PROMESAS CUMPLIDAS-TERMINADA

Autor: rake
Género: Romance
Fecha Creación: 12/12/2010
Fecha Actualización: 31/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 86
Visitas: 146211
Capítulos: 56

TERMINADA

ES UNA ESPECIE DE 2ª PARTE DE:DESEOS PROHIBIDOS

FIC RECOMENDADO POR LNM CON 5 VOTOS!!!

Un pecaminosamente futuro caballero ha llegado a Londres?y Bella casi se desmaya cuando se da cuenta de que se trata de Edward Cullen,transformado en un hombre magnífico.Ha regresado para reclamar su título?y para cumplir la promesa que una vez se hicieron dos jóvenes amantes bajo la luna,una escandalosa promesa que ninguna dama decente osaría cumplir.

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Capítulo 12: Primer beso

HOLA CHICAS!!!!!

YA ESTOY AQUI!!!!!

LO SIENTO,HE TENIDO PROBLEMAS PARA CONECTARME,PERO YA TENEÍS AQUÍ VUESTRA DOSÍS DE PROMESAS CUMPLIDAS!!!!!

A Bella le costaba creer que estuviera tumbada al lado de un chico.De Edward.En la hierba verde y fría próxima al riachuelo.En la oscuridad.De no ser por la luna llena,ni siquiera podría verlo.Iba en camisón,pero imaginaba que la tapaba lo mismo que el vestido.Edward,como siempre,con pantalón,camisa y chaleco.Había empezado a ponérselo para tener dónde guardar el tabaco y el papel de fumar.Aunque ya no fumaba delante de ella,sabía que lo llevaba ahí porque le abultaba en el bolsillo.

Siempre iba a verla a última hora de la noche,cuando su madre ya se había acostado.Le tiraba piedrecitas a la ventana de su dormitorio hasta que se despertaba,salía por la ventana y se descolgaba por un árbol para reunirse con él.Luego iban corriendo al arroyo,se tumbaban junto a la orilla y hablaban de todo y de nada.Siempre esperaba que Edward le pidiera que se desabrochara los botones,pero nunca más lo hizo.

Lo apreciaba más por querer estar con ella sin que se desabrochara nada.

—Mira—dijo él de pronto,señalando al cielo.—¿Lo has visto?

—Sí.—A Edward se le daba bien localizar las estrellas fugaces y verlas antes de que desaparecieran.—¿Por qué crees que pasan tan rápido?

—No tengo idea.Supongo que es una de esas cosas que no tienen explicación.

—¿Adonde crees que van?

—No lo sé.Quizá a otra parte del cielo,para que otros puedan verlas también.

—Mamá dice que,si pides un deseo cuando ves una estrella fugaz,éste se cumple.

—Yo no creo en los deseos.

Bella se incorporó y lo miró.Tenía las manos cruzadas bajo la cabeza,su largo,cuerpo tendido en el suelo.Llevaba poco más de una semana trabajando para la Texas Lady,pero ya parecía mucho más fuerte.Suponía que se debía al trabajo y a la comida.Ya no vivía sólo de las galletas que robaba.

—Es muy triste que no creas en los deseos,Edward.Las personas tienen que querer cosas.

—No he dicho que no crea en querer.Quiero muchas cosas.Sólo que no creo que el desearlas me las proporcione.

Bella dobló las piernas,se abrazó a ellas y apoyó el mentón en las rodillas.

—Pero robarlas sí.¿Es eso lo que quieres decir?¿Que no necesitas desear nada,porque,si lo quieres,lo robas?

—No he vuelto a robar nada desde que empecé a trabajar.Ya te dije que robar está mal si lo haces cuando tienes dinero.Ahora tengo un poco de dinero,así que ya no robo.

—Me alegro.No me gustaría que fueras a la cárcel...o al infierno.

—El infierno no me preocupa.Ya he estado allí.

—No vas al infierno hasta que te mueres y sólo si no has sido bueno.

—Yo era bueno y fui al infierno estando vivo.

Bella alargó el brazo y le tocó el codo.Quería acariciarle la barbilla,donde había empezado a salirle barba,pero pensó que tal vez a él no le pareciera bien,de modo que se conformó con la tela que le cubría el brazo.

—¿En el tren de los huérfanos?

—Con la familia que me acogió.El viejo nunca estaba contento conmigo,aunque me deslomara trabajando.Por las noches,me encerraba con llave en el cobertizo por miedo a que huyera.

—Y lo hiciste.

—Sí.

—¿Cómo escapaste?—preguntó ella.

—Empezó a pegarme sin motivo,al menos ninguno que yo supiera.No era la primera vez,pero yo ya era algo mayor y estaba harto.Así que le devolví el golpe,lo tumbé y salí corriendo.Yo era mucho más rápido,de modo que no paré de correr hasta que llegué aquí.

