Todo a su tiempo (+18)

Autor: AtalCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 16/09/2012
Fecha Actualización: 07/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 9
Comentarios: 15
Visitas: 58371
Capítulos: 27

Edward, un joven médico que ha dejado que sus prioridades sean lo más importante lo más importantes en su vida, dejando de lado lo más importante,... el amor.

¿Qué pasará cuando llegue la jefe de enfermería?

 


Hola amigas les dejo otra locura de mi mente,... esta es una historia que escribí hace un tiempo, la he publicado en otras partes, pero aquí la he querido colocar un poco editada, he corregido algunas cosas, sobre todo la gramática y redacción.

Espero les guste y pueda recibir comentarios y votitos,... un beso a mis lectoras que no me abandonan

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Capítulo 12: "Primera cita"

BPOV

Reaccioné después de verme en el futuro con él en mi primera vez y me percaté que tenía que cambiarme, ya que él me vendría a buscar en unas horas más. Tenía que ver que ponerme, no sabía, mi ropa era tan aburrida, no tenía ropa como para una cita, no sabía dónde me llevaría, dónde iríamos. ¡Qué incertidumbre!

Subí a mi habitación y busqué por mis prendas y encontré una blusa negra, que no cubría mis hombros, me sentí muy provocativa, pero quería deslumbrarlo, quería que me mirara con esos ojazos hermosos que me derriten cada vez que me ve. Me la puse acompañada con una falda mini que me llegaba hasta los muslos. Sí, quería que me devorara con su mirada. No me sentía incómoda, todo lo contrario, me sentía sexy y seductora.

No sabía cual iba a ser la reacción de él, pero añoraba comprobarlo. Me di un baño, me sequé el cabello tratando de que se secara bien, me maquillé muy natural, y me vestí. Solo esperé, estaba ansiosa, quería que los minutos pasaran rápido para besarlo de nuevo.

Sentí un auto y vi con cautela por la ventana y me percaté que era él, mi corazón comenzó rápidamente a latir, estaba tan emocionada, pero a la vez muy nerviosa.

Sentí el llamado en la puerta y bajé abriendo la puerta de golpe. Estaba parado ahí estático.

-¡hola!- le dije mirándole con una sonrisa sintiendo el sonrojo en mis mejillas. -¿Edward di algo? ¿te sientes bien?

Él me miraba de arriba hacia abajo, pero no decía nada, sabía que le había gustado mi vestimenta.

De pronto vi que se abalanzó a mí y me besó con desesperación, la misma desesperación que tenía yo, respondí de la misma manera y después de unos minutos nos separamos para respirar ya que a los dos se nos estaba acabando el aire en nuestros pulmones. Lo había extrañado tanto, después de nuestro primer beso comprendí que su sabor era una necesidad que haría que mi vida tuviera un sentido.

-¡hola!- me dijo mirándome con una sonrisa. -¡Gracias!- me dijo.

-gracias ¿por qué? Le preguntó mirando sus lindos ojos.

-por ser tan hermosa y responder a mis sentimientos- me dijo mirándome fijamente.

-parece que no estoy vestida correctamente- le dije con pena ya que estaba muy elegante a comparación de él.

-estas perfecta amor- me dijo tiernamente.

-repítelo por favor- le pedí acercándome.

Quería escuchar nuevamente la palabra "amor" salir de sus labios, se había escuchado tan hermoso, era su amor, ya me tenía en su corazón al igual que él estaba en mí. Sentí maripositas en mi estómago, mi corazón estaba a mil, solo quería escucharlo una vez más.

-¿Qué quieres que te repita? Me preguntó con incredulidad.

-"amor", dime "amor"- se lo pedí mordiéndome el labio inferior.

Me abrazó fuertemente, y me repitió muchas veces la palabra amor en mi oído mientras pasaba sus labios por mi cuello sintiendo cómo absorbía mi olor.

-sí, eres mi amor, y todo, desde que te vi lo eres, oh Bella no sabes cuan grande es todo lo que siento por ti- me dijo con pasión.

-Edward, a mi me pasa lo mismo, desde que te conocí eres lo que más anhelo en mi vida- le dije abrazándolo con fuerza.

-oh Bella, me haces tan feliz al escucharte decir eso- me dijo emocionado.

-¿a dónde iremos?- Le pregunté.

-mmm no sé, ¿a dónde quieres ir? O ¿qué te gustaría hacer?- me dijo con un poco de vergüenza al no tener un panorama.

Me reí al escuchar que no tenía visto a dónde llevarme. Me encantaba saber que Edward era él, no fingía nada, con su actuar me daba a entender que solo le importaba estar conmigo no importando donde fuera.

-Edward Cullen, ¿me has invitado a salir y no sabes dónde llevarme?- le dije riéndome.

-es que…, te invité sin saber a dónde, porque solo quería estar junto a ti, por un momento- me dijo apenado agachando su rostro.

