Edward me pidió que lo esperara unas horas ahí en su casa ya que tenía que solucionar unos inconvenientes, pero nada de qué preocuparse, me llevo hasta su habitación diciéndome que si quería recostarme que lo hiciera con toda confianza en su cama, pues él dormiría en el sillón, además me aseguro que si no llegaba a la hora de la cena que no lo esperara, que me durmiera tranquila que en aquel lugar nadie me molestaría.
Una vez que Edward salió sin antes recordarme lo mucho que me ama y que desde hoy lucharía por mi aunque eso le costara la vida, me fui directo a mi maleta para encontrar ropa de cambio que utilizaría una vez después que me haya bañado, necesitaba relajarme y sacarme esa capa de sudor que había dejado la tensa conversación entre Jacob y Edward, antes de que éste le afirmara que me amaba y que temía que lo odiara. Pero me extraño cuando vi una maleta que no se parecía a la mía, me apresure junto a ella, la abrí y en efecto dentro de ella no reconocí nada como mío, sobre aquellas prendas había un sobre, lo tome, lo abrí y extraje la nota:
"Bella, disculpa mi falta de tacto ante toda esta situación por no haberte explicado lo que pensaba hacer, pero tras tu confesión pensé todo tan rápidamente que no sabía si resultaría fui directo con Nessi para contarle lo que pretendía hacer, ella en un principio estaba en desacuerdo pero finalmente la convencí y me ayudo a conseguir la dirección de Edward con su hermana pequeña, quien cuando supo que te llevaría con él se alegro, ¿debo suponer que ella sabe? , espero que no estés incomoda o puede que no resulten las cosas como espere, pero si no es así, en este momento estarás muy feliz porque arreglaste todo con Edward, yo por mi parte como debes de intuir, estaré con Nessi. Disculpa además por que tome tus cosas prestadas, veras, si quieres pasearte con Edward por las calles sin levantar sospechas necesitaras ropas adecuadas a tu situación, no quisiéramos que la gente hablara demás sobre lo bien acompañado que se encuentra un campesino con una damita de alta sociedad, debo decir que no solo lo pensé por ti, ya que esa misma situación me sucedería a mi si quisiera salir con Nessi, así que tenía pensado en prestarles tus vestidos, espero que no te moleste. Había un sobre dentro de la maleta, te prometo que no vi que había dentro solo lo cambie y lo deje en ésta maleta también cambie el bolsito donde llevas tus cosas de aseo personal junto con tu ropa intima, Bella realmente espero que todo nos resulte como anhelamos, tú en especial eres una gran chica así que mereces la felicidad que Edward te entregara, yo por mi parte intentare buscar lo mismo y cuando regresemos, junto enfrentaremos la realidad hacia nuestros padres, tu amigo incondicional, Jacob."
Comencé a sonreír tras terminar de leer la nota de Jake, él inteligentemente había pensado en todos los detalles, inclusive en tan banales como lo era la vestimenta para salir sin preocupación, pensé que de seguro mi madre desde el cielo me estaba tendiendo una mano al enviarme a Jacob, finalmente tome una camisola y fui por ese tan ansiado baño, prepare una cena pequeña pues tenía la intuición que Edward no llegaría, de seguro vine a complicarle la vida y siempre el tan amable y caballero no lo reconocería. Deje un plato sobre la mesa por si Edward llegaba con hambre, finalmente cansada por el largo viaje me dirigí a la habitación de mi amado, era un cuarto bastante pequeño que consistía en una cama donde cabrían dos pero muy juntos, un velador que en el solo tenia una lámpara y un pequeño closet al lado de la puerta, pero con tal de estar con él aguantaría ello y mucho más, no necesitaba una antesala a mi habitación o un gran closet y una gran cama para vivir, de hecho estaba pensando que sería una ventajas tener una cama tan pequeña, pero eso sería absurdo pues por lo poco que habíamos conversado de aquel tema con Edward, sabía que la única manera que él me podría poner una mano encima, seria estando casados… pero quizás algo se podría hacer.
