Hasta los vampiros cometen errores.

Autor: Huellas
Género: Romance
Fecha Creación: 24/07/2010
Fecha Actualización: 24/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 7
Comentarios: 31
Visitas: 33969
Capítulos: 16

¿Qué hubiera pasado si Reneesme no hubiera venido al mundo? Aquí les dejo un Amanecer alterno. Hasta los vampiros cometen errores.

 

 

 Todos los derechos de autor reservados a Stephanie Meyer autora de la Saga Crepúsculo, quien es la autora oficial de los personajes conocidos del siguiente FanFic.  

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Capítulo 16: Epílogo.

 

Epílogo.

-¡Dale, Emmett! –repetía Rosalie a su esposo, alentándolo para que le ganara a Bella, quien sostenía una mano contra el oso de la casa, jugando al pulso, por incitativa de él después que volviera a la casa.

Los espectadores aglomerados en la mesa de la cocina, mesa que Esme cuidaba con el alma, estaban Esme, Carlisle, Alice –quien sabía que iba a ganar la mujer –, Jasper, Edward, Micaela, Raúl, Jacob y Lizzie. Estos dos últimos estaban allí por petición de la última, que no quería abandonar por completo el hombre que fue importante en su vida.

-Vamos, Em, si estás cansado puedes rendirte –repitió Edward rosando sus labios contra el hombro de Bella, quien lo miró divertida. Emmett gruñó.

-Pff, ella no me va a ganar por segunda vez –refunfuñó el oso.

-Em, ya lo vi. Ríndete –murmuró Alice abrazándose a Jasper. Jasper rió contra el hueco del cuello y hombro de su novia, sentía la humillación en el ambiente que estaba alrededor de Emmett. Edward ahogó la risa.

-Tú puedes, osito –alentó Rosalie.

Esme y Carlisle se alejaron del montón para irse a la sala y sentarse a hablar. Micaela y Raúl se dedicaban a observar atentos la nueva Bella que no conocían. Por su parte, Jacob se sentía incomodo allí pero él haría cualquier cosa por Lizzie.

-¡Pff! –gritó Emmett soltando la mano de Bella de un momento a otro. Y desapareció de la mesa, seguido por Rosalie. Todos rieron al unísono.

-¡Vuelve, Emmett! ¡Me debes dinero! –gritó Jasper sin moverse de su lugar. Todos rieron más fuerte y Bella se quitó una gota de sudor imaginaria de la frente.

-Qué duro, oso. Me has hecho sudar por segunda vez –murmuró. Emmett gritó desde la segunda planta.

-¡Cállate, Bella!

-¡Cállate, Emmett! –respondieron Bella y Edward al tiempo y después rieron más.

-Bella, Bella, ahora ¿podemos ir de compras? Estoy sufriendo por verte con la misma ropa con la que te fuiste –pidió Alice colgándose del brazo de su barbie hermana. Bella miró a Edward suplicante, y la sensación de dejavu  recorrió el cuerpo de los tres presentes, y se remontaron a hace un año y tres meses. Edward agarró la cintura de su esposa y la aferró a su cuerpo, miró a Alice con la resolución en el rostro.

-No te la vas a llevar, Alice Cullen –medio gritó Edward, exagerando su actuación, dejando que una sonrisa, una muy reconocida sonrisa, se descubriera en el rostro.

-Vamos, Edward, no seas paranoico –jugó Bella pegándole suavemente en un lado de la cara.

-Bella, vamos, por favor, quiero salir un rato –intercedió Micaela. Bella se rindió, alzó las manos en señal de rendición y se volteó hacia Lizzie quien estaba a punto de salir por la ventana con  Jacob en la mano.

-¿Quieres acompañarme en mi cárcel personal, Lizzie? –le preguntó tragándose el orgullo.

-Yo… bueno, yo… -tartamudeó un poco y miró a Jacob preguntándole con la mirada, él se encogió de hombros, lo que ella quisiera siempre –, si no molesto…

-¡Por favor! Mientras más gente mejor, tendré más muñecas –dijo Alice corriendo escaleras arriba, abrió una puerta y Emmett y Rosalie gruñeron -¡Lo siento, lo siento! Ya, lo siento, no me miren así, ¡Jasper, ayuda! –gritó Alice devolviéndose hacia la mesa. Jasper protegió a su novia entre los brazos mientras aparecía Emmett abrochándose los pantalones y sin camiseta. Acorraló a los novios en un rincón y simuló cazar.

-¡Alice! –dijo con voz tenebrosa.

-¡Dejen de jugar, niños! –gritó Esme desde la sala. Todos rieron, incluso Rosalie desde arriba y se escuchó la corredera subirse.

-¡Rose! Vamos de compras, ¿te nos unes? –preguntó Bella medio gritando. Edward gruñó contra su piel.

-No quiero que vayas.

-Sí, ya bajo –respondió Rose.

Las cuatro mujeres salieron de la casa a los diez minutos, rumbo Port Ángeles, seguidos de sus parejas.

-¿Cómo te has aguantado esto? -preguntó Lizzie tomando del brazo a una cansada Bella. Ella rió.

-Ni siquiera cuando era humana, y por fin veo que alguien tampoco se interesa en las compras como yo -susurró a su oído. Alice y Micaela voltearon, ya que iban más adelante que ellas, y las dos le sacaron la lengua.

-¡Te escuchamos! -gritaron por entre la gente. 

-Shh, shh. Levantamos a las fieras -dijo Lizzie. Entonces las dos amantes de las compras se voltearon y corrieron hasta ellas, arrastrandolas a las dos hacia una tienda de lencería fina. 

Jacob y Emmett silbaron de felicidad, y Lizzie se sonrojó. Edward supo con certeza que si su esposa pudiera, tambien lo hubiera hecho. 

Todos rieron. Aunque claro, Jacob no estaba muy cómodo, y Edward lo sabía.

Pero ahora las cuatro amigas, harían que esa rivalidad pendeja dejara de serlo, para dar paso a la amistad inquebrantable que años después, tendrían que fortalecer para unirse otra vez para enfrentar a los Vulturi.

Capítulo 15: Te amo desde siempre y para siempre.

 
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