ROBERT P.O.V
Llegamos a mi habitación del hotel y no pude evitar estampar a Bella contra la pared al cerrar la puerta. Comencé a besarla con deseo y lujuria mientras acariciaba sus nalgas por encima del short. Ella gemía a medida que mis caricias y mis besos iban aumentando. La quité toda la ropa que llevaba puesta y la besé sus pechos haciéndola gemir mientras metía uno de mis dedos en su intimidad.
Ella me quitó todo menos el bóxer. La tumbé en la cama y me tumbé encima. Ella se aferraba a la sábana con sus ojos cerrados y susurrando mi nombre, lo cual me impacientaba más penetrarla hasta el fondo.
-Rob… Rob… hazme tuya… - gemía en mi oído
- Bella, me vuelves loco – me quité el bóxer, me puse un condón y la penetré seguido de un fuerte gemido saliente de mi boca.
Mis movimientos fueron aumentando de velocidad conforme iban aumentando los jadeos de Bella en mi oreja. Llegamos juntos al orgasmo y nos quedamos tumbados en la cama, tratando de recuperar nuestras agitadas respiraciones.
-Eres maravilloso – se abrazó a mí y me dio un ligero beso en los labios
- Tú me haces serlo – le devolví el beso acariciándola la mejilla con las yemas de mis dedos
- Me gustaría quedarme… pero tengo que irme – se levantó de la cama en busca de su ropa
- Pero… ¿por qué? – me incorporé. No podía dejarme solo aquella noche, la necesitaba.
-Porque si no voy a dormir a mi casa, mi hermanita me matará –tenía puesta la ropa interior
-Pero no puedes dejarme solo – la abracé por detrás – no esta noche – la di húmedos besos en el cuello y en su hombro
-Rob, no me tortures – la estaba dando más que placer – por favor, tengo que regresar
-No te irás – la masajeé los pechos y ella respondió
- Por favor… - gimió
- He dicho que no – la dirigí hasta la pared, quedando yo detrás suya y ella a espaldas de mí. La desabroché el sujetador besando toda su espalda y, a continuación, la quité las braguitas que acababa de ponerse.
Nuestras respiraciones eran entrecortadas e iban acompañadas de gemidos. La besé el cuello y el lóbulo de la oreja haciendo que susurrara mi nombre. No esperé más tiempo y me coloqué otro condón.
-Abre las piernas Bells – la susurré al oído
La penetré delicadamente haciéndola gemir escandalosamente. Me pedía más, y mis movimientos aumentaban. Puso sus manos a ambos lados de la pared y se inclinó un poco para hacer más fácil la penetración. Seguimos moviéndonos y gimiendo hasta alcanzar de nuevo el orgasmo.
Ella se dio la vuelta y me agarró del cuello para besarme apasionadamente
-Magnífico – dijo con la respiración agitada
- No te vayas – mi respiración era también agitada
- Lo siento – me dio un ligero beso en los labios y se separó de mí cogiendo su ropa
Yo la miraba mientras ella se vestía. Me encantaba su cuerpo, su aroma, su mirada, su sonrisa, sus gemidos… todo, me encantaba todo de ella. Nunca me había pasado esto con una chica desde que me acosté con Kristen. La miraba con deseo, pero no solo deseo sexual, sino con deseo de tenerla conmigo para siempre, quizás de que fuese algo más que una linda chica a la que me llevo a la cama todos los días.
-¿Qué miras? – dijo riendo
- Te miro a ti – me acerqué a ella y la abracé
- Tengo que irme, adiós – se puso de puntillas y me besó – mañana te veo – me dedicó una sonrisa algo traviesa y se fue de mi habitación.
BELLA P.O.V
Llegué a mi casa a la 1 de la mañana, Alice no estaba, seguramente estuviese en casa de su novio o hubiese ido a dar una vuelta con sus amigos. Subí a mi habitación y me puse el pijama-
Me sentía extraña, nunca había sentido nada por nadie como lo sentía por Robert. Lo que sentía hacia él, era algo más que sexo, era como si no le quisiese perder nunca, como si quisiese pasar el resto de mi vida con él, era como si… como si estuviera enamorada de él. Aquello me costaba reconocerlo, pero era algo que sentía en mi corazón y que no podía negarme, aunque quizás, lo mejor sería, que siguiera viéndole como alguien que me sacia la sed sexual que tengo, y no como a mi “novio”. Aquella palabra sonaba fatal. No me gustaban los compromisos ni las ataduras. Estaba claro que Robert no sentía nada por mí, solo había una atracción sexual entre nosotros, nada más…. Oh, Bella, no te hagas ilusiones… sabes perfectamente que tú nunca podrías conquistar el corazón de alguien, y mucho menos el de Robert Pattinson, así que sería mejor que me fuese a dormir y olvidara aquel posible sentimiento que sentía en mi corazón.
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