Mágico Destino(+18)

Autor: mar14
Género: Romance
Fecha Creación: 16/09/2012
Fecha Actualización: 22/07/2013
Finalizado: NO
Votos: 6
Comentarios: 12
Visitas: 16013
Capítulos: 16

LOS VAMPIROS SON NUESTROS MAYORES ENEMIGOS, MONSTRUOS SIN ALMA QUE NOS PERSIGUEN POR EL PODER DE NUESTRA SANGRE, ACABAR CON ELLOS NO SOLO ES UN DEBER PARA MI... ES VENGANZA. NUNCA DUDARE... O ESO PENSÉ HASTA QUE VOLVI A ENCONTRARME CON UNA AMIGA DEL PASADO Y UN HOMBRE QUE NO SOLO ME TIENTA HASTA LO IMPOSIBLE, SINO QUE ES UN SER CON QUIEN DEBO ACABAR ¿QUE HACER CUANDO SUS BESOS ME QUITAN EL ALIENTO Y ME DEJAN SIN RAZON? ELLOS NO SON COMO LOS DEMAS, AUNQUE AHORA, YO TAMPOCO LO SOY.

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Capítulo 16: mirada de sueño

-Uhmmm – murmure soñolienta al escuchar el estruendoso sonido del despertador de Charlie, mi segundo enemigo, después de los pájaros madrugadores. Lástima que fuese el preciado regalo de Charlie por su anterior cumpleaños, sino ya hubiese sido historia. Tantee la cama en busca de una almohada con la esperanza de poder retomar mi sueño cuando mi mano se topo con una superficie dura, no, no era dura, ¿musculosa? Más bien parecía un abdomen, subí la mano hasta toparme con una mandíbula cuadrada, labios suaves, nariz…

Bufe y enterré la cabeza en las mantas, debería empezar a temer mis despertares, no sabía lo que podía esperarme ¿Qué sería lo siguiente? ¿Una manada de lobos?

-Dime que no estás aquí – masculle, tenía tantas ganas seguir durmiendo que aun no había abierto los ojos, si tan solo todo fuese un espejismo…

-No estoy aquí – confirmo divertido mientras sentí sus labios besar la palma de mi mano – buenos días

-Márchate – gruñí – no abriré los ojos hasta que te vayas

-Entonces… ¿debería ayudarte? – y antes de poder procesar su respuesta me encontraba boca arriba con Edward sobre mí, sus brazos a ambos lados de mi cabeza. Trague saliva

-¿No vas a abrir los ojos? – ¿su voz se había vuelto ronca?

-¿uhmm? – murmure, tenia tanto sueño, tanto..

-¡¿Qué demonios?! – el estruendo se escucho antes que el gruñido, y cuando abrí los ojos ya tenía la espada en mi mano a escasos centímetros de su garganta, me aparte espantada. Mire los restos de mi escritorio sobre los que Edward se encontraba, no tenía que ser un genio para saber que había sido yo la que lo lanzo hacia allí.

-Lo siento – dijo de pronto, me congele – por tu escritorio

-Deberías irte – repuse dejándome caer sobre una silla. Lo ataque, casi lo mato y él… se disculpaba. Lo odiaba. Y aun mas al sentimiento de sentirme aterrada, por la idea de hacerle daño.

-No me has hecho daño – susurro frente a mí, no levante la vista hasta que sus manos rodearon mi rostro – estoy bien

-¿Qué te hace creer que me importa? – masculle apartando mi cara de su manos.

Suspiro

-No eres nada sincera – el toque de humor de su voz me llamo la atención, justo antes de sentir sus brazos alrededor mío. intente apartarlo, pero ambos sabíamos que no lo haría, ni lo quería, solo un momento, me decía, solo por un segundo me dejaría llevar por la calidez de su abrazo y la sensación de estar protegida, de no tener que estar en guardia…solo un momento… hasta que Maggie abrió la puerta

-Bella hay que… ¡waaaa! – la puerta se cerro de un portazo justo cuando se escuchaba la voz de Charlie

-¿Qué pasa, cielo?

-Ahh…Charlie, nada…olvide que hoy es domingo

-Hoy es lunes, cariño ¿estás bien? Te ves muy pálida

-Si..es…es lunes…¡viva!…esto… voy a clase

-Aun estas dormida… ve a despertar a Bella, yo iré preparando el desayuno

-Si, vale, Bella… iré a despertar al desayuno para tomar a Bella

-Es una malísima actriz – dijo una voz cantarina desde la ventana, mientras se escuchaba la risa de Charlie perderse– nunca le pediré que me cubra. Bella, creo que deberías bajar a mi hermano.

Levante la vista hacia el techo, no recordaba haberlo elevado, hice una mueca y lo baje. Mientras una disculpa luchaba por salir de mi boca.

-Nada hubiese pasado si te hubieses ido a casa - repuse, hay va otra vez mi sinceridad.

-Hablando de casa – comento Alice – esta es la tercera vez que vuelvo, y la cuarta de Rosalíe. Esta buscándote hermanito. Cree que has pasado la noche con Bella. Y está planeando cometer asesinato ¿qué diablos pasa con esta casa?

