Enamorandome de un Gigolo

Autor: midnight_medianoche
Género: Romance
Fecha Creación: 19/09/2012
Fecha Actualización: 17/07/2013
Finalizado: SI
Votos: 5
Comentarios: 4
Visitas: 20288
Capítulos: 17

Alice a sus 20 años es virgen, sus amigas intentan persuadirla de salir con chicos para que deje de serlo. En la ultima negativa, Bella y Rose, deciden pagarle a un chico para que salga con Alice, pero no cualquier chico.. un Gigolo. ¿Qué pasara cuando Alice se entere? ¿Perdonara a sus amigas por su traicion? Sobretodo, ¿Olvidara al chico del que se enamoro?

___________________

esta historia es de  Paulinita Rathbone ... como siembre gracias a todos lo que leen 

bueno ella me pidio que recomiende su beta asi que aqui va:

Se llama Eve Sophie Runner Pattinson, del grupo de betas FFAD

pacecen si quieren

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 12: capitulo 12

*Salgo detrás de un pilar* Hola, si soy yo, aun estoy viva… ejem, ejem… se que eh tardado un siglo en actualizar

_-Enamorándome de un Gigoló-_

-12-

POV Alice

Me quedé mirando por la ventana de mi habitación, por extraño que pareciera estaba completamente nublado y amenazando con una posible tormenta. Mis recuerdos de aquellos días donde era feliz, bueno feliz soy, tengo salud, un hogar y muchas cosas más pero feliz en el sentido del corazón. Aún mi cerebro no podía carburar bien, se negaba a creer que las que creía yo que eran mis amigas me hubieran hecho algo tan malo y era precisamente por lo que me encontraba aquí, en lugar de estar donde no me sentía cómoda y no solo yo, mi hermana –quien dormía plácidamente a lado mío, pues me negué rotundamente a que la llevaran a otra habitación– mucho menos.

Lamentablemente no teníamos otra opción… por ahora.

―Señorita Alice… ¿Va a desayunar? ―sin pedir permiso Diana la criada, entró a preguntar.

―Ahora no, gracias ―ella estaba a punto de retirarse cuando le hablé―. ¡Oye! Sé que probablemente no me hagas caso pero ¿Te gustaría tocar primero antes de entrar?

Ella torció seguramente estaba debatiéndose en si obedecerme o no.

― ¿Sabes qué? No te preocupes ―solté en un suspiro―. Sé que son órdenes.

―Lo siento, señorita ―de verdad se veía apenada―. Su padre dijo…

―Lo sé ―interrumpí―. "Estas dos no son de mucha confianza y la privacidad es un derecho que se tienen que ganar" y bla bla bla ―imité la voz de él.

Pues están en lo correcto, después de que la bomba se soltara no me quedó más remedio que sacar a mi hermana y a mí de ahí. Si, fue estúpido lo sé pero no quería estar en un lugar en donde no me sentía cómoda con la compañía que se encontraba ahí…

Flash Back

― ¿Cómo que nos vamos? ―me preguntó Cinthya sin entender nada.

Está hecho hermana, no podemos seguir aquí, yo… nosotras, no podemos seguir viviendo bajo la caridad de nadie― era mi otro yo hablando en ese momento, una persona totalmente diferente a mi, es aquella que solamente suelto cuando necesito enfrentarme a alguien, la llamo Mary―. Así que empaca tus cosas, que nos vamos.

― ¿Qué hay de Rose y Bella? ¿Ya lo saben?

― ¡Ni las menciones! ―no quería hablar de eso, no aún―. Es lo mejor Cinthya, todo este tiempo he vivido a expensas de ellas. Eso les da un poder que nosotras no tenemos ―después de varias horas meditándolo llegué a esa conclusión. ¡Claro! Estaba de arrimada en un departamento en el cual yo no aportaba nada, eso les daba derecho de hacer lo que quisieran y yo no podía quejarme de ello―. Así que no vamos.

― ¿A dónde iremos? ― preguntó resignada.

Aún no lo sé, tengo un poco de dinero ahorrado, ya veremos.

Pasamos más de una hora recogiendo toda nuestra ropa, la compactamos de tal forma que cupo en dos maletas grandes, miré todo mí alrededor, me dolía dejar este lugar que yo creí mi hogar por más de un año pero era lo correcto.

