Edward quedó petrificado y confuso. no intentó impedirle dormir. Curvado sobre ella, continuó tomándole la mano, De repente, su mirada mostro un lagrimeo. Estas no eran de su esposa.
Edward perdió la noción del tiempo. Una vez, oyó a Esme golpear la puerta, pero no la atendió. Sentía consumirse por la desesperación cada vez que miraba para la silueta in móvil de su mujer.
Bella estaba muriendo. Precisaba enfrentar el hecho. Pensó en el momento en que tuvo noticia de su existencia. Oyendo su nombre, había sido arrancado del vacío infernal y, en las semanas siguientes, ella lo había inundado con su vitalidad y su pasión ilimitada. Imaginó la vida sin ella. Tuvo ganas de derribar el; castillo con sus propias manos.
Que gran ironía! Había planeado derrotarla a ella y estaba destruido. No lo hacia por superioridad de fuerza, o a través de su aspereza y, mucho menos, con un la fascinación de su cuerpo. Ella arruinaba a su marido simplemente por estar muriendo.
Edward perdió el control. con un grito furioso, giró hacia Bella. no vio el cuerpo frágil, sino el espíritu indomable que habitaba en el.
- No pienses que puedes se librarte de mí, mujer! Vos no morirás! Me estás oyendo? - Levantó los puños cerrados. - Vos sos mía, me perteneces a mi y no dejare que me abandones! Por Dios y por todos os santos, voy a obligarte a obedecer, Isabella Swan de Manse Cullen ! Vos no morirás!
Sin preocuparse de perturbar su reposo, Edward continuó a vociferando. Como un loco, recorría el cuarto de punta a punta. Con una ayuda de propia fuerza de voluntad, estaba determinado a forzarla a obedecer. Su orden era vivir.
Estaría soñando? Edward pero la visión persistió. Ojos marrones lo observaban y su nombre era murmurado con suavidad. Se refregó los ojos. Estaba echado en la cama, al lado de su esposa, todavía, completamente vestido. Intrigado, la miró y fue como si la viese por primera vez, abatida y con su piel llena de manchas. Se Sentó rápidamente.
- Bella
- Si?
Edward sintió como si fuese a explotar por la fuerza de las emociones. Ella estaba abatida, pero con una expresión alerta.
Sintió ganas de gritar de alegria. Ella había recordado y lo reconocía!
- Bella! Bella! - murmuró el con un nudo en la garganta.
Inclinándose sobre ella, le tomo la mano y le acarició su rostro. La piel estaba fresca, pálida pero preciosa ,
- Edward, que fue? Vos estás llorando? - preguntó ella con un hilo de voz.
- No. Es el humo de chimenea. Ellos deben estar quemando leña verde otra vez. Como te sentís?
- Pésima. Vos podría... Agua...
Antes de terminar, Nicholas ya se levantaba y le daba una copa de agua. Con un cuidado, irguió su cabeza y la ayudo a beber. Ella estaba viva! Y le pertenecía Jamás lo abandonaría.
Una sensación de paz dominó a Edward. Era como si todo estuviese viendo el mundo por primera vez. Nada lo presionaba y las perturbaciones íntimas habían pasado. Se sentía entero, pues su mujer vivía.
Aunque pequeño, el esfuerzo hizo que Bella volviera a re inclinarse y cerrar los ojos. Edward, entretanto, no se desanimó.
- Vos precisas alimento. Un caldo, tal vez. Voy a dar órdenes a Esme.
En pocos pasos, alcanzo la puerta desde donde gritó el nombre de la criada. Como no obtuvo respuesta, se dirigió a la escalera, descendiendo de dos en dos los escalones.
Después de pasar tanto tiempo en el cuarto, Edward hallo todo diferente. El salón parecía mejor y más acogedor que antes. Los criados no demostraban desconfianza, pero lo miraban como se estuviesen aliviados por verlo.
- Esme! Vaya a cuidar de su señora - ordenó el cuándo la criada apareció. Pasó la mano por su rostro y notó que precisaba afeitarse. Un baño también sería bueno, tal vez otro en el riacho para revigorizarlo.
Edward ya estaba en medio del salón cuando vio a Jacob venir a su encuentro. Sin contenerse, le extendió los brazos.
- estás de vuelta! Sonriendo, Jacob respondió:
- Si me acompañas hasta el patío, te contare todo sobre el viaje.
