Todo a su tiempo (+18)

Autor: AtalCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 16/09/2012
Fecha Actualización: 07/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 9
Comentarios: 15
Visitas: 58375
Capítulos: 27

Edward, un joven médico que ha dejado que sus prioridades sean lo más importante lo más importantes en su vida, dejando de lado lo más importante,... el amor.

¿Qué pasará cuando llegue la jefe de enfermería?

 


Hola amigas les dejo otra locura de mi mente,... esta es una historia que escribí hace un tiempo, la he publicado en otras partes, pero aquí la he querido colocar un poco editada, he corregido algunas cosas, sobre todo la gramática y redacción.

Espero les guste y pueda recibir comentarios y votitos,... un beso a mis lectoras que no me abandonan

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13: "Primeras caricias"

Nos subimos al carro sin decir nada en el camino, llegamos a casa de Bella. Le abrí la puerta del carro y la llevé a la entrada. Nos miramos y sin decir una palabra nos besamos con pasión. La abracé tan fuerte posando mis manos en su cintura y acercándola más y más a mí para sentir su cuerpo lo más apegado a mí. Sin más estábamos frotándonos con tantas caricias nuestros puntos más sensibles. Me percaté que Bella abrió la puerta de la casa sin separarse de mí.

En ese momento me separe y respiré hondo, le miré con devoción y deseo y le di el último beso, este fue rápido y me fui al carro casi corriendo. Solo quería huir de ahí para no tomarla en ese momento y cometer el primer error de mi vida.

Sabía que la amaba, pero también la deseaba, ese fue el día que comprendí que no soportaría estar lejos de ella. Me quedaban tres semanas para el examen y no sabía que iba a pasar. Lo único que sabía que necesitaba estar junto a ella.

Llegué a casa subí directo a darme una ducha fría para bajar mis hormonas y dejar mi mente fría, aunque sabía que era difícil sabiendo que se trataba de mi novia.

-mi novia…, sí, es tu novia Edward, la primera y la que sería mi esposa y la primera en todo.

Me sequé el cabello con la toalla, cuando escuche a alguien en la puerta.

-¿Edward puedo entrar?- Soy Alice me dijo.

-si pasa- le contesté.

-¿cómo te fue con Bella? Mamá me contó que tuviste tu primera cita- me preguntó ansiosa.

-o sea que ya todos lo saben- sonreí. -¡bien hermanita! Creo que pronto habrá boda en casa- le dije con alegría, abrazándola.

-parece que va en viento en popa- me dijo con una sonrisa de felicidad.

-sí, estoy tan feliz, ella es la que esperaba, no sé cómo lo sé, pero estoy seguro que ella será la que me acompañará hasta la vejez y será la madre de tus sobrinos.

-me alegro por ti hermanito, se te ve feliz y eso es lo que más nos importa a toda la familia, a todo esto venía a contarte que hace unas horas llamó Emmett contando que vendrá por una semana, quiere vernos y conocer a la nueva miembro de la familia, vendrá con Rosalie- me dijo con gran felicidad.

-que bueno tener al fortachón de la familia a pesar que vendrá con la agria de su novia- dije bromeando.

-no digas eso Edward, sabes que Rosalie no es así, solo un poco sería pero es el cable tierra de nuestro hermano- me dijo reclamando el por qué hablaba así de su amiga.

-Ok, ¿y cuándo llega?- pregunté.

-el domingo al medio día- respondió Alice.

-¡genial! Hace tiempo que necesito una charla entre hermanos- dije con picardía.

-¿a caso conmigo no hablas?- me dijo apenada.

-hermanita, contigo lo hago pero no es lo mismo que con un hermano, hablamos cosas de hombres- le dije refregando su cabeza.

Mi hermanita querida se despidió y se fue de mi dormitorio, pretendí acomodarme en mi escritorio para poder estudiar, pero mi mente me traicionaba, venía la imagen de mi Bella, era tanto que no pude concentrarme, vi la hora y me percaté que no era tan tarde, recordé que Bella me había contado que su padre no estaría en casa hasta mañana, audazmente bajé hasta la sala donde estaba la libreta de teléfonos y busqué el número de la casa de Charlie, lo anoté en mi mano y subí otra vez a mi dormitorio.