-está bien amor, esto es nuevo para los dos, y debemos crecer juntos, ok- le dije besando mis labios. –iré donde tú quieras llevarme aunque sea un helado en la plaza, estando contigo es lo importante- le dije abrazándolo con fuerza tomando mi cuello y besándolo.

Cómo me gustaba besarlo, sentir su piel en mis labios, sentir como se estremecía a mi tacto, cómo me demostraba que le hacía sentir lo mismo que a mí, mi cuerpo reaccionaba igual que el suyo, sabía que aun no estaba preparada, pero que deseaba estar así en sus brazos. Sentir fundiéndome en su cuerpo, sintiendo entregar todo.

-Bella, no hagas mas eso, por favor- me dijo con vergüenza en sus palabras, un poco cohibido.

-¿no te gustó?- le dije un poco apenada.

-no es eso amor, es solo que no quiero cometer una imprudencia contigo ahora que recién nos estamos conociendo- me dijo con precaución para que entendiera. – Bella haces que mi ser tenga sensaciones nuevas, que mi cuerpo reacciones como nunca antes lo había hecho, haces que mis hormonas se revolucionen y no sabes cuán difícil es controlarme en este minuto- me dijo agitado.

-perdón, perdón, no pensé que te pasara todo eso, no quise… Estaba tan apenada, que no comprendí sus palabras hasta que me lo suplicó. Sin que terminara me tomó de la cintura y me besó con pasión abrazándome.

-no quiero que se termine nunca esto Bella- me dijo en un susurro.

Me separé de él, le tomé la mano y lo llevé dentro de la casa, lo dejé el sofá sentado y le pedí que me esperara.

Fui a mi habitación a cambiarme, me sentía incomoda con la falda además él estaba sport y aunque me gustó como me miraba, no quería pasar un mal rato a mi novio. ¿Éramos novios? Bueno aun no oficial, pero en nuestro corazones ya lo éramos.

Me puse unos jeans, pero me dejé la blusa ya que me di cuenta que le había gustado y me puse una casaca encima sin cerrarla. Bajé rápidamente y estaba allí, se veía tan hermoso esperándome. Me senté en sus rodillas abrazándolo por el cuello.

-¿Por qué te cambiaste?- me dijo.

-mmm, bueno me dio un poco de frío y así podemos ir a comer unos helados y sentarnos en la plaza y estar más cómoda- le dije sintiendo un beso en mi nariz por parte de él.

-¿quieres helado?- me preguntó.

-lo que sea si estoy a tu lado- le dije mordiéndole el labio.

-auch, me dolió eso- me dijo.

-perdón Edward, no pensé, perdón- le dije apenada.

Me sentía horrible cuando hacía algo que no le gustaba, solo quería remediar las cosas pero no sabía cómo, pero me gustaba oírlo quejarse o reclamándome. Adoraba a Edward en todas sus facetas.

-te mentí, me gustó jajaja- me dijo abrazándome. -me encanta que hagas eso, pero sugiero que no lo hagas muy seguido, porque no sé si podré controlarme- me miró besándome la frente. -¿nos vamos?

Me tomó de la mano y me llevó hacia el carro, me abrió la puerta y después se subió él. Estando dentro del auto, me acerqué a sus labios y lo besé tiernamente, pero con pasión, sin decir nada me puse el cinturón de seguridad y él echó a andar el motor y nos fuimos rumbo al centro de la ciudad.

Llegamos en unos minutos, ya que le gustaba la velocidad. Andaba muy poca gente en las calles, pero estaba agradable la noche. Estacionó y nos bajamos. Me acurruqué a él para así decirle que quería su cercanía. Sin más él recibió el mensaje y me abrazó, puso las manos en mis hombros y me acercó a él. Yo sin más puse mi mano en su cintura por debajo de su chaqueta. Sentí su cuerpo tan duro, que no dude en acariciar ese punto donde estaba mi mano.

-¿Edward?- le pregunté. -¿por qué te gusto?

-no sé, solo sé que has llenado mi vida después de haber hecho las cosas todo a su tiempo, solo que tú has llegado antes que termine todo, pero eso no me importa, porque sé que saldré de todo y tendré mi recompensa. Al verte por primera vez, supe inmediatamente que tú serías mi complemento- me dijo mirándome sin separarse de mí.

-a mi me pasa lo mismo Edward, no sé que me pasó al verte en ese pasillo del hospital, en la universidad hubieron muchos chicos que me cortejaron pero a ninguno le di cabida para algo, en cambio contigo a sido tan diferente, con solo ver tus ojos supe que eras para mí- le dije con emoción rodeándolo con las dos manos a su cintura y acercándolo más a mí.

-me gustas mucho Bella, más de lo piensas, quiero confesarte que me da miedo que por mi inexperiencia cometa algún error contigo y puedo arruinar todo esto- me dijo con un poco de pesar.

