Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 149978
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 15: Tu papa.

Al otro dia me desperté, desayune, almorcé y luego me vino a ver el médico, quien me dio de alta con la condición de que fuera a controlarme en una semana. Me estaba desvistiendo cuando alguien entro en mi habitación, antes de ver de quien se trataba me tape con el camisón que me acababa de sacar, levante la vista y me encontré con los ojos de Edward mirándome fijamente.

-                     Disculpa, no sabría que vendrías. –tome mis cosas para ir a terminar de vestirme al baño pero cuando iba a pasar delante de el extendió su brazo derecho, para no dejarme pasar, y coloco su mano izquierda en mi cintura. Que se proponía? Con su mano derecha acaricio mi mejilla.

-                     Te he echado de menos. –dijo en un susurro. Esto no podía ser cierto, que se pensaba que estaba haciendo, como se podía atrever a jugar conmigo de esa forma, yo no soy una de esas con las que el se acuesta. Me quise separar de el pero su agarre en mi cintura no me gusta.

-                     Porque me haces esto? –las lagrimas trataban de salir por mis ojos.

-                     Hacerte que? –pregunto confundido.

-                     Tratarme como a una mas, yo no soy como las mujeres con las que tu acostumbras salir. –una lagrima resbalo por mi mejilla.

-                     Nunca te trataría como una mas Bella, tu eres única. –esto debía de ser parte de un interesante discurso ya preparado, pero yo no quería escucharlo. Me solté de el y me fui a vestir al baño, acomode todas mis cosas en el bolso y me gire para encarar a Edward que me veía sorprendido.

-                     Para que has venido? –pregunte algo fría.

-                     Vine a buscarte, para que no te tengas que ir en taxi. –me explico.

-                     Entonces vamos. –dije y salí de la habitación.

Camine al aparcamiento detrás de el, me condujo hasta un hermoso volvo gris, me abrió la puerta del acompañante y luego subió por la del conductor, fuimos todo el camino sin decir una palabra, cada vez que parábamos en un semáforo sentía sus ojos clavados en mi nuca. Cuando llegamos a casa me ayudo a bajar del auto, sin dirigirle ni una mirada entre a ver a mi hija.

-                     Mami llegaste! –grato Lydia y corrió a mis brazos.

-                     Si mi amor, te dije que vendría hoy. –le dije y la llene de besos, luego nos encaminamos juntas a mi habitación. En el camino nos cruzamos con Alice y Jasper.

-                     Hola Bella, como te sientes? –me pregunto Jasper con su característico tono cortes.

-                     Muy bien, gracias. –respondí.

-                     Has sido muy amable en dejarnos quedar aquí, estamos muy felices de poder estar mas cerca de Lydia y de ti. –dijo en tono agradecido y solemne.

-                     Relájate Jasper y déjate de tanto formalismo. –dije sonriendo.

-                     Gracias Bells, la comida estará lista temprano. –me aseguro Alice.

-                     Desde cuando cocinas? –pregunte incrédula.

-                     Desde nunca, la cena la hará Ed tal vez con un poco de ayuda de Jas. –dijo como si se tratara de algo obvio.

-                     Esta bien, yo ire a darme una ducha y ponerme algo mas cómodo. Vienes conmigo princesa? –no le di importancia a lo que dijo Alice y centre mi atención en mi hija.

-                     Claro que si mami. –me fui con mi princesa a mi habitación, ella espero en la cama mientras yo me daba un baño, luego nos quedamos acostadas.

-                     Como te sientes con Alice? –le pregunte luego de que me contara que habían desayunado juntas.

-                     Bien, es una buena amiga, muy divertida. -una sonrisa se dibujo en sus labios.

-                     Y como tia? –eso era lo importante.

-                     Tal vez, pero que pasaría si el se entera y se enoja conmigo? –pregunto asustada.

-                     El, a quien te refieres? –pregunte intrigada.

-                     Mi padre. –dijo en un susurro.

-                     Que pasaría si te digo que ya conoces a tu padre y que el te quiere mucho? –le pregunte esperanzada.

-                     Como? –no entendía nada.

-                     Eres muy inteligente se que entendiste mi pregunta –estaba completamente segura de eso-. Respóndeme otra cosa primero, que piensas de Edward?

-                     El amigo de Alice? –yo asentí- Es muy divertido, me gusta jugar con el, se hizo mi amigo muy rápido. –respondió sonriente.

-                     Te molesta si alguien mas participa en nuestra conversación? –le pregunte.

-                     claro. –parecía insegura. Me pare y sali de la habitación, justo me cruce con Alice en el pasillo.