Marqué su número y comenzó la espera. Sabía que se demoraría ya que el teléfono estaba abajo en la cocina y en su dormitorio no había ninguna extensión. La espera era un suplicio, estaba tan nervioso, mis manos temblaban a la espera de que mi novia contestara. Colgué y volví a intentarlo, este fue el que triunfó, sentí que la espera se acababa cuando escuché su voz.

-aló ¿quién habla?- preguntó adormitada.

-hola, soy yo Edward- le dije embobado por escucharle.

-¿estas son horas de llamar jovencito?- me dijo disimulando su felicidad.

-bueno es que no aguanté y quería escuchar la voz de mi novia antes de comenzar a dormir- le dije con sutiliza.

-no es justo, tu quieres dormir y la despiertas interrumpiendo un hermoso sueño con su novio- me dijo.

-¿estabas soñando conmigo?- le pregunté.

-mmm, si, pero no me preguntes qué, porque no te lo diré, sería muy vergonzoso contártelo- me dijo con timidez en su voz.

-¿a sí?, bueno me lo contarás en algún momento- le dije. -¿me preguntaba si me podrías dar el número de tu celular? No quiero volver a llamar un día que este tu padre porque no quiero tener problemas con mi suegro- reí.

-anota, es…- me dijo y yo apunté.

-gracias nena, ahora sabrás que a cada minuto pienso en ti- le confesé.

-amor yo también lo hago, hasta en mis sueños apareces, y espero que lleguen a hacerse realidad mis sueños que he tenido contigo- me dijo, imaginándome sus mejillas rojas de pudor por su confesión.

-bueno eso dependerá de nosotros amor, lo que hagamos será decisión de dos, ¿no crees?- le dije.

-Bueno ya es hora de que sigas estudiando amor- me ordenó.

-ok ama, voy a estudiar ahora, ya escuché a mi diosa, así que ahora a mis estudios- le dije.

-¿Edward?- me dijo.

-¿qué amor?- pregunté.

-¡Te amo! Te amo tanto, te amo, te amo, te amo- me dijo una y otra vez.

-yo igual Bella, no sabes cuánto, te amo amor, eres y serás mi amor para toda la vida- le dije con pasión.

-¿Nos veremos mañana?- Me preguntó.

-¿Quieres que vallamos al parque de diversiones ese que llegó a la ciudad hace unos días?- le pregunté.

-¡claro amor! Tú sabes que voy hasta la China si es contigo- me contestó.

-ok entonces hasta mañana a las seis de la tarde, ¿está bien la hora o más tarde?- pregunté.

-no está bien amor, aunque tendré que esperar casi todo el día para verte de nuevo- me dijo apenada.

-no serán tantas horas, a menos que… ¿mañana estemos juntos todo el día y terminemos en el parque?- le pregunté esperando un no.

-eso suena fenomenal amor, claro que me gustaría estar todo el día contigo y terminar en el parque- me dijo, dejándome perplejo por su respuesta.

-entonces a dormir, ya que mañana será un día de mucha acción- le dije sin pensar en cómo se lo dije.

-ok amor, hasta mañana, descansa, y sueña conmigo- me dijo. –no te olvides que te amo más que mi vida.

-Bella eres lo más importante en este momento en mi vida, eres mi piedra preciosa de más valor, eres mi todo- le dije con devoción en mis palabras. - ¡buenas noches amor mío! Te amo.

Me quedé sentado en mi cama, esperando reaccionar por la conversación con Bella y en ese momento guardé el número del celular de ella y aproveché de mandarle un mensaje.

"Mis ojos se están cerrando con una imagen,… la tuya, la más hermosa… hasta mañana amor, te amo, Edward"

A los minutos recibí un mensaje de ella.

"Buenas noche mi amor, te amo, hasta mañana…sueña conmigo, Bella"

Me quedé sin habla, solo me metí debajo de la tapas y cerré mis ojos, pensando en mi Bella y en el día que se venía, pensaba en cómo sería estar todo el día junto a ella, hoy habíamos estados solo unas horas y quedamos extasiados los dos ¿cómo sería estar con ella todo el día?, ¿cómo tendría que controlar todas las situaciones?