Me tomo mucho conciliar el sueño, si es que realmente lo conseguí, pues cuando escuche que la puerta principal se abría lentamente, salte de la cama y corrió al encuentro de mi amado.
-Bella cariño, discúlpame si te desperté- se excusó Edward al verme llegar junto a él.
-No amor, no me has despertado, si no he conseguido dormir, te extrañaba demasiado- le dije avergonzada mientras miraba al suelo tras decir lo mismo que una niña pequeña diría, pero yo no le tenía miedo a la oscuridad, sino que tenía miedo a que Edward desapareciera -¿Conseguiste solucionar aquello que fuiste a hacer?- le pregunte mientras él se acercaba a mí con una gran sonrisa.
-Sí, la verdad es que me fue mejor de lo que pensaba- me dijo –Fui con mi jefe para contarle que tenia visitas, para que me diera el día libre mañana, pero algo vio en mi que sintió curiosidad, así que le explique que mi novia me vino a visitar- me dijo mientras tomaba mi mano y dejaba un beso en ella -Mi novia de la cual estábamos separados por que su padre nos prohibía nuestro noviazgo, así que cuando supo que estarías aquí una semana, no dudo en darme a mí la semana libre- me dijo lleno de felicidad, felicidad que compartí ya que hace mucho no teníamos suerte y esto clasificaba como una y muy grande.
-Amor que alegría- le dije mientras inconscientemente se me salía un gran bostezo, Edward me tomo por la cintura divertido.
-Amor ¿Por qué no has podido dormir?- me pregunto entre preocupado y divertido aún.
-Es solo que…mmm…es solo que no podía dejar de pensar en ti y en que ahora que te tengo cerca no quiero alejarme de ti, te extrañe- le confesé ruborizada, si bien era la verdad no es fácil soltar de buenas a primeras todos tus sentimientos y tus miedos a la vez.
-Pequeña- me dijo mientras besaba mi frente -¿quieres que te acompañe, solo hasta que duermas?- me dijo acentuando la última palabra, y como bien sabia aunque no lo dijera lo sabía de todas formas.
-Te lo agradecería- le confirme –pero preferiría que no me dejaras, confió ciegamente en ti y sé que nunca te sobrepasarías- lamentablemente pensé, pero no entendía a que venía todo eso, pues nunca había pensado tanto en ello desde que nos separamos, era como si algo dentro de mi me sugiriera algo, pero que no conseguía descifrar el que.
-Gracias amor por tu confianza, pero no solo lo hago por eso amor, preferiría que no tentáramos a la suerte y al autocontrol que intento ejercer cuando estamos solos- ¿Cómo, acaso el también lo ha pensado? Imposible.
Caminamos juntos de la mano hasta su habitación, me metí en la cama y él sobre la colcha se quedo con las mismas ropas que traía en el día, comenzó a acariciar mis cabellos con sus suaves manos y a tararear una melodía que tenía que preguntarle de quien era pues me parecía hermosa pero sabía que tenía que hacerlo mañana pues su voz cada vez se escuchaba más lejana –Duerme mi pequeña, que siempre estaré aquí para velar tus sueños, te amo- y lo ultimo que recuerdo fue un tierno beso que dejo en mi frente.
