Un Amor En 1920

Autor: vaneian08
Género: Drama
Fecha Creación: 12/08/2010
Fecha Actualización: 12/09/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 43
Visitas: 46626
Capítulos: 27

En la epoca de 1920 las mujeres eran obligadas a casarse, aunque no existiese el amor. ¿Como sera la vida de Bella una adolecente de alta sociedad , cuando se enamore de un campesino hijo de su nana, Edward Cullen? ¿Que hara su padre para separarlos?

Hola chicas aca les traigo una nueva historia otra q me encanto y la queria compartir con ustedes, la autora es LOkiicita Cullen. Esperoq les guste y la voten y comenten.

Terminada

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 14: -"Amistad"-

-¡Esme, Esme!, por favor dime que haz traído una respuesta para mi, al menos no escrita, pero por favor ya no soporto más el pensar que ni eso quiere enviar para mí- le pregunte ansiosa, como lo hacia todos los días que llegaba a casa desde hace dos meses, si desde hace dos meses, dos meses que le entregue mi carta a Esme para Edward y los mismos dos meses desde que espero impaciente cualquier respuesta o señal de su parte.

-Lo siento pequeña, pero no ha dicho nada y sinceramente no creo que lo haga- fue la misma conclusión a la que yo había llegado, pero seguía preguntando aunque con menos esperanza.

Por otra parte algo extraño había sucedido, mi corazón estaba tan destrozado por su lejanía, por su silencio que de manera extraña Jacob, mi "prometido", noto mi tristeza y de a poco comenzó a acercase a mí de forma preocupada y desinteresada. Intento sacarme muchas veces a caminar para dar un paseo, al principio mis respuestas siempre eran las mismas. ¡No, gracias!, pero cuando me invito al teatro, cosa que mi padre no me dejaba por que él encontraba que era un sitio para personas sin moral por que daban ideas a niñitas perdidas como yo, acepte, dándole una oportunidad para demostrarme que no era para nada como yo creí que era, su forma de ser es totalmente diferente a todos los niñitos ricos consentido de sus padres, él era más como yo, más tranquilo, soñador y desinteresado en el dinero, desde aquella invitación accedí a salir más con él, más que nada para poder despejar mi mente y no hundirme en el pozo negro de melancolía en la que me estaba sumiendo. Pasábamos las tardes entre los parques, la biblioteca, la librería, el teatro o simplemente conversando como dos grandes amigos, aprovechando siempre estar al aire libre, pues a pesar de que nos encontrábamos en invierno, el calor que hacia en el día era abrumador, por las noches se encontraba su contraparte, el hielo. Los expertos en el clima temían por la sequía que azotaría al país, pues las cosechas comenzarían a secarse, pero eso es otra cosa.

Jacob amablemente me acompañaba a las tediosas reuniones sociales que mi padre me obligaba a asistir para que no me sintiera tan sola y aburrida, escuche varias veces sin querer que las madres de mis "amistades" hablaban entre ellas diciendo que me veían muy feliz y al fin emocionalmente estable, referente a que es conocido por todos que desde que mi madre murió, mi actitud siempre a sido algo mas retraída y desinteresada en entablar alguna relación de pareja que conlleve al matrimonio, como debería de haberlo hecho ya una dama de mi edad, es decir, a punto de cumplir los dieciocho. Lo que ellas no sabían, es que todo el dolor lo llevo por dentro, el dolor que siento de estar lejos de Edward y sentirme rechazada por él es lo que me tiene mal, pero así como muy bien dicen, soy retraída con mis sentamientos, con mis emociones y jamás demostrare ante desconocidos la pena que me carcome a diario.

Si no fuera por Jacob que de vez en cuando me logra sonsacar una risa, olvidaría lo que es reír, pero no conseguía hacerme olvidarlo y dudo que alguien lo consiga.

Jacob llego como de costumbre por la tarde a visitarme y luego paseábamos por alguna plaza o por los alrededores por largas horas platicando como simples amigos hasta que llegaba mi padre y teníamos que hablar acerca de preparativos, invitaciones, decoración y otras cosas de la boda. Pero en particular esa tarde Jacob llego algo cabizbajo y por lo poco o casi nada común que era verlo así, me preocupe, me acerque a él tomando su rostro entre mis manos.

-Jake ¿Qué sucede?- estaba preocupada, realmente él se había ganado mi corazón y mi amistad a pulso, ya que en un principio siempre mi actitud era reacia, pero con su paciencia y entusiasmo consiguió poco a poco mi afecto y cariño, no el que merecería un prometido, pero era lo que podía ofrecerle.

