Capitulo 16

Llegue al instituto justo a la hora y me fui a clase. Como todos los días, el profesor hizo caso omiso a mi llegada. Me senté y comenzaron a pasar las dos horas de clase.

Antes del almuerzo me quedaban dos horas de biología. Me resulto muy interesante esta materia nueva que pasó el profesor, obviamente tenia la mirada de Edward encima. Quería mirarlo pero sabia que si lo hacia me perdería en sus ojos.

Finalizo la clase y comencé a guardar mis cosas. Cuando pensaba levantarme de mi asiento vi que Edward estaba frente a mi con una mirada seria. Movió su mano y deposito una carta encima de la mesa, lo quede mirando con extrañeza y no con odio, como lo hacia siempre. Sus labios se torcieron en una pequeña sonrisa, luego su mano acaricio mi mejilla. Me estremecí ante su calido tacto que echaba de menos.

Parecía como si se estuviera despidiendo, no lo entendía. Salio de la sala y me dejo sola. La carta decía mi nombre con una linda y elegible letra. La leería pero no aun, este no es el lugar apropiado.

Antes de ir a la cafetería fui a mi casillero a guardarla u luego me fui a comer.

Me senté donde siempre pero esta vez cuando mire la mesa de los Cullen solo estaban, Emmett, Rosalie, Jasper y Alice. Él no estaba por ningún lado. Al igual que yo tenían cara de extrañeza por la ausencia de su hermano.

El resto del día estuvo igual que siempre a excepción de cuando iba saliendo con mi camioneta del estacionamiento. Me fije que solo estaba el Jeep.

Al otro día…

EDWARD POV.

-         como que te vas!?- dijo Alice histérica. Suspire.

Había reunido a toda la familia esta mañana de sábado para contarles que me marchaba. Ya había preparado mi equipaje y los papeles del instituto los arreglaría mi padre que recién se estaba enterando de todo. parecía que no se me iba a hacer nada fácil pero se que podría lograrlo.

-         he de irme Alice.- la tome de los hombros. Jasper que había venido temprano con Rosalie ya que los había llamado la sostenía de la mano mientras que Alice me miraba con angustia.

-         Porque?- hablo mi mamá. Esta seria otra complicación, convencer a mi madre, Esme.

-         Bella sufre por mi culpa y lo mejor es dejarla.- explique. no parecía convencida totalmente.- estos meses ha estado muy mal y no es justo. Si yo me marcho será lo mejor y así podría rehacer su vida.

-         Entiendo, hijo.- me dijo papá.- pero esta no es la mejor manera de solucionar los problemas.- todos me observaban con tristeza.

-         Y en donde te quedaras?- pregunto Emmett preocupado.

-         Me iré a Brasil, haya esta el departamento de vacaciones- comunique.

-         Cuándo volverás?- esta vez pregunto Rosalie.

-         Aun no lo sé.

-         Quédate.- me rogó Alice abrazándome.- no te vallas hermanito, te lo suplico. No podría soportar otra perdida.- sollozo. Sabia que se refería a Bella.

-         Los echare de menos.- dije cuando Alice me soltó. Ya la decisión estaba tomada y no siguieron resistiéndose.

Me despedí de ellos; hubo llanto por parte de mamá, Alice y Rose.

Mi padre supo entenderme y dijo que se haría cargo del instituto. Emmett y Jasper me dieron un gran abrazo.

Subí al volvo todo el equipaje y arranque. Alcance a ver como Alice arrastraba a Jasper adentro de la casa con desesperación.

BELLA POV

Me había levantado temprano para ordenar la casa en un intento de hacer tiempo. Charlie se había ido nuevamente de pesca pero esta vez con Billy. Nessie aun dormía en su habitación ya que se había quedado viendo hasta tarde televisión.

Ya tenia lista todas las cosas para salir  a caminar por el bosque y perderme de toda la realidad cuando siento el ronroneo de un automóvil. No parecía conocido así que no Salí a mirar quien era.

Seguí ordenando mis cosas para pasar todo el día fuera de casa cuando una bocina interrumpió en mi actividad.

Fui a mirar por la ventana y vi un mercedes hermosísimo que estaba estacionado en frente de mi casa.  Tenía vidrios polarizados, era de un color negro brillante. Parecía de un traficante o alguien muy adinerado.

Pero de aquel auto bajaron Alice y Jasper que era el quien conducía. Me extrañe pero Salí para saber que era lo que necesitaban. Alice tenía el rostro inexpresivo y parecía desesperada por el contrario Jasper estaba tranquilo aun que se le notaban los hombros tensos.

-         Bella, por favor tienes que ayudarnos- suplico Alice. Puse cara de pocos amigos.- debes acompañarnos- no entendía nada pero si quería que fuese con ellos tendría que explicármelo todo y obligarme.

-         Edward se va- soltó de golpe Jasper- se marcha a Brasil en un par de horas.

-         Edward- dije alarmada. Fue la primera palabra que dije en meses.