Bella no era de las que paraba las cosas, más bien era la que instaba todas a llegar más allá pero era yo quien controlaba todo, aunque mi cuerpo y mi corazón no lo quisiera. La deseaba tanto como ella a mí. Solo que no podía correr el riesgo de adelantarme a poseerla antes de terminar todas mis cosas. Mi examen estaban pasando a segundo plano en estos días, pero sabía que era solo por el fin de semana, sabiendo que Bella no le tocaba trabajar.

Había decidido que los fines de semana serían para los dos hasta que diera el examen y durante la semana solo sería estudio. No sé si soportaría estar un día sin verla, pero tendría que intentarlo.

Sin más me quedé dormido pensando en el día que estaríamos juntos por muchas horas.

Ya era de mañana, como las 8 am, desperté dando un suspiro que salió de lo más hondo de mi corazón. Era porque vería y tendría a mi Bella junto a mí durante muchas horas. Tomé el celular y le mandé un mensaje.

"te paso a buscar a las 10 am, espérame lista, te amo, Edward"

A los minutos después sonó el celular con un nuevo mensaje, sabía que era de Bella en respuesta al mío.

"buenos días, te estaré esperando  amor, ansío por sentir tus labios,… te amo"

Lo leí con una sonrisa en mi rostro de felicidad, sabiendo que Bella me amaba tanto como yo a ella y que este día sería solo para los dos.

Me levanté y me fui a bañar, me di una ducha tibia y me vestí, fue difícil elegir mi vestimenta, solo quería andar cómodo, porque el día podría ser bien variado. Aun no sabía que íbamos hacer tantas horas, pero algo saldría, solo sabía que quería estar con ella el mayor tiempo posible con mi nena.

No quise desayunar para hacerlo con ella así que le mandé un mensaje para que no lo hiciera ya que eso sería lo primero que haríamos juntos.

No recibí contestación así que solo espere estar en busca de ella para tener un día especial dónde estaremos solo los dos. No importaba nada, solo los dos.

Al estar en la puerta de su casa no alcancé a tocar cuando la puerta se abrió y vi a Bella echándose en mis brazos dándome un beso. Fue un beso hermoso, fue como necesitábamos nuestra medicina diaria para poder tener un día placentero.

-Bueno días amor- dijo Bella.

-buenos días bonita- respondí.

-necesitaba verte, sentir tus labios- me dijo.

-yo igual, ¿desayunaste?- le pregunté.

-noup, lo iba hacer pero recibí tu mensaje y lo deje para ahorita, así que vamos o si no comeré lo primero que esté frente a mí- me dijo con picardía.

-eso suena bien, pero mejor vamos inmediatamente así no te tientas- le dije besando su frente.

Le tomé de la mano y la llevé al carro. Dentro y haciendo marchar el motor, Bella me tomó desprevenido y me besó. Fue un beso muy diferente al de antes, este era sutil, suave pero con pasión, lento como si quisiera que durase mucho tiempo. Se separó por unos minutos y me miró.

-mi estomago pide comida amor- me dijo sonriendo.

-ok, entonces ponte el cinturón y deja andar el carro- le dije mientras ella se acomodaba el cinturón de seguridad. -¿qué quieres desayunar?

-mmm bueno algo fresco, dulce y energético- me dijo mirándome.

-entonces ya sé dónde iremos- hice andar el auto y nos fuimos.

La llevé a un restaurante dónde era sencillo pero que hacían unos desayunos muy ricos. Fue un rato muy amigable, comimos dándonos tiempo para degustar el alimento. Mientras conversábamos nos tocábamos las manos, acariciándolas como algo tan preciado para los dos.

A terminar, la invité a que fuéramos al cine, a ver una película, no sabía cual estaba en cartelera, así que al llegar vimos que había una matinée infantil, nos miramos y reímos. Ella aceptó y entramos a ver "Shrek". No sabía cuántas veces la había visto pero igual entramos, el estar con ella, era lo que importaba.

Nos reímos mucho durante la película sobre todo con las locuras del burro. Estuvimos tomados de la mano todo lo que duró. Bella estaba tímida al igual que yo. Parecía que se estaba reprimiendo sus hormonas, ya que no había habido ninguna seña de sus arranques pasionales.

