- ¡EL- BESO- QUITA-EL-HECHIZO! – chille a centímetros de su boca . El se congelo, yo cerré los ojo y contuve la respiración.
- ¿perdona?- gruño - ¡repítelo!
Intente tragar saliva, pero tenia la garganta seca, y la cabeza dándome vueltas. Con mucho esfuerzo logre encogerme de hombros y fingir desinterés.
- Ordenaste que parase el hechizo y lo hice- dije tranquilamente, mirando un punto sobre su hombro, no cometería el error de mirarlo a los ojos . el estúpido vampiro era como esas bellas y jodidas serpientes, atrayentes pero que con solo mirarlas a los ojos terminabas siendo su cena. Y el me estaba mirando como un festín. – el beso rompe el hechizo, no sientes e impulso de irte no?
- ¿un beso? – repitió incrédulo – ¿tienes que besar para romperlo?
Volví a encogerme de hombros, felicitándome por mi perfecta actuacion
- Disney no esta tan equivocado con los besos, a veces, sirven para romper hechizos.
- Así que todo fue por el bien de quitarme el hechizo – le mire impasible pero rápidamente aparte la mirada cuando sus labios sonrieron traviesamente y asentí sin aliento- ¿todo?
- Cla-a-ro – murmure maldiciendo el intenso rubor que debería estar cubriendo mi rostro.
Estuvo en silencio unos segundos, mientras me negaba a mirarlo a pesar de que sentía su mirada sobre mi, luego volvió a caminar, siguiendo la dirección contraria a mi casa
- ¿Qué haces? – chille, mientras el avanzaba rápidamente - ¡ya rompí el hechizo!
- Tal vez, no lo hiciste bien – sentí la risa en su voz – deberías volver a probar otra vez, para asegurarte
- ¡EDWARD CULLEN! – grite, alarmada envolví mis brazos en su cuello cuando avanzo más rápido - ¡NO TIENE GRACIA! ¡VUELVE! Tu grandísimo idiota, imbécil, sanguijuela… se detuvo abruptamente , y gemí cuando mi nariz choco con fuerza contra su hombro
- Deja de gritar en mi oído – mascullo
- ¿o qué? – gruñí -Bestia
- Le daré un mejor y placentero uso a esa lengua – ronroneo con la mirada fija en mis labios.
Mi respiración se detuvo y por unos segundos fue difícil conseguir aire, por suerte no tuve que responder a eso. Cogió el móvil al primer toque y después de revisarlo lo guardo. Suspirando, clavo la vista en mi.
- Estas muy pálida – susurro rosando mi mejilla con sus dedos, dándome una mirada preocupada giro y corrió hacia mi casa. aun intentaba quitarme las imágenes que se habían formado en mi cabeza con la palabra”lengua” cuando se detuvo unos pasos detrás de mi puerta.
- ¿Ya es seguro entrar? – preguntó, sacudí la cabeza tanto para negar como para despejarme de esas imágenes
- No, déjame en el suelo – indique – necesito tocar el suelo y…
No termine de soltar el aliento cuando ya estaba sentada sobre el suelo y entre sus piernas
- Listo – dijo rodeando mi cintura con un brazo,
- Puedes soltarme, no voy a desmayarme – me queje, fulminando su pálida mano. Ese hombre, no dejaba de tocarme y tentarme,¡¡maldición!!¡ como si el beso no hubiese sido suficiente para freír mi cerebro, podía sentir claramente su cuerpo a centímetros del mío - ¡ y deja de tocarme!¿no conoces lo que es el espacio personal?
- He escuchado sobre ello – rio suavemente - y no te estoy tocando a propósito, posiblemente terminarías hiriéndote si me alejo mucho…
Bufe
- además fuiste tu quien tenía sus manos sobre mí, hace algunos minutos – sus labios rosaron mi mejilla haciéndome temblar- y ambos sabemos que no fue solo para quitar el hechizo.