-                     Alice me harías el favor de pedirle a Edward que venga a mi habitación? –le pedí.

-                     Claro Bella, ya te lo llamo. –dijo algo dudosa. Regrese donde mi hija y me volví a acostar a su lado. Un par de minutos después escuchamos que golpeaban la puerta.

-                     Adelante. –lo invite a entrar.

-                     Permiso, que necesitas Bella? Te sientes bien? –pregunto entre preocupado y extrañado.

-                     Estoy perfectamente, con Lydia estamos hablando de un tema del que seguramente querrás opinar –el quedo paralizado en la puerta-. Entra, ponte cómodo. –entro y se sentó a los pies de la cama.

-                     Porque lo has llamado a el mami? –pregunto Lydia muy intrigada.

-                     Tu me preguntaste si tu padre se enojaría si sabe de tu relación con Alice, cierto? –le pregunte a Lydia.

-                     Si. –respondió muy segura.

-                     Yo te pregunte que pasaría si ya conocieras a tu padre y el fuese una persona de tu agrado. Respóndeme. –insistí.

-                     Depende de quien sea el. –aclaro muy segura.

-                     Tu ya te sientes amiga de Edward, estas a gusto con el, que pasaría si fuera el. –lo mire por primera vez desde que se acomodo, se veía nervioso, inseguro, pero a la vez expectante.

-                     No es tan fácil mami. -lagrimas empezaban a correr por sus mejillas.

-                     Bella detente, no es el momento. –ordeno Edward.

-                     Cuando será el momento? Puedes vivir asi, sabiendo la verdad, viendo las cosas desde afuera, yo en tu lugar no podría. –dije malhumorada.

-                     Te recuerdo que yo no quise que las cosas fueran de esta forma, y si me cuesta vivir asi, me hace sufrir. –dijo controlando su tono lo mejor que pudo.

-                     Edward ella es una niña muy inteligente, tal vez se moleste al principio, pero nos perdonara. –le asegure.

-                     Bella si ella se entera ahora de esta forma nunca me perdonara, prefiero sufrir un tiempo y no para siempre. –me explico angustiado.

-                     Cual es el secreto? –pregunto Lydia que ya no aguanto mas la intriga. Intercambie una mirada con el pero en sus ojos se seguía viendo inseguridad.

-                     Yo la conozco, si dejas pasar tiempo su enojo será mayor, en ese caso tal vez no te perdone –el solo asintió aun no muy convencido-. Amor el secreto es que Edward es el hermano de Alice, el es tu padre. –ella me miro incrédula, lo miro a el, se paro y se fue. Escuche la puerta de su habitación al cerrarse.

-                     Te dije que esto sucedería. –las lagrimas corrían por su rostro.

-                     No puedes pretender que se lo tome como si nada, debes dejarla asimilar la noticia. –le explique.

-                     Tu plan es que ella no me acepte, cierto? Asi no tendrás que compartirla conmigo. –me grito. Tome el teléfono para llamar a Emmett pero el me lo saco de la mano.

-                     Que haces? –pregunte desafiante.

-                     No te escapas de esta charla Isabela. –se paro camino hasta mi y me apretó las muñecas.

-                     Que haces idiota, me estas lastimando. –dije tratando de soltarme.

-                     No me importa, porque hiciste esto? –exigió saber.

-                     Es la mejor manera, lo veras y me tendrás que pedir perdón por lo que me haces ahora, y yo no te lo voy a perdonar, no seguiré perdonando tu daño constante hacia mi. Hoy temprano me dijiste que me extrañabas y ahora me lastimas, lo que querías era llevarme a la cama? Eso no pasara Edward. –me fue liberando a medida que recibía mis acusaciones.

-                     Como puedes decirme eso? –pregunto afectado- Nunca tuve esas intenciones contigo en ningún momento, te he extrañado todos estos años, siempre sintiendo que una parte en mi faltaba, tratando de buscar otra que llenara ese vacio, pero al compararlas contigo no eran nada. Cuando me entere de que tenias una hija lo primero que pensé fue que ya habías rehecho tu vida, nunca me sentí tan celoso, otro tenia todo lo que yo deseaba y eso era por mi culpa, yo busque mi suerte tratando como te trate, lo perdí todo por un capricho estúpido, por mis niñerías. Luego me entero de que tu estas mal, de que sufrías, que temías por tu hija y una sed asesina recorrió mi cuerpo, yo quería vengarme del desgraciado que te hacia sufrir, sin saber que ese desgraciado era yo mismo. Después te escucho decir que tu hija en realidad es nuestra hija y también escucho todo lo que sufriste por mi culpa cuando fuiste a buscarme para darme, la que sin duda, hubiera sido la noticia mas feliz de mi vida, pero yo lo arruine y te cause el mayor de los sufrimientos y además casi perdemos a nuestra hija por mi culpa. Ahora temo perderla para siempre, se que tu nunca me harías una cosa asi a propósito pero no puedo evitar temerlo. –para cuando termino de hablar lloraba a mares, no pude evitar abrazarlo con todas mis fuerzas.

