Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 149976
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

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Capítulo 13: Que me pasa?

Edward Pov.

 

 

Alice regreso a las 10.30 con un bolso de ropa para Bella.

-                     Como esta Lydia? –se apuro a preguntarle Emmett. No se supone que esa pregunta debería hacerla yo, es mi  hija. Era tan raro, ayer no tenia planes de tener hijos y hoy tengo una que debe tener unos siete años, a la que nunca había visto. Por momentos se apodera de mi la idea de ir a buscar a mi hija, conocerla y hacerle saber que si tiene un padre que nunca la volverá a abandonar y que  nunca quiso hacerlo. Pero los sentimiento que ya han despertado en mi no se deben solo a que sea mi hija, sino también a que es hija de ella, y si Bella no se recupera la niña sufrirá. Mientras todo esto pasaba por mi cabeza ellos siguieron hablando, por lo que no supe la respuesta de Alice.

-                     Como es ella? –pregunte dirigiéndome a todos, ya que todos la conocían. Alice miro a Emmett antes de contestar.

-                     Es hermosa, tiene tu pelo, tus ojos, algunos gestos son iguales y cuando se enoja tiene tu mismo carácter. –soltó una risita tonta.

-                     Y en que se parece a su madre? –me hubiera gustado que de ser posible en todo.

-                     Tiene su carácter dulce, su sonrisa, sus risos, su sentido del humor, a ambas se les iluminan los ojos cuando están felices y cuenta con la misma capacidad de amar. –había heredado lo mejor de su madre. En ese instante apareció el médico de Bella.

-                     Señor Swan, su hermana acaba de despertar, aparentemente esta perfectamente, de todas formas se le está haciendo estudios. –le informo a Emmett.

-                     Puedo verla? –pregunto impaciente.

-                     Claro, aunque ella dijo querer hablar con Edward. –se me dibujo una sonrisa tonta al escucharlo.

-                     De todas formas yo entrare primero –dijo Emmett, se dio vuelta para encararme-. Necesito saber si esta en condiciones para alterarse. –explico.

-                     Claro. –fue lo único que se me ocurrió decir. Emmett se fue con el médico, me quede mirando en la dirección que habían desaparecido hasta que cinco minutos después apareció.

-                     Pasa, pero compórtate, aun esta muy débil. –me advirtió en cuanto estuvo a mi lado. No dije nada y fui en busca de Bella. Llegue a su box y me la encontré con una bata de hospital, una vía intravenosa en su brazo derecho y la cabeza vendada.

-                     Hola. –dije para que notara mi presencia, estaba con sus ojos cerrados. Al escucharme los abrió, vi como una lagrima se derramaba por su mejilla.

-                     Hola, disculpa que te haya hecho venir pero necesito preguntarte algo. –su voz se oía tan agotada.

-                     Que es? –la alenté a seguir.

-                     Cuanto escuchaste de mi conversación con Alice? –me miraba expectante.

-                     Todo. –respondí alzando una ceja involuntariamente.

-                     Entonces solo me queda rogarte que por favor no alejes a mi hija de mi lado. –mas lagrimas cayeron por sus mejillas.

-                     Es nuestra hija Bella –la corregí, ella me miro con ojos como platos-. Se los motivos que te llevaron a no hablarme de ella, no los comparto pero ya no tiene caso discutirlo. No sacare a una niña del lado de su madre aunque de ahora en adelante estaré presente en su vida. –le asegure, tenia que controlar mi temperamento.

-                     No te negare tus derechos como padre. –la mire algo incrédulo.

-                     No discutiremos esto ahora, tu estas muy débil. –no dijo nada. La mire a los ojos y me sentí un adolecente otra vez, me recordó a aquella dulce niña que se ponía colorada solo con verme, la niña que prometió amarme toda la vida, la niña a la que lastime, la niña a la que humille y ahora tenia en frente a una mujer que se veía igual de lastimada que la ultima vez, una mujer que necesitada ser protegida, que ya no sabía lo que es ser deseada, que había olvidado lo que era ser amada. Porque me angustiaba tanto pensar en eso? Me sentía invadido por una bronca desconvenida, quería romper algo, porque sentía que era yo quien debía cuidarla? Me sentía el indicado para amarla, para desearla, para hacerle descubrir lo maravillosa que es, pero porque me sentía asi? Vino a mi mente el recuerdo de cómo me enojaba cada vez que algún chico del instituto la invitaba a salir, como siempre la sentí mia aunque aun no éramos novios, como me sentí cuando la besaba delante de todos para dejarles claro que ella era mia y como me sentía ahora al saber que ella nunca dejo de ser mia, he estado con cientos de mujeres desde que la perdí, pero ella se ha mantenido fiel a mi, de solo pensarlo mi ego se hinchaba. Lo que realmente me importaba era saber porque me sentía de esa forma. Mientras yo reflexionaba estas cosas ella no separo su mirada de la mis.

