Todo a su tiempo (+18)

Autor: AtalCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 16/09/2012
Fecha Actualización: 07/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 9
Comentarios: 15
Visitas: 58364
Capítulos: 27

Edward, un joven médico que ha dejado que sus prioridades sean lo más importante lo más importantes en su vida, dejando de lado lo más importante,... el amor.

¿Qué pasará cuando llegue la jefe de enfermería?

 


Hola amigas les dejo otra locura de mi mente,... esta es una historia que escribí hace un tiempo, la he publicado en otras partes, pero aquí la he querido colocar un poco editada, he corregido algunas cosas, sobre todo la gramática y redacción.

Espero les guste y pueda recibir comentarios y votitos,... un beso a mis lectoras que no me abandonan

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 14: "Petición"

BPOV

Después de haber tenido un hermoso día en la plaza comiendo helado con mi novio había llegado la noche y la hora de separarnos. Al verle irse a lo lejos en su carro cerré la puerta y subí a mi dormitorio. Me quedé en las nubes, mi cuerpo aun flotaba. Como pude me vestí con mi ropa para dormir, me tiré en la cama y cerré mis ojos recordándome en los brazos de Edward. Pensando en él no me di cuenta de cómo me dormí y comencé a soñar.

"Estábamos en un jacuzzi lleno de pétalos de rosas rojas y blanca. Me tenía entre sus brazos, le daba la espalda mientras él me tenía sus brazos en mi vientre. Sus labios me los tenían en mi cuello besándolos mientras que una de sus manos subió a uno de mis senos y me lo comenzó a tocar con dulzura, tocaba el pezón que ya estaba erecto por el efecto de su tacto. La otra mano ya estaba haciendo de las suyas había bajado a mi vulva y había comenzaba a darme un suave masaje con sus dedos, había comenzado a gemir por el placer que me estaba dando, yo quería darle ese mismo placer, pero él no me dejaba darme vuelta, solo pude llegar a sus labios y sentir su dulce boca, sus labios me extasiaban, era el ingrediente más importante en el proceso de demostrarle todo mi amor…

-¡¡¡riiiin, riiin, riiin!!!"

De pronto escuché el teléfono en la cocina, estaba luchando para no despertar, lo dejé sonar, luego hubo un silencio y me dio alivio pensando que quizás era una broma, pero volvió a sonar, me asusté, abrí los ojos y vi la hora eran como las 11:30 pm, bajé como pude, entre dormida y llegué a la cocina, tomé el auricular y atendí.

-¡aló! ¿quién habla?- pregunté adormitada pero con enojo por la hora y por haberme despertado de mi hermoso sueño.

-¡hola!, soy yo Edward- me dijo tímidamente.

-¿estas son horas de llamar jovencito?- le dije entre broma y reproche pero dándole a entender que estaba feliz al oírlo.

-bueno es que no aguanté y quería escuchar la voz de mi novia antes de comenzar a dormir- me dijo.

-no es justo, tu quieres dormir y la despiertas interrumpiendo un hermoso sueño con su novio- le dije la verdad.

-¿estabas soñando conmigo?- me preguntó.

Le aclaré que sí era verdad que estaba soñando con él pero no le dije de qué se trataba.

-¿a sí?, bueno me lo contarás en algún momento- me dijo. -¿me preguntaba si me podrías dar el número de tu celular? No quiero volver a llamar un día que esté tu padre porque no quiero tener problemas con mi suegro- rió.

Me dio gusto escuchar eso de su boca, nombrar a mi padre como su suegro, me daba tranquilidad al saber que lo que habíamos hablado por la tarde era verdad y nuestra relación iba enserio. Accedí a su petición y le di el número de mi celular.

-gracias nena, ahora sabrás que a cada minuto pienso en ti- me dijo con alegría en su voz.

-amor yo también lo hago, hasta en mis sueños apareces, y espero que lleguen a hacerse realidad los que he tenido contigo- le dije con mis mejillas rojas de pudor por mi confesión.

-bueno eso dependerá de nosotros amor, lo que hagamos será decisión de dos, ¿no crees?- me dijo.