Trague saliva mientras sentía mi cara arder de la vergüenza. Riéndose por lo bajo me dejo un poco de espacio, aunque se mantuvo sentado tras mío. Solté mi respiración en pequeños jadeos mientras enterraba mis manos en la tierra y maldecía mi suerte en todos los idiomas que conocía.
- Vaya, ¿eso es ruso? – dijo divertido – los camioneros de esos países deben estar orgullosos de ti …
Su voz se corto cuando escuchamos el silbido de algo volando hacia nosotros, la pequeña caja redujo su velocidad y se poso suavemente sobre mi mano.
- Porque será que empiezo a acostumbrarme a tus extrañez…HEY!! – retrocedió mirándome alarmado cuando levante mi daga hacia él, lo mire inocentemente.
- ¿qué?- pregunte dulcemente – no iba a hacerte daño, necesito un mechón de tu pelo
Me miro desconfiado por unos segundos, tendió su mano hacia mi.
- Ya lo hago yo – dijo sin apartar la mirada de la daga
- Ni hablar, no voy a dejarte a silvestre – fruncí el ceño molesta
- Y yo no voy a dejar tu espada cerca de mi cabeza – gruño, se volvió a mirarme arqueando una ceja- cuanta paciencia tienes?
Maldiciendo , le tendí la navaja, la tomo y rápidamente corto un mechón y me lo entrego
- Deberías dejar de sacar esa cosa, podrías herir a alguien. – mascullo-
- Solo lo saco cuando estoy con chupasangres – repuse guardando el mechón dentro de la caja, murmure el hechizo y la caja salió volando hacia algún lugar de la casa.- deberías sentirte alagado de conocer a Silvestre sin tener tu vida en peligro.
- ¿peligro?- se quejo – estoy en constante peligro desde que te conozco, me elevas por los aires, me lanzas contra paredes y me amenazas con espadas que tienen el nombre de un gato…mas de cien años y no he estado en tanto peligro como en estos últimos días
- -¿cien años?-boquee con los ojos en blanco - ¡dios santo! ¡he besado a una reliquia!
Me arrastre alejándome todo lo que pude, pero volvió a tenerme en sus brazos en unos segundos
- ¿reliquia?- mascullo disgustado – no soy tan viejo para ser una reliquia y deja de moverte
- ¡eres tan viejo como el titanic! – chille - ¡y te he besado!
- Y dos veces, no lo olvides – dijo sonriendo mientras abría la puerta de mi casa.
- ¡he besado a un tipo que podría haber conocido a Einstein! – seguí quejándome – y manejar los primeros mercedes. Déjame en el salón!
- Y el primer zepelín y la primera tv – dijo sacudiendo la cabeza con una expresión que iba de la risa al desconcierto– y si, llegue a conocer a Einstein
Le mire con la boca de par en par durante unos segundos mientras asimilaba lo que había dicho ¡Einstein! Mire aun aturdida a mi alrededor estábamos frente a la puerta de mi habitación.
- Bájame ya puedo entrar sola - pero como llevaba haciendo desde que lo conocía, no me hizo caso. Abrió la puerta y entró pero en menos de lo que dura un parpadeo había sido lanzada a la cama y no había rastro del vampiro
- ¡que demonios! - farfulle mientras luchaba con mi cuerpo para poder moverme. Habia logrado sentarme recta cuando lo ví como una estatua mirándome desde la puerta, iba a volver a gritar hasta que me fije en su expresión, trague saliva.
- Dime que no estás mirándome como tu siguiente comida – susurre con la garganta seca
Una sonrisa feroz extendiéndose por su hermoso rostro fue su respuesta
HOLA, SIENTO MUCHOOOOOO LA DEMORA, COMENZARON LAS CLASES Y ESTUVE DEMASIADO OCUPADA, SEGUIRE LA HISTORIA SOLO QUE UN POCO MAS LENTO. HASTA EL PROXIMO CAPITULO. BESOS
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