Por la mañana desperté como nunca, llena de alegría, esperanza y entusiasmada por un nuevo día, era increíble lo que Edward podía provocar en mi, pues hace unos días atrás estaba sumergida en un pozo oscuro cayendo a toda velocidad pero que gracias a mi ángel y a mi buen amigo, es que en estos momentos estoy tan feliz, sintiendo como si viviera con mi esposo, en nuestra casita, como siempre lo soñé, pero me asuste cuando me gire para ver a mi ángel a mi lado, lo quería abrazas, besar y ver aquellos hermosos ojos que me quitan la respiración, pero en lugar de todo ello solo había un espacio vacío y helado, que me indicaba que había dejado el lugar hace ya un rato, salte de la cama preocupada al borde de las lagrimas pensando en que todo aquello había sido un sueño, desde que nos habíamos reencontrado y él afirmándome que lucharía por mí, hasta que estaba en su casa de la cual estaríamos juntos una semana, quizás aquel lugar seria una hostería a la que me había llevado Jacob como escala al lugar que él me llevaría, me volví a meter a la cama pero esta vez me lleve todas las mantas de la cama a la cabeza, me acurruque dentro a la altura de los pies para esconderme y dejar la vulnerabilidad fuera, todo había sido tan real y tan perfecto que me cachetee al permitirme dormir para luego despertar de aquel sueño que hubiese vivido eternamente aunque hubiese tenido que doparme de por vida –Por que tengo tan mala suerte Dios, porque me castigas con aquellos sueños tan reales, disfrute mientras me tenía en sus brazos y ahora me haces volverá la realidad donde el no quiere estar conmigo- decía en voz alta recriminándome por haberle permitido a mi cabeza soñar más de lo debido, escuche unas risitas divertidas al otro lado lo que me congelo, tenía que salir de ahí tarde o temprano. Así que lentamente empecé a mover las mantas y a subir había las almohadas para ver de seguro a Jacob riéndose de mí, pero grata fue mi sorpresa cuando me encontré con esos ojos.
-¡Edward!- grite, mientras intentaba desenvolverme de las mantas, pero se me estaba haciendo más difícil, provocando que me enredara aún más, iba a irme contra el suelo por mi torpeza cuando Edward rápidamente me agarra en el aire.
-Amor ten cuidado, no seas tan ansiosa- y me beso en los labios, yo no podía creer que fuera real, me había cuestionado tanto que todo había sido un sueño tras despertar sin él.
-¿Dónde estabas?- le pregunte, mientras inconscientemente se me formaba un puchero en los labios, al parecer a él le agrado pues me sonrió con ternura, besándome y agarrando mi labio con sus dientes de una manera muy seductora, lo que me llevo a soltar un pequeño gemido, él se tenso un poco y me dejo rápidamente en la cama.
-Fui por nuestro desayuno- dijo mientras tomaba la bandeja que de seguro dejo cuando entro a la habitación y la posiciono sobre la cama, sentándose a mi lado –Buenos días- me dijo lleno de felicidad –sabes, te ves muy tierna cuando te quejas como una niña pequeña y no pienso dejarte tontita, si te amo- no cabía más de la felicidad, y así empezamos a desayunar juntos.
De esa manera pasamos parte de la mañana, cuando estábamos comiendo inevitablemente salio el tema de la separación desde la boda de Emmett, iba a empezar a disculparse nuevamente, vi en sus ojos el peso y el dolor que le causaba recordar todo aquello, y bueno no solo a él pues a mi me sucedía lo mismo –Amor, lo se de verdad se que nunca lo dijiste por que lo sintieras, no tienes que disculparte y si vamos a empezar con las disculpas tu igual tienes que hacerlo por no haberte dicho que me obligarían a comprometerme- le dije para terminara de zanjar el tema , él me aseguro que no volvería a dejarme sola nunca más aunque viniera mi padre a exigírselo, él solo haría lo que me corazón le pidiese. Quede mucho más tranquila al escuchar sus palabras, realmente las necesitaba pues una parte de mi seguía temiendo algo, era un mal presentimiento que no me dejaría 100% feliz vivir este sueño hecho realidad. Le comente también lo que Jacob había hecho con mi maleta, él se puso feliz de saber que tenía un buen amigo y que éste no me había dejado sumirme en la tristeza cuando peor lo estaba pasando, me aseguro que cuando lo viera le agradecería mucho más por lo que hizo por mí, él por su parte me confesó que lo único que él hacia era ir del trabajo a la casa y viceversa, que varios de sus compañeros intentaban invitarlo a algún bar pero que siempre terminaba declinando la invitación por no encontrase de humor, ya que nunca pudo encontrar paz o tranquilidad y que sus absurdos intentos por olvidarme simplemente lo hacían recordarme más, en parte me sentía feliz de saber que nunca me había sacado de su mente pues yo tampoco lo conseguí, pero por otro lado al ver en su rostro cuando recordaba aquello se veía la desolación que mantuvo por todos estos meses –Te amo, entiendes- le dije –No volveremos a separarnos nunca más, cuando regrese tengo decidido enfrentar a mi padre, él no me obligara a casarme con alguien que no amo simplemente por que considere que es su deber buscar alguien "digno" para mi- y esa confesión le lleno el rostro de felicidad, finalmente decidimos levantarnos para aprovechar el hermoso día que se nos entregaba.
