Alice y Jasper se fueron mas afectados de lo que llegaron, sobretodo Jasper, se sentía culpable, sin contar la bronca que se le venia por haber ocultado cosas a Alice, a ella nunca le gustaron los secretos, bueno a no ser que fuera parte de ellos.
Regrese a la oficina. Lydia estaba muy afectada, se notaba que estuvo llorando, lamentaba saber que aun lloraría mas al hablar del tema.
- Como te sientes corazón? –en cuanto noto mi presencia corrió a mis brazos.
- Quiero irme a casa mami. –pidió entre lagrimas.
- Vamos cielo –dije mientras caminaba hacia la puerta, tomamos el ascensor acompañadas por Tanya-. Gracias por todo Tanya.
- No tienes que agradecer amiga –dijo con su sonrisa amable-. Hablamos luego Bella, tengo una reunión importante. –nos dio un beso a Lydia y otro a mi y se fue a su auto.
Nos fuimos a casa con Lydia, cuando llegamos ella fue directo a su cuarto y se puso una pijama y se metió en la cama, fui a mi habitación y me vestí con una pijama también, fui al cuarto de mi niña y me acosté en su cama junto a ella.
- Como te sientes hija? –le pregunte en un susurro al oído.
- No quiero hablar de eso. –respondió can voz ronca a causa de las lagrimas.
- Hay que hablarlo mi amor, quiero saber cómo te sientes al respecto. –le explique.
- Como me puedo sentir mami? Todos los niños del jardín me preguntan por mi padre, me cuentan las cosas que ellos hacen con sus padres, cuanto se divierten y yo no se nada de eso porque mi padre no me quiso conocer. –dijo llorando.
- Tu padre esta enojado conmigo, no contigo, con la que debes enojarte es conmigo. –le explique.
- No me enojare contigo mami. –hizo un puchero.
- Pues deberías –ella solo hizo una mueca-. No quieres saber nada de tu tia Alice?
- Esa señora realmente es hermana de mi padre? –pregunto tensa.
- Si lo es, te reconoció al verte. –le explique.
- Porque?
- Eres muy parecida a tu padre, ella se dio cuenta de eso al verte, y ahora quiere acercarse a ti, yo si soy tu la aceptaría ella es la persona mas divertida y tierna que conozco. –me miraba muy atentamente.
- Ella es tu amiga?
- Fuimos mejores amigas desde niñas, después cuando nos mudamos a España perdimos contacto, pero ella sigue siendo una persona muy querida para mi. –le conté.
- Tu quieres que la conozca?
- Aquí no importa lo que yo quiero cielo, importa lo que a ti te hará feliz.
- Me hará feliz conocer a esa Señora? –aun no se refería a ella como su tia.
- Yo creo que si, tu tia es muy buena y llegaras a quererla mucho. –le asegure.
- Está bien mami, si tú piensas así. –todavía no estaba muy segura.
- Veras como no te arrepientes, por lo pronto vendrán a comer mañana para que la conozcas un poco. –le informe.
- Mañana hay jardín. –es la primera vez que parecía feliz de tener que ir al jardín.
- Pero faltaras, al igual que yo no iré a trabajar. Ellos vendrán un par de horas y el resto del dia será todo para nosotras –eso hizo que la idea le gustara un poco mas-. Ahora ponte la bata y vayamos a comer algo. –dije levantándome de la cama.
- Que vamos a comer? –pregunto agarrándose la panza.
- Lo que tu quieras. –le ofrecí mientras la ayudaba con la bata.
- Quiero pizza. –dijo muy segura.
- Entonces llamemos a pedir pizza. –dije tomándola de la mano y llevándola a la sala.
Llamamos a la pizzería favorita de Lydia, pedimos pizza margarita para las dos, también su favorita. Después de comer pasamos la tarde jugando hasta que Lydia se durmió. Limpie y ordene la casa y luego también me fui a dormir.
A la mañana siguiente me desperté me levante, duche y vestí como de costumbre, hice el desayuno para Lydia y se lo lleve a su cama, la ayude a prepararse y fuimos juntas a cocinar, haríamos asado con patatas al horno y de postre tarta de frutas.
