Crepúsculo del Amanecer

Autor: mili
Género: Romance
Fecha Creación: 09/02/2011
Fecha Actualización: 18/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 10
Comentarios: 40
Visitas: 127615
Capítulos: 45

FIC TERMINADO

¿Puede uno darse cuenta de que nuestras decisiones tienen un por qué y una consecuencia? Siempre nos dejamos llevar por los impulsos, pero hay veces que eso lastima a quien más amamos, cuando eso pasa... que hacemos?

recomendado por LunaNuevaMeyer : 4puntos :D

Si se quieren pasar, les dejo el link de mi otro fic :D

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1766&id_capitulo=18

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Capítulo 13: Niña del hielo

"Mi niña y mujer

Tan frágil como cristal

Paso de nubes a hielos

Así ha de ser

Dueña del sol oscuro, reina inmortal

Blanca como tal nieve, flor de rosa tu piel

Acaricio tus latidos para juntos en las sombrar volar

Besar tus palabras, silenciar tu respirar ser tu renacer

Niña del hielo déjame volver

Deja atrás la vida y

Permíteme tu sueño eterno despertar…"

Una y otra vez esa poesía musical sonaba en mi cabeza, me permitía querer seguir luchando. Había algo que me mantenía prendida pero no recordaba qué era. No sabía donde estaba ni donde debía estar…

¿Niña del hielo? No se a qué se refería exactamente eso pero me desvanecía oyendo esa voz tan dulce y angelical. De seguro morí y estoy en el Paraíso.

El ardor de mi corazón dejó de estar. Ahora tengo un gran vacío. Como en la nada misma.

La única cosa que me mantenía firme y me hacía sentir que era mía, era esa voz.

Una vez que el fuego abrasador abandonó mi pecho, fui capaz de abrir los ojos.

Me encontraba sola, y no conocía el lugar. Mi cabeza daba vueltas, instantáneamente me pasé la mano por la frente, tenía un corte. Todo estaba tan extraño. No recordaba ni quién era. Miré el anillo colocado en mi dedo del corazón, una alianza.

Así que estaba casada, recordaba a Edward. En el reverso del anillo decía "Bella por siempre tuyo, Edward". Solamente sabía que me llamaba Bella y era la esposa de Edward. Pero lo demás se me borró de la memoria. No se qué hacía sentada sobre el piso rocoso cubierto de césped y el rocío nocturno. La oscuridad me inquietaba.

Las punzadas en mi cabeza no me permitían concentrarme. La nana, la nana, me la sabía de memoria, y me encantaba.

La canción, si se puede decir, me ayudó a esclarecer un poco las cosas. Edward, Edward, él la compuso para mi. De golpe lo vi… Sus cabellos rebeldes a la luz del sol, su cuerpo níveo, sus labios, sus ojos, su mirada. ¿Dónde estaba el? Su melodía de nuevo.

So much for my happy ending"

¿Y eso? Ah, era el tono de llamadas del celular que no tenía idea de cómo llego a mi bolso.

-¿Hola?-esperé un momento porque reconocía la voz pero no sabía quien diablos era- mmm… ¡Diablos! Nadie contestaba.

Miré la pantalla. "Correo de voz de Alice"

-Bella, soy Alice, cuando escuches esto llámame por el amor de Dios ¿Me oíste? Estoy desesperada, hablé con Edward en el avión pero se cortó la llamada. Lo siento otra vez no se puede hablar. ¡LLÁMAME!

-¿Alice?-repetí.

¡Genial! Lo que faltaba… Me quedé sin batería.

Por bronca lancé a lo lejos el móvil. Curioso, apenas moví el brazo, tuve mucha fuerza. Lo que me hizo mirar mi muñeca, tenía una venda, ¿Qué me había pasado? No dejaba de pensar en Edward.

Rebusqué en el bolso ambarino haber si encontraba algo, nada. Sólo prendas de vestir, jeans, chamarras, blusas. Sonreí al quitar de encima unas camisas, ¡Bingo! La cartera de cuero negra, en el interior había una pequeña foto de Edward conmigo en un balcón. Por suerte, estaba tal cual lo retenía en mi mente. Al menos, eso no se borró. Suspiré.

Lo guardé en mis bolsillos, por si acaso.

Ahora tenía un dilema mayor, averiguar que lugar es este. Hace frío, bastante, decidí ponerme un saco de lana, lo primero que se me cruzó.

¿Quién pondría comida en el bolso? Todo indicaba que me abandonaron en la nada, pero con provisiones. Capaz Edward sabía que esto pasaría y tomo recaudos, lo extrañaba tanto. ¿Estaría bien? Cómo quisiera que alguien me explique que sucedió, qué sucede ahora mismo. ¿Cuándo fue que Edward y yo estábamos cómodos y abrigados en el acogedor ático? Sé que dos personas más nos acompañaban pero justo esa noche no, él había dicho que les regaló unos días en Venecia. ¿Edward me había dejado? Me sorprendí restañando las lágrimas de mi cara, de veras que lo necesitaba, a él primeramente, pero quería respuestas…

Contaba con tanta soledad, un vacío dentro mío. No sé por qué pero me llevé las manos a mi abdomen, quizás, todo era mi imaginación, pero de ser así ¿Qué hacía con mi pasaporte y documento en el equipaje?

La noche me estaba asustando demasiado, busqué en la memoria del celular algún dato que me ayude. Cero informaciones.

Aquí el cielo es mío

Me ves, mi alma va, yo vuelo

Mírame, siénteme, estoy aquí, tócame

Siento el frío del asfalto Sálvame... Sálvame

Háblame, escúchame, estoy aquí

Espérame lluvia y nieve

En las alas, Sálvame

Arriba yo subí

Me ves, mi alma allí

yo vuelo

Mírame, siénteme, estoy aquí, tócame

Siento el frío del asfalto Sálvame... Sálvame

Háblame, escúchame, estoy aquí,

Espérame, lluvia y nieve

En las alas, sálvame.

Mírame, siénteme, estoy aquí, tócame

Siento el frío del asfalto Sálvame... Sálvame

Háblame, escúchame, estoy aquí

Espérame lluvia y nieve

En las alas, sálvame.

Mírame...

Recordando esa canción, esperé a que el alba de su señal de vida.


 

Capítulo 12: Inesperado Capítulo 14: Tic Tac

 
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