BELLA P.O.V

Era viernes, me desperté a eso de las 11 de la mañana y bajé a desayunar. Alice ya me había preparado el desayuno antes de irse a trabajar al hotel. Me comí aquellas deliciosas tostadas con mermelada de fresa, y me fui camino a la ducha.

Hacía dos días que no veía a Robert, ya que este tuvo unos días muy ajetreados en Nueva York realizando entrevistas, y hasta el sábado no volvería a verle. Así que decidí llamar a Jessica para quedar y hablar con ella, al fin y al cabo era mi amiga y aún no le había contado lo mío con Robert.

-¿Diga? – contestó su dulce voz

-Hola Jess

- ¡Hola Bella! – se alegró – Cuanto tiempo….     

- Oye, ¿qué te parece si quedamos para comer?

- Vale, pero solo con una condición…

- ¿Qué condición?

- Que comamos en el exquisito “Foster”

- Vale – me reí. Ese restaurante era el preferido de Jess – quedamos a las 2 en la puerta del Foster

-Ok, ¡chao! – me colgó.

Eran las 12 y media de la mañana, aún faltaba para las 2, así que aproveché para hacer un poco de limpieza en la casa, siempre limpiaba Alice, y la casa también es mía, por lo que debería contribuir a las tareas del hogar. Mientras limpiaba, mi único pensamiento era Robert. Faltaba un día para verle, no sé si podría aguantar… Con él a mi lado, las cosas eran distintas… Era un maestro en la cama, pero además, era muy cariñoso conmigo… El ruido de mi móvil me hizo salir de mis pensamientos.

No pude evitar sonreír  cuando vi que aquel mensaje era de Rob:

Hola preciosa, no sabes cuanto te extrañamos mi miembro y yo. Mmmm…. Solo pensar en tu dulce aroma, me hace enloquecer… Falta un día para que nos volvamos a ver. Te esperaré en mi nuevo departamento a eso de las 6 de la tarde. Esta es la dirección: Avenida Wilshore 7 9800.

Miles de besos de parte de tu “fiera”

Aquel mensaje me llenó de nervios  e impaciencia por verle. Además, ya se había comprado por fín su nueva casa, así podríamos estar agusto sin miedo a que nadie pudiera vernos, y gritar fuerte cuando tuviéramos sexo. Estaba claro que Robert solo sentía una fuerte atracción sexual hacia mí, nada más… Oh, Bella, que tonta eres… pensar que Robert Pattinson pudiera estar enamorado de ti… ¿a quién se le ocurre?

Me dieron la 1 y media limpiando, así que me vestí para irme al restaurante a comer con Jessica. Me puse unos vaqueros claritos con una camiseta blanca de tirantes y encima una camisa a cuadros.

Llegué al restaurante y Jessica ya estaba sentada en una de las mesas, esperándome impaciente. La saludé y ambas pedimos para comer.

- Bueno… ¿qué es de tu vida Bella? – me preguntó en tono burlón

-Pues… igual que siempre

- ¿Igual que siempre? – apoyó sus codos en la mesa mirándome con cara interrogante, como si esperase a que la contase algo. ¿Se habría enterado de lo mío con Rob? - ¿Qué tal con Robert Pattinson?

-Oh, bien… Muy bien – apoyé mis codos en la mesa e incliné mi cabeza para que no nos oyeran

-Cuenta – me dijo por lo bajito

-Me he acostado con él – la respondí en un tono bajito

- ¡¿Qué?! – pegó un grito, y todo el restaurante se nos quedó mirando

-Ssss… calla

- No me lo puedo creer Bella, pensé que me ibas a decir que os veíais de vez en cuando, que habíais quedado para cenar, o que te había pedido salir, pero jamás me imaginé que me hubieras respondido con que te has acostado con él – la gente se nos quedó mirando unos segundos debido al tono de Jessica.

-Jessica, como no bajes el tono, te juro que me levanto y me voy – era una amenaza

-Vale, vale, tranqui… - bajó el tono de voz - ¿Cómo lo has conseguido?

-Pues, estábamos una noche… la noche de la fiesta del hotel… ¿Te acuerdas?

-Sí, aquella fiesta a la que yo no pude acudir – hizo una mueca en señal de molestia

-Esa… Bueno, pues nos pusimos a hablar y me dijo que fuésemos a la playa a charlar, así que yo le hice caso y me fui con él… - mi amiguita me interrumpió.

- ¿Lo hicisteis en la playa? – me reí ante su cara de impresión

-No tonta, déjame acabar… - no sé para qué la contaba nada – Seguimos hablando en la playa, pero de pronto me soltó que yo le gustaba mucho, y yo le dije lo mismo, así que me besó y subimos a su habitación.

-Maldita seas – se rió - ¿Nadie os vio?

-Creo que no, si no ya hubiera salido en la portada de las revistas de todo el mundo.

-Eres increíble Bellita…- se rió y se apoyó sobre el respaldo de la silla.

-Pero… no fue la única vez… - le dije en tono bajo

- ¿Cómo? – se quedó impactada - ¿Cuántas veces te lo has tirado?

-No lo sé, no las cuento, pero sí bastantes… - me quedé pensando – Desde aquella noche en la playa hasta ahora… pues, casi todos los días…

- ¿Cómo no has podido contármelo antes? – soltó una leve risita – llevas acostándote con Robert Pattinson durante casi 3 semanas, y no me has dicho nada… - se quedó pasmada con la boca abierta

-Jess… cierra la boca… es el único momento libre que he tenido… - miré a ambas direcciones para asegurarme de que nadie nos estaba escuchando

Seguimos comiendo mientras yo le contaba todas mis aventurillas con Robert. La conté que estaba en Nueva York ocupado haciendo algunas entrevistas, pero que mañana  regresaría a Los Ángeles y yo volvería a verle. Jessica no daba crédito a lo que yo la contaba, ni yo misma me podía creer que hubiera hecho lo que había hecho con Rob.

Regresé a mi casa a eso de las 6 de la tarde, me puse el pijama, y continué leyendo mi libro preferido: “Amanecer”. Alice llegó a eso de las 9, justo para cenar e irme a dormir.