Me parecía extraño su comportamiento, pero me gustaba, así la estaba conociendo tal cual es, me estaba mostrando una faceta de su personalidad oculta, una niña mimada, en el buen sentido de la palabra, se notaba que le gustaba que le dieran cariño, con un solo toque, una simple caricia, una simple mirada.

Al terminarla película salimos del cine y nos dimos cuenta que ya era hora de almorzar, a pesar que ninguno sentía hambre.

-¿Edward? No quiero que vayamos a ningún lugar, quiero que comamos algo chatarra, ¿Por qué no vamos a un McDonald's?- me insinuó.

-¡claro! hay uno cerca de aquí- le dije. -¿cómo no había pensado en eso?

-bueno porque no sabías que me gustaba la comida chatarra, pero de ave, soy un estilo vegetariana pero no tan extremista- se rió.

-que bueno saberlo amor, así no cometeré el error de invitarte a comer carne- le dije sonriéndole.

-eso espero, solo vegetales o carnes blancas, ok- me dijo guiñándome el ojo y dándome un beso en la mejilla.

-ok amor, no se me olvidará- le dije dándole un beso en la punta de su nariz.

Entramos al local y pedimos nuestras porciones. Nos sentamos y comenzamos a conversar.

-¿Bella que te pasa hoy?- le pregunté por su comportamiento hasta ese momento.

-nada ¿Por qué amor?- me dijo como si nada.

-te veo tan serena, tan tranquila, sin tus im…- me interrumpió.

-¿sin mis impulsos?, bueno es porque he decidido tranquilizarme cuando estemos juntos, no quiero que pienses que solo quiero sexo contigo, tú sabes que nunca lo he tenido y que ahora que te conocí eres con el único que quiero hacerlo, pero sé que sería un poco irresponsable de nuestra parte que lo tuviéramos, ya que recién nos estamos conociendo- me dijo con pesar en su voz.

-era eso- le dije. –pensé que ya no querías estar conmigo, te sentía distante, fría y me preguntaba el por qué.

-¿cómo puedes pensar eso? Edward tú eres lo más importante que tengo en mi vida, no quiero pensar nunca que tu no estés en mi vida, ya no sería lo mismo, tu llenas el vacío que he tenido hace mucho tiempo, nunca más digas , ni pienses eso, eres todo para mí tontito- me lo dijo agarrándome y besándome.

Bella volvió, no se resistió y me beso con mucha pasión, yo le devolví el beso de la misma manera, era inevitable no hacerlo, había añorado todo el día por un beso así, Bella era tan efusiva y eso me encantaba de ella, y la echaba de menos. Su accionar era una de las cosas que me cautivaban, además de ser yo el quién dominaba las situaciones acaloradas. Sabía que en algún momento, no iba a resistir e íbamos a ceder los dos y nos entregaríamos completamente.

En ese momento, mi cuerpo reaccionó por completo, la deseaba tanto, que mi miembro luchó por no despertar, pero fue imposible, los suaves labios de Bella eran una adicción y una forma de despertar cualquier cosa de mi ser.

Bella se dio cuenta de mi erección y de vez de separarse fue todo lo contrario, se aferró más fuerte de mi por mi cuello y me dijo jadeando: -Edward, si no estuviéramos aquí rodeado de personas te hubiera tomado y no te hubiera dejado resistirte, hubieras caído en mis redes- unió su frente a la mía. –no quise dejarte así amor, pero no sabes cómo estoy yo.

-Amor, no digas eso, sabes que te deseo tanto como tú a mí, pero no podemos todavía. Menos mal que estamos aquí o si no te hubiera hecho mía- le dije jadeando por la situación.

-Edward, tu sabes que desde que te vi soy tuya y tu mío, solo que nos falta llegar a ser uno solo y eso será pronto, porque no se cuanto tiempo podré resistirme no poder amarte por completo- me dijo mirándome a los ojos sin soltarme del cuello.

-¿por qué no nos vamos de aquí y vamos a caminar? Así bajamos las revoluciones- le pregunté.

