- dijo ella caminando hacia una pequeña oficina que estaba a un lado del lugar donde se llevaría a cabo la audiencia.

Victoria se instaló con premeditada lentitud, el silencio lo mataba, estaba ansioso porque todo terminara.

-¿Qué quieres?- preguntó Edward con cansancio.

-La quiero de regreso- soltó sin rodeos.

-¿Qué? ¿Cómo puedes pedir eso?

-Soy su madre.

-Si desde el principio te hubieras comportado como tal no hubiéramos tenido que llegar tan lejos.

-No me has dejado acercarme.

-¿Qué? Estás…tú….

-¿Yo? ¿Yo qué? Déjame recordarte que no soy yo quien la niega cuando va a buscarla…

-¿Cuántas veces la has buscado?- Victoria guardó silencio.

-Edward, más vale que acabemos con esto de una vez.

-No. Quiero lo mejor para mi hija.

-Lo mejor está al lado de su familia.

-Exacto. Entonces, déjanos vivir en paz, Victoria.

-No… no me entiendes, Edward.

-¿Qué es lo que se supone que debería entender?

-Allie no es tu hija- soltó de golpe. Edward quedó estupefacto, negó mecánicamente y entrecerró los ojos.

-¡No lo puedo creer!

-Lo siento… debí decírtelo antes, no quise que esto llegara tan lejos…

-¡No! Lo que no puedo creer es que seas capaz de decir semejante mentira- reclamó incrédulo.

-Edward…- continuó tratando de convencerlo.

-¿Y de quién es hija según tú?

-De James, por supuesto- Edward negó mientras sonreía con ironía.

-Allie es igual a mí.

-Coincidencia- dijo encogiéndose de hombros, restándole importancia.

-No me voy a quedar a seguir escuchando tus tonterías- dijo dando media vuelta y caminando a zancadas hacia afuera.

-Edward…- él ya no supo más, entró al recinto y detrás de él, Victoria.

Estuvieron un par de horas discutiendo el asunto de la audiencia, defiendo sus puntos de vista, exponiendo hechos y desahogando evidencias. Después de una muy reñida disputa el juez dio su resolución.

-Seguiremos con el caso hasta que ambas partes estén conformes, por el momento el Señor Cullen y su abogado se quedan bajo éste juicio para acordar sus condiciones, la Señora Victoria Smith tendrá derecho a una visita diaria de cinco horas, a partir de éste momento y  hasta que se resuelva el caso- dicho esto el juez dio terminada la audiencia, dio cinco minutos de receso para Edward y el abogado. Los entretendría el mayor tiempo posible, para que Victoria tuviera tiempo suficiente para ir por Allie.

En el segundo receso Edward recordó a Bella, trató de advertirle, pero la llamada se cortó. Para su mayor temor, pasaba lo que menos deseaba en ese momento.  

**

-Vaya… veo que mi querido ex no pierde el tiempo- murmuró Victoria al notar el vientre de Bella.

-¿Qué haces aquí?

-¿No me invitas a pasar?- dijo Victoria a la muy sorprendida Bella. Bella dejó de obstruir la entrada y le indicó que entrara.

-Vengo por Allie- dijo como si nada.

-¿Qué?

-Aquí está la orden- dijo tendiéndole el papel recién expedido por el juez –Prepara sus cosas porque mi hija se va a dar una vuelta conmigo.

Bella se le quedó viendo a la defensiva, volteó el rostro hacia donde estaba la cunita, deseó que todo fuera un mal sueño. ¿Dónde estaba Edward para apoyarla cuando más lo necesitaba? Sintió una fuerte opresión en el vientre pero no le prestó atención, se concentró en los ojitos verdes y curiosos que la veían atenta.

-Oh, hermosa- dijo Victoria con voz melosa, se acercó a la niña, la cargó y la apretujó entre sus brazos haciéndola quejarse incómoda -¿Puedes darme sus cosas?- Bella asintió con ojos llorosos y fue a la habitación de Allie.