-Protecciones – mascullo Edward mientras saltaba al árbol donde Alice esperaba

Los mire a ambos, perfectamente hermosos, los muy… espera eso en su mano...

-Eso es mío – chille, una sonrisa de lado se dibujo en sus labios. Mientras balanceaba el muñeco del tiempo.

-Nos vemos en clase – dijo mientras saltaba al suelo – tengo el presentimiento que hoy acabara el buen tiempo

-Pronóstico para hoy, lluvia y agua nieve – rio Alice, mientras se colocaba junto a su hermano – dile a Maggie que las botas negras le quedan mejor.

Dicho eso, desaparecieron en el bosque

-Como odio a los vampiros- masculle

-Para odiarlos, estabas muy abrazada a uno de ellos – repuso Maggie desde la puerta

-Y tu les dijiste como parar mi hechizo – respondí evitando el tema

-¿lo encontró?, espera, no cambies de conversación – intento pasar pero no pudo - ¡déjame entrar!

-¿Para que me ataques a preguntas? Ni hablar. Báñate primero

-¿Ya no confías en mi? antes me contabas todo – se quejo poniendo pucheros.

-No hay nada que contar – dije dejándome caer sobre la cama

-Pero lo estabas abrazando… y es un vampiro – lo ultimo lo dijo en un susurro

-Lo se, - masculle cubriéndome la cara con una almohada

-¿te gusta?

-No

-Mientes

-A veces odio tu don

-Lo se, pero… no creo que sea malo, Alice dijo que es la primera vez que lo ve comportarse de esa forma

No iba a negar que eso me hiciera sentir bien, pero no iba a entrar demasiado en el tema

-Las personas esconden cosas, Maggie, y nosotras lo sabemos muy bien.

-Pero..

-Vamos a aplazar la conversación, hasta que pueda pensar sobre ello

-Hay cosas que es mejor no pensar, bella. – a veces me sorprendía la madurez en su voz, teniendo en cuenta su edad.

-Dejémoslo hasta que arreglemos un poco las cosas ¿por favor? – rogué, tenía más cosas que pensar que en mi atracción por un vampiro

-Bien, pero no lo olvidare, después de todo quiero ver la cara de Jessica y Charlie, si sales con Edward.

Desapareció en el baño mientras la miraba asustada, pues yo no quería ni imaginarme esa situación.

*********

-No me gustan los Cullen – negué firmemente a Ángela, justo cuando se abría la puerta y chocaba con alguien que olía delicioso, a sol, miel, lilas, fruncí el ceño cuando reconocí el olor y me aparte o lo intente por que el me había sujetado cuando chocamos, levante la vista; y aunque me llevara toda la vida nunca iba a reconocer lo que sentía al estar tan cerca, nada de atracción, ni química, ni deseo, nada... O eso me decía, mientras intentaba no sonrojarme, el también frunció el ceño, mientras me miraba, luego al ver mi sonrojo sonrió, casi caí fulminada con esa sonrisa. Ese vampiro era un peligro para mí. Al parecer mi vista mejorada no podía apartarse de su hermoso rostro por lo que casi no lo escuche cuando hablo

-¿Así que no te gustamos? – había que haber algo mal con la naturaleza cuando no solo su rostro y cuerpo eran perfectos sino también su voz, no debí haber bebido esa sangre. Sentidos superdesarrollados. Intente soltarme pero su agarre era fuerte.

-No – conteste bruscamente mirando algún punto sobre su pelo, me negaba a que sus ojos me hipnotizaran– pensé que lo deje claro

-¿En serio? Yo creo que no eres sincera , no parecías descontenta con lo que viste ni cuando nos abrazamos – dijo divertido junto a mi oído, eso no fue un escalofrió ¿o si?. Estúpido cuerpo. Me aclare la garganta.

-Aparta, o te quedaras sin brazos- sisee tensa por lo cargado del ambiente. Edward rio por lo bajo y no pude evitar clavar la vista en su rostro, gran error, sus ojos brillaron y sus labios temblaron, hice un esfuerzo hercúleo para no mirarlos. De verdad que lo hice. Pero mirar sus ojos no ayudaba, eran como el oro recién pulido, y una de las cosas que más amaba aparte de mi familia era el oro, brillante oro, y si hubiesen sido verdes, hubiera pensado en billetes o esmeraldas, Dios, había algo mal conmigo cuando dejaba que mi amor por el dinero fuese eclipsado por unos ojos.

-tengo curiosidad por el rumbo de tus pensamientos – volvió a decir quedamente, lo mire parpadeando y luego sonreí, cuando sus rostro se quedo en blanco casi reí de triunfo. Puede que me sintiese muy atraída por él pero a Edward le pasaba lo mismo conmigo.