-Bueno ya es hora de que sigas estudiando amor- le ordené pensando en que sus estudios también eran importantes y que no quería ser la causante de su fracaso, aunque confiaba que sería todo lo contrario.

-ok ama, voy a estudiar ahora, ya escuché a mi diosa, así que ahora a mis estudios- me dijo.

-¿Edward?- le dije.

-¿qué amor?- preguntó.

-¡Te amo! Te amo tanto, te amo, te amo, te amo- le repetí varias veces.

-yo igual Bella, no sabes cuanto, te amo amor, eres y serás mi amor para toda la vida- me dijo con pasión.

-¿Nos veremos mañana?- Le pregunté.

-¿Quieres que vallamos al parque de diversiones, ese que llegó a la ciudad hace unos días?- me preguntó.

-¡claro amor! Tú sabes que voy hasta la China si es contigo- le contesté.

-ok entonces hasta mañana a las seis de la tarde, ¿está bien la hora o más tarde?- preguntó.

-no está bien amor, aunque tendré que esperar casi todo el día para verte de nuevo- le dije apenada porque estaría ansiosa todo el resto del día por volverle a ver.

-no serán tantas horas, a menos que… ¿mañana estemos juntos todo el día y terminemos en el parque?- me preguntó expectante.

-eso suena fenomenal amor, claro que me gustaría estar todo el día contigo y terminar en el parque- le dije feliz pensando en que estaría casi todo el día junto a él.

-entonces a dormir, ya que mañana será un día de mucha acción- le dije sin pensar en cómo se lo dije.

-ok amor, hasta mañana, descansa, y sueña conmigo- le dije. –no te olvides que te amo más que mi vida.

-Bella eres lo más importante en este momento en mi vida, eres mi piedra preciosa de más valor, eres mi todo- me dijo. - ¡buenas noches amor mío! Te amo.

Me fui a mi dormitorio después de colgar el teléfono y me metí a la cama, cuando me estaba acomodando mi celular sonó con el tono de mensaje, di una sonrisa porque mi corazón sabía que era de él. Lo tomé y abrí el mensaje y lo comencé a leer.

"Mis ojos se están cerrando con una imagen,… la tuya, la más hermosa… hasta mañana amor, te amo, Edward"

Estaba tan emocionada que se me llenaron los ojos de lágrimas por tanto amor que había en sus palabras, me sentía tan feliz y le escribí un mensaje de vuelta.

"Buenas noche mi amor, te amo, hasta mañana…sueña conmigo, Bella"

Sin más me tapé con las tapas de mi cama y cerré mis ojos y cayeron las lágrimas que había acumulado de tanta felicidad y me quedé dormida pensando en el día de mañana junto a Edward.

Había despertado con una felicidad que me inundaba en todo mi ser, ya había amanecido y los rayos del sol habían aparecido ese día por la ventana aunque habían nubes amenazadoras a los lejos, pero sabía que eso era normal en Forks y que eso no iba a ser un obstáculo para pasar nuestro día juntos. En ese momento me llegó otro mensaje, era de él, de Edward.

"te paso a buscar a las 10 am, espérame lista, te amo, Edward"

Me puse feliz sabiendo que sus primeros pensamientos eran para mí, no podía comprender que en realidad la felicidad había llegado a mi vida. Sin más le contesté.

"buenos días, te estaré esperando amor, ansío por sentir tus labios,… te amo"

En eso me percaté que tenía menos de dos horas para alistarme, tiré las tapas de mi cama a los pies de ella para que se ventilara mientras iba a darme un baño. A pesar de que Charlie no estaba la casa se sentía igual que todos los días, vacía.

Me di un baño relajante mientras pensaba que ese día debía controlar mis hormonas lo que más pudiese ya que era muy pronto que pasáramos a más, pero lo deseaba tanto. Iba a ser muy difícil controlarme pero sabía que lo intentaría y él me ayudaría. Confiaba tanto en él, sabía que él controlaría la situación y que no llegaríamos a más.