Le hice un ademan a Cinthya para que saliéramos, ella me siguió sin decir nada, estábamos a punto de salir cuando mi teléfono comenzó a vibrar, lo saqué preparada para cortar la llamada pues podría ser él y no quería tener nada que ver con él pero me sorprendió ver el numero de Emmett y no era una llamada era un mensaje. Lo abrí aún sin saber que quería, no es que también estuviera enojada con él pero no estaba segura si tenía algo que ver con lo que había pasado.

Rose está en el hospital, te he llamado y también marqué a la casa pero no me han contestado.

Sentí algo cuando leí lo primero ¿Rosalie? ¿En el hospital? ¿Pero por qué? Estaba a punto de ir pero mi orgullo herido me lo negó, solamente pude escribir una simple línea.

¿Está bien?

Sé que debiera haber preguntado que le había pasado o algo así pero el cerebro venció al corazón, mandé el mensaje, no pasaron ni cinco minutos cuando me fue contestado.

Si, solo es un susto y heridas leves ¿Te espero?

Lo medité por unos segundos ¿Debía ir? No ¿Dónde estaba Isabella? Por lo que decía no era nada grave, así que no era necesario que yo fuera, negué varias veces de nuevo antes de responder.

Llama a Isabella.

Apagué el teléfono porque seguramente querría llamarme o me respondería, salí con Cinthya despidiéndome de lo que yo consideraba mi hogar.

Fin de flash back

Desde entonces estuvimos buscando un lugar módico para quedarnos por lo menos hasta que consiguiera ponerme a trabajar en la caseta este fin de semana pero en cada lugar que íbamos nos pedían un adelanto de la renta o de plano era muy costoso. Fue hasta que nos sentamos en un parque donde se me ocurrió que era tiempo de tragarme un poco el orgullo y hacer algo que no quería hacer pero era necesario, saqué mi cartera y rebusqué en los compartimientos hasta que hallé lo que buscaba.

La tarjeta de débito que mi padre me había dado, le pedí a Cinthya que me esperara mientras iba a un cajero para sacar algo… ¿Y cuál había sido mi sorpresa? Que la cuenta estaba en ceros, en cuanto lo vi, choqué mi cabeza contra el cajero. No mentía cuando me dijo que no nos apoyaría para nada, sentía unas ganas enormes de llorar pero no ahora no era el momento.

―Odio tener que hacer eso ―me había dicho a mi misma antes de ir al monumental edificio de los negocios Brandon.

Flash back

El elevador se abrió cuando llegué al piso de mi padre, Stacia me saludó con una sonrisa pero al ver mi rostro se borró de inmediato.

― ¿Alice? Hola ¿Qué te trae por aquí? ―preguntó, su voz se oía cautelosa, como si intuyera algo, quizás no estaba del todo equivocada.

Vine a ver a mi padre ―dije sin saludarla. Sé que era muy grosera pero no tenía tiempo ahora, Cinthya me estaba esperando en el vestíbulo y no quería dejarla sola tanto tiempo―. ¿Esté desocupado?

Si, ¿Quieres que le diga que estás aquí?

No, si lo haces fingirá una junta para no verme y yo no tengo tiempo que perder ―contesté, caminando hacia su oficina. Habían pasado más de dos meses desde la última vez que paré aquí y no habíamos acabado de la mejor manera, además de que había roto mi promesa de no volver pero ahora no solo era yo, también mi hermana dependía de esto.

Abrí las puertas de par en par, mi padre estaba leyendo unos papeles sentado en su costoso sillón de cuero con los codos recargados en su escritorio de caoba importado de Singapur, al levantar la vista su ceño se frunció.

Tenía entendido que no volverías nunca ―dijo dejando sus papeles a un lado―. Al menos eso dijiste la última vez.

No me hace feliz venir pero no lo haría sino fuera algo importante.

― ¿Estás bien? ―podía casi jurar que vi un rayo de preocupación pasar por su mirada pero igual y yo lo imaginé.

Lo correcto es preguntar "¿Están bien?" ―contesté un poco molesta por la falta de atención hacia su otra hija―. Pero no vengo a pelear, vengo a preguntar ¿Por qué me quitaste el dinero de mi cuenta?

Dijiste que no lo necesitabas ¿No es así? ― ¡Rayos! Tenía razón pero ahora si lo necesitaba.

Sí, eso dije, pero ahora lo necesitamos ―hablé en plural porque no era solo para mí―. Me preguntaba ¿Si podrías devolvérmelo?... o al menos una parte.

