¿Qué es esto? ¿Un sueño? Lo dudo…¿Una pesadilla? Lo más seguro. No puedo mover ninguna
extremidad de mi cuerpo, ni siquiera siento tenerlo. Mis sentidos están totalmente apagados.
Sentía grandes ansias de poder liberarme de esta neblina y correr a…atacar. Lo que nunca había
deseado con mas ganas, ahora lo hacía. Deje mostrar mis colmillos y un gruñido logro por fin salir
de mi garganta. Sin tenerlo previsto una imagen de Jacob y yo se hacía lejana, estábamos en La
Push tomados de la mano, y las olas nos revolcaban. Después otra con mis padres, Edward y Bella,
cuando yo tenía meses y estábamos en la casa de mi abuelito Charlie festejando la navidad –en
todo caso sólo los licántropos, humanos y yo, ya que mis papás estaban nerviosos ante lo que se
nos avecinaba…Vulturi-. En momentos aparecíamos todos los Cullen, cada quien con su respectiva
pareja. Claro, yo era la única con un licántropo a su lado. En eso todas imágenes se
desmoronaban, y se venían abajo. “No” trate de gritar, pero era inútil, mi garganta no
profería sonido alguno. Todo era negro y no veía nada. Sólo lograba ver una chispa, la cual
salía de pecho, me estaba quemando y no podía sentirlo. Pude ver borrosamente un solo par de
ojos…Alec. Era por lo cual no podía moverme ni sentir nada mientras me quemaba. Mi mirada paso
rápidamente hacía su hermana que tenía en el piso a Jacob. No soportaba verlo sufrir bajo el
poder de Jane, se retorcía del dolor. Esa fue la gota que derramo el vaso para que la furia que
tenía saliera al aire “Déjame, ahora” gruñí dentro de la cabeza de Alec. Y así fue, deje de
estar bajo su encanto para poder correr y atacar a Jane…Hasta que una voz me detuvo.

- ¡Feliz cumpleaños, Nessie! –abrí los ojos de golpe. Me encontraba en la recamara que habían
construido para mi en la casa de cristal. Y jake me había salvado de mi pesadilla…
¿Felicitándome?

- ¿Cumpleaños? –pregunte con un hilo de voz, para ponerme sentada en mi cama. Note que él
estaba a mi lado, y con uno de sus brazos rodeaba mi cintura. Era una de las cosas que me gustaba de
dormir aquí, que él podía subir por la ventana y quedarse a dormir conmigo. Claro que bajo las
“reglas” de Edward.

- Si, hoy es 10 de septiembre ¿Recuerdas? –y se inclino para darme un beso.

- Cierto… -dije ausente-. Pues, felicidades señor. Usted ah sido la persona #1 por felicitarme
por mi cumpleaños número… ¡Ocho! –nos reímos al mismo tiempo.

- Entonces ¿Cuál es mi premio? –me dedico una sonrisa picara, de las que más me gustaban.

- Usted, mí apuesto príncipe…-vacile durante unos segundos-. Se ah ganado un beso –susurre con
voz sagaz.

Me acerque para darle un beso, pero me incline demasiado que caí encima de él, y sonreímos sin
separar nuestros labios. Pase mis manos alrededor de su cuello para jugar con su cabello entre mis
dedos. Él puso una de sus manos sobre mi cintura y con la otra acariciaba mis mejillas.

POV Bella. (1 hora antes)

Ya había terminado de hacer desayuno de mi pequeña cumpleañera, y di un pequeño suspiro.

- ¿Qué piensas? –inquirió Edward que en segundos apareció detrás de mí, y me dio un beso en
mi frente.

- Que Renesmee ya creció.

- No estés triste –acaricio mi mejilla.
No podía creer lo difícil que se me hacía esto, ella realmente nunca había sido una niña. A
veces llego a pensar que ella era la madura de nuestra relación, ¿Así se sentiría Renee con
respecto a mí? Nunca creí que así me sentiría con mi pequeña Nessie. En primera podría ser
porque nunca tuve en mente tener un hijo, no estaba incluido en mis planes, ni siquiera la vida que
tengo actualmente.
- Voy a llevarle el desayuno –le dije a mi esposo.

- Por supuesto –y me volvió a besar pero ahora en los labios.

Cuando llegue al cuarto donde ella dormía la puerta estaba entreabierta me asome y vi a Jacob a su
lado, abrazándola por la cintura. Me llego el recuerdo de la primera vez que descubrí esto
–tiempo después también Edward-. Un día como cualquier otro subí para despertarla ya que era
día de escuela, y los encontré juntos. No sabía qué hacer, si gritarle y dejarme llevar por la
ira, ó no decir nada…Y me recordó cuando yo hacía lo mismo con Edward, un vago recuerdo humano
que aún conservo –reí para mis adentros-. Es tan extraño cómo se vuelven a repetir varias
cosas, supongo que ya es de familia lo “extraño”. Después le tuve que recordar eso a Edward
cuando le tocó descubrir eso, y eso que yo creía ser la difícil de la relación con respecto a
Jacob y mi hija. Di media vuelta para dejarlos descansar, y más al rato bajarían a desayunar

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