Tenia que detenerlo. Él no se podía ir. Me dejaría sola. Que haría sin Edward?

-         Bella, tu eres la única que puede detenerlo.- me tomo de las manos Alice.

-         Porque se va?- pregunte con desesperación.

-         Subamos al auto. Iras?- pregunto Jasper.

-         Vamos- respondí. Colocaron una sonrisa de satisfacción.

Subimos al ostentoso mercedes. Ni siquiera le deje una nota a Nessie de que saldría pero eso ya daba lo mismo. En mi mente solo estaba Edward que se iba, se alejaba de mi lado. Porque?

-         Alice- dije cuando el carro partió y yo estaba en el asiento trasero enterándome de todo. tenia que ir sujetándome por que a la velocidad que iba Jasper…

-         OK- dijo.- él se va porque…dice que estas sufriendo mucho y si él permanece a tu lado, tu ya no volverás a ser la misma.- me miro fijamente a los ojos.

-         Se hecha la culpa de todo- comenzó Jasper a hablar- quizás lo es pero Edward no te quiso decir sobre la apuesta para que no estuvieras así.- hizo una pausa- dejaste de hablar, andabas sola todo el tiempo y dejaste de ser la chica alegre que todos queríamos en especial Edward.

Todo lo que me decía Jasper tenia sentido y me hacia darme cuenta de algunas cosas: había perdido 3 meses demasiado largos para estar con Edward. Él había intentado explicarse pero el problema era yo. Quiso decirme la verdad pero tenia miedo a mi reacción, ese era el gran problema; mi reacción que lo empeoro todo. él quería decirme todo porque le dolía verme en lo que me había transformado.

-         lo siento- gemí bajito.

-         No, espera- me calmo Alice- tu no eres la culpable. Tú eras la victima.

-         Edward estará feliz de saber que ya hablas.- me alentó Jasper.

-         Si es que lo alcanzamos- dije con decepción.

-          si lo encontraremos.- concluyo Alice muy segura.

-         Llegamos- anuncio Jasper.

En ese momento me llego una sensación de nerviosismo que no había sentido nunca. Las manos me comenzaron a sudar más de lo común.

Estacionaron el auto y salimos a toda prisa  por los pasillos en donde estaba toda la gente  esperando los vuelos para abordarlos. Mi torpeza se hizo presente así que Alice y Jasper me ayudaron.

Miramos por todos lados y les preguntamos a todas las personas donde podíamos encontrar la salida para los pasajeros que se iban a Brasil.

Cuando supimos donde quedaba fuimos corriendo hasta que lo vi caminando en dirección para entregar el pasaje. Llevaba sus maletas en un carrito. No aguante más y lo llame.

-         Edward!- le grite. Se detuvo confundido y se giro. En ese momento cruzo su mirada con la mía. Corrí he hice el esfuerzo para no caerme. lo abrace con desesperación y me correspondió.

-         Bella- susurro en mi cabello.

                                    Bésame, has destiempo

                                   Sin piedad y en silencio.

                                   Bésame, frena el tiempo,

                                  Has crecer lo que siento.

-         has hablado- dijo mirándome fijamente,

-         no te vallas- le correspondí con la mirada.

-         Es por el bien de los dos.- dijo.- sobre todo por el tuyo.

-         No es cierto.- contradije.- estoy mejor. Por favor no te vallas.

Acaricio mi mejilla con ternura. La sostuve con mi mano para no dejarlo escapar.

-         el vuelo con dirección a Río de Janeiro esta apunto de salir, por favor a los pasajeros se les ruega subir al avión.- la llamo la persona que a través de los parlantes. Edward suspiro.

-         Es hora- susurro.

-         Que puedo hacer para que te quedes?- suplique sosteniendo su mirada.

-         Ya no queda tiempo para nada- concluyo.

Estaba tan ensimismado en que tenía que irse. Se suponía que yo era la testaruda!

Le mire fijamente seria y no aguante más el deseo que lo bese.

                      Bésame, como si el mundo se acabara después.

                     Bésame, y beso a beso pon el cielo al revés.

                     Bésame, sin razón…

                    Por que quiere el corazón…Bésame.

Fue algo tan lindo, tan reconfortante sentir sus labios después de tanto tiempo. Su dulce sabor, su aroma era el mejor de todos. Tenia entre lazadas mis manos en su cabello y el me sostenía con firmeza pero también con delicadez contra sus cuerpo. El beso se profundizo más hasta que se nos acabo el aire. No me había dado cuenta que me habían caído unas lagrimas.

-         no rompas tu promesa- dije tomando su manos.- me prometiste estar siempre conmigo, jamás dejarme.

-         Bella…- quiso hablar pero lo interrumpí.

-         Hablemos de lo que paso, aun que eso ya no importe.- lo abrace fuerte- por favor- murmure y volvieron a aparecer las lagrimas.

                          Siénteme, en el viento mientras yo…

                          Muero lento.

                         Bésame, sin motivos y esta vez

                        Siempre contigo.