-Pensaba que tus ojos tienen el color del oro – susurre - me encanta el oro – sus ojos volvieron a brillar y casi suspire –y que si hubiesen sido verdes o azules me encantarían las esmeraldas y los zafiros

El rio y contuve el aliento

-Y si hubiesen sido rojos, ¿rubís? – pregunto divertido Emmet junto nuestro, lo mire sorprendida, no lo había sentido acercarse, mire a Edward el también parecía sorprendido, pero se tenso cuando use mi magia para apartarlo de mi, "ojos rojos", repetía mi mente, el recuerdo fue como un cubo de agua fría

-Si hubiesen sido rojos querría arrancárselos – susurre antes de esquivarlos y entrar en la cafetería, no mire a nadie, ni siquiera cuando vi a Maggie levantarse, salí hacia el estacionamiento, entre en el coche y coloque la música a todo el volumen que pude sin que llamase la atención, ¿los vampiros tenían dolor de cabeza? Vampiros… perdí la cuanta del tiempo que estuve mirando el vacio cuando escuche un golpe en el parabrisas, levante la vista para toparme con otros ojos dorados y un rostro hermoso, femenino, y demasiado conocido, tía Rose.

Evite mirarla cuando se sentó junto a mi.

-He golpeado a Emmet y a Edward – soltó de pronto, levante la vista hacia ella – ellos te hicieron ponerte así ¿verdad?

Cogió una de mis manos, quede sorprendida cuando la vi temblar entre las suyas, aun así la aparte bruscamente, pero ella volvió a cogerla. Su tacto era cálido y la fricción sobre mis manos, lentamente, detuvo los espasmos.

-No sé qué te ha puesto así, pero los volveré a golpear si quieres – hizo una mueca – aunque creo que Maggie y Alice ya los están machacando bastante.

Sonreí y aparte las manos. Me frote los ojos, empezaba a sentirme cansada, todo era un poco difícil de sobrellevar, mi cambio, esos vampiros de ojos dorados, Edward. Sin embargo al sentir la tibieza de sus manos me sentí más relajada, tranquila. Tía rose no tenía la culpa ¿verdad? ¿No estaba mal querer confiar en ¿un vampiro? ¿verdad?

-Maggie te quiere mucho – dije mirándola a los ojos, se sorprendió pero una brillante sonrisa se dibujo en sus labios. – y yo también. Lamento haberte culpado durante tanto tiempo…

-bella..

Su expresión cambio, oh no, oh no.

-Por favor, no te pongas a llorar – chille - ¿pañuelos? ¿tenía algunos por aquí…?

-Aquí – dijo Maggie abriendo la puerta y acomodándose en la parte trasera

-Yo he traído chocolates – anuncio Alice, sentándose junto a ella – ¿es lo que se hace en estas situaciones no?

Las mire sin parpadear

-Esta era una conversación privada – masculle

-Hablabas de mi – repuso Maggie

-Y yo ya vi que pasaba – siguió Alice – muy lacrimógeno, hasta que soltaras un tontería y volvieras a meter la pata.

Gruñí

-Y no las necesitamos – comento cogiendo los pañuelos- no tenemos lágrimas.

-Yo tengo lagrimas – señalo Maggie

-Y yo te hare lloriquear – amenace

-En serio? Bueno tienes latidos – acepto Alice, mirando sus ojos.

-no lo haras y Yo no lloriqueo, me emociono

-Ya

-Yo suelo hacerlo, lástima que no haya lagrimas - la miramos sin comprender – lloriquear, me refiero. Puedes obtener muchas cosas

-¿verdad que si?

-Estoy de acuerdo, los hombres son débiles a las lagri…

Crac, crac

Giramos hacia el sonido de un teléfono rompiéndose en las pálidas manos de rose.

-Aaaliiiceee Culleeeen – trague saliva, parecía un poco…enojada – este… era mi… reencuentro

-Pero ella – me señalo haciendo pucheros– iba a arruinarlo

Esquive su mirada

-Ves, no responde – mire mis uñas, necesitaba hacerme una manicura -el que calla otorga

-Pero una disculpa de Bella es muy rara – intervino Maggie, rodee los ojos, dudaba que eso calmara los ánimos. El rechinar de los dientes de rose lo confirmo.

-Bella podría volver a hacerlo – pidió Alice – ¿por el bien de mi ropa?, que rose no quemara ¿verdad?

-Y esta vez lo grabaremos – añadió Maggie

Me atragante

-Yo… tengo que volver a clase – masculle, mientras todos mis instintos me decían ¡huye! ¡Corre! ¡Vuela!

-Bella…

-Noooo, Rose, ¡son Gucci!

Cuando salí del coche, no había ni rastro de ninguna de las dos vampiras

-¿Qué ha pasado? – pregunte perpleja

- ¿Qué hay gente más rara que nosotras? – Respondió, justo cuando su bolsillo vibraba, miro la pantalla y su rostro palideció – Charlie dice que regresemos pronto, Billy ha vuelto.

Y yo que pensaba que el día no podía empeorar.

SIENTO MUCHISIMOOOO LA DEMORA, ESPERO QUE OS GUSTE. MAR

Capítulo 15: perder la cabeza

 
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