El cielo estaba nublado y amenazaba con lluvia, pero el mundo nunca le pareció tan lindo a. Edward aire frío de otoño lo hizo respirar profundo varias veces, como si apreciase ese nuevo estimulo. A pesar de ya haber comido al lado del sirio innumerable veces, sintió un nuevo valor de convivencia entre ambos.
– Se Trata de una historia extraña – comenzó Jacob. - Como vos me pediste fui hasta el convento. Según la Madre Superiora, un joven había estado alli pidiendo informaciones sobre tu esposa.
Edward quedó tenso y alerta. Percibía que su compañero estaba intrigando y eso lo desagrado.
- Continua - dijo.
- El hombre era de estatura medía, magro y de cabellos negros. Nadie del convento lo había visto antes.
- Que tipo de preguntas hizo?
- Cuantos años Isabella pasó en el convento, como era su formación de família. El quería detalles y fue insistente a punto de preocupar a la madre superiora. Nadie imaginaba por que el pedía informaciones sobre bella. A no ser que fuese algún conocido antiguo.
Edward sintió que su violencia despertaba pero se controló.
– Pensando sobre la posibilidad de que se trate de una persona que tu esposa conocía, investigue su pasado a fin de encontrar rastros de ese hombre. Por la madre superiora sabía que bella trabajo en la casa de un burgués llamado Mike Newton. Fui a buscarle, con alguna persuasión, conseguí que el conversase conmigo. El hombre de cabellos negros también procuro informaciones sobre la antigua criada de el. Nuevamente, el sujeto se mostro muy interesado en la familia de tu esposa.
Si un hombre se tomaba tanto trabajo, había algo más allá de curiosidad involucrado en el caso, reflexionó Edward. Sintió a sensación desagradable de amenaza.
- Aunque un tanto desconfiado, el burgués relato otro incidente extraño en relación a Isabela Swan. Un caballero, obviamente rico y poderoso, apareció para reclamar la manera con un que el trataba a criada. Garantizó que no conocía la identidad del caballero, pero temiendo su retorno, se negó a entrar en detalles .
Edward sonrió al acoderarse del miedo de Newton. Por cierto, el desgraciado estaba manteniendo la promesa.
– Y después? - preguntó el.
- En seguida, fui al lugar de nacimiento de tu esposa y converse con unos vecinos. El hombre de cabellos oscuros ya había estado allí, pero nadie lo conocía. Entonces, las señales del desaparecieron.
Edward se paró y contemplo su vasta propiedad. En busca de un peligro que no podía identificar, dejo su mirada ir más allá de los límites de sus tierras.
- Cuál es tu opinión sobre o caso? - preguntó bajoinho.
- No tengo una. pero te aconsejo tomar previsiones - respondió Jacob
– Eso lo aprendí hace mucho tiempo.
– Y en cuanto a vos? volví dos días atrás y no te encontré. Corren muchos relatos en el castillo. Unos dicen que vos caíste enfermo, otros, que te encerraste en un cuarto con el cuerpo de tu mujer muerta.
Edward se estremecía.
Bella continua viva yo no me encerré en el cuarto con un ella, apenas cuide de su tratamiento. Finalmente, ella es mi esposa.
- Sin duda – acordó Jacob con una sonrisa.
Al ver a expresión de temeridad de su mujer, Edward casi dejo el cuarto. Bella se estaba poniéndo cada día más difícil y el no aguantaba discutir con un ella.
- quieres hablar conmigo? - preguntó.
– Yo me quiero levantar! - declaro ella, consiguiendo mostrarse exasperada y adorable al mismo tiempo.
Colorada y con los cabellos sueltos cayéndole sobre los hombros, ella estaba sentada en la cama. Edward luchó contra su atracción y antes de poder responder, ella prosiguió:
- Me estoy sintiendo bien, Edward. Hasta las manchas se han ido - aseguro ella estirando los brazos. - Vos no podes mantenerme aquí para siempre. A menos que sea otro tipo de venganza.
Edward se sintió ofendido. Los planes de venganza habían acabado. Bella no percibía eso? El estaba preocupado por su salud y no confiaba en ella para cuidarse .
Convencido de que su propia fuerza de voluntad la había salvado da muerte, Edward hallaba que sólo él podría mantenerla viva. Si Bella tosía, o fijaba los ojos, el entraba en pánico. Nervioso, le prohibió dejar la cama.
hola espero que todas hayan empezado el año con buen pie este el primer capi del año espero que le haya gustado saludos bye.
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