Me vestí, tendí mi cama, me sequé el cabello, me maquillé, aunque casi nada ya que no me gustaba hacerlo. Justo cuando había bajado a prepararme algo para desayunar recibí otro mensaje de Edward.

"amor, no tomes desayuno, lo tomaremos juntos, ¿ok? Besos."

Me reí, él era tan detallista, no le contesté ya que sabría que no lo había hecho. Al rato después casi la diez sentí el motor de su auto, le vi por la ventana y abrí la puerta sin dejar que él tocara. Me eché en sus brazos como un imán y lo besé apoderándome de su cuello y de sus cabellos. Después de haber sentido sus ricos labios nos separamos.

-Bueno días amor- le saludé.

-buenos días bonita- respondió.

-necesitaba verte, sentir tus labios- le dije mirándole sin soltar su cuello.

-yo igual, ¿desayunaste?- me preguntó.

-noup, lo iba hacer pero recibí tu mensaje y lo deje para ahorita, así que vamos o si no comeré lo primero que esté frente a mí- le dije con picardía posando mi frente a la suya.

-eso suena bien, pero mejor vamos inmediatamente así no te tientas- me dijo besando mi frente.

Me tomó de la mano me llevó al carro. Dentro y haciendo marchar el motor, lo tomé desprevenido y lo besé. Fue un beso muy diferente al de antes, este fue sutil, suave pero con pasión, lento como si quisiera que durase mucho tiempo. Me separé por unos minutos y lo miré.

-mi estomago pide comida amor- le dije sonriendo.

-ok, entonces ponte el cinturón y deja echar andar el carro- me dijo mientras me acomodaba el cinturón de seguridad. -¿qué quieres desayunar?- Me preguntó.

-mmm bueno algo fresco, dulce y energético- le dije mirándolo.

-entonces ya sé dónde iremos- hizo andar el auto y nos fuimos.

Me llevó a un restaurante dónde era sencillo pero que hacían unos desayunos muy ricos, era un lugar bien acogedor pero elegante, era como estar en otro país. Pedimos frutas picadas, jugo de naranja con unas tostadas con quesillo, estaba todo muy rico. Era tan romántico estábamos juntos y yo le daba en la boca el alimento y él hacía lo mismo mientras conversábamos, nos tocábamos las manos, acariciándolas como algo tan preciado para los dos.

El comienzo del día estaba siendo muy lindo. En mi mente pasaban muchos pensamientos de si así sería estar casada y compartir todo con el ser amado. Mientras lo admiraba cuando me hablaba, sentía que mi vida estaba plena, llena. Acariciaba mis manos con sus suaves dedos haciendo círculos en ellas, me sentía flotando por tanta felicidad.

Después que terminamos, me invitó al cine, llegamos para ver que estaban dando a esa hora y nos reímos al ver que estaban dando "Shrek", acepté y entramos, era una de mis películas preferidas porque me hacía reír mucho las locuras del burro, pero la parte romántica también me fascinaba. Estuvimos tomados de la mano durante toda lo que duró la película, el cine era un lugar propicio para ser más audaz, pero no quería arruinar lo que hasta ahora estaba siendo perfecto.

No sé si Edward se había dado cuenta de mi actitud, ya que siempre era la que hacía que el momento se pusiera candente.

Terminó la película y al salir nos dimos cuenta que ya era de almorzar, pero ninguno sentía hambre.

-¿Edward? No quiero que vayamos a ningún lugar, quiero que comamos algo chatarra, ¿Por qué no vamos a un McDonald's?- le insinué, sin saber si él comía esas cosas.

-¡claro! hay uno cerca de aquí- me dijo. -¿cómo no había pensado en eso?

-bueno porque no sabías que me gustaba la comida chatarra, pero de ave, soy un estilo vegetariana pero no tan extremista- me reí.

-que bueno saberlo amor, así no cometeré el error de invitarte a comer carne- me dijo sonriéndome.

-eso espero, solo vegetales o carnes blancas, ok- le dije guiñándole el ojo y dándole un beso en la mejilla.

-ok amor, no se me olvidará- me dijo dándome un beso en la punta de su nariz.