-         estarás mejor así, créeme- murmuro en mi cabeza- con el tiempo en me vas a olvidar y encontrar a la persona indicada.

-         No dejare que eso pase- contradije- jamás te voy a olvidar- le mire con mis ojos suplicándole.

Sus ojos se encontraron con los míos, después de unos minutos mirándonos me beso.

                               Bésame así, sin compasión

                              Quédate en mi, sin condición.

                              Dame tan solo un motivo…

                             …y me quedo yo

Ese fue nuestro beso de despedida, pude sentirlo. Se parto de mí y solo susurro:

-         será como si yo nunca hubiera existido- y se marcho.

Lo vi alejarse con las lagrimas recorrer mi rostro sin tener la intención de detenerse. Mis piernas me fallaron y caí de rodillas al suelo.

Seguí mirándolo hasta que lo perdí de vista entre la multitud.

Sentí como unos bracitos me abrazaban con fuerza. Me apoye en el hombro de ella para descargarme.

-         se ha ido, Alice- dije mientras ella intentaba secar mis lagrimas que no se detenían.- Edward se ha ido.

Alice y Jasper me llevaron al auto como pudieron ya que no paraba de llorar. No me llevaron a mi casa, se dirigieron a la de ellos. Alice me tenía abrazada en el asiento trasero del auto. Jasper se detuvo en frente del porche.

-         no debería estar a qui- susurre.

-         A mamá le encantara verte de nuevo.- dijo Alice.

No dije nada y bajamos. Jasper iba muy callado pero me tenía puesta una mano en el hombro para infundirme paz.

Abrieron la puerta y en ese instante pasaron los lindos recuerdos que tuve con Edward en esta casa. Nuevamente comenzaron a caer las lágrimas. Esme apareció con el rostro triste. Cuando me vio su carita de corazón se ilumino pero no mucho. Me sonrío y se me acerco para abrazarme.

-         OH, Bella- dijo. Me abrace a ella y me sentí como en casa.

Estuve todo el día con ellos. Me acogieron como si nunca hubiera pasado algo. La casa se sentía vacía sin Edward, era una parte fundamental que él estuviera aquí y yo había ayudado a que el tomara la decisión de irse.

Llame a Charlie y se sorprendió al escuchar mi voz. Quiso que le explicara todo aun que fuera por teléfono. Supo entenderme y dijo que no se interpondría en lo que yo quisiera. Me sentí mas aliviada al saber que no me regañaría por nada, que me apoyaría en todo al igual que Nessie. Solo hacia falta que Jacob se enterara pero mi hermana prometió encargarse de eso.

-         te quedas en tu casa.- había dicho Esme cuando se fue hacia la cocina.

Todos los demás, incluyéndome, estábamos más tranquilos  pero aun así se sentía raro estar sin Edward. Subí hacia el tercer piso buscando el lugar de la casa que me hacia sentir feliz y lo podía recordar al igual que en el claro, nuestro claro.

Entre en ella con cautela pero sentí una sensación de nostalgia. Su aroma estaba por todos lados que podría jurar que lo tenía a mi lado. Suspire al pensar en que lo tenía aquí. Quizás deba estar en el avión, solo y lejos de mí.

Camine hacia el piano y me senté allí. Acaricie cada tecla del instrumento que él siempre tocaba.

Volví a suspirar con nostalgia al recordar el día en que me pidió ser su novia. La pulsera que me dio con el dije de corazón que nunca me quite pero si la escondo entre mis ropas que cubre mi brazo. La acaricie tomando el corazón que colgaba y reflejaba nuevos colores.

Será como si nunca hubiera existido, había dicho. Pero se había equivocado, todo me recordaba a él. Seria difícil para una mi sacarlo de mi corazón, muy difícil.

Salí de la habitación ya que permanecí por mucho tiempo en ella. Baje y me quede mirando los cuadros, era inevitable. Los chicos seguían en sus cosas excepto Alice y Rosalie que se me acercaban con unas sonrisitas.

-         que traen?- pregunte confundida.

-         Hemos llamado a tu padre y pedido permiso para que te quedaras esta noche aquí.- comunico Alice.

-         Apuesto a que no se negó.- dije.

-         Exacto- respondió Rosalie.

-         Bueno…que haremos?- quise saber para estar al tanto de mi tortura.

-         Que te parece si hacemos una pijamaza y nos arreglamos y todo?!- propuso Alice emocionada. A Rosalie se le puso un brillito en los ojos ante la idea de la duende.

-         No tengo otra opción?- dije suplicando. Odiaba eso, manicura, Agh! Se que es femenino pero… no estoy acostumbrada.

-         Déjame pensar.- dijo Alice- no.

Estuvimos hasta tarde con el plan de la pijamaza, me renovaron por completo. Logre que me dejaran convenciéndolas que estaba cansada.

Me dormí en la habitación de Edward, me acurruque como si me hubiera sostenido entre sus brazos. Me quede dormida con el cansancio de todo el día.