-                     Te juro que nunca quise causarte sufrimiento, en su momento evalué mis posibilidades y elegí la que en ese instante me pareció mas conveniente, nunca quise llegar a esto. Yo quería mi familia feliz, pero entendí que nunca la tendré. –dije también llorando.

-                     Aun puedes tener esa familia Bella. –me aseguro el.

-                     No, yo no soportaría volver a sufrir. –se tenso al escuchar mis palabras pero no pude ver su cara ya que aun estábamos abrazados.

-                     No permitiré que eso pase. –prometió con voz contenida.

-                     Eso dices ahora, hasta que algo te moleste y trates de arreglar todo a tu manera. –eso ya me lo había demostrado en el pasado.

-                     Te prometo, te juro por mi vida que no volverás a sufrir por mi culpa. –me tomo de los hombros, me separo de el, me miro a los ojos, sus ojos se veían sinceros, comenzó a acercarse, no sabia que hacer si seguir mis impulsos o salir corriendo, mientras yo evaluaba mis alternativas el termino de acercarse y estampo sus labios contra los míos. En ese momento me sentí completa, segura, pero esto no estaba bien, lo aleje y lo mire a los ojos.

-                     Esto no esta bien Edward, podemos ser amigos si quieres, volver a conocernos y descubrir en que personas nos hemos convertido, pero no puedo prometerte mas que eso. –le aclare. El se lo pensó un minuto.

-                     Me conformare con eso por ahora –acordó. Me tendió mi celular- a quien ibas a llamar?

-                     A Emmett. –explique.

-                     Emmett? Le pedirás que me saque a patadas? –pregunto asustado.

-                     No tonto, le pediré que venga a hablar con Lydia, a el lo escuchara.  –debe de estar molesta conmigo.

Llame a Emmett, me prometió que vendría lo antes posible, le contamos lo sucedido con Lydia a Alice y Jasper, ellos se angustiaron mucho. Emmett llego veinte minutos después de lo llame y fue directo a hablar con Lydia, estuvieron encerrados mas de dos horas. Emmett salió solo.

-                     Como esta? –le pregunte angustiada. Edward había terminado de cocinar mientras esperábamos a mi hermano.

-                     Se acaba de dormir, esta enojada y angustiada, pensaba que si se relacionaba con su padre tu no la querrías mas porque no lo quieres a el. –lo mire incrédula.

-                     Como puede pensar eso? –dije dolida.

-                     Bella, es una niña, es normal que llegara a esa conclusión. –era cierto, ella es muy madura pero en realidad no era mas que una niña de seis años, acostumbrada a tratar con adultos.

-                     Tienes razón Em, es que nunca se había enojado conmigo y eso me angustia mucho. –mi hermano me miro con gesto tierno y camino hasta mi para abrazarme.

-                     Tranquila hermanita, sabes que tu princesa sabrá entenderlo, se hubiese enojado peor si dejabas pasar mas tiempo. –era exactamente lo mismo que yo le dije a Edward.

-                     Lo se Em, es solo que no puedo evitar sentirme asi. –el me estrecho mas entre sus brazos demostrarme que estaba conmigo.

-                     Bella será mejor que cenes, no puedes saltearte comidas. –intervino Edward, Emmett lo miro con ojos asesinos.

-                     El tiene razón, Lydia no despertara hasta mañana asi que lo mejor será que cenemos. –acordó mi hermano y todos pasamos a la mesa.

La cena fue muy silenciosa, debo reconocer que el asado de Edward estaba para chuparse los dedos. Después de cenar Emmett se fue y entre Alice y yo nos encargamos de fregar, ella no quería hacerlo y los chicos se opusieron también, pero yo insistí que si ellos cocinaban nosotras no podíamos hacer menos que limpiar.

Después de que ya todos se fueron a sus habitaciones, yo fui a la mia, me puse mi pijama y me fui a dormir con mi hija.

Capítulo 14: Nuestra hija Capítulo 16: Acercamiento

 
14640704 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10860 usuarios