Sintió un escozor en los ojos, con mucha dificultad empacó las cosas que Allie pudiera ocupar en cinco horas. No podía creer que estaría lejos de su nenita, con una persona que la conocía muy poco y que no sabría ni siquiera cómo atenderla. Después de un rato de dar vueltas volvió a sentir la misma opresión, lo más seguro era fueran las emociones del momento. Enjugó la traicionera lágrima que cayó por su mejilla y salió hacia el doloroso momento que le esperaba.

Victoria tomó el bolso y se dio vuelta con Allie en brazos, sin siquiera dejar que se despidieran. Luego, regresó algunos pasos de los que había dado, sentó a Allie en medio de la sala, se volvió hacia Bella para hablar. Bella sabía que la niña no corría peligro en el piso, siempre gateaba por todas partes, pero no podía evitar mirar a Victoria y a Allie intercaladamente.

-Isabella, quiero dejar algo muy claro contigo- dijo con el mismo tono altanero con el que siempre se había dirigido hacia Bella.

-¿Sí?- dijo ella distraídamente, prestando más atención a los movimientos de Allie.

-En primera: yo soy la madre de Allie, el hecho de que te hayas casado con Edward no…- en ese momento dejó de escuchar su voz.

Bella se concentró al 100% en la niña. Había parado de gatear justo frente a ella, se paró en cuatro puntos, luego elevó su pequeño trasero en el aire, se apoyó en las palmas de sus manitas y se incorporó poco a poco. Bella no quitaba sus ojos de encima, estaba fascinada observando a la pequeña pararse por primera vez.

-¿Me escuchaste?- preguntó Victoria al darse cuenta de su falta de interés. Bella sólo negó mecánicamente sin despegar los ojos de los movimientos de Allie.

Después de mirar sus piecitos por un rato, Allie alzó la vista, cuando se encontró con el rostro de Bella sonrió encantadoramente y dio un pasito titubeante hacia donde estaba su madre. Después del primero dio otro paso, luego otro y otro más.

-¡Mamá!- gritó la niña riendo con dulzura y arrugando la naricita.

-¿Bebé?- dijo Victoria sorprendida.

-¡Mamá!- repitió Allie.

-¡Oh, por Dios!- dijo Victoria cuando se giró a verla –Ven con mamá, pequeña- dijo hincándose, sonriendo complacida y abriendo sus brazos.

Allie no despegó su vista de la de Bella, que estaba estática en su lugar, sonriente y con ojos llorosos. La niña siguió dando pasitos con los brazos extendidos hacia enfrente. Cuando llegó hasta Victoria la rodeó con una sorprendente facilidad y se fue de largo. Llegó hasta donde estaba Bella y la abrazó de las piernas. Como pudo se agachó, la tomó en brazos para apretarla con fuerza y cariño.

-¡Mamá!- repitió Allie con su dulce voz cantarina, apretando su carita entre el cabello de Bella.

-Mi bebé- susurró Bella. Luego dejó un beso en su cabecita.

Victoria se puso de pie con cara de póker, luego se giró hacia Bella y le quitó a la niña de entre los brazos.

-Adiós- dijo sin más y se la llevó.

Bella caminó detrás de ellas hasta la puerta. La pequeña no dejaba de retorcerse entre los brazos de Victoria, gritando y llorando. Para Bella fue insoportable verla sufrir así, le rompía el corazón. En cuanto el auto se perdió de su vista rompió en llanto y fue a buscar refugio al interior de su casa, su cabaña. Entre su dolor fue a dar a el escritorio de Edward, lo extrañaba. Se recargó en él y tiró una carpeta con documentos. Los levantó con dificultad, se sentó en la silla y los leyó para intentar acomodarlos como se suponía que estaban. Se quedó sin aliento cuando descubrió que eran el seguimiento de una demanda en contra de su empresa, ¡Edward se lo había ocultado! Se sintió terriblemente mal, intentó ponerse de pie pero un fuerte dolor la hizo regresar a la silla, cuando pudo ponerse de pie caminó hacia la sala, llamaría a alguien para que estuviera con ella, no se sentía bien, tenía un nudo de sentimientos alojados en el pecho y un incómodo dolor en el vientre. Sintió pánico cuando su teléfono no le dio tono, y ahora… ¿qué haría?