Tome un vestido sencillo que había en la maleta, por suerte los gustos de Nessi se asemejaban a los míos en cuanto a diseño y a colores, era un vestido verde de mangas a tres cuartos de las muñecas con los hombros algo caídos, tres dedos sobre las rodillas, ajustado en el pecho y suelto de la cintura para abajo, cómodo como los míos propios –Hermosa hasta con ropas ajenas- me dijo mientras besaba mi mano y me conducía al exterior.
Edward me llevo de paseo a recorrer el pueblo, era increíble la sensación de pertenencia, pues íbamos tomados de las manos como cual pareja de casados sale en un fin de semana a tomar aire, lo mejor fue cuando nos topamos con dos colegas de trabajo de Edward, uno llamado Tyler y el otro llamado Mike, éste último algo más interesado en conocer de mi.
-Hola preciosa ¿de donde has salido? Nunca te había visto por estos lados- me dijo el que respondía al nombre de Mike, sentí como Edward se tensaba al lado mío.
-Mike, déjanos seguir con nuestro paseo, nunca la habías visto por que no es de aquí, ahora si me lo permites- le dijo intentando pasar pero Mike nos impidió el paso posicionándose delante de mi.
-Muñeca, creo que has salido de mis mejores fantasías, por que mejor no vienes con un hombre de verdad- me dijo mientras me ofrecía su mano –Veras, Edward es algo sentimental, a estado algo melancólico, si ya parece niñita y de seguro sufre por alguna otra chica, no pierdas tu tiempo con él- y me sonrío de lado intentando ser seductor, pero eso no lo conseguirá con años de practica, la única sonrisa que podía cautivarme era la de mi amado que al verlo me di cuenta que cada vez se iba poniendo más rojo de la cólera, vi que iba a decir algo y de seguro llevaría a una pelea, así que intervení.
-Gracias Mike, no te puedes imaginar como me duele rechazar tan encantadora invitación- le dije sarcásticamente mientras mi mano la llevaba en dirección a la suya y poco antes de tomarla la guiaba hacia el pecho de Edward, Mike palideció –pero dudo que pueda cambiar a este semental por un cachorrito en pleno crecimiento- Edward a mi lado sonreía abiertamente y aunque no tenia el conocimiento de que tan "semental" podría llegar a ser Edward pues no me dejaba conocerlo, tenia que decirlo para acallar a Mike.
Edward cortésmente pero con un tono de enojo en su voz simplemente se limito a decirle que era su novia y que no tenia por qué contestar a sus preguntas, me ponía feliz ver la demostración de amor y comprobar sus celos cuando alguien intentaba llamar mi atención, era ilógico e imposible pues mi atención siempre estaba con Edward aunque no hiciese nada. Los amigos entendieron que nada conseguirían, al menos de mí y se fueron pero Mike antes de irse me guiño un ojo ganándose un pequeño gruñido de mi novio.
