Cuando llegamos a la casa ya era de noche y no se en realidad que hora era ya que perdimos la noción del tiempo allí en la playa. Entramos y todos se encontraban en la sala y se giraron hacia nosotros.
-En donde se habían metido, estábamos preocupados.- nos dijo Alice.
-Si ya estábamos a punto de llamar a la policía, pensábamos que se los había comido un tiburón.- nos dijo Emmett.
-Emmett sabes que aquí no hay tiburones.-le dijo Edward sonriendo.
-No tenían porque preocuparse, solo estábamos en la playa.- les dije mientras miraba a Edward y nos reíamos ambos.
-Que casualidad, nosotros fuimos hasta la playa buscándolos, pero no los encontramos.-nos dijo Rosalie.
-Es que estábamos en otra playa.- le dije yo pero algo en la mirada de Edward me dijo que no debería haber dicho eso.
-Así que en otra playa Edward, creo que va siendo hora de que nos digas como llegar allí.- le dijo Alice.
-Que sucede Alice, no es para tanto solo es una playa.- le dije yo como si no fuera nada del otro mundo.
-Si lo es, siempre que veníamos cuando chicos el se desaparecía y regresaba por la tarde y cuando le preguntábamos donde estaba, decía que estaba en la otra playa, pero sabe que es lo curioso…que nunca la hemos podido encontrar, siempre nos perdemos.- nos dijo Emmett mientras yo y Edward reíamos.
-Así que tu o me dices como llegar a la otra playa o no sales vivo de esta sala.- dijo Alice señalando a Edward.
Edward se encontraba a mi lado sosteniéndome por la cintura, pero su mano se deslizó hasta tomar la mía.
-Lo siento Alice…Bella corre.
Y eso fue lo último que dijo Edward mientras tiraba de mi y comenzamos a correr por toda la casa con Alice detrás.
No sé por cuanto tiempo estuvimos corriendo, solo se que después que Edward abriera una puerta y la cerrara por dentro nos detuvimos. No sabría decir exactamente en donde estábamos porque todo estaba oscuro lo único que sabía era que estábamos aún en la planta baja, ya que no subimos ninguna escalera, lo cual agradezco ya que posiblemente lo más probable era que me hubiese caído.
De pronto se sintieron unos pasos del otro lado de la puerta y la inconfundible voz de Alice.
-Más te vale salir Edward Cullen, no puedes estar encerrado en el sótano todas las vacaciones, tendrás que salir en algún momento.- le decía Alice del otro lado.
En el sótano, por eso estaba tan oscuro, pero el no estaba tan loco, o si. Edward se movió tratando de buscar donde se encendía la luz y yo aún continuaba sosteniendo su mano. Pero por mucho que yo quiera evitarlo mi torpeza siempre sale a flote, y no se en que momento perdí el equilibrio y me agarré de lo que tenía a mano…o sea de Edward lo que fue un error porque el perdió el equilibrio también y los dos caímos pero no al suelo, habíamos caído en algo blando parecía como si fuera un colchón. Yo caí sobre Edward aunque eso no le molestó, se estaba riendo de mi torpeza, y yo no pude evitar reírme también.
-Bueno al menos tenemos comodidad gracias a Alice.- le dije y no pude evitar reírme.
-Sí, si no fuera por ella no sé cómo íbamos a dormir.- me contestó Edward, pero que fue lo que dijo.
-Acaso no piensas salir, vamos a dormir aquí.- le dije un poco preocupada.
-Tienes miedo a la oscuridad Bella.- me dijo y pude notar que estaba de broma.
-Porque crees que te pregunté si nos quedaríamos, para hacer una fiesta.- le dije un poco sarcástica.
-Bueno, pues eso se puede resolver.-me dijo el mientras me giraba para quedar sobre mi.
-Ah si y como.- le dije mientras el se acercaba a mi y comenzaba a besarme.
Ahora que mis ojos se habían adaptado a la oscuridad podía apreciar un poco la silueta de Edward, aunque la poca luz que se colaba por debajo de la puerta también ayudaba.