― ¿Puedo preguntar para qué lo quieres? ―se había recargado en su sillón de nuevo, mirándome con una cierta burla―. Según tus palabras, no querías nada de mi y no sé que otras tonterías más Mary Alice ―odiaba que me llamara por mi nombre completo.

― ¡Sé lo que dije! ―alcé la voz―. Pero ahora no es solo por mí, es mi hermana a la que necesito ayudar. Créeme, si solo fuera yo no te estaría pidiendo nada pero ahora necesito tu dinero para buscar un lugar donde quedarnos ¿Crees que podría hacernos ese favor? Prometo que te lo pagaré hasta el último centavo que te pida pero por ahora necesitamos tu apoyo.

― ¿Acaso no vivías con tus amigas? ―de nuevo era otra forma de negarse y desviarse del tema.

Ya no vivo ahí, no te contaré el motivo porque sé que no te importa… lo único que quiero es saber si nos ayudaras o no.

Bien ―me sorprendió lo rápido que había aceptado quiero decir, pensaba que tenía que pasar media tarde aquí pidiéndole que me ayudara.―. Pero no te daré el dinero ―fantástico, sabía que era demasiado bueno para ser verdad―. ¿Quieren un lugar para quedarse? Les facilitaré el tener un techo.

No te entiendo, ¿Quieres ser un poco más claro?

Está bien, seré más claro ―se levantó y camino hacia mi―. Tu comportamiento de estos últimos años no ha sido el mejor y lo sabes, de muchas maneras me has desobedecido. Primero el hecho de estudiar una carrera que no te traerá ningún beneficio pero aún así lo acepté, segundo fue el que tomaras la decisión de mudarte con tus amigas sin tener mi permiso, siguiendo el hecho que desobedeciste mis órdenes y sacaste a tu hermana, que por cierto "no está bien" del centro ―iba a replicar, a decirle que Cinthya estaba perfectamente pero me interrumpió levantando la mano―. Déjame terminar, yo ya he oído lo que tenías que decirme, ahora debes ponerme atención ¿Está claro? ―asentí en silencio―. Ahora vas hacer lo que te diga, tendrán un lugar en donde quedarse pero será en un lugar donde las vigile porque por lo que veo estás cayendo de error a error, es hora de que intervenga.

Te refieres a…

Si, las quiero en mi casa…

Fin del flash back

Desde entonces ambas nos habíamos mudado a casa. Leslie estaba feliz de vernos pero a mi no me parecía que estuviera del todo contenta, vi a mi hermanito Max de nueve años, que me saludaba detrás de ella. Yo le devolví el saludo pero cuando vio a Cinthya frunció su pequeño ceño y se escondió aun más ¿Qué demonios le habían dicho de ella para asustarlo de esa forma? Trataba por todos los medios de que él conociera un poco más a su hermana mayor pero cada vez que lo acercaba un poco él se retiraba con miedo, así que con el tiempo dejé de insistir… ya de eso han pasado dos semanas, en las cuales, no supe nada de las chicas, más que las pocas veces que las veía en la escuela, me miraban pero yo las ignoraba. Una vez Isabella trató de acercarse pero cuando sentí su presencia me alejé de ella rápidamente, lo único que me alegraba era que Rosalie no estuviera herida, tampoco era tan cruel como para ponerme feliz de que a ella le pasara algo. Aún no me sentía lista para hablar con ellas, tenía mucho que pensar todavía y quedaba el asunto de que él no dejaba de molestarme, me llamaba todos los días, mensajes tras mensajes, lo que me llevó a la necesidad de cambiar mi número telefónico y hasta una vez intentó acercarse a mi pero lo alejaba de inmediato, sin siquiera mirarlo, solo lo hice una vez y sus ojos me supieron engañar a la perfección porque vi dolor en ellos pero desechaba esa idea de inmediato, él era buen actor… además ¿Por qué seguía molestándome, no se supone que ya han acabado sus servicios?

―Lo siento señorita ―se disculpó Diana.

―No te preocupes, no es tu culpa.

Ella salió del cuarto cuando entendió que no iba a desayunar, al menos mi hermana recibía un trato amable y Leslie no la molestaba al contrario la trataba bien, o eso creía pero cuando Cinthya la veía lo hacía con miedo pero no entendía ¿Miedo de qué?Al menos era mejor que mi padre, que ni se molestaba en verla. Cuando comíamos y ella intentó hablarle una vez pero él la ignoró, yo me tragué mi coraje.

