EL ARISTOCRATA

Autor: kristy_87
Género: Romance
Fecha Creación: 07/02/2011
Fecha Actualización: 31/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 9
Comentarios: 41
Visitas: 54665
Capítulos: 23

 

En busca del amor Él tenía oscuras sospechas acerca de Bella y de sus padres. Era celoso, irritable y exigente; enigmático, encantador y todo un aristócrata. ¿Por qué, entonces, Isabella Swan, se había enamorado locamente de su primo conde Edward de Massen?

 

Este fic no es mío es de GUISSY HALE CULLEN.

 

 

TERMINADO

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Capítulo 12:

Lo siento por el retraso aki dejo un nuevo capitulo espero que les guste.

Dejen sus votos y comentarios x fiiiiiii.

bss

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A la mañana siguiente, Bella acompañó a su abuela y a Edward a una misa en el pequeño pueblo que divisara desde la cima de la colina. La lluvia fina y persistente había comenzado a caer antes del amanecer y el suave golpeteo en la ventana la había despertado hasta que la continua letanía del agua la había adormecido nue vamente. La lluvia seguía cayendo mientras se dirigían a la iglesia, empapando las hojas y haciendo que las flores en los jardines de las casas inclinaran sus pétalos como si fuese una congregación pros ternada en la plegaria. Bella se había perca tado, con perplejidad, de que Edward se había mantenido extrañamente silencioso desde la noche anterior.

Los Newton se habían marchado poco después de que ella y Mike se reunieran con el grupo en el salón y, si bien la despedida de Edward a sus invitados había sido cariñosa, él había evitado dirigirse directamente a Bella. La única comunicación entre ellos había sido una breve -y ella había imaginado- amenazante mirada, rápidamente velada. Ahora, él hablaba casi exclusivamente con su abuela, con ocasionales comentarios o respuestas dirigidas a Bella cortésmente, con una hostilidad difícilmente discernible que ella decidió ignorar.

El punto focal del pequeño pueblo era la capilla, una diminuta construcción blanca rodeado por un parterre perfectamente cuidado y que contrastaba casi humorísticamente con su condición ligeramente penosa y a punto de derribo, la techumbre había sido objeto de más de uno reparación y la puerta de roble, de una sola hoja, estaba gastada y desvencijada por el tiempo y el continuo uso.

-Edward ha ofrecido construir una nueva capilla -comentó la condesa-, pero los habitantes del pueblo no quieren. Aquí es donde sus padres y abuelos han orado a lo largo de los siglos y aquí continuarán elevando sus plegarias al Señor hasta que la capilla se derrumbe sobre sus cabezas.

-Es encantadora -exclamó Bella.

De alguna manera el aire vagamente dilapidado de la pequeña capilla le otorgaba una cierta dignidad, un sentido de orgullo al haber sido testigo de generaciones de bautizos, bodas y funerales. La puerta pareció hacer gemir sus goznes a modo de disculpa cuando Edward la abrió, permitiendo que las dos mujeres le precedieran hacía el interior de la capilla. El interior estaba oscuro y silencioso, y el techo, alto y cruzado por enormes vigas, añadía una ilusión especial al recinto. La condesa se dirigió hacia el primer banco, sentándose en el lugar que había estado reservado para la familia de Massen durante más de tres siglos. Mirando con el rabillo del ojo a Mike y a Angela a través del estrecho pasillo. Bella les envió una cálida sonrisa que fue correspondida por otra de Angela y por un ligero guiño de Mike.

-No creo que éste sea el lugar más adecuado pura tus aventuras amorosas, Bella -susurró Edward a su oído mientras la ayudaba a qui tarse el impermeable.

Bella sintió que el color subía a sus mejillas como si fuese una chiquilla a quien han sorprendido riéndose tontamente en la sacristía. Se volvió para replicarle justo en el momento en que el sacerdote, que parecía tan viejo como la misma capilla, se acercó al altar para dar comienzo al acto religioso. Una sensación de paz la abrigó como si se tratara de una colcha suave y mullida.

La lluvia aislaba a los feligreses del exterior y sus quedos murmullos parecían unirse al silencio en lugar de alterarlo. El tono grave del sacerdote que se expresaba en lengua bretona, el leve murmullo de respuesta, el ocasional llanto de un niño, una tos ahogada, los cristales emplomados por los que corrían pequeñas cascadas de agua... todo se unía para conformar una atmósfera atemporal.