—Me alegro de que pararas aquí—dijo Bella.

—No era mi intención,no pretendía quedarme aquí para siempre.Pero como me contrataron para trabajar con el ganado...—Se encogió de hombros.—Ahora que tengo el estómago lleno y una cama,no hay motivo para seguir huyendo.

Así que no era ella la razón por la que había decidido quedarse.Eso era sólo una ilusión que Bella había tenido,pero a diferencia de Edward,a ella le gustaba soñar.Se quedó mirando el agua del arroyo.

El había vivido aventuras emocionantes,había estado en todas partes,mientras que ella jamás había salido de Tejas.Pensó en decirle que,al ver la estrella fugaz,había deseado viajar a algún lugar fascinante,pero su madre también le había dicho que los deseos no se cumplen si se los cuentas a alguien,porque entonces se puede romper el hechizo que los convierte en realidad.

—¿Has besado alguna vez a un chico?—le preguntó Edward en voz baja.

Ella negó con la cabeza,sin mirarlo.—¿Y tú,has besado a alguna chica?

—No.—Bella oyó crujir la hierba mientras Edwrad se incorporaba.—Pero estoy deseando hacerlo.

Ella lo miró de reojo,esforzándose por contener la sonrisa.Lo bueno de Edward era que siempre decía las cosas como las pensaba.

—¿La conozco?

La sonrisa lenta y perezosa de él se hizo visible a la luz de la luna.

—Tengo algo para ti—dijo él en vez de contestar.

—¿Qué?—preguntó ella,aunque se imaginaba lo que era:un beso.

Edward le cogió la trenza y se la puso por encima del hombro.Ella se preguntó cómo podía notar de ese modo el tacto de su mano,no sólo en el pelo sino hasta en los dedos de los pies.Los enterró en la hierba,pero no por eso cesó el hormigueo.

Él se sacó algo del bolsillo del chaleco y lo meció delante de ella.

—Una cinta para el pelo—dijo.

—No distingo el color en la oscuridad.

—Es del mismo color que tus ojos.

El corazón le latía muy fuerte mientras Edward le pasaba la cinta alrededor de la trenza y se la ataba en un lazo rarísimo.

—¿La has robado?—le preguntó.

—No,es lo primero que he comprado con mi jornal.

Esta vez,Bella no pudo contener la sonrisa.

—¿De verdad?

—Sí.

—¿Qué es lo segundo?

—Un penique de regaliz,pero ya no me queda.

—Bueno,no me gusta el regaliz—dijo ella,acariciando el lazo.Ningún chico le había regalado nunca nada.Debía de gustarle muchísimo a Edward para que le comprara una cinta.A su madre,ni siquiera el inglés de hablar raro que la visitaba últimamente le había regalado algo así.

—A lo mejor ahora quieres que probemos ese beso—dijo él.Ella lo miró.

—¿Por eso me has regalado una cinta?¿Para que te bese?

—¡No!Cuando la vi,pensé en ti.Aunque no quieras besarme...

Rápidamente,Bella se inclinó hacia adelante,acercó sus labios fruncidos a los de él y se apartó bruscamente.Ya estaba,ya lo había hecho.Antes de que Edward tuviese tiempo de desafiarla a que lo hiciera.Siempre la estaba retando:a que se fumara uno de sus cigarrillos,a que bebiera de botellas de whisky casi vacías que encontraba a la puerta de la taberna,a que se reuniera con él junto al arroyo.Todo cosas por las que seguramente se metería en un buen lío si su madre llegaba a enterarse.Por un beso,le caería sin duda una buena azotaina.

Se quedó allí sentada,mordiéndose el labio inferior,esperando a que él reaccionara,a que dijera algo.Lo que fuera.

—¿Y bien?

—Ha sido como una estrella fugaz surcando el cielo.

—¿Eso es bueno o malo?

—Significa que ha sido muy breve,que se ha terminado antes de que supiera siquiera que llegaba.—Le acarició la mejilla y ella pudo notar la aspereza de su piel.Tenía callos en los dedos y en la palma de la mano.Las manos de un trabajador.—Ahora vamos a probarlo a mi manera.

—No sabía que tuvieras una.¿No dices que nunca lo has hecho?—replicó Bella.

—Eso no quiere decir que no haya pensado en ello.

—¿Con quién pensabas...?

—Calla,niña,que a veces hablas demasiado.

Entonces sus labios,cálidos y firmes al tiempo que suaves,se posaron en los de ella.Y Bella pensó que podría amar a aquel muchacho hasta el día en que muriera.

Capítulo 11: Las cartas Capítulo 13: Despedida

 


 


 
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