Mágico Destino(+18)

Autor: mar14
Género: Romance
Fecha Creación: 16/09/2012
Fecha Actualización: 22/07/2013
Finalizado: NO
Votos: 6
Comentarios: 12
Visitas: 16016
Capítulos: 16

LOS VAMPIROS SON NUESTROS MAYORES ENEMIGOS, MONSTRUOS SIN ALMA QUE NOS PERSIGUEN POR EL PODER DE NUESTRA SANGRE, ACABAR CON ELLOS NO SOLO ES UN DEBER PARA MI... ES VENGANZA. NUNCA DUDARE... O ESO PENSÉ HASTA QUE VOLVI A ENCONTRARME CON UNA AMIGA DEL PASADO Y UN HOMBRE QUE NO SOLO ME TIENTA HASTA LO IMPOSIBLE, SINO QUE ES UN SER CON QUIEN DEBO ACABAR ¿QUE HACER CUANDO SUS BESOS ME QUITAN EL ALIENTO Y ME DEJAN SIN RAZON? ELLOS NO SON COMO LOS DEMAS, AUNQUE AHORA, YO TAMPOCO LO SOY.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13: JUSTICIA

Mi mente no debía de estar funcionando muy bien, si creía que esa sonrisa depredadora era sexy, pero, demonios, lo era. No había  duda de que esos besos me habían fundido la razón  dado que  debería estar pensando como matarlo en vez de soñar con otro beso.

Parpadee y el  volvió a desaparecer

-          Deja de pasearte por mi casa, arrogante vampiro – masculle mientras intentaba levantarme, mis piernas temblaron cuando pise el suelo, pero volví a ser empujada al centro de la cama. No termine de rebotar, ni maldecir cuando una jarra llena de un líquido rojo choco contra mi nariz. deje de respirar inmediatamente. Mientras miraba furiosa la hermosa cara de Edward Cullen.

-          Bebe, necesitas sangre – dijo en un gruñido depositando la jarra en mis manos, se alejo hasta llegar junto a la ventana abierta y se cruzo de brazos mirándome tensamente.

-          ¿Cuál es tu problema? – me queje mirando tristemente hacia la jarra – y esta es la jarra de los batidos

-          Bebe – ordeno, levante la vista hacia él, observando su tensa postura y sus ojos oscuros, parecía sufrir por algo

-          ¿es la sangre? Puedes irte si quieres  - le aconseje, por alguna razón preocupada por el, grave error, su postura se relajo y una sonrisa traviesa cruzo sus labios.

-          ¿preocupada? deberias parar o voy a creer que te gusto – rodee los ojos y él rio, paseando por la habitación – bebe, no voy a mirar si no te gusta, pero debes recobrar tus fuerzas

Me removí incomoda por ser tan trasparente y molesta por dejar que el vampiro se diese cuenta.

-          En primer cajón del escritorio hay pajitas, pásame una – murmure, el hizo lo que le dije y me entrego la pajita, volvió a observar mis libros dándome la espalda, dándome privacidad, casi me sentí agradecida con él. Casi.

Dando un suspiro empecé a beber.

Pov Edward

Cuando escuche el sonido de succión, sonreí, bella recuperaría sus fuerzas  y posiblemente volviese a elevarme por los aires, pero estaría bien. Observe las diversas fotos colgadas en la pared, reconocí varios lugares, Londres, Francia, España, Alemania, Brasil, Japón, sorprendido intente reconocer todos los lugares de las fotos, al parecer habían estado en mas lugares de lo que yo había estado en décadas y ellas aun no había cumplido los 18. Además en todas ellas aparecían con distintas apariencias, distintos colores de pelo y ojos y distintos peinados. Recordé los pensamientos de Maggie, eran perseguidas. La preocupación y la curiosidad casi me hace olvidar que debía tener cuidado con mi respiración, el solo entrar en su habitación y olerla había sido como tener brazas ardiendo en mi garganta y por un segundo el pensamiento de lo fácil que podía ser acercarme a su garganta, morder y beber, fue tan atrayente que solo pude salir corriendo; pero al volver y verla tan débil sin siquiera poder pararse, basto para detener de golpe el pensamiento de matarla. Y luego su preocupación por mi solo hizo que mi resolución de no atacarla se hiciese más fuerte. Bella, parecía tan frágil, como el cristal, como lo era cualquier humano en comparación a nosotros, sin embargo no era solo sus peculiares dones lo que la hacían tan distinta a los demás sino que el solo hecho de haberla tenido entre mis brazos fue suficiente para que una parte desconocida de mi se sintiera casi en paz y por un segundo el desconcertante deseo de reclamarla como mía fue tan certero como el hecho de mi búsqueda por fin terminó, suspire, al parecer la había encontrado, a mi compañera, mi alma. Mi vida. Aspire satisfecho y feliz, por primera vez en un siglo, la había encontrado, y ahora solo faltaba que ella se diera cuenta. Sonreí, al parecer esa sería la parte más difícil, pero lo que ella no sabía es que ya era mía, desde el primer momento en que nuestras miradas se conectaron, ella pasó a ser mi Bella.

Pov. Bella

Aparte la mirada cuando sentí un escalofrió recorrerme, por alguna razón ver esa expresión de felicidad en su rostro me asusto y me atrajo al mismo tiempo. Sacudí la cabeza para sacarme esos pensamientos. Edward era un monstruo sin alma, un vampiro y yo cazaba vampiros, no debía estar pensando en lo hermoso que era sino en la forma que debía acabar con él.  Mire hacia el recipiente vacio en mis manos,  ¿monstruo sin alma? Entonces ¿que era yo ahora?

