3.17 Calma
-¡Jake! ¡Detente!-grite histérica.
¿Qué había pasado? Yo solo le intentaba mostrar lo que ocurrió cuando… entro en fase y se abalanzó sobre Nahuel. Ya era demasiado para mi tener que saborear en aire de aquella habitación completamente impregnada con el olor de su sangre como para que encima ahora también se le uniese la de Nahuel. Volví a morder mi lengua ahora mas fuerte que antes, notando como corría un hilo de mi propia sangre por la garganta y mitigaba así, un poco, mi sed.
-¡Jacob vas a matarlo!-grito aun mas fuerte mi madre.
-¡Ya basta! ¡Así no lo lograras nada Jacob!-grito enfurecido mi padre-¡No me hagas repetir lo de esta tarde!-grito angustiado.
Aquello resonó en mi cabeza como en una habitación vacía, solo podía oír el eco de su voz confirmando mis amargas suposiciones. ¡Había sido el! ¿Cómo había podido dejarlo en aquel estado? El chasquido de sus dientes desgarrando los músculos del cuello de Nahuel me sacaron de mis pensamientos. Observe la escena. Nahuel en el suelo rodeado de escombros, inundado en su sangre y un enorme lobo arrancando a tiras la piel de su cuello.
Vi un resplandor azulado que atravesó la habitación e impacto de lleno en Jacob. Se detuvo y cayó fulminado a un lado.
Grite.
-¡Kate! ¡Maldita seas podrías haber sido mas sutil! ¡Casi lo fríes!-exclamo mi padre.
-Parece ser que una no puede echar tranquila un sueñecito con tanto griterío por aquí-comento mientras examinaba la escena.
-Es hora de que nos tranquilicemos y meditemos todo lo sucedido-sugirió Garret. ¡Ya me duele la cabeza de los gritos de Reneesme!-me guiño un ojo.
Corrí al lado de Jake. Había vuelto a ser humano y se encontraba inconsciente y completamente desnudo en un charco del que desee que no fuera su propia sangre. No pude evitar recorrer con mis ojos todo su cuerpo buscando aquellas heridas. Pero apenas podían percibirse ya. Era increíble la rapidez con la que se recuperaba.
Eche un rápido vistazo a Nahuel. Tumbado boca arriba con los ojos vidriosos mirando lo que parecía ser una grieta en el techo. Inmóvil y desangrándose, parecía que su mente ya no estaba allí. Ni siquiera su rostro mostraba dolor alguno. Solamente estaba allí en cuerpo. Observe como Garret le taponaba las heridas con una mano y lo levantaba con la otra. Se lo llevaban de allí.
Mi padre los siguió no sin antes cubrir a Jake con su chaqueta y volver a depositarlo en aquel sofá.
-Si, fui yo-susurro. Y desapareció de la habitación.
-Cariño cuida de Jake, voy a ver como se encuentra Nahuel-siseo rápidamente mientras me acariciaba la cabeza.
Ya solo quedábamos Jake y yo en la habitación. Note como se incrementaba mi ritmo cardiaco y sin poder evitarlo, roce sus abdominales con el índice, surcando sus músculos ensangrentados y me lo lleve a la boca, ¡Delicioso! ¿Como podía pensar en apagar las llamas de mi pecho con Jake en ese estado? Fui de una carrera al baño y empape todas las toallas posibles. Luego volví a acuclillarme a sus pies y empecé a limpiar toda aquella sangre con sumo cuidado. Cual seria mi sorpresa cuando no existían ya ni una sola de las heridas. Por más que limpiaba no encontraba nada. Tan solo pequeñas cicatrices algo rosadas. Alguien mi observaba, levante la vista y Jake me sonrió.
-Perdóname, yo… e vuelto hacerte llorar-dijo apenado- me deje llevar y no puede controlarme, lo siento-suspiro y cerro los ojos.
¡No sabia como sentirme! ¡Estaba feliz de que ya estuviese bien! y a la vez… completamente furiosa por no saber controlarse. Me deje llevar. Le bese la frente. Aquello debió sorprenderle, y callo la toalla al suelo. Nos quedamos callados, mirándonos, cuando pudimos oír con perfecta claridad las palabras de Kate, en la otra habitación.
-¡No se que le pasa! ¡No reacciona a nada!- grito- Las heridas son graves, pero no son como para que no reaccione a ningún estimulo, parece que su mente se a evadido por completo de su cuerpo-concluyo.
-Será mejor que lo dejemos descansar-añadió Garret.
-De todas formas, tu misma podrías explicarnos quien es ella… ¿verdad, Kate?-pregunto mi madre con una sonrisa maliciosa dibujada en los labios.
-Vamos a la otra habitación y dejémosle descansar-concluyo mi madre.
Vimos como todos se acercaban a nosotros y tomaban asiento cerca. Mi padre se coloco detrás de mí y apoyo sus manos en mis hombros, estrechándolos en ellas.
-Cuando quieras, puedes comenzar-sugirió.
-Kahiel… es la hermana muerta de Nahuel, victima de los atroces y brutales experimentos de Joham…
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