-Nada pequeña- me dijo besando mi frente y entrando a mi casa –Estoy bien, solo que algo cansado, espero que no te moleste pero quisiera que hoy nos quedáramos aquí- y por supuesto que lo complacería, él siempre hacia de todo para subirme el animo y esta vez retribuiría a ello ayudándole.

-Jake no te preocupes, no tengo problemas en quedarme aquí si estás cansado podría hacerte un masaje si gustas- le ofrecí mientras me regalaba una linda sonrisa en forma de agradecimiento, pero su sonrisa no le llego sus ojos como de costumbre, lo que agrandaba mi preocupación. Jacob Estaba sentado en el sillón de la salita de estar, cuando lleve mis manos a sus hombros note que realmente estaba tenso, llevaba un buen rato en ello y aún no conseguía que se relajara cien por ciento, que era lo que yo quería así que acelere un poco, apretando mis manos un poco más, de pronto se levando asustándome un poco por lo repentino del acto.

-Jake, perdóname si te apreté o te lastime- le dije rápidamente por la torpeza que halla hecho para que se levantara, estaba cómodo y más relajado a como había llegado he hice que se pusiera tenso otra vez.

-Bella no te preocupes, no haz hecho nada, aunque quisieras lastimarme dudo que con tus manitos lo consigas- me regalo una pequeña sonrisa y me beso las manos –Solo me estaba preguntando si me harías un pequeño favor, claro esta si no te incomoda o molesta.

-Por supuesto Jacob, por ti lo que quieras- le dije sonriente para conseguir algo de felicidad en sus ojos apagados. Fue extraño, por que nada dijo, solo se limito a observarme, tomo mi rostro entre sus manos y poco a poco se acerco a mi, comencé a temblar ante ello pues sabia que vendría a continuación y aunque no estábamos juntos con Edward, me sentía mal engañándolo, besando otros labios que no fueran los suyos.

Jacob me miro directo a los ojos, escrutándolos, sin duda algo buscaba en ellos pero no sabia que, cerro sus ojos y me besó, fue extraño besar otros labios, no fue ni mejor ni peor, solo fue diferente, su aliento era una mezcla diferente entre madera y cítrico, diferente al sabor dulce y refrescante de Edward. El recordarlo causo una nuevamente una angustia en mi pecho, realmente lo necesitaba y seria una completa mentirosa si seguía negándolo –Edward- suspire, cuando Jacob tenso su agarre en mi rostro me di cuenta que había pensado en el nombre de mi amado pero en voz alta, me quede esperando la rabia de Jacob hacia mi, era insólito que su prometida dijera el nombre de otro hombre mientras te besan.

-Bella ¿Quién es Edward?- su voz estaba más angustiada que antes, me quería morir ¿en que momento me convertí en un monstruo? Hice sufrir a Edward y ahora lo estoy haciendo con Jacob.

-Jacob, discúlpame, no se en que estaba pensando- pero claro que lo sabia, solo de recordar esos suaves y dulces labios que me besaban como nadie lo haría me hacía temblar y pensar en él, en sus manos acariciándome, besándome dulce y apasionadamente, Jacob seguía mirándome y me ruborice ante mis pensamientos egoístas.

-Bella discúlpame a mi por mi imprudencia, no debí besarte, será mejor que me vaya- me beso la frente y salio de mi casa sin más, corrí a mi habitación a refugiarme nuevamente por la sarta de tonteras que estaba cometiendo últimamente, Jacob realmente ha sido muy bueno conmigo y lo que menos quiero es hacerlo sufrir.

-Bella- dijo Esme entrando a mi habitación –Tu padre aviso que no llegara a cenar para que no lo esperes- me dijo mientras entraba con la charola con la cena.

-Esme ¿no se que hacer?- le dije al borde de las lagrimas, dejo la bandeja en la mesita cerca de la ventana y me abrazo.

-Hija, todo pasa por algo, después de la tormenta sale el sol, no te aflijas más- mientras acariciaba mi cabello infundándome esperanzas.

-Pero Esme, hice sufrir a Edward y ahora hago lo mismo con Jacob, soy un monstruo de persona- le dije ya sin poder aguantarme las lagrimas.

-Cariño no se que a sucedido entre tu y Jacob para que te sientas así, pero no puedes corresponder a los sentimientos de todos, si Jacob esta enamorado de ti y tu no claramente el saldrá dañado pero no debes de recriminarte más las cosas, el amor no se impone o se obliga, solo se siente por quien el corazón reclama, si ese lugar le pertenece a mi hijo…- pero no continuo, levante mi vista para mirar esos ojos verdes tan similares a los que me paralizan el corazón.

