Enseñándote a vivr

Autor: mary31
Género: Drama
Fecha Creación: 01/08/2013
Fecha Actualización: 23/12/2013
Finalizado: NO
Votos: 6
Comentarios: 31
Visitas: 15160
Capítulos: 14

Edward es un chico muy solitario desde ese fatídico día donde perdió lo que más le importaba, se sentía solo y perdido, hasta que conoce a una hermosa chica de ojos chocolates que le hará cambiar su forma de ver la vida

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Capítulo 14: Quimioterapia

Bella POV

Estaba sentada en la sala de espera del hospital intentando olvidar a lo que venía, intente ojear un revista pero no podía concentrarme en todos los cotilleos de la misma, pues solo podía imaginar la aguja que clavarían en mi brazo para meterme ese líquido asesino

Los pacientes de quimioterapia por favor pasad- dijo un enfermero, me levante secando mis sudorosas manos en mi falda y camine junto a otras cinco personas dentro del lugar

Había sillones medianos, divididos por una cortina de color azul oscuro a su lado había un mesita también pequeña y al frente un televisor, mi madre se había quedado a fuera porque yo se lo había pedido pues la verdad es que no quería meterla más en esto, lo sé, como no meterla más? Pero de alguna forma me hacía sentir menos egoísta de ese modo

Me senté y la verdad eran bastante cómodos, intente relajarme mientras esperaba a la enfermera que me colocaría el tratamiento

Habían personas de todas las edades a mí alrededor desde una pequeña niña que no aparentaba más de 3 años hasta una señora regordeta que parecía de 50 y algo

La enfermera llego con unas bolsas las cuales eran mi tratamiento, solo pregunto mi nombre y me inyecto como si nada, dejo todo “funcionando” y se retiró alegando que regresaría lo más pronto posible

Intente pensar en helado, pensar en lo frio que era y en lo delicioso que sería comer uno, cremoso, quizás con fresas encima y chispas, la cortina que me separaba de la otra silla se corrió sacándome de mis pensamientos, el “corredor de cortinas” era un chico como de 15 años con grandes ojos azules adornados por unas marcadas ojeras, sus labios estaban resecos y rotos por las malditas quimios, pero eso pasaba casi desapercibido por la gran sonrisa que me dedicaba

Hola mi nombre es Christopher es un gusto conocerte- dijo extendiendo su mano hacia mí la cual estrecha dedicándole una sonrisa

Soy Bella y también es un gusto conocerte

Entonces Bella, cuál es tu caso?- pregunto sacando un cigarrillo del bolsillo de sus pantalones

Pues leucemia en espera de un trasplante de medula y tú?- dije viéndolo fumar su cigarrillo con entusiasmo, dando grandes caladas

Que mierda, está en toda tu sangre- movió su cabeza de forma negativa- Osteosacroma alias cáncer en los huesos- me miro detenidamente con esa sonrisa que no había cambiado desde que lo vi -  Estamos jodidos - grito, todos voltearon a mirarlo y yo solo pude reír, por lo extraño de la situación, cerre mis ojos por un momento, sentia como si el líquido quemara, intente respirar como si hiciera yoga 

Sabes me imagino que no tomas nada para el dolor- ni siquiera espero una respuesta y siguió hablando- Te tengo algo que te hará pasar esto como si nada y que además te ayudar a apaciguar las náuseas después de salir- saco otro cigarro- Esto cariño mío es oro en tubo

Lo tome sin saber muy bien qué hacer con el Es marihuana – dijo acercándose a mi oído, abri los ojos como platos - tengo una planta en casa por lo que es completamente natural

Lo coloque en mi boca, esperando que lo encendiera, no tenía pensado drogarme pero que mierda ya importaba eso sí de todos modos me ayudaría de alguna u otra forma a disminuir el dolor

Gracias – dije dándole una calada lo cual me hizo toser pues nunca había fumado, el comenzó a reír y yo lo acompañe en sus risas- Así que eres como una traficante

No, yo no lo comparto muy a menudo- me sonrió – pero tú me agradas

Le sonreí y le di otra calada al cigarrillo intentando que ningún enfermero me viera

Te gustaría ir a comer algo después de que nos envenenen, conozco un lugar donde veden hamburguesas más grandes que tu cara – le sonreí

Claro – asentí

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Estábamos sentados en el lugar de las hamburguesas del que había hablado chris la verdad era muy pintoresco y alegre, había un parque para niños de un lado en donde todos saltaban y reían la verdad me sentía muy a gusto

Bueno entonces que haces cuando no vas al hospital?- pregunto chris sacándome de mis pensamientos

Pues no mucho, estoy en casa con mamá, o salgo a caminar- dije con entusiasmo – y tú a parte de traficar marihuana? – él rio y rodo sus ojos

Bueno, me gusta nadar, patinar, correr con autos- levanto sus cejas- sabes a lo que me refiero, y cosas así, digamos que soy adicto a la adrenalina- se encogió de hombros, su expresión había cambiado a una más sombría

Nunca te había visto en el hospital?- cambie el tema, pero no funciono mucho pues hasta me atrevo a decir que se veía más triste ahora - lamento haberte echo sentir mal

El mesero llego y ordenamos aunque la verdad ya no tenía muchas ganas de comer

No fue tu culpa solo recordé algo-dijo después del que mesero se retiró y medio sonrío, a lo cual yo respondí con una gran sonrisa

El resto de la noche pasó entre risas por las locuras que decía y además pude aprender más sobre él y sus gustos, me entere que quería ser un nadador profesional pero no podía por su enfermedad lo cual apestaba, me llevo a casa y me dio su número diciendo que esperaba verme pronto a lo cual yo respondi con una sonrisa 

A penas entre en casa me encontré con mi madre tirada en el sillon con una botella en su mano, su ropa estaba sucia y su maquillaje se habia corrido 

Segui caminando hacia mi cuarto tratando de ingnorarla me di un baño y me tire a llorar en mi cama, al parecer se estaba volviendo una costumbre

Capítulo 13: Una semana

 
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