-buena idea amor, ¿pero ya estás mejor?- me preguntó con picardía sabiendo a qué se refería.

-sí, ya está más tranquilo- le dije rojo de la vergüenza.

Ya estábamos más relajados, nos dimos un beso más y dejamos las bandejas en el basurero y nos fuimos. Salimos del local tomados de la mano y acariciándonos con los pulgares.

-¿Bella que vamos hacer?- le pregunte mientras caminábamos.

-¿de qué amor?- me respondió con otra pregunta.

-con nuestras hormonas- le dije con pesar.

-amor, no te preocupes, solo debemos dejar que fluyan, en el momento sabremos que hacer- me dijo tan serenamente. –tú no sabes lo que es para mí luchar por no despertarlas cuando estoy contigo, mis hormonas despiertan a penas te veo, imagínate cuando te beso o cuando te toco, ¡corren a mil!

-Bella, mi hermosa Bella, ya te haré mía completamente y podremos poseernos cada vez que me quieras- le dije besando su frente llevando sus brazos a mi cintura.

Nos quedamos así por un buen rato solo con nuestras frentes juntas, respirando hondo sintiendo como nuestros brazos estaban en nuestras cinturas y como nuestros dedos nos frotábamos la espalda suavemente.

-te amo Bells- le dije sin abrir mis ojos.

-y yo a ti Edward, te amo tanto- me dijo con voz tortuosa.

Abrimos los ojos, nos besamos  y seguimos caminando sin soltarnos de la cintura, solo que Bella puso su mano en el bolsillo de mis jeans acariciando mi nalga de forma muy sutil. Me miró de reojo por si yo no me había dado cuenta, pero sin más yo hice lo mismo, solo que yo le di un agarrón en su duro músculo. Ella no se quejó, todo lo contrario, me miró y me beso en la mejilla, dándome así las gracias por mi impulso.

Estaba aprendiendo a ser como ella pero no tan efusivo, solo más suspicaz.

Pasamos por un carrito de algodón y compramos uno para los dos, solo que ella me daba en mi boca. Estábamos tan felices, éramos como si nos conociéramos de mucho tiempo. Me sentía tan cómodo con ella a mi lado, parecíamos una pareja de mucho tiempo.

-mañana llega mi hermano amor, podrás conocerlo- le comenté.

-¿Emmett cierto? ¿Así se llama?- me preguntó.

-sí, el gran oso, ya verás porqué le decimos así, conocerás también a su novia, no te preocupes si ella no te sonríe, ella es así, Rosalie se caracteriza por ser un poco seria, es el cable tierra de mi hermano que es un bebé. A pesar de su edad y de lo que está estudiando él es un nene aún y Rosalie lo tranquiliza- le dije. –no te asustes si mi hermanote a penas te vea te agarra o te besa, eso es normal en él.

-wou, vaya, espero caerles bien a los dos- me dijo con preocupación.

-claro mi amor, si tu eres lo más agradable, claro eres tan bella como Rosalie, yo podría ponerme celoso si Emmett no tuviese a su novia, él tiene ojos solo para ella- le comenté.

-¿ellos están mucho tiempo juntos?- preguntó.

-si llevan dos años juntos, se aman mucho, piensan casarse tan pronto termine los estudios mi hermano, solo le quede este semestre y ya, tendremos matrimonio en la familia- le dije emocionado.

-llevan bastante tiempo, un tiempo prudente para formalizar todo. Creo que nosotros no podremos esperar dos años para casarnos- me dijo.

-¿te casarías conmigo?- pregunté con una sonrisa en mi boca.

-claro, acaso no lo has pensado, yo estoy contigo y no pienso en otra cosa que estar para toda la vida junto a ti- me confesó tomando mi rostro con sus dos manitos. –te amo y te amaré toda la vida.

-entonces sabiendo eso, debemos fijar fechas, lugar e invitados ¿no crees?- le dije con una sonrisa de felicidad.

-mmm, bueno pero dejemos eso para otro día, ahora quiero disfrutar el resto de día que nos queda- me dijo besando la comisura de mis labios.