Solo será por poco tiempo, aguanta Alice aguanta.

En las noches era cuando todas mis frustraciones salían, me acurrucaba entre las sabanas y lloraba en silencio. Lloraba porque había perdido a mis amigas, porque después de mi hermana estaba sola sin otro apoyo y sobre todo lloraba porque aún amaba a Jasper y lo extrañaba muchísimo, sabía que era una estupidez porque me había enamorado de un ser que no existía.

¿Pero quien podía culparme? Si me mostró a una persona que era perfecta para mí, es como si hubiese sido creado para ser mi compañero incondicional, eso era lo que más daño me hacía, que aún pensaba en él como la persona de la que me enamoré, no de la que era realmente.

Pensando esas cosas me volví a dormir, esperando que el día de mañana fuera mejor.

POV Rosalie

Me despertó el sonido molesto de gente caminar, alcé mi mirada para encontrarme con Emmett frente a mí, su rostro estaba lleno de ojeras como si no hubiera dormido en toda la noche, pero lo que no se me pasó por alto fue la mancha roja debajo de su mandíbula, parecía una cortada profunda.

― ¿Emmy? ―susurré.

― ¡Oh Rosie! ―me tomó de la mano y comenzó a darle besos―. Me tenías tan preocupado.

― ¿Qué pasó? ―me toqué la cabeza, me dolía un poco. Fue entonces cuando me di cuenta que estaba en un cuarto de hospital―. ¿Por qué estoy en el hospital?

― ¿No recuerdas lo qué pasó? ―lo miré sin entender―. Creí que esos malditos te habían hecho daño, cuando te vi tirada en el suelo me sentí…―se interrumpió mientras cerraba su mano en un puño―. No puedo explicarlo, Rosalie, no sé que hubiese sido de ti si no se me hubiera ocurrido ir visitarte.

Entonces a mi mente vinieron todos los acontecimientos de ayer, la manera como me di por vencida tan rápido, cerré mis ojos y dejé que las lágrimas cayeran por mi mejillas, me sentía como una cobarde, Emmett me abrazó en cuanto me vio llorar, me daba palabras de aliento y múltiples besos en mis labios y mi frente, los cuales no merecía pero aún así los recibí. Me aferré a Emmett todo el tiempo que mi cuerpo me permitió llorar.

― ¿Estás mejor? Quiero decir… ¿Ahora? ―aún sonaba preocupado.

―Estoy bien, aunque no lo merezco ―lo dije más para mi que para él.

― ¿De qué hablas?

―De lo que pasó anoche, lo merecía.

― ¿Estás loca? ―me preguntó molesto―. ¿Qué cosa terrible pudiste haber hecho para merecer eso?

―Emmett, si te lo cuento ¿No me dejarás?

―No importa lo que hayas hecho Rosalie, te amo y nada de lo que me digas sobre ti va a cambiar eso.

―Bien, todo empezó hace un poco más de dos meses…

Emmett me escuchó con mucha atención, le conté lo sucedido, mi estúpida idea y como forcé a Bella a ser mi cómplice, su rostro no mostraba nada, lo que me dio más miedo.

―Ahora entiendo lo de hace un momento.

― ¿Qué cosa?

―Le llamé a Bella a su celular y decía que estaba apagado, después a Alice al suyo pero tampoco y por último a la casa, pero como no me contestaba ni una ni la otra, le mandé un mensaje a esta última, sus respuestas fueron secas, al final simplemente pidió que llamara a Isabella ―miró sus manos―. Puedo entender el motivo de no querer verte.

― ¡Pude haber muerto y a ella ni siquiera le importó! ―dije tapándome la cara con mis manos― ¿Ves? Ella me odia, ¡Me odia!

―Shh… tranquila, Rose por favor ―me atrajó de nuevo a su pecho, me alejé de él furiosa conmigo misma, no merecía que me abrazara, no lo merecía―. ¿Rose?

― ¡No! ―me abracé a mí misma.

―Nena… ―iba replicar cuando las puertas se abrieron, Bella entró con la cara blanca, detrás de ella venía Edward que también se veía preocupado.

― ¡Oh Rosalie! ―me atrajo hacia ella―. ¿Estás bien? Emmett nos dijo que unos malditos te habían atacado, dime por favor qué estás bien, qué no te hicieron nada.

