¿Qué pasó? Me pregunté desorbitada, me encontraba soñando de lo más feliz envuelta en los brazos de él y ahora… ¿Qué fue eso?

En la negrura de la noche, allí atravesados cómodamente, calentitos por las mantas, de golpe mi mente y mi cuerpo sintieron un frío helado que me hacía hervir la sangre, raro.

-¡Ah!- fue lo primero y último que exclamé al ver los colmillos de Edward sobre la herida de mi palma.

Edward tenía una cara desconocida para mí, tan enojado con furia y dolor que pintaban sus facciones.

Quedé inconciente o eso pensé porque se me nubló la vista, todo era borroso, Edward bebiendo de mi sangre… no podía gritar porque me desvanecía.

Una punzada, la final a mi parecer, hizo que me arquee de espaldas y lance un jadeo. No podía respirar, mi mente solo registraba el hecho de que mi corazón ardía mientras el resto de mi cuerpo sudaba frío.

Edward me miró con una pena apabullante y asco.

-¡Bella!-gritó al darse cuenta de lo que acababa de hacer. Demasiado tarde, ya no oía mas nada.

-Ya te lo dije, vamos de regreso- dijo Edward con la voz tensa- ella esta bien… ¡No sé Alice! ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué la mordí? Si, lo sé, lo sé. Lo siento, es que estoy… desesperado.

-Señor, disculpe pero aquí no se puede hablar por el móvil. Esta prohibido comunicarse por celular en el avión.- pidió la azafata algo enojada.

Edward refunfuñó en lo bajo, aun así no colgó.

-Dos segundos. Es cuestión de vida o muerte.

La joven señorita rubia vestida con un traje azul marino giró la vista a Bella, quien acompañaba en el asiento contiguo de Edward.

-¿La joven… está?

Sus ojos se abrieron desmesuradamente.

-No-fue una negación rotunda- Si me permite…

La mujer se fue dando tumbos de la rabia, volteó y señaló un letrero de advertencia.

-Perdona, sigo aquí- continuó- estaremos de regreso, no te preocupes, Bella aun tiene color en sus mejillas, y quédate tranquila, Matteo y Anna están avisados, pero ya sabes que los mandé a una mini excursión en Venecia- acarició el rostro de su ahora esposa, creyendo que suspiró, todo fue su imaginación- tengo que colgar. Gracias hermanita.

-"Señores pasajeros, por favor permanezcan en sus asientos, estamos teniendo unos problemas pero se solucionaran, no pierdan la calma"-sonó en el altavoz de la cabina.

El avión dio unas sacudidas, había tormenta y eso no facilitaba el vuelo. Edward acurrucó a su mujer en su pecho, comenzó a canturrearle en el oído para tranquilizarla, sabía que era en vano pero no perdería las esperanzas. Bella podía vivir aun.

-Amor… despierta, estaremos bien, lo prometo, lo siento por todo, debes despertar, abre los ojos cariño, necesito que me perdones…

La piel de Bella estaba más pálida que de costumbre, cualquiera que la vería pensaría que sufre de hipotermia y sus labios no del todo morados, labios que Edward mantenía tibios con sus besos, la tomaba de la mano, cubierta por vendas, echo que solo hacía agonizar a su esposo ante el recuerdo. Se odiaba a sí mismo por lo que causó.

El móvil volvió a sonar.

-¿Qué pasa Alice? ¿Tuviste una visión? ¡Habla por Dios!

El avión comenzó a tener sacudidas más fuertes. El cuerpo de Bella yacía casi sin vida pegado al de Edward, éste la apretó contra sí.

-Si Alice, traje todo el equipaje, no toqué nada del de Bella, como me lo pediste, ¡Alice! ¡Cuéntame de la visión! ¿Alice?... Se corta la señal ¡Alice!

"El viaje que se dirigía a Pórtland, para luego seguir destino de Forks, tuvo un accidente que tuvo como resultado muertes y varios heridos, sin descontar los desaparecidos. La línea aérea italiana trata de averiguar que fue lo que falló pero todo indica que los motores no funcionaban correctamente al instante en que comenzó la tormenta. De haber ocurrido antes, el vuelo hubiese sido cancelado, pero todo señalaba que habría buen clima pero ya ven que no fue así. Desde aquí les mantendremos informados, sigan en contacto con la CNN"