Entramos al local y pedimos nuestras porciones. Nos sentamos en lugares bien separados de los demás y comenzamos a conversar.

-¿Bella que te pasa hoy?- me preguntó tímidamente por mi comportamiento hasta ese momento.

-nada ¿Por qué amor?- le dije como si nada, bajando mi vista.

-te veo tan serena, tan tranquila, sin tus im…- le interrumpí.

-¿sin mis impulsos?, bueno es porque he decidido tranquilizarme cuando estemos juntos, no quiero que pienses que solo quiero sexo contigo, tú sabes que nunca lo he tenido y que ahora que te conocí eres con el único que quiero hacerlo, pero sé que sería un poco irresponsable de nuestra parte que lo tuviéramos, ya que recién nos estamos conociendo- le dije con pesar en mi voz sabiendo que era lo que más deseaba, quería ser suya pero para siempre, quería despertar junto a él todo los día de mi vida, pero quería mostrarle que podía comportarme.

-era eso- me dijo. –pensé que ya no querías estar conmigo, te sentía distante, fría y me preguntaba el por qué.

-¿cómo puedes pensar eso? Edward tú eres lo más importante que tengo en mi vida, no quiero pensar nunca que tu no estés en ella, ya no sería lo mismo, tu llenas el vacío que he tenido hace mucho tiempo, nunca más digas , ni pienses eso, eres todo para mí tontito- se lo dije agarrándole y besándole.

Con ese beso lleno de mucha pasión le di a entender que la Bella que había conocido estaba ahí y que estaría había cuando él me lo pidiera, era de él completamente.

Me devolvió el beso de la misma manera, era inevitable no hacerlo, sabía que los dos estábamos añorando todo el día por un beso así. Al percatarme que el besó había hecho despertar a Edward me aferré más a él sin importar que estábamos en un lugar público le dije jadeando: -Edward, si no estuviéramos aquí rodeado de personas te hubiera tomado y no te hubiera dejado resistirte, hubieras caído en mis redes- uní mi frente a la suya. –no quise dejarte así amor, pero no sabes cómo estoy yo. Le di a entender que estaba tan excitada como él, sentía mi tanga húmeda de tanto deseo.

-Amor, no digas eso, sabes que te deseo tanto como tu a mí, pero no podemos todavía. Menos mal que estamos aquí o si no te también te hubiera hecho mía- me dijo jadeando por la situación.

-Edward, tu sabes que desde que te vi soy tuya y tu mío, solo que nos falta llegar a ser uno solo y eso será pronto, porque no se cuanto tiempo podré resistirme no poder amarte por completo- le dije mirándole a los ojos sin soltarme de su cuello.

-¿por qué no nos vamos de aquí y vamos a caminar? Así bajamos las revoluciones- me preguntó.

-buena idea, ¿pero ya estás mejor?- le pregunté con picardía sabiendo a qué me refería.

-sí, ya está más tranquilo- me dijo rojo de la vergüenza.

Se veía adorable con el color en sus mejillas. Me preguntaba cómo sería su rostro al hacer el amor. Pasaban tantas cosas por mi mente cuando estábamos juntos.

Al estar más relajados después de que nuestras hormonas nos estaban jugando chueco nos dispusimos a irnos de ahí. Nos dimos un beso nos fuimos. Salimos del local tomados de la mano y acariciándonos con los pulgares.

-¿Bella que vamos hacer?- me preguntó mientras caminábamos.

-¿de qué amor?- le respondí con otra pregunta.

-con nuestras hormonas- me dijo con pesar.

-amor, no te preocupes, solo debemos dejar que fluyan, en el momento sabremos que hacer- le dije tan serenamente. –tú no sabes lo que es para mí luchar por no despertarlas cuando estoy contigo, mis hormonas despiertan a penas te veo, imagínate cuando te beso o cuando te toco, ¡corren a mil!

-Bella, mi hermosa Bella, ya te haré mía completamente y podremos poseernos cada vez que me quieras- me dijo besando mi frente llevando sus brazos a mi cintura.