Edward condujo como loco hasta que pudo llegar a su casa, se bajó del coche como una bala, atravesó el umbral en tiempo récord, dio varias vueltas tratando de encontrarlas hasta que escuchó un grito de Bella procedente de la habitación, entró a zancadas desesperadas y la encontró doblada de dolor.

-¡Bella!

-Pensé que era el estrés de estos días pero…- otro grito interrumpió su explicación.

-Cariño, ven- dijo acercándose a ella. Bella lo rodeó con sus brazos y sollozó en su hombro.

-Tengo miedo, Edward- y no era sólo por lo que estaba por pasar, sino por todo lo que venía y los problemas que tendrían que enfrentar.

-Lo sé, mi amor. Aquí estoy.

Bella se encargó de respirar con profundidad y Edward de no dejarla ni un solo momento. La ayudó a sentarse al borde de la cama y luego le dio un beso en la frente.

-Iré a buscar ayuda- dijo saliendo a buscar su celular, que había aventado en algún lugar de la sala junto con sus llaves.  

-¿¡Edward!?- gritó Bella, la nota casi histérica en su voz lo hizo correr hacia el baño de la habitación.

-¡Bella!- la encontró acuclillada, recargada de la pared y una mueca de dolor en el rostro.

-Edward, tengo miedo- repitió entre sollozos.

-Ya estoy aquí. ¿Desde cuándo tienes contracciones?

-No sé… mucho- con semejante respuesta Edward sólo pudo echar a andar su imaginación y tratar de hacer lo más indicado.

-Ven- dijo ayudándola a pararse. En cuanto estuvo de pie, se le rompió la fuente.

-Edward- gimoteó desesperada.

Él la ayudó a llegar a la habitación, fue por la maleta que ella había preparado para cuando llegara el momento, la llevó corriendo al auto y luego regresó por la sillita del bebé. Daba mil vueltas en el mismo espacio, se le enredaban los pies y no encontraba ni qué hacer. Apenas había cruzado la puerta cuando escuchó un grito desgarrador.

-¡EDWARD YA NO AGUANTO!- le gritó cómo si estuviese poseída.

-Mi…mi… mi amor. P…pe...pero, ¿¡qué hago!?

-¡NO LO SÉ! ¡PERO HAZLO YA!

-¡Una ambulancia!- gritó él en medio de su sorpresa -¡Una ambulancia!

-¡LLAMA A TU MALDITA AMBULANCIA!- bramó Bella en medio de su dolor. Edward salió un momento al pasillo ya que los gritos de Bella no lo dejarían escuchar a la operadora.

-Edward, ¿pasa algo?

-¿Enfermero?

-¿Cuál enfermero? Soy Carlisle, tu padre, ¿qué pasa hijo?- Edward se quitó el celular de la oreja y se dio cuenta de que había marcado a Carlisle en lugar de marcar el número de emergencias –Bella, bebé, parto, ahora, grita, Bella- dijo atropelladamente.

-¿¡QUÉ!?

-Bella, bebé…

-¡Ya entendí, ya entendí! Pero aún falta un par de semanas.

-Pero ya viene, y…ya…ya viene.

-Está bien, Edward.

-Pero ya viene.

-¡Está bien! ¿Por qué no la llevas al hospital?

-No he encendido el auto…-

-¡EDWARD!- gritó Bella detrás de la puerta. Él volteó a ver hacia el lugar del grito y antes de que pudiera dar un paso Carlisle llamó su atención.

-¿Y una ambulancia?... ¿Edward?

