Narra Alma
Me puse hacer los trabajos que nos mandaron para el fin de semana.
Estuve haciendo como máximo una hora. Luego bajé al comedor.
- Cariño, ¿te encuentras bien?- me preguntó otra vez mi madre.
- Si mamá, estoy bien.
- Dime si te pasa algo, eh.
- Tranquila, ahora cuando cene me voy.
- ¿As quedado con Jake?
- No
- Y donde vas
- Voy a correr, necesito correr.
- Vale. ¿Quieres que te acompañe? Ya no pasamos tanto tiempo juntas…
- Mamá, prefiero ir sola, pero si quieres…
- No, tranquila, si era para que no te aburrieras.
- Que va. Otro día, ¿vale?
- Claro.
Empezó hacerme la comida.
Me preparó una ensalada. Estaba riquísima.
- Voy a cambiarme y me voy.
- Vale cariño.
Subí a mi habitación y me puse unos pantalones cortitos rosa con una camiseta negra de tirantes, con una chaqueta por si hacía luego frío.
Cogí el móvil para escuchar música.
Me fui de casa sobre las nueve y poco a correr, fui por el bosque, calenté primero con carreras suaves. No me hacía ninguna falta, pero era bueno correr, y bien.
Empezó una canción de Jeniffer López.
Atravesé la carretera que conducía asta el bosque, una vez que llegué al bosque baje la velocidad.
Iba pensando en mis cosas y de repente se me vinieron las imágenes rapidísimas, ese sueño que tuve la noche pasada, que me desperté sobresaltada.
Ahora solo se me vino la imagen del árbol. Me choqué contra algo y caí al suelo.
- Ay!- me quejé
Alcé la vista para controlar mi choque. Entonces vi un hombre. Me miraba fijamente.
- Lo siento no lo había visto. – me disculpé una vez que me levanté.
- ¿Tú eres Alma?
- Si, lo conozco…
- No.
- Y como sabe mi nombre
No me contestó. Se alejó de mí.
- ¿Puedo ayudarle?- le pregunte amablemente.
- No creo. Necesito…
- Dígame haber si puedo ayudarle
Entonces se acostó más a mí y vi unos ojos rojos. Y me fijé mejor y tenía la apariencia que el mismo hombre de mi pesadilla. Me asusté un poco.
- Tú no puedes ayudarme cría.
- Oiga… disculpe.
- No si es culpa mía llevo varios días sin…
- Vampiro.- le solté.
- ¿Cómo sabes tu eso?
- Sus ojos son rojos. Se cosas de la vida.
- Tú no deberías de saberlo.
- Pertenezco a ese mundo. Adiós.
Cuando me giré me cogió rápidamente del brazo y me hizo caerme al suelo.
Lo fulminé en la vista.
- ¿Qué quiere? ¿Por que sabe mi nombre?
- Estas en el momento inoportuno…
Me eché hacía atrás, sabía que pretendía, tenía sed, sed de mi sangre.
Pero como sabía mi nombre, me preguntaba una y otra vez.
Estaba pensando en echar a correr, pero, él también era veloz, era peligroso llevarlo en otra dirección.
- Tu sangre es distinta a los otros humanos…
Yo me iba cada vez más lejos, vino corriendo y me cogió del cuello. Vino las imágenes de mi pesadilla ¿podría ser que mi pesadilla se estuviera convirtiendo en realidad?
- Por favor no me haga nada
Le supliqué pero cuando un vampiro estaba sediento no había escusa, al menos en casos.
Arrimó su nariz a mi yugular.
- hueles muy bien.
Cuando abrió la boca, le di una fuerte patada en la barriga y salió disparado, me dio tiempo a ponerme de pie, para poder luchar, podía tener asta la misma fuerza que un vampiro. Así que ningún problema, solo uno, yo tenía sangre y él quería beberla.
Volvió corriendo hasta mí. Lo mantuve 5 segundos lejos de mí, pero no pude más y me dio un empujón contra un árbol. Mi pesadilla se hizo realidad, pero lo que tenía más miedo era que me mordiera y si Jacob dejaba de quererme.
- Ahora no tengo mucha sed, pero si te pillo otro día que este hambriento… Ahora es que me has hecho enfadar.
- Vete…
Me toqué la cabeza y vi que estaba sangrando.
Jacob, papá, mamá… socorro… ayudadme… No tenía casi fuerzas ni para pensar. En ese momento me desmayé, delante del árbol, pero este se fue.
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