BAJO LA LUZ DE LA LUNA

Autor: fati_fitimeta
Género: Romance
Fecha Creación: 20/06/2010
Fecha Actualización: 22/06/2010
Finalizado: SI
Votos: 5
Comentarios: 11
Visitas: 59344
Capítulos: 55

 

En el amor vale todo, lo darías todo cuanto quieres a esa persona que te ilumina cada mañana, tan solo con esa sonrisa perfecta.

El lugar más bonito es bajo luz de la luna, a veces en situaciones, como la adolescencia pensamos que esa persona no es correspondida, ¿pero y si se trata de un hombre lobo?

¿Y si ese hombre lobo está imprimado de ti?

En tal caso, pasan obstáculos en nuestra vida, tanto buenos como malos.

Hay que fer valientes y afrontar a esas cosas.

¿Qué pasaría si fueras una chica semi vampira y semi humana?

Fantástico, ¡eh! Pero muchas veces las cosas cambian, pueden ocurrir cosas desagradables, que puedes llegar a tiempo a saber lo que pasa o no, incluso ¿Os habéis parado a pensar que los sueños se hacen realidad? Pues, en algunos casos, las pesadillas si… pueden llegar a ser horribles.

Y pase lo que pase, siempre tendrás a tu lado a la persona que realmente te ama.

Básicamente son cosas de adolescentes, una vida muy aventurera, con muchas cosas.

 Pero es como un cuento de hadas, ¿podrá tener un final feliz?

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 16: Salvada?

Narra Jacob

 

 

Carlisle entró con Alma en brazos aun desmayada.

-         Cojéela y ponla en la camilla.

Cogí a Alma con cuidado, tenía la camiseta lleva de sangre. Estaba perdiendo mucha sangre.

-         ¿No puede morir verdad?

-         Poder, puede. Pero no lo permitiré.

-         ¿Cómo puede ser? No es humana…

-         Si es humana, y mitad vampiro por parte de los poderes.

-         Entonces…

-         Si Jacob, podría morir, ahora mismo. Así que ayúdame.

-         Si.

-         Tráeme agua caliente y un paño ¡Corre! Está perdiendo mucha sangre… demasiada.

Fui al baño y puse en un cacharro el agua caliente, cogí el paño y fui al cuarto otra vez.

Oí la puerta, cuando entré estaba Edward al lado de su hija.

-         Alma, venga despierta. Vamos. – le decía su padre a su hija una y otra vez.

Pero Alma… nada, no reaccionaba.

-         Lleva más de una hora inconciente. – dijo Carlisle.

Entonces cogió el agua y mojó el paño.

Empezó a lavarle la cabeza, donde tenía el corte.

-         Quitadle la camiseta.- dijo Carlisle.

Edward le quitó la camiseta. Sería un poco raro que se la quitara yo…

-         ¿Carlisle, por que puede morir?- preguntó Edward.

-         E estado estudiando al ser ella mitad y mitad, y como los humanos están a esa edad en la pubertad, son adolescentes… A ella le afecta en que está más débil, y ahora tiene riesgo en morirse como cualquier humano, ahora es como si fuera solamente humana, sus poderes le funcionan menos. A lo mejor por eso no ha podido deciros nada. Lo habrá intentado, por que no. ¿La habéis escuchado en vuestras cabezas?

-         No.

-         Pues es por eso, esta en la pubertad, humana. Ahora es como si no fuera vampiro.

Carlisle seguía limpiándola.

-         Entonces por eso también lo que le pasó en la playa… no tuvo facilidad en salir…- dije

-         Si. Ahora es una humana.

-         ¿Se quedará humana?

-         Eso aun no e llegado en mis conocimientos, pero sobre los dieciocho o los veinte lo más seguro que vuelva a ser como antes.

Cuando ya no quedaba rastro de sangre cogió una aguja.

-         Edward pásame ese hilo.

Edward cogió el hilo, y Carlisle empezó a coser el corte que tenía a un lado de la frente que llegaba asta un tramo de la cabeza.

Entonces Alma se movió un poco. 

-         Alma…- me acerqué a ella.

Edward me paró.

-         Está empezando a despertarse, pero ahora esta pensando…

-         ¿Qué dice?

-         Está recordando lo que le ocurrió.

-         ¿Puedes verlo?

-         Si, un momento.

Carlisle quitó el papel lleno de sangre y lo quemó, para no dejar más rastros.

Alma volvió hacer otro movimiento y se quejó.

-         Le duele.- dijo Edward.

-         Si.

-         No tardará mucho en despertarse, quiere ya. Nos oye.

-         ¿Ya nos oye? Ahora tendrá que ir con más cuidado.

-         Si, no la dejaré sola tanto tiempo.- le dije.

-         Gracias Jacob.- me dijo serio Edward.

