Veo que la tienda está poco concurrida quiero pensar que porque es demasiado cara, tiene pinta de esa clase de tiendas que tiene modelos solamente para mujeres con mucho dinero.
Carlisle se siente como pez en el agua, se adelanta a mis pasos y mira a una pelirroja de pelo corto y rizado en grandes tirabuzones, royo años 50, lleva un vestido negro ajustado al cuerpo. Enseguida me mira y sonríe abiertamente, me da que pensar... ¿esta forma parte de las cinco mujeres pagadas?.
-Hola...- dice la chica con voz musical-.
-Hola-.
-¿como estás?-.
-Bien-.
-Carlisle dice que necesitas un vestido para una comida, nada formal pero a la vez si... así que vamos a ver ¿que color te gustaría llevar?-.
-me gusta el negro-.
-Si, con el negro nunca fallas-.
-Pues negro-.
-Vale, ve al probador, y enseguida te llevo los modelos-.
Asiento y miro a Carlisle que enciende un cigarrillo a pesar de que en este lugar no se puede fumar, mete el humo en sus pulmones y camina hacia los provadores, voy con él y espero al lado de la puerta fina de color negra.
-¿De que la conoces?-.
La curiosidad es superiora mi.
-Es una amiga-.
-Ah...-.
-Digamos que hemos tenido más que palabras, pero no es una comprada-.
-Ah...-.
Es lo único que puedo decir.
La pelirroja viene con los vestidos y me los da con una sonrisa que parece pintada en su cara.
Entro y me pruebo el primero, no me convence, demasiado escote, el segundo... tampoco m convence, es demasiado largo... así hasta el número seis, que es el que me gusta, sencillo, sin escote y no demasiado corto ni demasiado largo, se ajusta al cuerpo, de ese tipo de vestido que te puedes poner.
Al salir Carlisle ya ha acabado de fumar y la pelirroja no sonríe... ¿me habré perido algo?.
-Vaya, estás preciosa pequeña Jane-.
Sonrío y me miro en el espejo.
-Un moño quedaría muy bien con ese vestido- aconseja la pelirroja-.
-Si... me lo haré- dijo de manera seca-.
Entro y me vuelvo a poner mi ropa, salgo con el vestido escogido y el señor está en el mostrador con una tarjeta, juguetea con ella mientras me mira, me acerco y dejo el vestido sobre el mostrador, no mira el precio simplemente da su tarjeta.
La morena le dedica una sonrisa al señor y este se la responde, le pasa una pequeña tarjeta blanca cuando le devuelve la de crédito, él coge ambas y camina hacia la puerta, le sigo y en la entrada toma la tarjeta blanca y la tira al suelo, no sin antes romperla en cuatro pedazos, abre las puertas del coche y yo subo, me pasa la bolsa y me mira fijamente.
-Me gusta la elección que has echo, Rosalie suele escoger vestidos demasiado... abiertos-.
-¿Rosalie?-.
-La pelirroja, su nombre es Rosalie-.
-Ah...-.
-Volveremos a casa, Alice estará por allí-.
-¿Alice fue... una amiga intima tuya?-.
-No, ella quiere pero... no es mi estilo, eso de morena y pelo corto... no... me gusta-.
-Ah-.
-Deja de decir eso niña, me pone nevioso-.
Asiento despacio y le miro conducir, se escucha la canción “Still loving you” de los Scorpions .
-¿Que miras tanto?-.
-Nada... es solo... que eres muy guapo, Carlisle, sigo sin entender el porque compras mujeres-.
-Ya te lo he explicado-.
-Si... lo entiendo... nada de sentimientos-.
-Podemos ser buenos amigos-.
-Si... claro... podemos-.
|