Edward comenzó a besarme por todo mi rostro lentamente mientras iba bajando hacia mi cuello, y sus manos iban acariciando mis piernas, y todo lo que encontraba a su paso. Y yo me dejé llevar por aquellas caricias que hicieron que olvidara el miedo a la oscuridad. Poco a poco fuimos despojándonos de nuestras ropas, sin saber en que lugar del sótano caían.
Edward me besaba con fiereza mientras yo no podía evitar que escaparan los gemidos de mi garganta producidos por tanto placer que estaba sintiendo. Creo que en algún momento enterré mis uñas en su espalda, pero si le hice daño, el no se quejó. Así continuamos toda la noche, amándonos como si no hubiera un mañana, mientras nuestros gemidos eran callados por nuestras bocas.
Desperté en la mañana con la mejor visión de mi vida, Edward durmiendo a mi lado, boca abajo, desnudo completamente. Por suerte ahora si se podía ver algo en el sótano ya que los rayos del sol entraban levemente por una ventana. Al final Edward hizo que se me olvidara hasta que le temía a la oscuridad, es más ahora creo que me gustaba. Deslicé mis manos por su espalda desnuda y el poco a poco fue abriendo sus ojos, mientras me sonreía.
-Buenos días amor.- le dije mientras me acercaba un poco para besarlo.
-Buenos días.- me dijo el mientras acortaba la distancia y nos fundíamos en un apasionado beso.
-Creo que debemos levantarnos.- le dije mientras me recostaba en su pecho.
-Te puedo preguntar algo.- me dijo el y yo me separé levemente para mirarlo a los ojos.
-Si lo que quieras.- le contesté rápidamente mientras el sonreía.
-Aún le temes a la oscuridad.- me dijo mientras me giraba para quedar sobre mi.
-Bueno creo que a partir de ahora me va a gustar.- le dije mientras lo besaba.
-Vamos a salir, pero no hagas ruido, lo más probable es que Alice este allí afuera todavía.-me dijo el mientras se separaba de mi.
Nos levantamos y después de que encontráramos nuestra ropa y nos vistiéramos, nos dirigimos hacia la puerta. Edward la abrió lentamente, para no hacer ruido y me hizo señas para que no hablara. Cuando salimos, en efecto allí se encontraba Alice…pero no solo ella, también se encontraban Jasper, Rosalie y Emmett. Todos durmiendo alrededor de la puerta, al parecer hicieron guardia anoche esperando que saliéramos. Subimos sin hacer ruido hacia nuestra habitación y cuando llegamos Edward se giró hacia mí sonriendo, y mirándome que esos ojos verdes hipnotizantes.
-A que viene esa sonrisa en el rostro Cullen.- le dije mientras me acercaba a sus labios.
-Te voy a mostrar porque no le he enseñado a los chicos como llegar a la playa.- me dijo mientras me besaba.
-No sé cuál es el misterio Edward, solo es una playa.- le dije yo mientras me dirigía al baño.
-Te equivocas no es solo una playa.- me dijo él mientras llegaba a mi lado y tomaba su cepillo.
-No te entiendo, explícate mejor.- le dije mientras terminaba de lavarme la boca e iba hacia mi maleta por un peine.
Cuando Edward terminó y salió del baño se me acercó, y había algo en su mirada que me decía que estaba a punto de hacer una de sus locuras.
-Vamos a hacer una cosa.- me dijo el sonriendo.
-Y eso que será.- le dije mordiéndome sensualmente el labio inferior ya que sabía que a él le gustaba.
-Toma esta mochila y echa ropa para los dos, así como lo necesario para más o menos una semana.- me dijo mientras me tiraba una mochila que no se aún de donde la sacó.
-A donde vamos Edward.- le dije mientras ponía las maletas sobre la cama y comenzaba a sacar ropa.
-Tú solo hazlo, te lo explicaré después, y no hagas ruido no quiero que nos vean salir, te espero en la cocina.- me dijo mientras me daba un beso y salía del cuarto.
Comencé a echar la ropa en la mochila que era bastante grande, eche ropa tanto de Edward como mía, ropa interior, trajes de baño, jabón, maquinas de afeitar, champú, crema para el cabello, toallas, sandalias, chancletas protector solar…no fuera a ser que se le ocurriera quedarnos en la playa una semana. En fin llené la mochila con todo lo necesario como me había dicho Edward.