Al escuchar eso de Edward me quedé sin palabras, ahora sabía por él que me deseaba tanto cómo yo a él y que deseaba ser mío en un tiempo próximo. Nos quedamos así por un buen rato solo con nuestras frentes juntas, respirando hondo sintiendo como nuestros brazos estaban en nuestras cinturas y como nuestros dedos nos frotábamos la espalda suavemente.

-te amo Bells- me dijo sin abrir sus ojos.

Los dos estábamos iguales sumidos en nuestros pensamientos mientras estábamos unidos por nuestras cinturas.

-y yo a ti Edward, te amo tanto- le dije con voz tortuosa.

Abrimos los ojos, y seguimos caminando sin soltarnos de la cintura, solo que puse mi su mano en el bolsillo de sus jeans acariciando su nalga de forma muy sutil. Lo miré de reojo por si no se había dado cuenta, pero sin más sentí que él hizo lo mismo, solo que dio un agarrón en mi duro músculo. No me quejé, todo lo contrario, lo miré y lo besé en la mejilla.

Me había gustado mucho su respuesta, sabía que era difícil para él ser más impulsivo, pero me dio gusto saber que de alguna forma quería demostrarme que a él le pasaba lo mismo que a mí.

Mientras caminábamos vimos un carrito de algodón y compramos uno para los dos, solo que yo le daba en su boca montones sin ensuciarlos y cuando lo hacía yo le limpiaba con mis labios. Estábamos tan felices, éramos como si nos conociéramos de mucho tiempo. Me sentía tan cómoda con él a su lado, parecíamos una pareja de mucho tiempo.

-mañana llega mi hermano, podrás conocerlo- me comentó.

-¿Emmett cierto? ¿Así se llama?- le pregunté.

Llegaba su hermano, por fin conocería a toda su familia, él estaba tan emocionado por su llegada, lo noté en su hablar, me preció que tenían una buena relación. También conocería a su cuñada la novia de Emmett, me advirtió de cómo era ella a simple vista, pero sabía que de alguna manera se parecía a mí, no me confiaba a simple vista de la gente.

-wou, vaya, espero caerles bien a los dos- le dije con preocupación.

-claro mi amor, si tu eres lo más agradable, claro eres tan bella como Rosalie, yo podría ponerme celoso si Emmett no tuviese a su novia, él tiene ojos solo para ella- me comentó.

-¿ellos están mucho tiempo juntos?- pregunté.

-si llevan dos años, se aman mucho, piensan casarse tan pronto termine los estudios mi hermano, solo le quede este semestre y ya, tendremos matrimonio en la familia- me dijo emocionado.

-llevan bastante tiempo, un tiempo prudente para formalizar todo. Creo que nosotros no podremos esperar dos años para casarnos- le dije con una sonrisa.

-¿te casarías conmigo?- preguntó con una sonrisa en su hermosa boca.

-claro, acaso no lo has pensado, yo estoy contigo y no pienso en otra cosa que estar para toda la vida junto a ti- le confesé tomando su rostro con mis manos. –te amo y te amaré toda la vida.

-entonces sabiendo eso, debemos fijar fechas, lugar e invitados ¿no crees?- me dijo con una sonrisa de felicidad.

-mmm, bueno pero dejemos eso para otro día, ahora quiero disfrutar el resto de día que nos queda- le dije besándolo en la comisura de sus labios.

Mientras nos dirigíamos al parque de diversiones por mi cabeza pasó una idea. No sabía si Edward me aceptaría lo que estaba deseando, pero tendría que intentarlo, este día estaba perfecto para llegar un poco más, al principio había decidido que no sería tan hormonal para mis cosas, pero junto a él no podía ser de otra forma. Quería ver su reacción.

Empezamos con el primer juego de tiro al blanco, compramos fichas y el que ganaba se llenaba el premio de un oso enorme, Edward si lo hacía me lo daría. Así que hicimos el mayor esfuerzo. Él le achuntó a uno de cinco tiros y me llevé el oso panda que había visto al llegar al lugar. Era casi de mi porte, era una nena al cargarlo, me estaba gustando sentir esta sensación de protección y cuidado junto a mi novio.