Sentí sus manos envolver mi rostro, le devolví la mirada en silencio

-          ¿Qué ha pasado? ¿esa expresión no parece propia de ti? – su voz fue suave y su mirada preocupada, pero por alguna razón eso me enfureció ¿propia de mi? ¿un vampiro que creía conocerme? Cuando, al parecer ni siquiera yo lo hacía.

Empuje sus manos y   me levante bruscamente,  la jarra salió rodando hacia el suelo, pero él ya lo tenía en sus manos antes de que tocase el suelo. Velocidad Vampiririca.

-          Dijiste que me dirías como sabias lo de mi alimentación si te dejaba entrar, ahora dímelo y luego sal de mi casa. – solté fríamente, el solo me observo en silencio, perforándome con su mirada. Me negué a evadirla.

-          Comida- dijo de pronto y desapareció por la puerta, me quede parpadeando confusa, y luego lo seguí hasta mi cocina. Él estaba revisando mi nevera cuando llegue.

-          ¿Qué..? – lo mire aun confusa mientras lo veía sacar algunos congelados de la cocina. su miraba pasaba de un plato de tallarines congelados a uno de lasaña a medio comer

-          ¿Cómo pueden comer esto? – gruño, parecía tan contrito, que me dieron ganas de reír.

-          ¿Tienes hambre? -  pregunte sentándome en una de las sillas mientras el aun se debatía entra las dos comidas -¿puedes comer comida?

-          No es para mí – respondió, mirándome divertido -  dicen que la comida calma a las fieras  y hace un momento tuve la sensación  de que una de ellas estaba frente a mi.

Sonreí y para mi sorpresa mi ira anterior había desaparecido. Me levante sacudiendo la cabeza y le quite la comida de las manos.

-          Ya cocinaré yo, tu habla – le dije señalando la silla donde había estado sentada. Sus sonrisa en respuesta me quito el aliento, le di la espalda para evitar que viese mi rostro que debía estar como un tomate

-          Eres rápida – señalo, asentí mientras me decidía por la lasaña – pero no eres tan rápida como un vampiro,  y supongo que tampoco tan rápida como tu prima,   aunque ella tampoco es un vampiro

Me tense

-          Bebemos sangre, ¿eso no nos convierte en vampiros? – repuse golpeando la encimera, para confirmar lo que dije, una abolladura con la forma de mi mano deformaba lo que antes era plano. – fuerza, rapidez, sentidos agudizados ¿no es eso lo que un vampiro es?

Voltee y en menos de un parpadeo lo tenía junto a mi

-          Te olvidas del pulso – dijo levantando una mano hacia mi garganta – nosotros estamos muertos, tu corazón late, te sonrojas.

Aparte la vista cuando sentí el rubor trepar por mi rostro confirmando lo que dijo.

-          Eres bueno para  evitar el tema, aun no me has respondido - suspiro y se alejo mientras yo colocaba la comida en el microondas – y deberías hacer algo con el espacio personal.

Su risa fue ronca

-         Si supiera que de verdad no me quieres cerca me alejaría – le mire estupefacta por su arrogancia, rodee los ojos, pero él no me estaba mirando, su atención puesta en las fotos de la nevera.

¡Molesta sanguijuela!

Ya tenía bastante cuando me llevaba en brazos y ni hablar del beso. Y ahora al mirarlo en toda su deslumbrante belleza tenía problemas para unir mis pensamientos. Y no ayudaba q el sonriera de esa forma con esos besables labios…¡ dios iba a volverla loca!¡ estúpidos sentidos vampíricos, la hacían fijarse hasta en el mas mínimo detalle. Su mirada se topo con la mía.

-          Si sigues mirándome de esa forma, no respondo de mis actos – abrí los ojos sorprendida, volviendo a sentir arder mis mejillas, gire justo cuando sonó el microondas. Salvada

-          ¿Vas a responderme ya? – repuse, sacando el plato de lasaña. Suspire ante su olor.

-          Puedo leer el pensamiento – dijo de pronto y sus brazos rápidamente saltaron hacia delante para sostener lo que mis manos dejaron caer por la impresión

-          ¡¿qué?! – solté, esperando que se riese, pero la mirada que me devolvió fue impasible. Trague, el no podía haber estado leyendo mis pensamientos todo este tiempo ¿verdad?

-          Eso es – respondió

-          ¿has estado escuchando mis pensamientos todo este tiempo? – jadee, que alguien me matase, por favor.

Su mirada paso de ser impasible a divertida

-          Así que eso es lo que pensabas de mi – su risa fue musical

“estúpida sanguijuela, pienso estacarte por no habérmelo dicho antes” prometí  en mi cabeza, pero su expresión no cambio

“Edward, ¿me escuchas?” ninguna reacción

“creo que estoy muy enamorada de ti” nada

Sonreí, acercándome, me miro sorprendido cuando nuestros labios se juntaron, no tuvo tiempo de moverse antes de desaparecer. Cogí el plato de lasaña con una mano y con la otra al pequeño gato que apareció donde debía estar el vampiro.

Justicia, como  amaba la justicia

HOLA, ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO, NO OS OLVIDEIS DE DEJARME VUESTROS COMENTARIOS. GRACIAS 

Capítulo 12: FEROZ Capítulo 14: dias largos

 
14968273 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11051 usuarios