-No sabía que el señor Cullen era tan celoso- le dije entre risitas, la alegría se me salía por los poros, disfrutaba cada instante con Edward y verlo así me hacia querer saltar a besarlo a cada segundo.
-No lo era la verdad, hasta conocerte a ti y saber que tenia la mejor suerte del mundo al tener tu atención y tu amor, desde ese entonces me molesta que alguien más intente tener lo que es mío- me dijo con un puchero como niño pequeño, le di un corto beso en los labios mientras me reía de su infantil pero tierna declaración.
-Y yo no sabia que tenia una fierecilla leona disfrazada de gatita- me dijo entre risitas, me ruborice al recordar lo que había dicho –pero me encanta que seas así, espero que no seas así cuando estés sola por que un hombre lo puede interpretar de diferente manera y te aseguro que esas reacciones pueden ser peligrosas para tu propio bien- me dijo picadamente –por otro lado tu eres solo mía- y me beso nuevamente pero ahora con mayor fuerza, como quien intenta marcar su territorio.
-No sabía que tenía dueño- le dije a tono de broma, pues en el momento en que él acepto y acogió mis sentimientos, retribuyéndolos de igual manera comencé a pertenecerle en un 100%.
Su semblante cambio a tristeza, tomo mi mano derecho y me beso los dedos –Quizás ya no lo recuerdes cuando te prometí que algún día conseguirá el dinero suficiente para reemplazar este símbolo de amor por un anillo como el que te mereces y que demostrara que eres mía, que eres mi mujer y de quien espero que sea la madre de mis hijos- su confesión causo un revoloteo de mil mariposas en mi estomago, claro que recordaba lo del compromiso y la absurda idea que tenia de querer regalarme un anillo, como si para mí eso significara que me quería más, absurdo pues para mi aquel símbolo que utilizo para sellar nuestro noviazgo a sido la cosa más hermosa que podía haber hecho, pero por otro lado nunca había mencionado la palabra "hijos" y de solo planteármelo y que él fuera el padre de ellos me hacia querer saltar de felicidad, se que falta tiempo para ello, primero debía enfrentar a mi padre y luego que su familia entendiera que no nos importaba que tan diferente podríamos llegar a ser a vista de la sociedad pero sobre todo que nos amábamos por sobre todas las cosas, además yo aún tenía pendiente el tema de mi titulo de condesa que adquiriría mayor poder cuando cumpliera los dieciocho, si bien ahora en este momento no era tema, tenía pensado en renunciar a el cuándo me casara con Edward.
-Amor no seas tontito, mi anillo es perfecto- le dije dándole una enorme sonrisa que me nacía desde el corazón –ni se te ocurra intentar cambiarlo, quiero que nuestros hijos lo vean cuando sean más grande y se sientan orgullosos del padre de tan buen corazón que tienen y que es un símbolo lleno de amor- su carita se ilumino cuando mencione "nuestros hijos", quizás el pensaba que yo no aceptaría un lazo tan importante así con él, pero de ser el caso estaría muy equivocado, pues yo lo quería todo con él, todo el pack que incluye desde el matrimonio, la casa hasta los hijos.
-Eres magnifica- me dijo tomando mi rostro entre sus manos y dándome un beso lleno de ternura que me quito el aire y me llevo al cielo solo con sus caricias en mis mejillas mientras acariciaba mi labio con su dulce lengua –Te amo, te amo, te amo y no me cansare de decírtelo nunca.
-No lo soy, es solo que tú me haces ser así, intento ser lo mejor para ti y también te amo- le confesé, urgiendo nuestro beso, pues de un tiempo a esta parte cada vez que él me besaba con esa ternura que me llenaba de escalofríos el cuerpo, que me erizaba la piel terminaba por reaccionar de la manera inversa, siempre algo más hormonal que él.