De ahí nos dirigimos a la montaña rusa, era enorme, que al mirarla mis piernas las sentí como un hilo, estaban flácidas por el miedo que me inundó en ese momento, pero Edward se dio cuenta y me tomó de la mano y me dijo que él estaba junto a mi y que no tuviera miedo que solo debía relajarme y divertirme.

Fue una experiencia explosiva, al estar arriba y sentir como mi estómago bajaba y subía y como mi ser sin explicar cómo comenzó a gritar de emoción, de éxtasis, de tantas cosas. Vi que Edward estaba igual, estábamos de nuestras manos tomadas sin soltarlas, solo las teníamos como dos imanes tan sujetas y apretadas. Sentíamos el aire en nuestros rostros y cómo la adrenalina estaba haciendo de las suyas. Botamos todo lo que había oprimido en nuestros pechos que al bajarnos de ahí y coger el oso que habíamos dejado encargado nos sentíamos livianos.

Comenzamos a caminar tomados de nuestras cinturas.

-¿qué nombre le pondrás?- me preguntó por el oso.

-no sé, después lo pensaré- le dije dándole un besito. -¿Edward, si te pido algo que hagas, lo harás?- le pregunté mirándole a los ojos fijamente.

-mmm, depende de que me quieras pedir- me dijo frotándome mi nariz con la suya.

-bueno… quiero que me toques- le dije con voz entrecortada y con temor a que no aceptara mi petición.

-¿Qué petición es esa Bella? Si te estoy tocando- me dijo sin saber aun lo que realmente le estaba pidiendo.

-no así amor, sino que quiero que me toques mi partes sensibles- le dijo sin quitarle la vista de encima. –amor solo quiero eso, no quiero que lleguemos a más solo quiero sentir tus manos tocándome, ¿me cumplirás mi petición?- lo miré jadeando por la petición dándole un mollín estirando mi boca.

-¿ahora? ¿aquí?- me preguntó levantando una de sus cejas.

-amor ya está de noche y nadie se daría cuenta, ven aquí- le tomé de la mano y lo dirigí a un árbol que no tenía ningún farol que nos delatara. Estaba tan emocionada ya que no se estaba rehusando, menos se me había negado a mi petición. Mi corazón estaba comenzando a latir cada vez más rápido.

Me tomó sin soltar el oso de sus brazo, con su otra manos tomó mi rostro con suavidad y me besó de una forma eufórica, apasionada, lo sentía tan deseoso que me deje llevar, estaba tan feliz. Nuestras lenguas jugaban y nos explorábamos por toda nuestra boca. Mi cuerpo ya estaba tan preparado para las caricias de Edward que de alguna forma ya me dolía.

Sentí como su mano la comenzó a bajar mi costado rozando mi seno, sin más comenzó a tocarlo, al principio con timidez, pero al sentir un gemido que salió de mi boca comenzó a masajearlo en forma magistral, mi pezón ya estaba erecto con solo sentir su contacto.

En eso me di cuenta que no era solo yo el que estaba excitada, sentí su bulto tan pronto como sus caricias me estaban dando placer.

-Edward así, sigue- le dije extasiada.

-¿te gusta?- preguntó sin dejar de besarme y de tocarme.

-sí, mucho- le dije a penas.

Le tomé su mano izquierda con la mía y la saqué de donde gustosamente estaba. La tomé y la llevé directamente a la cremallera de mis jeans.

-Bella, nos podrían ver- me dijo jadeando de la emoción.

-amor, no pasa nada, no nos verán solo desbrocha y mete tu mano y tócame- le dije suplicando.

-ok amor, dime si no lo hago bien- me pidió.

-amor lo estás haciendo bien, solo hazlo- le supliqué.

Me bajó la cremallera como le pedí e introdujo su mano dentro de mi tanga, era una sensación única, sentí como acariciaba mi vello púbico hasta que sentí cómo abría mis pliegues para tocar más a fondo, así que abrí un poco mis piernas para que su mano se metiera con mayor facilidad.

Llegó hasta mis pliegues comenzó a masajear mi clítoris y empecé a jadear de una manera que de alguna forma tomó mi mano y la llevó a su miembro para que le diera alivio a su enorme problema.