Ya habíamos paseado por el centro de Forks, habíamos comido algodón y habíamos hablado de matrimonio y sobre todo de nuestras hormonas. Hasta ese momento había sido un día hermoso junto a mi novia. No sabía que vendría lo mejor del día.

Nos dirigimos al parque de diversiones que estaba en la ciudad y compramos los boletos para subirnos a muchos juegos. El primero fue tirar el blanco, fue recordar a cuando era niño e íbamos con mi padre, a cada uno nos dieron cinco oportunidades, se suponía que si le dábamos al blanco Bella se quedaría con el premio.

A Bella no le fue muy bien con sus tiros, pero yo le di a uno de cinco y Bella escogió un enorme oso panda de peluche. Era tan grande como ella, a penas se veía mi Bells, se veía adorable con el osos en sus brazos. Después nos subimos a la montaña rusa, dejé encargado el oso de Bella y nos subimos, nos fijamos muy bien y nos tomamos de las manos.

-tengo miedo Edward- me dijo mi Bells.

-no te preocupes amor, aquí estoy junto a ti, solo diviértete y relájate- le dije apretando su mano.

El carro comenzó a subir lentamente hasta la cima de la montaña, de pronto se soltó y comenzó el viaje, Bella y yo gritábamos tan fuerte, que de alguna forma nos liberamos de tanta tensión. Al bajar los dos salimos riéndonos de tanta adrenalina que nos había dado este juego, así que tomamos el oso y nos fuimos a caminar. Nos tomamos de la mano y yo tomé el gran oso.

-¿qué nombre le pondrás?- le pregunte por el oso.

-no sé, después lo pensaré- me dijo dándome un besito. -¿Edward, si te pido algo que hagas, lo harás?- me preguntó mirándome a los ojos fijamente.

-mmm, depende de que me quieras pedir- le dije frotándole mi nariz con la suya.

-bueno… quiero que me toques- me dijo con voz entrecortada.

-¿Qué petición es esa Bella? Si te estoy tocando- le dije sin saber aun lo que realmente me estaba pidiendo.

-no así amor, sino que quiero que me toques mi partes sensibles- me dijo sin quitarme la vista de encima. –amor solo quiero eso, no quiero que lleguemos a más solo quiero sentir tus manos tocándome, ¿me cumplirás mi petición?- haciéndome un mollín estirando su boquita.

-¿ahora? ¿Aquí?- le pregunté.

-amor ya está de noche y nadie se daría cuenta, ven aquí- me tomó de la mano y me dirigió a un árbol que no tenía ningún farol que nos delatara.

Bella era audaz, pero realmente su petición me había gustado, ansiaba con tocarla más allá de su cintura o su cuello o su espalda. Quería tocarla entera. Ella lo sabía y sin más quería darle en el gusto. Sabía que después me arrepentiría pero ya estábamos condenados en nuestros deseos y en nuestro amor.

La apoyé en el árbol sin dejar el oso en el piso, la besé. Bella posó sus brazos en mi cuello poniendo sus manos entre mis cabellos masajeándolo con pasión. Yo la seguía besando haciendo que abriera su boca. Con una mano sostenía el oso y la otra que estaba libre tomé el rostro de Bella mientras la besaba con pasión sintiendo así su lengua juguetear con la mía. Su sabor estaba tan exquisito.

Nuestras respiraciones ya estaban agitadas de tanta emoción y excitación, porque era claro ya los dos estábamos quemándonos con el calor que teníamos entre los dos. Mi mano dejo su rostro y bajó por el costado derecho y fui rozando el borde de él topándome con el bulto de su seno, sin dejar de besarla, mi mano se posó en él apretándolo con sutiliza. A pesar de estar encima de su ropa, podía sentir como se ponía duro y su pezón estaba erecto con solo el tacto.

A bella le salió entre mis besos un gemido, sabía que lo estaba haciendo bien y que ella estaba disfrutando. Yo no podía decir lo mismo ya que mis pantalones están siendo un gran problema para mi erección.

-Edward así, sigue- me dijo jadeando.

-¿te gusta?- repregunté sin dejar de besarla y de tocarla.

-sí, mucho- me dijo a penas.

Bella sacó su mano izquierda para tomar la mía y sacarla de donde gustosamente estaba. La tomó y la llevó a la cremallera de su jeans.