-Bella, por favor primero estamos en la vía pública lo cual no se vería que un hombre le devorara los labios a besos a una damita como tú y por otra parte deja de provocarme, si quieres llegar intacta al matrimonio estas dificultándome la parte racional- me dijo algo ruborizado.
-¿Quién ha dicho que quisiera eso?- le dije levantando una ceja e intentando sonar seductora.
-Amor no sabes lo que dices, tu mereces algo mejor que algo pasional, mereces que te traten con respeto, delicadeza, ternura y amor- me dijo mientras dejaba un beso en mi coronilla.
-Amor, tu eres el que tiene una visión errada de la situación, no quiero que pienses que soy una cualquiera pero…- pero no me dejo terminar.
-Bella, este no es el mejor momento y lugar para hablar de ello, ya lo hablaremos más adelante y en privado, pero ahora sigamos con el tour por el pueblo- claro, cambia de tema no más pensé, pero ya lo haría hablar de ello, aunque él no quisiera.
Finalmente me llevo de paseo a una pequeña granja que se encontraba a la entrada del pueblo que de seguro debí ver cuando llegue aquí con Jacob, pero quizás iba tan nerviosa por la situación que Jake me hizo prometerle que no me di cuenta. Edward alquilo unos caballos y dimos un paseo, me acorde de Aura y pensé que cuando toda esta situación mejorara tendría que traer mi caballo conmigo, Edward me felicito porque estaba montando correctamente, pero lo mejor es que al pasar como una chica de clase baja podía cabalgar como hombre, es decir, con una pierna a cada lado y aunque se me dificultara por andar con vestido, Edward amablemente se consumió un pedazo de tela para poder amarrármelo a la cintura para tapar mis piernas que se veían al subirse el vestido, lo que claramente era mucho más cómodo. Llegamos cerca de las nueve de la noche a la casa, iba sumamente cansada, llevaba un brazo sobre sus hombres mientras Edward me tenia rodeada fuertemente con uno de sus brazos por la cintura, ya que me quede dormida arriba de la carrosa que pago para que nos acercara más a la casa, cuando llegamos me llevo directo a su habitación, yo estaba feliz simplemente de estar con él, pero cuando note que se disponía a ir, proteste.
-Mi amor, quédate esta noche nuevamente, no creo poder dormir si no estás junto a mi- le dije intentando sonar como una niña pequeña para enternecerlo.
-Bella amor, creo que no es lo correcto, por favor déjame hacerlo a mi manera, no te darás cuanta cuando el cansancio te venza, duerme bien hermosa, te amo- me dio un beso rápido y salió dejándome sola en su habitación, ¿Cómo es que conseguía ser tan fuerte? Pero de seguro el no deseaba lo mismo que yo, definitivamente tenía que buscar su talón de Aquiles.
Intente con todas las posiciones posibles de conciliar el sueño, ya sea de espalda, boca abajo, posición fetal, de costado, me cambie hacia los pies, pero nada, incluso tome una camiseta de Edward del cajón para conseguir su aroma, pero con el solo hecho de saber que él estaba a unos pasos de mi y podría tener ese olor más concentrado no me dejaba dormir, decidí salir a ver si Edward no cambiaria de opinión, habían pasado algunas horas y le demostraría que no pude dormir sin él, pero grata fue mi sorpresa cuando lo vi en aquel pequeño sillón dormido, tapado solo con una manta, verlo dormir tan sereno y en paz, esa paz que había adquirido cuando nos reconciliamos, pues cuando llegue con Jacob y lo vi, se veía perdido al igual que yo, poco a poco baje mi vista de su hermoso rostro para encontrarme sin duda con lo mejor, con su torso desnudo, perfectamente diseñado para invitarte a mirarlo, incitándote a tocarlo sobre su piel suave y sus fuertes músculos, tenia que ser un pecado mortal verlo, aquello debía ser prohibido al ser tan perfecto, podía ser una dama, incluso no estar casada aún pero definitivamente su cuerpo no le era ajeno al mío, a