- Como sabes que esta comida les gustara mami? –pregunto Lydia mientras decoraba la tarta.
- No lo se, pero es tu favorita y eso es lo que a mi me importa. –dije acariciando su mejilla, estaba toda llena de harina.
- Gracias mami. –respondió con una sonrisa.
- De nada cielo. Sabes que me gusta darte los gustos.
Seguimos con nuestra tarea hasta que doce y cuarto sonó el timbre, mi princesa me miro nerviosa.
- Y si no les gusto? –pregunto presa del miedo a no ser aceptada.
- Como se te ocurre eso. Te amaran en cuanto te vean, en realidad ya te aman. –estiro los brazos para que la alzara. Fuimos juntas hasta la puerta, cuando estaba a punto de abrir oculto su cara en mi cabello, abrí la puerta y ahí estaban Alice y Jasper los dos nos miraban de forma expectante.
- Hola Alice, Jasper, como han estado? Nos han agarrado preparando el almuerzo. –dije sonriendo tratando de relajar el ambiente.
- Hola Bella, muy bien gracias. –respondió Jasper.
- Que estaban haciendo de rico? –pregunto Alice.
- Asado con patatas al horno y tarta de frutas. –respondí sonriendo.
- Pastel de frutas, mi favorito. –dijo Alice muy feliz. Lydia al escuchar eso saco la cara de su escondite y la miro.
- Hola Lydia. –la saludo Jasper al verle la cara.
- Hola. –respondió mi niña mirándolos a ambos.
- Vengan, pasen. No nos vendrá mal algo de ayuda –se sacaron sus abrigos y nos acompañaron a la cocina. Deje a Lydia parada sobre el banquito que usaba para cocinar-. Que les parece si ustedes ayudan a Lydia a terminar de decorar la tarta y yo sigo con el asado. –les ofrecí.
- Claro, no hay problema. –respondió Alice.
Seguimos con nuestras tareas, ellos terminaron primero. Luego de un momento en silencio Lydia tomo coraje para hacerles preguntas.
- Mi mami dijo que usted realmente es hermana de mi padre. –comento, Jasper se acerco a mi para darles privacidad.
- Si quieres puedes ir a ver algún partido o algo asi. –le ofrecí.
- Estoy bien gracias. –respondió.
- Si, somos hermanos. –le confirmo Alice.
- Como es el? –pregunto mi niña.
- Bueno, el tiene el pelo del mismo color que el tuyo, al igual que los ojos, es de la estatura re Jasper y es muy bueno. –le contesto Alice.
- De que trabaja? –siguió Lydia.
- Es doctor, se especializa en curar corazones. –le explico.
- El corazón de mi mami esta muy lastimado, ta vez el pueda ayudarla. –me quede estática al escucharla, sentí como los ojos de todos se clavaban en mi.
- Tal vez linda. –dijo Alice, su voz se oía esperanzada.
- Porque el no vino con ustedes? Aun no quiere conóceme? –me di vuelta e intervine en su conversación.
- Que hablamos ayer Lydia Swan? Con quien tienes que enojarte en lugar de tu padre? –Jasper y Alice me miraron con ojos bien abiertos y Lydia me saco la lengua.
- No me voy a enojar contigo. –respondió muy segura.
- En ese caso deja de decir esas cosas. –la regañe.
- Tu padre no sabe que vendríamos a verte. –le explico Alice dulcemente.
- Porque no le dijeron? –pregunto confundida.
- No estábamos seguros si era lo correcto por lo que decidimos esperar a hablar con tu mama a ver que pensaba. –explico Alice.
- Ahora que ustedes están con nosotros el vendrá? –pregunto ansiosa.
- Si, ya lo hemos llamado. –respondió Alice amargamente.
- Mami –me llamo Lydia, de inmediato le preste toda mi atención-. Tendré que llamarle papa a ese Señor? –se veía confundida.
- Le llamaras como tu quieras. –le asegure.
- Se mudara a esta casa?
- No mi amor, eso no sucederá. –vi como Alice hacia un puchero.
- Yo quiero seguir viviendo contigo. –mi vista viajo directamente hacia Alice.