Me puse la mochila en la espalda y baje lentamente las escaleras, para dirigirme hacia la cocina y allí estaba él con la alacena abierta y echando las cosas en una mochila. No me sintió llegar así que pude observar detenidamente algunas cosas de las que estaba guardando.
Estaba echando latas de carne, arroz, frijoles, paquetes de carne, sazones, cajas de macarrones, paquetes de perro, jamón queso, manzanas peras. En fin parecía que iba a preparar un bufete. Me acerque hasta donde él estaba y se giró hacia mi sonriendo.
-Ya empacaste lo necesario, no se nos puede quedar nada, no regresaremos hasta dentro de una semana.- me dijo muy bajito para no despertar a los demás.
-Que es lo que estas tramando.- le dije mientras me acercaba a él.
-Bueno tengo que dejarle una nota a Alice para que no se preocupen.- me dijo mientras tomaba una hoja y comenzaba a escribir. Cuando terminó dejó la nota pegada en la nevera con un clíper.
-Bueno creo que con esto es suficiente, nos vamos.- me dijo mientras tomaba la mochila que acababa de llenar y otra que no había visto hasta ahora.
-Regresamos a Brasil por casualidad, porque acabamos de llegar.- le dije mientras tomaba su mano.
-No, solo que quiero pasar mis vacaciones a tu lado solamente, sin la molestia de mis hermanos.- me dijo mientras salíamos de la casa y nos dirigíamos hacia la parte de atrás hacia el bosque por donde se llegaba a la playa.
-Entonces no nos vamos.- lo miré mientras el sonreía.
-No te voy a mostrar lo que no le he mostrado a mis hermanos.- me dijo mientras entrábamos en el bosque.
Comenzamos a caminar, ya esta vez me era más familiar el camino, aunque no había ninguno. Cuando llegamos al gran árbol, para mi sorpresa Edward cogió esta vez a la derecha, no era que íbamos para la playa.
Bueno decidí no preguntar nada y seguir caminando, tal vez había otra playa más y nos íbamos a quedar allí toda la semana. Al menos esa era la explicación para la ropa y la comida. Todo el camino fue en silencio, yo iba metida en mis pensamientos, tratando de imaginar hacia dónde íbamos, aunque eso ni importaba mucho mientras Edward estuviera a mi lado. No sé por cuánto tiempo caminamos, pero no me di cuenta que nos habíamos detenido hasta que Edward habló.
-Hemos llegado.- me dijo mientras yo seguía la dirección de su mirada y me quedaba asombrada ante la visión que había delante de mí.
ALICE POV
Después de perseguir a Edward y a Bella por toda la casa y que se encerraran en el sótano, decidí montar guardia. Y cuando digo decidí quiero decir que todos me acompañaron y nos rotamos los turnos, pero al final todos nos dormimos.
Cuando desperté por la mañana ya era tarde, podría decir que era cerca del medio día. A mi lado se encontraba Jasper durmiendo aún, y un poco más alejados Emmett… y Rosalie, que supongo que debería estar detrás de él, porque no la veía.
Me levanté y fue entonces que me percaté de algo… la puerta del sótano estaba abierta eso quería decir que habían salido ya. Comencé a buscarlos por toda la casa, primero fui hacia su habitación y algo llamo mi atención. Sobre la cama se encontraban las maletas con toda la ropa revuelta y podría decir que faltaban algunas. Busque en el baño pero nada, no había ni rastro de ellos.
Decidí darme por vencida e ir a preparar el desayuno, tal vez fueron a su playa nuevamente. Llegué a la cocina y la alacena estaba abierta y faltaba mucha comida, fui a abrir la nevera y entonces fue que la vi… allí había una nota de Edward.
Ahora si se había vuelto loco, yo no creía lo que decía la nota, pero él me iba a oír cuando regresara, como se le ocurre pasarse una semana en una playa y lo más extraño…para que quería el Dvd y las películas…y también la licuadora.
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