-¿Si le pertenece que Esme?- necesitaba escuchar lo que pensaba, si tenia una solución a mi problema, gustosa lo acogería.

-Nada pequeña, será mejor que comas y descanses- fue por la bandeja de la cena, me beso los cabellos y salio.

No había visto a Jacob en toda esa semana, me sentía mal por ello, ya que de seguro estaba escapando de mi, mi padre me vio triste ya que sin Jacob había vuelto a mi tristeza y ahora era el doble, pues no tenia a Edward y tampoco tenia a mi amigo pero sobre todo me sentía mal por causarle dolor, le dije que era por que no había visto a Jacob ya que estaba acostumbrada a su compañía, lo que no era mentira, pero evitando otros detalles, él me explico que Jacob estaba teniendo mucho trabajo por consiguiente no podía venir tan seguido, sabia que era excusas pero le daría su espacio.

Desde aquel beso mi insistencia por saber si Edward se había comunicado volvió a crecer tras la ultima conversación con Esme, le preguntaba todas las mañanas como si no hubiese transcurrido tiempo desde que comencé a esperar su respuesta, todas las mañanas seguía la misma respuesta, ¡nada!, pero seguía insistido, el corazón me decía que no me rindiera, aquel beso con Jacob me corroboro que jamás podría llegar a amar a otra persona, por muy perfecta que fuera, yo necesitaba de Edward, de su perfección, esa perfección que nadie más que él podría darme.

Mi padre llego más temprano de lo acostumbrado, debido a que tenia que viajar al extranjero con suma urgencia, solo dijo que eran asuntos de trabajo, pero que no estaría sola ya que había hablado con Jacob quien en un par de días me visitaría y se fue, se veía algo nervioso así que no quise inmiscuirme, aprovecharía los días que el no estaba para leer al aire libre. Así pasaba mis tardes, preferentemente sumergida en la lectura que en la agonía y la tristeza. Pero al día siguiente cuando corrí por las escaleras para recibir a Esme me lleve una sorpresa, me miraba con cierta tristeza, se veía incomoda y deseosa de salir de ahí, pero como era de costumbre le pregunte por Edward, esta vez a diferencia de las otras veces se quedo en silencio y bajo su rostro, no sabia como interpretar aquello pero me asuste y mi corazón se acelero.

-Esme ¿Me ha enviado algo?- silencio- ¿que sucede?, Edward esta bien ¿verdad? no quería sonar histeria pero su reacción estaba provocando que comenzara a parecerlo.

-Si Bella…está bien… mmm... tengo cosas que hacer en la cocina- me dijo intentando zafarse de mí, pero no se lo permití y le impedí el paso.

-Esme, no me has contestado ¿Edward te envío algo esta vez?- y fue cuando me di cuenta de la razón por la cual mi corazón se acelero, por la esperanza, la minima esperanza de que esta vez si me había contestado.

-Bella, cariño no se si sea lo mejor, ¿por que no dejas las cosas así?- su brazo estaba tenso metido en su abrigo, y sus ojos rehuían los míos.

-Esme por favor- le suplique, ella me vio con tristeza y me tendió la carta, la sonrisa que se me dibujo en el rostro me sorprendió ya que hace mucho que no lo hacia, pero ésta se debilito cuando vi los ojos vidriosos de Esme que se retiro a la cocina. Subí corriendo a mi habitación temerosa ante la reacción de Esme, quizás yo estaba fantaseando el contenido de la carta en donde decía que mi Edward vendría por mi y me llevaría lejos de este país, solo nosotros dos luchando por este amor, o quizás así era y volví a sonreír, solo que a Esme no le parecía ya que tendría que alejarse de su hijo y temía por la reacción de mi padre cuando se enterara que nos habíamos escapado. Decidí dejar de especular, tome el sobre abrí la carta y volví a sonreír cuando descubrí aquella hermosa caligrafía.

