-        Dame un vodca- le dije a Demetri, un bar ténder. Estaba en uno de los clubes de Phil, necesitaba pensar o más bien dejar de pensar como siempre mi vida se las daba de hacer cambios de trescientos sesenta  grados, como hoy mi mayor preocupación era huir de Edward y todo cambio en una fracción de segundo.  Maldita  loca vida!!!

-        Mal día, preciosa- me preguntó Demetri y  si me conoce este es otro chico de mi larga lista.

-        Digamos que sí- dije tomando un sorbo, la verdad vine al club porque es el único lugar donde podía tomar.- gracias.

-        De nada, ya sabes para lo que quieras- me dijo guiñándome un ojo. Doble sentido claro. idiota

-        Aja- dije poco amigable, lo sé pero  no estaba de humor para nada. Ahora todo se había ido al carajo, la cara de René la recuerdo como si la tuviera al frente, me miró como siempre había temido que lo hiciera, sabía que la había decepcionado, pero lo que me dijo no me lo puedo sacar de la cabeza:

-        Vaya que orgullo de hija tengo, pues tras de zorra, eres buena mentirosa.

-        René- le dijo mi padre.

-        Nada Phil, mira la fichita de hija que nos salió, es que definitivamente de esa unión tuya y mía no salió nada bueno

Definitivamente se había desquitado conmigo, pero es que nunca pensé que me diría algo así, esta bien soy lo que soy, que le voy a hacer no puedo cambiarlo, pero no veo que sea para decirme eso. Cuando yo decidí cambiar fue precisamente por eso para que no se decepcionaran, ok no es que tener una vida sexualmente activa sea malo, pero René lo intensificó como si hubiera matado a alguien, que pensaba que llegaría virgen al matrimonio o qué; ya la verdad no sé que pensar respecto a eso, la verdad hoy no voy a pensar.

Le di el último  sorbo a mi primer trago, cuando mi celular sonó, era Phil, pero lo ignore no querría hablar con nadie.

-        Otro- le dije a Demetri, él solo asintió. En eso sonó de nuevo mi celular, era Carlisle; igual lo ignoré y por último Edward, pero con él menos quería hablar, porque sé que me sacaría a decir lo de nuestra amistad, que lo estoy evitando y blah blah blah ; la verdad eso también me tenía de los nervios, ya no sabía que decirle, estaba hecha un caos, lo de hacer que no pasa nada no funciona, pero decirle que lo amo, tampoco, él no me ama. Dios mi mente es un lio, pensé.

-        Bella, por fin te encontré- ay no esa voz, volví mi cara y sí era él. Maldita mi suerte.

-        Que haces aquí- le dije tomando mi último sorbo- otro- pedí a Demetri.

-        Yo también te quiero- me dijo de forma ofendido, sentándose a mi lado- dame uno de esos- le dijo a Demetri. Él asintió.- estas bien- me preguntó tomando un trago de su vaso.

-        Pues no mucho- tome un trago- la verdad todo me explotó en  la cara. Al menos ya no tengo nada que ocultar, un peso menos encima – dije con una sonrisa que no me llegó a los ojos.

-        René, no debió reaccionar así- dijo acariciándome la mejilla- no sabes como odie que te golpeara y no poder hacer nada.

-         He recibido peores golpes en mi vida- dije recordando lo de Félix.

-        Aun así odio que te lastimen- me abrazó, permanecimos así por un rato.  Después nos separamos y pedí otra.- Bella cuantas llevas bebiendo- me señalo la copa.

-        No se ya perdí la cuenta- dije tomando un gran trago, ya sentía las lágrimas apunto de caer, no iba a llorar.

-        Bella deja de tomar no te va a hacer bien- me dijo quitándome el trago, odio que hagan eso.

-        Edward no eres mi padre, déjame- no estaba para aguantar sermones- y ni siquiera a él lo dejo que lo haga.- me sonrió, más cólera me dio así que me levanté de la barra y me dirigí a la oficina de mi padre en la planta alta.

-        Déjame entrar- le dije al guardia que cuidaba la oficina.

-        Señorita Isabela, buenas noches, él joven también pasa- no le entendí así que me voltee.

-        Ahora que quieres- dije no quería hablar nada con nadie.

-        Bella no te voy a dejar sola- me dijo con una sonrisa, sabía que me enojaba su actitud y por eso lo divertía.