Pensé en despertarla por mi mismo, no se si funcionaría, pero tenía que probarlo. Entonces me acerqué a ella y le susurré al oído.

Te amo.

Y le di un beso.

 

Narra Alma

 

 

Me dolía la herida, notaba como pequeños pinchacitos en la carne. A los pocos segundos empecé a oír a mi padre, Jacob y a mi abuelo, hablar. Entonces me alivié al saber que estaba con ellos, pero yo estaba inconciente todavía, pero empecé a recordarlo todo. Me moví, quería abrir los ojos, pero los párpados me pesaban.

-         ¿Ya nos oye? Ahora tendrá que ir con más cuidado.

Era la voz de mi abuelo.

-         Si, no la dejaré sola tanto tiempo.

Y luego el Gracias que le daba mi padre a Jacob.

¿Cómo me encontraron? Estaba en medio del bosque…

-         Alma, ¿nos puedes oír? Abre los ojos cariño.- dijo mi abuelo.

No puedo…

 

-         No puede.- dijo mi padre, me estaba leyendo la mente. Seguro.

-         Inténtalo, tienes que ser fuerte.- dijo Jacob.

Hice un esfuerzo para abrirlos, a la primera no pude.

Noté caliente en mis labios, era dulce.

Entonces abrí los ojos. Vi a Jake, me estaba dando un beso. Era cálido y muy dulce.

Se separó y le sonreí.

-         Alma.- me dedicó una sonrisa.

-         Cariño…- dijo mi padre dándome un abrazo.

-         Papá…

Me fijé que estaba manchada de sangre. Me levanté y me quedé sentada en la camilla.

-         Con cuidado Alma, te podrías marear.- me dijo mi abuelo.

Me fije que estaba con sujetador. Me tapé con los brazos. Me puse rojísima.

-         ¿Dónde está mi camiseta?- pregunté

-         En la basura, lo siento.- dijo mi padre.

-         ¿Qué? Y ahora que me pongo.

-         Ve a por algo de tu tía Alice, no le importará.- dijo mi abuelo.

Me ayudó a bajar de la camilla Jake.

-         Acompáñala Jacob.- dijo mi padre.

-         Puedo ir solo, gracias.

-         Acompáñala. – replicó mi padre.

Me acompañó asta la habitación.

Abrí el armario de mi tía Alice. Era enorme.

-         Vaya, Alice si que tiene un buen armario.

-         Si. Tiene cantidad de ropa.

-         Ya lo veo ya.

Cogí una camiseta de color azul y unos pantalones pitillo que tenía de color negro.

Los pantalones los cogí por que estaba también sucio. Y unas manoletinas que tenía ella.

-         ¿Vas a ver como me cambio?

-         Si quieres…

-         Jacob.- le dije seriamente.

-         Ahora me giro, no puedo dejarte sola, ya as oído a tu padre.

-         Lo sé, gírate.

Se giró y empecé a quitarme los pantalones que lleva y me puse los otros. Luego me puse la camiseta.

-         Ay!- exclamé de dolor.

Jacob se giró rápidamente.

-         ¿Qué te pasa? ¿Qué te duele?

-         La cabeza, me estira.

-         Los puntos.

-         OH, me habéis puesto puntos…

-         Si, por eso te molestará.

-         Vaya, no lo sabía.

Me puse las manoletinas.

-         Lista.

-         Vamos.

-         A Jake, una cosa

-         Dime cariño.

-         ¿Cómo me habéis encontrado?

-         Te encontró Andrew.

-         ¿Andrew? – ¿como es que me encontró él? Sabía todo sobre los vampiros, ¿estaba bien?

-         Pensaba que tú o mi padre me habíais encontrado.

-         ¿por?

-         No recibiste cuando te dije ¿socorro?

-         No, Alma.

Me senté en la cama.

-         ¿Cómo que no? Yo os lo dije. ¿Y mi padre?

-         No, no recibimos nada  tuyo.

-         ¿Qué me está pasando?

Entonces entró mi padre por la puerta.

-         Cariño, estás en la edad de la pubertad.

-         ¿Y que?

-         Según lo que nos a explicado Carlisle, tu abuelo. Ahora no tienes casi nada de vampiro.

-         ¿Por qué?

-         Por la edad que tienes, y como eres adolescente…

-         Y que tiene que ver eso

-         Tu metabolismo cambia.

-         Pues vaya.

-         Si no hubiera sido por tu amigo

-         ¿Pero él sabe lo que somos…?

-         No, nosotros no. Pero si que sabe que existe.

-         Yo no he dicho nada.

-         Lo se, es por una experiencia que tuvo él y su hermana.

-         Bueno…

Tenía sueño, estaba cansada. Se me cerraban los ojos.

-         Alma, que te pasa.

Capítulo 15: Encuentro Capítulo 17: Cansada?

 


 


 
14639737 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10859 usuarios