-¡Sí! Carlisle eso hacía pero entonces contestaste y yo pensé que llamaba a tu trabajo…- dijo rápidamente.

-¡Calma! Yo llamo a la ambulancia, pero escúchame con atención. ¿Qué está vistiendo Bella?

-Un camisón azul con líneas plateadas y rosas, un suéter gris, trae una coleta en el cabello y usa sandalias, ¡es adorable!, tiene una preciosa panza de embarazo, tiene el cabello café y…- Edward estaba tan nervioso que no sabía ni lo que decía.

-¡Edward!                                                      

-¿¡Qué!?

-¿Usa pantalones?

-No, no, no… usa unas mallas negras.

-Bien, quítaselas para que esté cómoda y déjala que tome la posición que quiera. No te separes de su lado. Voy para allá- dijo Carlisle y colgó. Edward escuchó cómo Carlisle arrancó el coche justo antes de aventar el teléfono celular por algún lugar.

Corrió de nuevo a la habitación y se encontró con que Bella gritaba y lloraba descontroladamente. Estuvo un rato ayudándola con las respiraciones y tomando su mano. Luego recordó las instrucciones de Carlisle, las había olvidado por completo.

-Mi amor, tengo que quitarte las mallas- ella estaba un poco calmada y respiraba agitadamente exhalando fuerte por la boca, Bella lo observó y asintió.

Con cuidado le quitó las mallas, luego se dio la vuelta para acomodarlas sobre la cama, en ese momento Bella se dejó caer en el piso en cuatro puntos, cuando Edward volteó la mirada hacia ella se le abrieron los ojos como platos.   

-Bella…la…la…la veo.

-¿Qué?- dijo apenas volteando a verlo. Edward se acuclilló frente a ella y tomó su rostro entre sus manos. La vio directamente y le transmitió todo el valor que pudo.

-Ya está aquí, vamos a hacerlo. No te voy a dejar sola, voy a estar contigo ¿está bien? Ahora vuelvo- ella asintió mientras sus lágrimas descendían; él le dio un beso en la frente.

Salió corriendo por un par de mantas limpias y muchas toallas. Escuchó un grito y corrió de nuevo al lado de Bella. Puso las mantas sobre el piso, pegadas a la cama, y encima de ellas las toallas. Bella se acomodó sentándose con la espalda recargada en la cama, Edward se puso detrás, sentado en el borde y pasó sus brazos alrededor de ella. Bella lloraba y tomaba respiraciones largas. Él la acariciaba delicadamente para ayudarla un poco.

-¿Preparada?- le preguntó y ella asintió –Hazlo cuando te sientas lista- asintió de nuevo y respiró profundamente.

Bella respiró profundamente de nuevo y empujó con fuerza; él la sostuvo con firmeza. Repitieron la operación dos veces más, a la siguiente Bella pegó un grito desgarrador y la niña salió. Ambos suspiraron, Bella temblaba así que él se agachó para envolverla en toallas y ponerla en el pecho de Bella. Ella la abrazó, sonrió débilmente y Edward le dio un suave beso en los labios. En ese momento entró Carlisle a la habitación.

-Oh, por Dios- se arrodilló a un lado de Bella y sacó cosas de su maletín. Aspiró la nariz de la pequeña y su garganta; luego la niña pegó un grito y comenzó a llorar –Bienvenida al mundo- dijo Carlisle sonriendo –Gracias, hija. Muchas gracias- le dijo a Bella, le dio un beso en la frente y no pudo evitar soltar el llanto.

Un par de minutos después la sirena de la ambulancia llegó a los oídos de todos. Los paramédicos atendieron rápidamente a Bella y a la niña y las trasladaron al hospital. En el camino Edward no se separó de ellas, estaba atento a todo lo que hacían y decían los paramédicos. Carlisle los siguió muy de cerca, iba justo detrás de la ambulancia. Llegaron al hospital y las atendieron inmediatamente; Carlisle ya había avisado que iban en camino.