Sentada en el gastado banco de madera, Bella no pudo dejar de sentir la magia de antigua capilla y entendió perfectamente la negativa de los habitantes a renunciar a la vieja construcción por una estructura más moderna segura, porque aquí había paz, y la serenidad con la que ella había sido bautizada. Todo constituía una continuidad con el pasado y un vínculo con el futuro. Cuando concluyó la misa, la lluvia también cesó, y un tímido rayo de sol se filtró a través los opacos cristales, introduciendo un resplandor sutil y esquivo.

Cuando salieron al exterior de la capilla, el aire era fresco y traía el aroma la lluvia. Algunas gotas aún pendían de las hojas lavadas, brillando como lágrimas ante la superficie verde. Mike saludó a Bella con una ceremonia reverencia y un leve beso en el dorso de mano.

-Has traído el sol, Bella.

-Por supuesto -convino ella, sonriéndo amistosamente-. He ordenado que todos los días que permanezca en Bretaña deben ser soleados y brillantes. Retirando su mano, Bella sonrió a Angela, que parecía una exquisita prímula con vestido amarillo y el sombrero de ala estrecha.

Cuando hubieron intercambiado los saludos oportunos, Mike se inclinó sobre ella como fuese un conspirador.

-Tal vez te agradaría cogerle ventaja al chérie, y acompañarme a dar un paseo. El campo es verdaderamente hermoso después de la lluvia.

-Me temo que hoy Bella estará muy ocupada -contestó Edward antes de que ella pudiese aceptar o declinar la gentil invitación formulada por Mike, y le lanzó una mirada fulminante-. Tu segunda lección -dijo Edward suavemente, ignorando la furia que se había instalado en los ambarinos de ella.

-¿Lección? -repitió Mike con una sonrisa divertida-. ¿Qué es lo que le estás enseñando a tu adorable prima, Edward?

-Equitación -contestó él-, por el momento.

-Ah, no podrías haber encontrado mejor instructor -intervino Angela, rozando leve mente el brazo de Edward-. Fue él quien me enseñó a montar cuando mi padre y Mike ya me habían catalogado como una inútil irrecuperable. Es tan paciente -añadió. Sus ojos de cocker spaniel miraron al hombre cobrizo y esbelto y Bella ahogó una sonrisa de incredulidad.

Paciente sería la última palabra que ella emplearía para describir a Edward. Arrogante, exigente, autocrático, soberbio... comenzó a enumerar en silencio las cualidades que asignaba al hombre que estaba junto a ella. Y también Cínico y altanero. Su atención se desvió de la conversación y su mirada se dirigió hacia una niña que estaba sentada en el pasto jugando con un perrito negro y retozón.

El cachorro lamía alternativamente la cara de la pequeña y echaba a correr a su alrededor describiendo frenéticos círculos, mientras las risas jubilosas de la niña se elevaban en el aire. Los dos componían una es tampa tan inocente y relajante que Bella necesitó unos segundos antes de reaccionar frente a lo que sucedió inmediatamente después.

De pronto el perrito cruzó corriendo la hierba en dirección a la calle y la niña, incorporándose, corrió tras él llamándole. Bella observó sin reaccionar el coche que se aproximaba. Luego una helada sensación de terror se apoderó de ella cuando comprobó que la pequeña continuaba su carrera hacia la calle. Sin pensarlo dos veces se lanzó tras la niña al tiempo que, en lengua bretona, le gritaba que se detuviera.

Pero la atención de la niña estaba concentrada en su pequeña mascota y corrió por el pasto hasta acceder a la calle por donde se acercaba el coche. Bella oyó el chirrido de los frenos cuando sus brazos cogieron a la niña y sintió la corriente de aire y el ligero golpe del parachoques del coche contra su costado mientras se lanzaba a través de la calle con la niña firmemente sujeta entre sus brazos, aterrizando a unos metros de distancia. Durante un instante se hizo un gran silencio y luego se desató una verdadera algarabía cuando el cachorro, sobre el que ahora esta ba sentada Bella, comenzó a aullar para salir de su incómoda situación y la niña, sollozando, llamó a su madre uniéndose a la indignación del perro.