mi inconsciente irracional que me pedía que lo incitara a tomarme de una buena vez, seguí recorriendo su pecho y aunque sabía que estaba mal, baje mi vista hasta el inicio de la única prenda de vestir que traía puesta, su pantalón que ocultaba de seguro el placer más exquisito y puro que podría entregarle una mujer, y espero con todas mis fuerzas que sea la única que tenga ese placer. El clima era tan seco y caluroso por la sequia que lo hacía dormir de esa manera, yo feliz dejaría de dormir para contemplarlo por las noches pero tenía que respetar su espacio y la confianza que él me había entregado, él evitaba cualquier acercamiento para no faltarme el respeto y yo estaba haciendo todo lo contrario al violar su intimidad, pero no sé en qué momento mientras pensaba que mi mano se fue a su pecho, necesitaba sentirlo y confirmar lo que mi cabeza me decía, que su pecho era suave como los pétalos de una rosa o como el terciopelo y tibio como el amanecer en el verano, pues ahí estaba yo, llevándome por los impulsos primitivos y las revoltosas hormonas que tenia y finalmente lo toque, sentía bajo mi mano su respiración acompasada y su piel invitándome a que nos uniéramos en una sola, dermis con dermis para así acabar en el acto de más puro de la demostración del amor físico, estaba nerviosa sin duda, nunca había tenido un encuentro cercano con el sexo opuesto y esto era lejos lo más osado que había hecho en mi vida.
-Bella si continuas, por tu bien y por mi bien físico y mental tendré que dormir en la casa de algún amigo- me dijo mientras tomaba delicadamente mi mano que seguía recorriendo su pecho y la besaba, mientras el abría los ojos dándome de lleno con sus verdes que se veían más oscuros y más intensos, me asuste con su amenaza pero es que realmente lo necesitaba y pensar en su rechazo de cierta forma me hería el orgullo de mujer.
-No amor, perdóname- le dije mientras me levantaba- es solo que vine aquí para decirte que no he podido dormir todo este rato y verte así, tan tranquilo y en paz que necesite sentirte más cerca, no fue mi intención, no quiero que te vayas por ser tan terca y entender que no quieres tenerme tan cerca- le dije y salí casi corriendo a la habitación, cerrando la puerta al momento de entrar y al escuchar los pasos de Edward siguiéndome.
-Bella amor, ábreme la puerta por favor- me pidió –no es lo que piensas, pero si quieres que te explique necesito que me veas a la cara pare que veas en ella la verdad de mis palabras-y aunque quería con todas mis ganas abrir esa puerta y creer lo que me fuera a decir, la parte que saldría lastimada de mi me impedía levantarme y abrirla.
-Edward, es mejor así, vete a dormir creo que al fin encontré el lado para yo hacerlo, mañana nos vemos- le dije y él al percatarse de mi determinación no le quedo de otra que volver –Buenas noches amor, recuerda que te amo- me dijo antes de escuchar como se acomodaba en el sillon. Finalmente me dormir, pero más que nada por la frustración, sabía que mañana se vendría una gran discusión por mi impertinencia y sobre todo tendría que ser fuerte ante la afirmación del hecho de que no era sexualmente atractiva para Edward, de seguro la falta de experiencia y la poca atracción física no eran de mucha ayuda para alcanzar lo que anhelaba de él, pero inversamente él incluso vestido causaba estragos en mi interior y ahora que lo había visto como tantas veces había imaginado y aunque sin duda mi imaginación no le hacía justicia, esto sin duda seria la mayor complicación para mi estadía aquí, y eso que aún quedaban seis días más.
Continuara...
hola aca esta el capitulo de hoy espero q les guste y q les parecio q hara Edward para frenar las hormonas alocadas de Bella y q hara Bella para derrumbar el autocontrol de Edward y salirse con la suya tiene 6 dias para lograrlo lo conseguira q dicen ustedes?
|