―Estoy bien, hierba mala nunca muere ¿Recuerdas? ―agaché la mirada. Al menos Bella había venido a verme, supongo que no me odiaba tanto como para desearme la muerte―. Supongo que para la próxima debo tener más cuidado y no salir tan tarde o menos cuidado si quiero tener un mejor castigo… ―no pude terminar la oración porque por segunda vez una mano se estampó en mi cara. Alcé la vista, los chicos nos veían a ambas con los ojos abiertos y yo no me quedaba atrás―. Pero que…

― ¡Nunca! ¿Me oíste? ¡Nunca vuelvas a decir una idiotez como esa!

―Bella… ―me dio otra cacheteada―. ¡Auch!

―Deja de tratar de volver a decir estupideces como la de antes ― me dijo con los ojos llenos de lágrimas―. Ambas tuvimos la culpa ¿Ok? Y lo que te pudo haber pasado no se lo deseo a nadie y mucho menos a ti, así que no vuelvas a decir que lo mereces y que deberías ser castigada porque en ese caso las dos lo seremos.

Le medio sonreí a mi amiga, ella no me había dejado sola como pensé, estaba conmigo en esto. Las lágrimas caían por mis ojos, iba a agradecerle por ser tan buena amiga cuando su palma se impacto de nuevo en mi cara.

― ¡Ay! ―me quejé por tercera vez―. ¿Y ahora por qué?

―Por salir a las altas horas de la noche y sola, no vuelvas hacerlo ¿Me escuchaste Hale? O te juro que pateare tu trasero tan fuerte que tus hijos y tu sobrino lo sentirán.

―Sí, perdóname ―entonces mi cerebro hizo clic―. Espera… ¿sobrino? ¿Por qué entiendo lo de hijos pero…?

Ella miró a Edward que simplemente se encogió de hombros.

― ¿Qué pasa? ―Emmett me quitó la pregunta de la boca―. Y sobretodo ¿Están juntos de nuevo?

―Eso se ve a leguas ―contestó Edward, abrazando a Bella y dándole un beso en la frente.

―Pero hay algo más ¿Verdad? ―pregunté.

―La verdad es que si ―contestó mi amiga sonrojada―. Rose, Emmett…la novedad es que… ¡Estoy embarazada!

Mi boca se abrió más de lo que era humanamente posible.

― ¿De verdad? ―dije con una sonrisa―. ¿Seré tía?

― ¡Si!

― ¡Felicidades!

Abracé a mi amiga y a Edward. Emmett hizo lo mismo. Bella nos explicó que era por eso que estaba tan emocionalmente inestable, lo cual fue comprensible para todos.

El doctor llegó cuando estaba a mitad del relato, me revisó mis cortes y mi golpe en la frente, me dio de alta ese mismo día con la indicación de que si me sentía mal lo fuera a ver de inmediato.

Edward preguntó por mis atacantes, lo cual me provocó escalofríos. Emmett le contestó que los muy malditos habían escapado en el momento en que mi novio casi atropella a uno con su jeep, pero este lo atacó y pudo noquearlo, no sin llevarse el corte que había visto antes. Después de llamar a la ambulancia para que fuera por mí, se comunicó con la policía quien se lo llevó de inmediato. Edward me prometió que su padre me ayudaría a que esos se pudrieran en la cárcel, solo necesitaba mi declaración y con eso bastaba.

De eso ya habían pasado dos semanas, las cuales se lograron muchas cosas, la primera es que Bella y yo hablamos y decidimos que le daríamos un tiempo a Alice para que se calmara y nos permitiera hablar con ella porque a ambas nos impactó mucho el hecho que se fuera. No la culpábamos, de hecho, pero al llegar a casa y no ver sus cosas fue una puñalada en el pecho pero como dijimos le daríamos su espacio. Lo segundo fue que el padre de Edward me apoyó mucho para meter a la cárcel a esos mal nacidos, por suerte el tipo que lograron encerrar soltó los nombres en el instante en que le prometieron reducir su sentencia si apoyaba a la ley, no lo dudó, así fue como poco a poco fueron cayendo, una vez que estuvieron todos tuve que ir a reconocer a los tipos y a declarar, en cuanto dije "Si, son ellos" los procesaron sin derecho a juicio.