-        Eres insoportable- le dije y me di vuelta- si déjalo pasar, sino será peor- dije adentrándome en la oficina. Busque en el bar que tenía mi padre y bingo. Tequila.

-        Y vas a seguir tomando- lo fulminé con la mirada, me serví un trago y otro a él

-         sabes que, toma uno, así borracho eres menos necio- me senté en un sofá, él se sentó a mi lado y tomo la copa con una sonrisa en su cara.

-        Vamos Bella algún día tienes que volver- me dijo.

-        Lo sé, pero ahora necesito relajarme, sino voy a explotar- dije recostando mi cabeza en el respaldar- dime tan mal fue lo que hice.

-        Si lo dices por la reacción de tu mamá- dijo poniéndose frente a mí- no me pareció lo que dijo, esta bien empezaste a tener la vida loca- sonreímos ambos- temprano, pero que más da ya esta.

-        Eso es lo que yo digo, estuvo mal pero ni que hubiera matado a alguien- me senté frente a él- yo creo que quería que llegara virgen al matrimonio, por eso se enojo tanto- ambos reímos, la verdad los tragos nos estaban haciendo efecto.

-        Ya déjalo así, ya que piense lo que quiera- me dijo acariciándome la mejilla, cerré los ojos.

-        Siento que perdí todo, a todos, la cara de decepción no la olvido, sé que los perdí- una lágrima bajo por mi mejilla. Lo que no esperé fue lo que él hizo, sentí que me daba un beso cerca de la boca, donde bajo la lágrima, no me atreví a abrir los ojos, este que le pasaba.

-        Me tienes a mí, nunca me vas a perder, te quiero demasiado como para dejarte- abrí los ojos, me miraba con dulzura, Dios como amaba a este hombre, pero no era mío y más lágrimas bajaron.

-        Necesito relajarme, estoy tensa desde que volví, te juro que se me van a salir arrugas, primero por ocultarlo y ahora porque lo saben, me voy a morir de estrés- dije recostando mi cabeza en el sofá. Me miró pensativo y se fue acercando a mí lentamente.

-        No te muevas- me dijo- quiero probar algo - lo miré confundida no sabía a que se refería, hasta que se acercó a solo milímetros de mí y me besó, me tensé pero él me tomo del cuello acercándome más a él, obligándome en el acto a abrir la boca, saboree su aliento, sus labios, su lengua me sentía en la gloria, me encantaba sus besos, me tomó de la cintura acercándome más a él y en un movimiento rápido me subió a horcadas en él, mis manos se fueron a su cuello, sentí mi cuerpo arder con solo un beso, como lograba tanto él en mí, pero como en todo momento perfecto algo nos interrumpió, empezó a sonar un teléfono, me separé sin muchas ganas para buscarlo pero Edward me lo impidió- déjalo que suene- y volvió a atraerme a sus labios, no nos estábamos besando nos estábamos comiendo, sentí mi cuerpo arder más de lo normal, llevé mis manos a su pecho, lo acaricié a lo que él emitió un jadeo, que me hizo sonreír aun en sus labios. Aunque solo sea deseo me encantaba que yo le provocara eso, pero el teléfono no paraba de sonar a lo que ahora él detuvo el beso- ojala que sea importante- dijo sacando el celular de su bolsillo.- halo- dijo.

En ese momento me vino  a la mente lo que estábamos haciendo, era cosa mía o él lo quería. Claro que quería, su boca en la mía lo dejaba claro.

-        Sí esta bien ya la llevó- Edward guardo su celular y me miró, cierto estaba encima de él- lo siento pero tu padre esta como loco buscándote y dijo que te llevara ya o vendría por ti acá- yo solo asentí y me levanté.

Salimos de allí y nos fuimos a tomar un café para bajarnos el alcohol, porque no era buena idea conducir ebrios y en mi  caso agrégale confundida. Después cada uno se fue en su auto hasta que llegamos a casa de Phil. Ok a dar explicaciones, pensé.

Me encanta este capi, ahí bella ya se le esta confundiendo todo, es increíble cm las mujeres a veces se crean su propia novela, poniendo contras a su vida, pero que se le va a hacer :]

Gracias por los comentarios los aprecio.

Saludos desde COSTA RICA

SUCULLEN

PURA VIDA