-Edward, a mi me pasa lo mismo, tengo miedo que por ser más impulsiva que tú, cometa alguna imprudencia y te lleve a alguna situación que deseemos pero que no debamos- le dije a sabiendas a qué me refería.

-Bella querida, alguien me aconsejó hace unos días que lo mejor de todo en una relación para que resulte todo, es conversando las cosas y creo que es lo mejor, por lo cual quiero que prometamos contarnos todo, nuestras inquietudes, nuestros anhelos, nuestros miedos, nuestros deseos, todo, ¿ok?- me dijo haciendo un trato.

-aunque sea deseos indecorosos- le dije abriendo mis ojos con picardía.

-bueno si fuesen esos pensamientos, creo que no solo con decirlo sabremos lo que estamos sintiendo- me dijo besando mi frente y la comisura de mis labios. -está de más decirte que haces que mi cuerpo reacciones de una manera nueva- me confesó viendo como sus mejillas se ponían rojas.

-no lo sabía amor, por eso perdóname, no quiero que pienses que a mí no me pasa lo mismo, es primera vez que un hombre abre mis deseos carnales- le dije apenada mirando al suelo. -tú haces que reaccione así amor, y no quiero hacerte pasar malos ratos por mi culpa.

-amor- levantó mi rostro tomándome la barbilla para mirarme. -es normal que nos pase lo mismo, nos gustamos mucho y creo que hay mucho amor en esto, hay una necesidad, pero creo que debemos ir lento, para que cuando nos entreguemos sea el momento ideal y adecuado. Sueño con el día en que pueda entregarme entero a ti, ese día será lo más bello que he anhelado en toda mi vida. Nunca pensé que llegaría ese momento que deseara entregarme a una mujer, Bella, por eso sé que eres para mí, porque quiero que mi primera vez sea contigo y desde que te conocí, lo supe y estoy seguro de que estoy en lo correcto- me dijo sin pudor, abriendo su corazón.

Lo abracé tan fuerte y supe que ella pensaba lo mismo.

-Edward, te quiero, y también quiero que seas el primero, así como el primero que entregué mis labios y mi corazón- le dije sollozando sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas por la felicidad que estaba sintiendo.

Me miró con ternura, viendo como corría una lágrima por su mejilla. Me besó secando con sus labios mi rostro, besando mis ojos, mi frente llegando por último a mis labios.

Llegamos a un puesto de helados y nos fuimos a sentar en una banca en la plaza con unos barquillos, me hacía reír tanto, era tan divertido, me contaba chistes más bien fome, sin gracia pero la forma en que lo hacía, me divertía mucho mientras saboreaba mi helado. Me percaté que me observaba como me lo comía que tuve un impulso, con mi dedo saqué un poco de helado y lo puse en su mejilla, luego lamí sacando todo el helado de su piel.

-¿Bella? ¿Te gusta mi sabor?- me dio de probar de su barquillo, después que limpié completamente su mejilla.

-¡mucho! Pero me gusta más tu sabor de tu piel- le dije mirándolo lamiando su barquillo pícaramente.

Me tomó y me besó con locura. -me vuelves loco Bella, ¿qué haré contigo?- me dijo.

-yo sé que puedes hacer- le dije con picardía. Pasando por mi mente el deseo más placentero. Quería en ese momento que me devorara con sus labios no solo mi boca sino que entera.

-¿qué?- preguntó con cautela.

-¡cómeme!- le dije besándolo con pasión olvidando que estábamos en un lugar público.

Edward me separó sutilmente -Bella amor, es mejor que te lleve a casa, ya es tarde y no quiero que por mi culpa te enfermes-

Sabía que había sido lo mejor, ya que si Edward no me hubiese parado con la magia pasional de mis impulsos, quizás nos hubiéramos entregado ahí mismo en la banca sin importar si había gente o si era un lugar público. Le necesitaba tanto, quería entregarme a él en cuerpo, quería derretirme en sus brazos, en sus labios, en su piel.

Nos subimos al carro y rápidamente sin decir nada en el camino, llegamos a casa. Nos bajamos y me llevó a la entrada. Nos miramos y sin decir una palabra nos besamos con pasión. Sentía cómo sus manos me abrazaron de la cintura y cómo me acercaba a su cuerpo y cómo nos frotábamos con tantas caricias. Abrí la puerta de la casa sin separarme de él.

En ese momento Edward se separó y respiró hondo y sin más me dio el último beso pero este fue rápido y se fue al carro casi corriendo.

Me quedé respirando agitadamente viendo como se alejaba. Comprendí que era necesario que él hubiera hecho eso, ya que sino quizás hubiéramos hecho lo que nuestro corazón y nuestros cuerpos estaban reclamando.

Cerré la puerta y me fui a mi dormitorio. Me eché y cerré mis ojos imaginándome en los brazos de mi novio. Sin más me quedé dormida.

Capítulo 11: "Abriendo el corazón" Capítulo 13: "Primeras caricias"

 
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