Emmett y yo tuvimos la charla pendiente. Habló conmigo, haciéndome entender que había ocasiones en las cuales no debía decidir por lo demás y que lo que había hecho no fue nada bueno, pude haberle causado un daño físico a mi amiga por contratar a un desconocido para que saliera con ella y me hizo prometer que jamás volvería hacerlo.

Por último estaba el asunto del embarazo de Bella, por lo que entendí ella aún se quedaría conmigo, para no dejarme sola ahora que ni Alice ni Cinthya estaban. Así entre las dos buscábamos la mejor manera en como decirles a los padres de Bella que esperaba al más pequeño de los Cullen-Swan… bueno, aun no tenemos la mejor manera, pero seguíamos en eso.

De hecho estábamos en eso cuando sonó la puerta.

― ¿Esperas a Emmett? ―me preguntó Bella.

―No ¿Y tú? ―ella negó―. Iré a ver.

Me levanté del banco y me dirigí a la puerta. La sorpresa que me llevé cuando vi a Jasper en la puerta, se veía cansado y desaliñado.

― ¿Qué haces aquí?

―Dime que Alice está ―se desarregló el pelo nervioso―. He tratado de hablar con ella pero me ignora ¿Está en casa?

―Yo…

― ¿Rose quién es? ― ¡Ay no! Bella venía entrando, en cuanto lo vio su cara se puso roja de coraje―. ¿Qué demonios haces tú aquí?

―Vine a buscar a Alice ―le contestó sin inmutarse―. Sé que está aquí, necesito verla y preguntarle porque me ha estado ignorando las últimas dos semanas.

―Pero que… ―Bella estaba a punto de lanzarse hacia él, así que tuve que intervenir.

―La verdad no sé a qué viene todo esto, pero se acabó… el trato de acabó.

― ¿Trato? ¿Qué trato? ―me miró confundido, de reojo vi a una vecina que estaba en la ventana de viendo que pasaba―. Deberíamos entrar, te explicaremos todo.

Lo dejé pasar aún con la mirada molesta de mi amiga, pero no quería que los vecinos se enteraran de nada, porque para ser sinceras cuando se tratan de chismes los humanos desarrollamos una especie de oído biónico que les permite escuchar todo.

―Ahora si ¿De qué trato hablan? ―preguntó cuando cerré la puerta. Miré a Bella y ella me miró a mí sin saber cómo explicarnos ¿No se supone que él era el experto? O debíamos decirle la verdad para que dejara ya de actuar, lo más seguro es que aún estaba metido en su papel.

―Pues…tú sabes, ese trato ―dije yo haciendo ademanes con las manos para que entendiera porque que Bella no decía nada.

―Chicas, de verdad no entiendo lo que me quieren decir, nada más díganme ¿Está Alice o no?

―Pues…

― ¡Ay maldición! ¡Hablamos del trato que hicimos con tu jefa para que trabajaras para nosotras! ―Bella lo soltó todo.

― ¿Mi jefa? ―frunció el ceño―. Si ella nunca me ha dicho nada de ustedes y de que hayan pagado mis servicios.

―Lo sabemos, sé que se supone que no sabías o fingías que no sabías que trabajabas para nosotras.

― ¿Qué? Chicas de verdad ustedes están muy confundidas…Bueno, Alice no esta aquí así que me voy ―regresó hacia la salida―. Trataré de interceptarla cuando vaya a la escuela o algo así…―murmuró para sí mismo.

―Espera, espera ―lo interceptó Bella―. ¿Por qué aún quieres hablar con Alice si todo acabó?

― ¿Cómo que acabó? ―preguntó―. Ella aún no ha roto conmigo, el hecho de que aún no me hable no me dice nada, pero tengo la esperanza de que no pasará.

― ¡Argh! ¡Ya deja de fingir! ―le gritó de vuelta.

― ¿Fingir qué? ―su cara confusa, vaya, este tipo era bueno en lo que hacía.

―Pues…―la puerta siendo tocada interrumpió mi intervención.

Camine los pocos pasos para abrir la puerta y tanto Bella como yo, nos quedamos mudas al ver a la persona que estaba fuera.

― ¡Chicas! ¡Qué milagro que al fin las encuentro! ―dijo la mujer aliviada.

¿Qué hacía ella aquí?

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

¿Qué les pareció chicas? ¿Me han perdonado por tardar en actualizar?

 

Capítulo 11: capitulo 11 Capítulo 13: capitulo 13

 
14637163 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10856 usuarios