"Bella

Por favor deja de insistirle a mi madre noticias de mi, si no lo he hecho es precisamente para alejarme de ti, no tengo nada de que perdonarte pero es mejor dejar las cosas como están. Necesito aunque sea intentar olvidarte Bella, es difícil, pero si no lo intento y me lo digo a diario a mi mismo no se como conseguir vivir, estos meses se han hecho sumamente difíciles vivirlos sin ti, intentar no saber de ti, hacer odios sordos a los comentarios que me llegan de ti y tu prometido paseando por la ciudad felices o yendo a reuniones que ambos están acostumbrados a asistir, me llena de celos, pero a la vez saber que él te hace feliz me hace querer seguir también adelante. Me hace daño amarte como te amo si nunca te tendré para mí y solo para mí. Las ilusiones que algún día tuve ya se perdieron, así que déjalas ahí por favor, no hagas que se vuelvan a unir para seguir sufriendo, tu te vas a casar y harás a alguien feliz, aunque quisiera con todo mi ser que esa felicidad fuera para mi, no lo es y debo aprender a vivir con ello, déjame intentar olvidarte o mejor dicho, aplacar este amor por favor. E"

«Déjame intentar olvidarte» era lo que se repetía en mi mente, solo esas tres simples frases pero que juntas, terminaron de quebrar mi corazón. Definitivamente por mi cobardía había perdido al hombre más maravilloso que podría llegar a conocer. Después de todo, debí de seguido el consejo de Esme y haber dejado las cosas como estaban, la esperanza de que Edward lucharía por nosotros era mejor consuelo que saber que quería olvidarme.

Estaba enojada conmigo misma y por consiguiente con el resto del mundo, necesitaba culpar a los demás por los errores que he cometido para calmar el dolor y por primera vez desde que mamá murió, me encerré en mi habitación con llave, para que nadie me molestara, cuando sintiera realmente la necesidad de comer lo haría, pero por el momento no había llegado, ya que la única necesidad era de aislarme de las personas para dejar de hacerles daño. Necesitaba hablar con Jacob para disculparme y ser sincera de una vez por todas y aunque fuese egoísta de mi parte dejaría que la decisión de si aún quería seguir con los planes de la boda la tomara él.

Como si fuese un lector de mentes Jacob llego a mi casa por la tarde, Esme llamo a mi puerta para avisar que Jacob me esperaba en el salón, como no quería dejar mi cuarto le pedí por favor que lo hiciera subir mi habitación. Cuando sonó nuevamente me levante para abrirla, al otro lado de la puerta se encontraba un tímido Jake mirándome triste y feliz a la vez, lo hice pasar rápidamente, ya que no quería que Esme se colara por la puerta, pues lo que menos quería en ese momento es que me recordara más de lo normal a Edward. Una vez dentro, me abalance sobre él para abrasarlo, realmente lo había extrañado.

-Jake ¿Por qué no habías venido a visitarme?- le pregunte aunque más bien parecía una recriminación así que me contuve para que no pensara que era una novia celosa y lo solté, tenia que mantener sus expectativas a raya así que me limite a sentarme en el silloncito que quedaba de espaldas a mi cama.

-Bella, necesitaba pensar y ordenar mi cabeza, ahora bien, necesito hablar de algo importante contigo- me dijo dando vueltas por la habitación sin mirarme mientras haciendo sonar los huesos de sus manos y cuello, realmente estaba nervioso.

-Jake, también necesito hablar contigo, tengo que contarte la verdad- movió sus labios en señal de interrumpirme, así que rápidamente lo acalle –No Jake, por favor déjame continuar es importante, necesito contarte la verdad de mis sentimientos, si después de que te cuente ya no quieres casarte conmigo prometo que lo entenderé.

-Bella ¿de que hablas?- estaba extrañado pero a la vez se veía un poco más relajado.

-Jake… yo…yo…-uf que difícil es poder decirle a alguien que te ama que tu no le correspondes a sus sentimientos -Yo no te amo Jake, si me estoy casando contigo es por mi padre, Edward, el nombre que salio de mis labios el día que me besaste es a quien realmente amo- dije rápidamente mientras me ruborizaba, mi padre definitivamente si estuviera aquí intentaría matarme por estar revelándole estas cosas a mi futuro marido, estaba tan nerviosa que no supe en que momento Jake me levando del sillón.

-Bella- dijo mientras me abrazaba con fuerza ¿podía sentirme peor de lo que me estoy sintiendo? Jake seguramente estaba dolido por mis palabras, que tonta fui, intentando hacer las cosas bien le dije la verdad, verdad que de seguro debí callar, cuando me separo de su abrazo dirigí mi vista tímidamente a su rostro en el que observe…

Continuara....

Hola aca esta el ultimo capitulo del dia apartir de mañana voy a publicar un capitulo por dia.

Que le pasara a Jake con la revelacion de Bella q no lo ama q esta enamorada de Edward.

Capítulo 13: -"Cartas"- Capítulo 15: -"Visita"-

 
14958185 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11041 usuarios