-Edward, la niña…- le dijo Bella.

-Sí, mi amor- le contestó.

-Ed…- hizo el ademán de levantar la cabeza, pero entonces se desvaneció y cayó pesadamente sobre la camilla.    

-¿Qué… qué pasa?- dijo quedándose en medio. Sin saber si ir tras Bella o tras la bebé.

-Hijo, es mejor que esperemos aquí- dijo Carlisle tomándolo por un hombro.

-Pero… papá.

-Ellos saben lo que hacen, Edward. Ven conmigo, ellos nos avisarán de cualquier novedad- Edward asintió y se fue a sentar a un lado de su padre.

De a poco llegó su familia, todos muy nerviosos, deambulando, Charlie a punto de la histeria junto con Edward y  los sentimientos a flor de piel. Alice pasó lista de los presentes en la sala y se plantó frente a Edward, deteniendo su ir y venir.

-¿Dónde está Allie?

-Con Victoria.

-¿¡Qué!?

-No voy a discutir eso en éste momento.

-Pe…pe…pero- en ese momento la doctora de Bella se acercó a ellos.

-¿Cómo están?- preguntaron al unísono.

-Edward, ve con la enfermera. Bella quiere verte- le dijo en voz moderada mientras se giraba hacia el resto de la familia para explicarles cómo iba todo.

La enfermera guió a Edward hasta la habitación de Bella, cuando entró la encontró apenas recostada y con la mirada ansiosa.

-¡Edward!- él se acercó rápidamente y la tomó de la mano -¿Ya la viste?

-No, aún no.

-¿¡Por qué!?

-Está en incubadora.

-¿Qué? Quiero verla.

-Bella…

-Por favor, Edward.

-Déjame ver qué puedo hacer- ella asintió y lo esperó. Edward volvió acompañado de la doctora.

-Bella, tienes qué descansar...- comenzó a explicar.

-Voy a descansar cuando la vea.

-Estás muy débil.

-¡Quiero verla!- chilló.

-Hágalo doctora, no va a estar en paz hasta que la vea y la verdad… es que yo también quiero.

-Bajo tu responsabilidad Bella.

-Sí, sí, sí. Sólo déjame salir de la habitación para verla.

Prepararon todo para que Bella saliera en una silla de ruedas impulsada por Edward y guiada por la doctora, antes de entrar los hicieron ponerse una bata y luego se acercaron hasta donde estaba su pequeña y metieron su mano por el mismo orificio.

-¿Sabes lo mucho que me duele verla aquí?- dijo Bella con nostalgia.

-A mí también me duele- dijo Edward.

-Estará aquí sólo ésta noche, en observación. Si todo va igual de bien cómo hasta ahora, mañana en la tarde regresarán a casa.

-¿En serio?- preguntaron al unísono.

-Sí- sonrió la doctora –Cinco minutos, chicos.

-¿Por qué tan poco?- preguntó Edward como niño pequeño.

-Porque las dos tienen que descansar.

-Está bien- contestó haciendo un lindo puchero que hizo sonreír a Bella.

-¿Escuchaste, Renesmeé? Mañana estaremos en casa- dijo Bella amorosamente –Y conocerás a Allie, tu hermanita.

-¿Renesmeé?

-Sí, ¿no te gusta?

-Me encanta, Bella- dijo rozando levemente sus labios.

Sonrieron y aprovecharon su tiempo con su pequeña. Regresaron a la habitación y Bella durmió cuando todos entraron a verla. Rosalie y Alice regresaron a la cabaña para limpiar y esperar a que Allie regresara, luego se irían a la casa de los Cullen con Allie y esperarían a que Bella, Edward y la bebé regresaran a casa. Edward no se despegó de ellas, al otro día estuvo a su lado cuando la enfermera la trajo para que Bella la pudiera cargar. La familia llegó de nuevo, las visitaron y por la tarde se marcharon a casa bajo indicaciones médicas estrictas y varios medicamentos.