-                     No tienes porque quedarte aquí, mañana hare que me den de alta y podrás ir a mi casa para que conozcas a Lydia. –me prometió, me sentía tan extraño con eso de mi hija, cada vez que pensaba en ella e imaginaba como será, me invadían unas ganas de salir corriendo a buscarla, pero por otro lado pensaba en que lo mejor sería proceder de a poco, por lo que tenia entendido ella estaba algo enojada conmigo.

-                     Lo que tienes no es ninguna bobada Bella, debes quedarte aquí un par de días para días para recuperarte del todo. –le sugerí, en realidad medio ordene.

-                     A mi no me gustan los hospitales. –dijo haciendo un puchero. Recordaba que siempre que se caía o lastimaba había que llevarla a casa para que la vea Carlisle porque ella se negaba a ir al hospital.

-                     De todas formas debes quedarte Bella. Dime una cosa –ella asintió-. Porque no comías? –no entendía como llego a ese estado.

-                     Tenia muchas preocupaciones y nervios, mi estomago estaba cerrado. –explico avergonzada.

-                     Tienes que alimentarte bien, no solo por ti sino por nuestra hija. –la reprendí. Ella me quedo mirando con ojos muy abiertos.

-                     Me alcanzarías un vaso de agua por favor. –pidió tímidamente. Fui a la mesita, serví agua en un baso y se lo entregue. Hizo ademan de enderezarse pero rápidamente su cara cambio a una de dolor, deje el vaso a un lado y me acerque a ella, la ayude a recostarse de nuevo y mire los monitores a los que estaba enchufada.

-                     Que sucede? –pregunte muy preocupado.

-                     Nada, es solo que me ha dado una punzada muy fuerte en la cabeza. –dijo, sus ojos estaban cerrados a causa del dolor, en su boca se había formado un tierno puchero. Verla así tuvo en efecto muy fuerte en mi, sentí como que una jeringa le inyectaba a mi corazón toda la vida que había perdido hace tantos años, en ese momento todo quedo claro para mi, amaba a esa mujer mas que ha nada, nunca pude olvidarme de ella y nunca lo haría. Lo único que necesitaba saber era si mi amor por ella era mayor al sentimiento de traición que tenia por haberme ocultado a mi hija tantos años.

-                     Te conseguiré un sorbete. –dije después de asegurarme que todo estaba en orden.

-                     Aguarda, no te vayas, no quiero estar sola, espera un momento mientras una enfermera llama a Emmett. –me dio tanta ternura escucharla decir eso. Me acerque a la camilla y me senté en una silla que se encontraba a su lado, sin darme cuenta tome su mano entre las mías. Ella me miro sorprendida.

-                     No pensaba dejarte sola, solo iba a pedir un sorbete a una enfermera. –le hable en un susurro.

-                     Se lo enojado que debes estar conmigo, te juro que lo entiendo y te doy la razón, pero yo pensé que de esa forma protegía a mi… nuestra hija, pensé que no querrías saber de ella, que ya tenias tu vida perfectamente planeada y que yo no entraba en ella y menos una hija, no me mal entiendas yo se que tener una hija en común no quiere decir que debamos estar juntos, pero siendo su madre no podrás evitar verme seguido. –dijo todo mirando en otra dirección y con la cara roja como un tomate.

-                     No creo que sea buena idea hablar de esto ahora. –si se llega a agotar Emmett me mata.

-                     Entiendo. –dijo aun mas avergonzada, obviamente no había entendido.

-                     No es lo que tu crees Bella, es solo que Emmett me ha dicho que debo comportarme –me miro sin entender-. Mira yo no estoy enojado contigo, solo estoy un poco sentido porque me hayas ocultado a mi hija, pero se que eso en parte es mi culpa, no diré que me lo merecía pero de todas formas te entiendo. –ella me miraba analizando cada una de mis palabras.

-                     Me queras sacar a Lydia? –pregunto entre avergonzada y asustada.

-                     No, como ya te dije nunca lo haría, pero si quiero conocerla y que ella sepa quién soy, quiero pasar tiempo con ella. –le explique.

-                     Gracias Edward, yo no merezco que seas tan bueno conmigo, pero te juro que buscare la forma de remediar el daño que te cause, o mas bien te estoy causando, e intentare que tengamos un relacionamiento agradable para afectar a la niña lo menos pasible. –típico en ella, siempre victimizando a los demás.

-                     Por favor Bella, sabes que el que tiene que pedir perdón por los daños que a causado soy yo, estoy convencido de que en Forks cuando Emmett dijo lo de tus miedos, al que le temías era a mi, yo no quiero ser una pesadilla o un tormento para ti, el estúpido adolecente que por capricho dejo ir a la mujer de su vida ya no existe. –ella me miro con ojos muy abiertos, en ese momento caí en la cuenta de lo que acababa de decir en voz alta.