-Bella, nos podrían ver- le dije jadeando de la emoción.

-amor, no pasa nada, no nos verán solo desbrocha y mete tu mano y tócame- me dijo suplicando.

-ok amor, dime si no lo hago bien- le pedí.

-amor lo estás haciendo bien, solo hazlo- me suplicó.

Le baje la cremallera como me pidió e introduje mi mano dentro de su tanga, era una sensación única, sentí su suave vello púbico hasta que sentí cómo abría un poco sus piernas para que mi mano se metiera con mayor facilidad. Llegué hasta sus pliegues y me di cuenta de cómo estaba mojada, eso me excitó aún más y ya me dolía mucho mi miembro ya que estaba muy erecto e hinchado. Pero la sensación que estaba sintiendo en mis dedos era inexplicable.

Comencé a masajear su clítoris y Bella empezó a jadear de una manera que tomé su mano y la llevé a mi miembro para que me diera alivio a mi enorme problema. Ella se separó un poco de mi parando el beso y me miró.

-hazlo amor, por favor, duele mucho- le rogué.

Ella volvió con sus labios a los míos y los dos nos estábamos de alguna forma masturbándonos. Lo peor es que era al aire libre. Pero eso no me importaba. Estaba deseando esto, claro así no era cómo me lo había imaginado pero era perfecto.

Sentir la mano de mi novia tocando mi miembro, jalando de arriba hacia abajo, era la sensación más misteriosa. Jamás había pensado que era tan bueno, tan rico. Solo me imaginaba en el día en que estuviera dentro de ella con todo mi miembro uniéndonos en un solo ser.

-así Edward, sigue, más rápido- me pidió y yo cumplí sus deseos.

Ella hizo lo mismo hasta que los dos acabamos en nuestras manos, nos separamos y nos hundimos en el cuello de cada uno abrazándonos, soltando el oso para así abrasarnos fuertemente.

-Bella te amo- le dije agitado por todo lo que habíamos hecho.

-no tanto como yo a ti amor- me dijo besando mis labios.

-debemos recuperarnos para así seguir nuestro paseo por el parque- le dije mientras me abrochaba mis pantalones y ella hacía lo mismo con el suyo.

-¿Edward, te gustó?- me preguntó con cautela.

-no sabes cuánto, gracias por pedirme eso amor- le dije besándola. –fue inexplicable lo que sentí amor. De verdad gracias.

-¿entonces podemos repetirlo otro día?- me preguntó tímidamente.

-sí, pero no será al aire libre, ¿ok?- le pedí.

-te amo, y no sabes cuánto anhelo el día en que me hagas tuya- me dijo con euforia en sus palabras.

-ese día será grandioso amor- le dije besándola una vez más.

Tomamos el oso del piso y nos tomamos de la mano y nos pusimos a caminar, terminamos nuestro paseo por el parque subiéndonos a muchos juegos hasta que quedamos exhaustos.

Bella me pidió que la llevara a casa, se veía cansada, pero adorable. La llevé a la entrada de su casa y nos dimos un beso largo y muy pasional.

-Bella debo irme, debemos descansar- le dije separándonos sin que se molestara.

-ok, ¿mañana te veré?- me preguntó.

-¿quieres verme?- le contesté con otra pregunta.

-es obvio mi respuesta amor- me dijo acercándose a mí.

-te llamo, para decirte la hora, ¿ok?- le dije cerrándole un ojo.

-ok, espero tu llamada- me besó por última vez dejando que me fuera a mi carro.

La dejé ahí parada en la entrada de su casa, mirándome hasta que no la vi más. Este día había sido lleno de emociones nuevas, de mucha adrenalina y mucho amor. Estaba feliz, Bella me había probado lo débil que soy. Hoy supo que soy vulnerable a sus deseos y que lucho tanto como ella para no cometer errores.

Sabía que no lo había hecho mal, Bella era fenomenal en sus acciones y en su sentir. Provocaba sensaciones nuevas cada vez que estaba con ella. Era fantástica. La amaba tanto…

Capítulo 12: "Primera cita" Capítulo 14: "Petición"

 
14967025 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11050 usuarios