De pronto, un coro de voces excitadas en una mezcla de dialectos locales se unió a los aullidos y a los sollozos. Bella, atontada y confundida, no tenía fuerzas para quitar su peso de encima del pobre cachorro y la niña se liberó de sus brazos para correr a refugiarse entre los brazos de su pálida y llorosa madre. Unos brazos fuertes ayudaron a Bella a ponerse en pie, cogiéndola por los hombros y obligándola a girar la cabeza hasta encontrarse con los ojos verdes y turbulentos de Edward.

-¿Estás herida? -Cuando ella meneó la cabeza, él continuó con voz tensa e irritada-. Nom de Dieu! ¡Debes estar loca! -La sacudió ligeramente, aumentando su aturdimiento-. ¡Podrías haberte matado! ¡El coche no te ha atropellado por verdadero milagro!

-Estaban jugando tan dulcemente -recordó Bella con un hilo de voz-. Luego ese perro tonto echó a correr hacia la calle. Oh, me pregunto si le habré hecho daño; me senté encima de él. No creo que al pobre animalito le haya gustado.

-Bella. -La voz furiosa de Edward y la violenta sacudida la obligaron a fijar su atención en él-. Mon Dieu! ¡Empiezo a creer que estás loca!

-Lo siento -murmuró ella, sintiéndose vacía y mareada-. Ha sido una tontería pensar primero en el perro y después en la niña. ¿Se encuentra bien? Edward dejó escapar una serie de insultos mientras suspiraba.

-Oui, la pequeña está con su madre. Te moviste como una pantera; de otro modo ninguna de las dos estaría ahora balbuceando tonterías.

-La adrenalina -musitó ella y se balanceó-. Creo que ya no me queda una sola gota. La presión de las manos de Edward se hizo más intensa en sus hombros mientras le observaba el rostro.

-¿Vas a desmayarte? La pregunta fue acompañada por una expre sión ceñuda.

-Por supuesto que no -replicó ella, tratando de que su voz sonara firme y mesurada, pero consiguiendo solamente una vacilante negación.

-Bella. -Angela llegó hasta ella, cogiéndola las manos y abandonando toda formalidad-. Has sido muy valiente. Las lágrimas brillaban en los grandes ojos marrones y Angela besó las pálidas mejillas de Bella.

-¿Estás herida? Mike repitió la pregunta que le había hecho Edward y en sus ojos había más preocupación que ira.

-No, no, estoy perfectamente bien -le aseguró ella, reclinándose inconscientemente sobre Edward en busca de apoyo-. El cachorro se llevó la peor parte cuando aterrizamos encima de él.

"Sólo quiero sentarme -pensó cansadamente- hasta que el mundo deje de girar." Bella oyó que la madre de la niña se dirigía a ella en lengua bretona y con los ojos aún llorosos. Las palabras salían de sus labios llenas de emoción y el dialecto era tan cerrado que tuvo dificultades para seguir el torrente de palabras.

La mujer se enjugaba continuamente los ojos con un arrugado pañuelo que llevaba en la mano y Bella le contestó con respuestas que esperaba fuesen las correctas, sintiéndose increíblemente cansada y conmovida cuando la agradecida mujer la besó como muestra de gratitud. Ante una orden de Edward, las dos mujeres se separaron y la mujer cogió a su hija y se mezcló con la multitud.

-Ven. -Edward deslizó un brazo en torno a la cintura de Bella y la multitud se separó en dos como las aguas del Mar Rojo cuando ambos se dirigieron de regreso a la capilla-. Creo que tanto tú como ese chucho deberíais llevar una correa.

-Qué amable de tu parte ponernos a los dos juntos -dijo ella y luego oyó el profundo suspiro de su abuela que estaba sentada en un pequeño banco de piedra, pálida y súbitamente envejecida.

-Pensé que estarías muerta -dijo la condesa con voz pastosa y Bella se hincó ante ella.

-Soy indestructible, abuela -dijo con una son risa segura-. Es una virtud que heredé de las dos ramas de mi familia. Una mano delgada y huesuda cogió con fuerza el brazo de Bella.

-Eres muy imprudente y obstinada -dijo la condesa con voz firme-. Y te quiero mucho.

-Yo también te quiero -dijo Bella simple mente.

Capítulo 11: Capítulo 13:

 
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