Entro una enfermera informando que pasarían a Bella a una habitación, que necesitaba ropa y efectos personales, yo le pedí que vaya a llamar a la Sra. Hele (Alice) que estaba en sala de espera, que no dejaría a Bella sola.

-                     Gracias por quedarte. –dijo en cuanto se fue la enfermera.

-                     De nada, ya no te dejare sola. –me di cuenta que mis palabras significaban mas de lo que yo quería decir. Fue ahí cuando comprendí que yo tenia que estar con esta mujer para siempre, que debía de reconquistarla y formar la familia que debimos haber formado hace tantos años. En ese momento llego Alice con el bolso de ropa que había traído a Bella.

-                     Bella, como te encuentras? –pregunto preocupada.

-                     Sr. no puede haber mas de un acompañante a la vez. –me dijo la enfermera, Bella me miraba fijamente.

-                     Si ya me retiro, permítame despedirme. –la enfermera asintió y se retiro para darnos intimidad.

-                     Estoy bien Alice, solo me duele la cabeza. –respondió por fin Bella.

-                     Aun te duele? –le pregunte preocupado.

-                     Si, pero ya casi se me pasa del todo. –hablo mirándome a los ojos. Alice nos miraba a ambos, luego de unos segundos una sonrisa se le dibujo en el rostro.

-                     Será mejor que me vaya, Bella cuídate y no quieras mandar a los médicos. –empecé a caminar pero ella me llamo.

-                     Edward aguarda. Si quieres mañana puedes salir con Lydia, Alice, si quiere, podría acompañarlos. –se veía muy avergonzada.

-                     Por mi no hay problema. –dijo Alice.

-                     Eso si, te sugiero que no le digas que eres su padre hasta que ella se de cuenta o hasta que te ganes su confianza. –me sugirió.

-                     Claro, seria estupendo. –dije y me fui, yo quería conocer a mi hija junto a ella, no con mi hermana, pero lo mas importante era que en unas horas estaría con mi hija, la conocería en persona y no guiándome por impresiones ajenas.

Regrese a la sala de espera Jasper y Emmett se encontraban ahí.

-                     La has estresado? –me pregunto Emmett.

-                     No lo creo, solo quería decirme que podría conocer a la niña, incluso me ofreció conocerla mañana mismo. –los dos me miraron como si de repente me hubiera salido un tercer ojo.

-                     Mañana? –pregunto Emmett incrédulo.

-                     Si, le pidió a Alice que me acompañara. –confirme.

-                     Si a ella le parece bien. –comento.

-                     Jasper que harán ustedes ahora? –pregunte a mi cuñado, aun no había podido descansar del viaje y este dia de fuertes emociones me tenia liquidad.

-                     Alice ayudara a Bella a cambiarse y ponerse cómoda y luego iremos a la casa de Tanya a descansar. –dijo.

-                     Y Bella? –ella no quería estar sola.

-                     Yo me quedare esta noche con ella. –respondió Emmett tajante.

Nos sentamos y permanecimos callados hasta que media hora después Alice regreso, todos nos despedimos de Emmett y nos fuimos al coche, una vez en el auto Alice no se aguanto mas y empezó con el interrogatorio.

-                     De que tanto hablaron? –embazo tanteando la zona.

-                     No hablamos tanto. –respondí tratando de evadirla.

-                     Entonces porque demoraste tanto ahí adentro? –quiso saber.

-                     Porque Bella me dijo que no quería estar sola y me quede a hacerle compañía. –le explique.

-                     Que sacrificado. –dijo Jasper bajito y trato de ocultar su riza tosiendo.

-                     Pero de que hablaron? –insistió Alice.

-                     De la niña, me llamo para pedirme que no la aleje de ella, le dije que no pienso hacerlo pero que planeo formar parte de su vida desde ahora. –los dos me miraron serios.

-                     Y luego? –siguió Alice.

-                     Luego entendí que Bella es la mujer de mi vida y que voy a reconquistarla cueste lo que cueste. –dije como si nada. Los dos me miraron con la boca abierta, Jasper perdió el control del volante por un momento.

-                     Vaya, yo pensé que demorarías un poco mas de tiempo en entenderlo y que meterías unas cuantas veces la pata en el proceso. –dijo Alice muy sorprendida.

Ninguno dijo nada mas, el resto del viaje fue tranquilo, compramos algo para comer en el camino, llegamos a la casa cenamos rápidamente y nos acostamos, aparentemente todos estábamos rendidos. Mañana seria un nuevo dia y por fin conocería a mi hija.

Capítulo 12: Confeciones. Capítulo 14: Nuestra hija

 
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