Me se separé un poco de él parando el beso y le miré esperando su orden.

-hazlo amor, por favor, duele mucho- me rogó jadeando de deseo y dolor.

El placer que sentía en ese momento al sentir los dedos de Edward en mi vagina era de otra galaxia, al mismo tiempo que sentir en mis manos su enorme miembro que de alguna forma sabía que era solo mío. ¡Era enorme! Nunca me imaginé que él accedería a que lo tocara, pero comprendí que él sentía lo mismo que yo, sentía una satisfacción al estar así sumergidos en nuestro placer.

-así Edward, sigue, más rápido- le pedí ya que estaba a punto de llegar a mi primer orgasmo junto a él. Él sin más cumplió mis deseos.

Yo hice lo mismo con su pene y los dos acabamos en nuestras manos, nos separamos y nos hundimos en el cuello de cada uno abrazándonos, soltando recién el oso para así abrasarnos fuertemente.

-Bella te amo- me dijo agitado.

-no tanto como yo a ti amor- le dije besando sus labios.

-debemos recuperarnos para así seguir nuestro paseo por el parque- me dijo mientras nos abrochábamos nuestros pantalones.

-¿Edward, te gustó?- le pregunté con cautela.

-no sabes cuánto, gracias por pedirme eso amor- me dijo besándome. –fue inexplicable lo que sentí amor. De verdad gracias.

-¿entonces podemos repetirlo otro día?- le pregunté tímidamente.

-sí, pero no será al aire libre, ¿ok?- me pidió.

-te amo, y no sabes cuánto anhelo el día en que me hagas tuya- le dije con euforia.

-ese día será grandioso amor- me dijo besándome una vez más.

Después de habernos subidos a muchos juegos más, me sentía exhausta, al estar tan unido a Edward después de habernos amado y darnos placer con nuestras manos mi cuerpo se sentía cansado. Le pedí que me llevara a casa, no quería que ese día se terminara, pero el cansancio era muy grande.

Él accedió inmediatamente, ya en el auto casi me quedo dormida en sus brazos, nos fuimos abrazados con mi cabeza en su pecho. Cómo deseaba que en ese momento Edward me digiera que quería pasar la noche conmigo, pero sabía que no lo haría hasta que estuviéramos preparados. Pero sabía que todo lo vivido en ese día era el comienzo de muchos días de felicidad plena.

Llegamos a casa, bajamos y me llevó a la entrada, nos besamos por un rato con un beso muy pasional pero a la vez tierno, lleno de amor puro.

-Bella debo irme, debemos descansar- me dije separándonos sin molestarme.

-ok, ¿mañana te veré?- le pregunté.

-¿quieres verme?- me contestó con otra pregunta.

-es obvio mi respuesta amor- le dije acercándome a él.

-te llamo, para decirte la hora, ¿ok?- me dijo cerrándome un ojo.

-ok, espero tu llamada- lo besé por última vez dejando que se fuera a su carro.

Me quedé parada ahí sin hacer nada, solo observando cómo se alejaba en su auto. En mi mente estaban todos los momentos que habíamos pasado ese día. Entre a mi casa y me fui directa a mi dormitorio, sin más tomé mi toalla y me fui a darme un baño, me sentía tan extasiada, con mis braguetas sucias de tanta pasión que había tenido, pero pasión que disfruté.

Había tenido mi primer orgasmos con su mano, ¿cómo sería tenerlo pero con su miembro sintiéndolo dentro de mi? Era mi gran pregunta. Pero con solo saber que con sus dedos me dio el placer nunca antes vivido sabía que con lo demás sería inexplicable. Llegué a estremecerme con solo pensar que esa cosa tan grande estaría dentro de mí.

Salí de la ducha, me sequé el cabello, me acosté y me rendí a Morfeo.

-"Te amo Edward"- dije al cerrar mis ojos y quedarme profundamente dormida.

Capítulo 13: "Primeras caricias" Capítulo 15: "Decisiones"

 
14966995 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11050 usuarios