EDWARD

No puedo  negar que al principio me molesto no saber nada de que tenía tres hijos pero cuando la volví a ver mi corazón se detuvo ella solo me miraba con agradecimiento y sin gota de amor pero estaba seguro que algún día me amaría como lo hizo cuando éramos  jóvenes

-         Edward- dijo Emmet mirándome sonreí mirándolo – sabes que bella se llevó a Emma a su casa- dijo mirándome sonriente

-         Si ella misma me dijo que si lo podía hacer- dije sonriéndole él me sonrió y yo no podía dejar de pensar en el beso que compartimos que por más que había sido por agradecimiento estaba seguro que aun dentro de ella quedaba amor para mi

Mi hermano me dejo con mi hijo que se había quedado dormido con una sonrisa en los labios y yo también me quede dormido pensando en ella en la madre de mis hijos solo quería estar libre de Heidi para poder tener mi vida de nuevo con la mujer que de verdad amaba, a la mañana siguiente la enfermera vino a cambiar el suero de mi hijo y a decirme que el tratamiento había respondido muy bien que no había rastro de leucemia y eso me ponía muy feliz a mi

-         Papa de verdad ya me cure- dijo mi hijo mirándome

-         Así es- dije sonriéndole

-         Puedo volver a tener mi cabello – dijo eso me entristeció

-         Si cariño te volverá a crecer como antes- dije sonriéndole él me sonrió emocionado y nos pusimos hablar de las cosas que había hecho desde pequeño contándome las travesuras que hacían sus hermanos

-         Veo que están muy felices- dijo bella entrando de la mano de mi hijo y de mis otros dos hijos ella tenía razón Anthony era igual a Charlie y a mi rene era una cosa diferente ella era la cosita más linda que había visto en mi vida si tengo una hija a la cual amo con todo el corazón pero estaba seguro aunque me dolía en el alma que Emma no es mi hija, solo que la amo como tal,

-         Rene – dijo bella mirándola – que ibas a darle a papa – dijo sonriéndole la niña al verme se lanzó a mis brazos – más cuidado recuerda que lo acaban de operar- dijo bella riéndose ella solo me abrazo llorando en mi pecho mientras Emma solo sonreía

-         Cariño _ dije

-         Papa – dijo llorando – prométeme que jamás me dejaras

-         Te lo prometo cariño jamás me alejare de ustedes- dije – Anthony estaba mirándome sonriente y me daba la mamo mi hijo era tan hermoso

Cuando terminamos de hablar bella me dijo que mi mama había venido y que ella había tenido que decirle la verdad y que mama no se había molestado que lo contrario ella la  abrazo llorando en su hombro diciendo que ella era la mujer que yo merecía solo negué sonriente

-         Ella no tiene razón – dije mirándola ella me miro dolida con una ceja alzada- no te merezco porque eres mucho más de lo que merezco – dije ella sonrió mirándome

-         Edward tenemos que hablar – dijo mirándome

-         Claro – dije besándole la mano ella sonrió negando

Nos quedamos mirando la televisión bella se sentó en mi cama mientras los niños se quedaban a mi lado Emma y rene no dejaban de hablar de todo lo que harían y Anthony solo miraba a su hermano preguntándose si estaba bien

-         Buenos días- dijo la enfermera entrando a mi habitación

-         Hola – dijo bella mirándola

-         Bueno vengo a darles la orden de salida d- dijo sonriente mi hijo grito feliz y yo hice lo mismo como un niño pequeño

Cuando la enfermera se fue me quede mirando a mis hijos y luego a bella

-         Creo que será mejor que llame a Emmet para saber si me aparto la habitación en el hotel – dije bella me miro y se sonrojo _

-         Te molestaría quedarte en nuestra casa- dijo

-         Si papi – dijo Anthony mirándome era la primera  vez que me decía así

-         Por mí no hay problema – dije mirándola ella sonrió mirándome y me ayudo a levantar como a cambiarme

-         Hola – dijo Emmet entrando a la hitación seguido de Rosalie – espero que no les moleste pero vine por estos encantadores niños – dijo sonriente sonreí mirándolo agradeciéndole con la mirada quería estar a solas con ella- Edward tu volvo quedo en el parqueadero del hospital – dijo mirándome y dándole las llaves a bella

Cuando se fue me quede mirándola y no aguante más la tome de la cadera pegándola a mí y besándola ella paso sus manos por mis brazos y la coloque en la camilla tratando de acomodarme más pero un aguijonazo en la espalda me lo impidió

-         Creo que es mejor que nos vayamos a casa Edward- dijo ella más roja que un tomate y muy sofocada

-         Tienes razón vamos – dije dándole la mano ella me tomo de la mano y salimos al aparcamiento – yo  manejo

-         No – dijo mirándome – yo voy a manejar

-         Pero es mi coche – dije como un niño pequeño

-         Si pero tu hermano me lo dio para que yo lo manejara – dijo molesta- así que quiero que seas un buen chico y metete a  ese coche

Negué mirándola ella sí que era mandona sonreí y me monte en el asiento del copiloto y ella inicio su marcha a la casa cuando llegamos a la casa quede gratamente sorprendido era una casa de dos pisos con un hermoso jardín la casa era de color blanco con café y se veía enorme

-         Tú la diseñaste dije mirándola ella asintió sonriente

-         Así es- dijo mirándome – y mi hermana  Alice la decoro por dentro – dijo mirándome

Cuando llegamos a la casa no había nadie así que bella dijo que Leticia su ama de llaves había preparado la comida y se había ido

-         Arriba a lavarse las manos para comer – dijo bella mirando a los cuatro todos asintieron y corrieron las escaleras

La casa era muy hermosa por dentro como por fuera las paredes eran blanco con un muro en negro y blanco con ventanas por todos lados pero con cortinas de color blanca, y una baranda que dividía los dos pisos las escaleras para el segundo piso eran blancas en forma de caracol  habían dos sofás blancos en forma redonda con una mesa blanca en el centro a su lado un gran piano de cola negro sonreí cuando lo vi  dos lámparas a cada lado del sofá altas y otra sala al otro lado  un armario con muchos libros y cd  la chimenea y la cocina al lado la pared de la cocina era en piedra

-         Ven – dijo dándome la mano – déjame que te enseñe la habitación y el resto de la casa – dijo sonriéndome asentí

-         Llévame donde quieras- dije sonriéndole ella sonrió y caminamos por el corredor que quedaba al lado de la sala la habitación que me mostro era enorme con las paredes en blanco y un gran ventanal que daba a la piscina de la casa y al jardín habían un gran armario con puertas enormes y cajones dos sillas al lado de la cama y dos mesas de noche –

-         Mi habitación es la primera del segundo piso

-         Pensé que te acostarías conmigo- dije como un niño pequeño

-         No lo siento – dijo riéndose – no creo que sea adecuando

-         Bella – dije tomándola  de la mano – vamos te amo y eso lo sabes tú también me amas – dije mirándola

-         Puede que aun te amé pero estas casado Edward

-         Pero no la amo – dije mirándola

-         Tienes que arreglar lo de tu divorcio primero para que podemos estar juntos – dijo ella mirándome y sonrió dándome un beso en la frente y se fue