-Edward- llamó Bella cuando estaba perfectamente instalada en la habitación de Renesmeé mientras esperaban la llegada de Allie. La familia los dejó tener su espacio, estuvieron con ellos en los momentos clave y el resto para ellos solos… como familia.

-¿Dime?- dijo él embelesado con su hija.

-¿Hasta cuándo me ibas a ocultar lo de mi empresa?

-¿Cómo sabes eso?

-Lo descubrí por error.

-Te lo iba decir, pero después que naciera Ness. No quería alterarte- Edward esperó su coraje, pero nunca llegó.

-¿Cómo va eso?- contestó con serenidad.

-Lo llevamos lo mejor que podemos. Bella, después hablamos todo lo que quieras sobre la demanda.

-Tienes razón.

-Te amo, Bella. Gracias por Ness.

-Aquí está mi forma de decir que te amo- le contestó ella viendo de nuevo a su pequeña y preciosa hija.

Allie llegó, entre expectativas, Edward la cargó y la acercó a Bella y a la bebé.

-Mira, mi amor. Ella es tu hermanita- dijo Bella con amor.

Allie sonrió y se inclinó más haciendo como que daba un besito. Edward la acercó hasta que pudo dejar un sonoro beso en la mejilla de su hermanita.

-Edward, déjela ahí- dijo Bella recordando lo que había hecho Allie.

Con cara de duda Edward hizo caso y se acuclilló a un lado de la mecedora en la que estaba sentada Bella. Allie repitió la misma operación y caminó decidida hacia los brazos abiertos de su papá entre risas.

Los días pasaron con rapidez, las visitas de Victoria siguieron cada vez más seguido y con cada audiencia le daban más tiempo, hasta que pudo llevarse a Allie un día entero. La pequeña no dejaba de llorar cada vez que se la llevaban de su hogar.

En la última audiencia, el juicio se inclinó cada vez más a favor de Victoria, hasta que la custodia calló a sus manos. Bella y Edward sintieron que se partían a la mitad, que su felicidad había sido fracturada y rota en varios pedazos, Allie llevándose uno grande con ella y dejando un enorme vacío. La despedida fue dolorosa y amarga. Se reconfortaron los unos a los otros.

Estaban en la casa Cullen con la mirada decaída, los ojos rojos y las lágrimas a la orden del día. Alice sostenía a Ness que estaba ya casi de un mes mientras los demás se lamentaban que Allie estaría más lejos que nunca.

-No permitiré qué esto quede así- dijo Edward con firmeza –Pelearemos legalmente hasta que ella esté de vuelta- Bella asintió entre lágrimas.

El celular de Edward sonó, rompiendo el silencio y Bella apenas se removió entre sus brazos para dejarlo contestar.  

-¿Sí?- contestó con monotonía sin siquiera ver el identificador.

-¡Edward!

-¿Dime papá?

-¡Allie está aquí!

-¿¡Qué!?- dijo incorporándose y haciendo que todos voltearan a verlo con atención.

-¡Tuvieron un accidente ella…!

-¡Voy para allá!- dijo Edward y colgó.

-Victoria y Allie tuvieron un accidente y están en el hospital- informó alarmado. Su mirada desconcertante se conectó a la mirada de horror de Bella.

Todo se sumió en el más intenso silencio. Cuando no podían esperar algo peor… les sucedía lo inimaginable. 

 

 

Aaawwww

u_u

Bueno.... esperemos a ver qué pasa con Allie y Victoria

Aquí les dejo una pic del nacimiento de Ness, espero que les guste XD no soy muy buena editando ese tipo de fotos

¿Me regalan un comen? ¿Un voto?

Gracias!!!

Besos de bombón!! 

 

 

 

 

 

Capítulo 14: VALE LA PENA INTENTAR Capítulo 16: NECESITO TU AMOR

 
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