- Asi será hermosa, que tengas un padre no quiere decir que pierdas a tu mama. –le explico Alice.
Terminamos de preparar el almuerzo y pasamos a la mesa, comimos muy tranquilamente y luego pasamos a la sala a tomar un café y comer tarta de frutas. Lydia invito a Alice a jugar a su habitación por lo que Jasper y yo nos quedamos solos.
- Ayer por la tarde hablamos con Edward, llegara esta semana. –me informo.
- Que le dijeron de la niña? –conociendo su temperamento llegaría armando todo un alboroto.
- Nada, cuando pregunto le dijimos que lo mejor sería hablarlo en persona. –raro que lo convencieran tan fácilmente.
- Solo asi? –dije incrédula.
- En realidad el saco sus propias conclusiones. –cada vez entendía menos.
- A que conclusiones te refieres? –le pregunte.
- Cree que te paso algo a ti por lo que cuando le pedimos que viniera dijo que en cuanto se encargue de unas operaciones que ya tenia programadas vendría de inmediato. –dijo sonriente.
- No entiendo que es tan gracioso. –su explicación me había malhumorado.
- Lo gracioso es que aun te niegas a creer que el realmente siente algo por ti. –me explico.
- Mucho tiempo estuve alimentando falsas esperanzas con respecto a Edward. Pero cambiando de tema, esta es tu luna de miel con Alice? –pregunte incrédula.
- En realidad no, la aplazamos porque Alice quería venir aquí primero. –se veía que el no estaba muy de acuerdo con esa decisión.
- No entiendo muchas de estas cosas de pareja, pero hasta donde tengo entendido la luna de miel es algo importante para la pareja. –comente.
- No negare que me hacía ilusión vivir estas “vacaciones” antes de empezar nuestra vida de casados. –confeso.
- Mira, si no te lo tomas a mal, yo tengo una casita en Grecia que esta a sus órdenes, es un lugar hermoso a orillas del mediterráneo, muy tranquilo y me atrevería a agregar que hasta algo mágico, sin contar que pueden disponer de mi avión privado cuando les plazca. –le ofrecí.
- Es una oferta muy generosa de tu parte, pero no deseamos generarte mas molestias Bella. –era la primera vez desde su llegada que me llamaba asi.
- Te aseguro que no es ninguna molestia, pero tampoco te presionare. Si llegas a decidir aceptar la oferta te aseguro que todo puede estar listo de un dia para otro. –le asegure.
- Lo pensare, pero primero te ayudaremos con el tema Edward. –aseguro.
Seguimos hablando de todo y de nada hasta que llegaron Lydia y Alice tomadas de la mano.
- Mami mira que linda a quedado Alice. –me llamo mi niña, como no podía ser de otra manera Alice iba maquillada de princesa, puesto una tiara y uno de mis vestidos.
- Muy linda mi amor. –dije aguantándome la risa.
- Siento lo del vestido, me obligo a usarlo. –se disculpo Alice.
- No te preocupes, te queda bien. –le asegure.
- Si, completamente a juego con el hermoso maquillaje. –observo Jasper partiéndose de risa.
- Y la tiara. –agregue yo. Alice nos miraba con cara como para matarnos.
- Si, me ha quedado muy lindo. –dijo Lydia entusiasmada.
- Claro que si cielo. –abrí los brazos y ella corrió a abrazarme.
- Linda no quieres maquillar a Jasper? –le ofreció Alice.
- Seguro –respondió Lydia mas que emocionada-. Traeré las cosas. –dijo y salió corriendo. Jasper miro a Alice de forma envenenada.
- Eso te pasa por burlarte. –se defendió ella sacándole la lengua.
Lydia regreso de inmediato con su estuche de maquillaje y una tiara, se tardo casi una hora en terminar de “arreglarlo” luego nos mostro lo bello que había quedado, Alice aprovecho a sacarle una foto con la escusa de estar haciendo justicia a Emmett. Pasamos una linda tarde e incluso Lydia les pidió que se quedaran a cenar, a lo que aceptaron gustosos.
HOLA CHICAS, ESPERO LES ESTE GUSTANDO LA HISTORIA, LES MANDO BESAS Y GRACIAS POR LEER.
FIO
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