Un ruido lo hizo sobresaltar a Edward. Al abrir los ojos vio una penumbra do cuarto, acordándose de Bella. Se Curvo sobre ella y vio que continuaba respirando.
- calmese, lord Edward. Voy a quedarme con lady Isabella mientras el señor baja para con comer alguna cosa.
Todavía medio somnoliento, Edward giró y vio a Esme abriendo la ventana para iluminar el cuarto. cuando habia ella entrado alli?
Y que hora seria? El no se acordaraba de cuando a la noche comenzaba o acaba. Ahora, raramente dejaba el cuarto. Las horas se transformaban en días y estas, en semanas, mientras su esposa empeoraba. La luminosidad invadía el cuarto. Como el sol podía brilar? Una blasfemia, pensó y maldijo el mundo que seguía adelante mientras el de el se desmoronaba.
Esme se aproximó para donde el estaba.
– Váya a alimentarse, mi señor. Voy a mandar a llamar a alguien para arreglar el cuarto.
Nicholas no queria comer nada pero descendio al salón. Ya no suportaba las miradas melancólicas de los criados,
Maldición! La frustración lo dominaba. Había sido soldado la vida entera, caballero en la Guerra Santa. Luchar era todo que sabia hacer, pero esta vez el enemigo era invisible. Sólo le restaba enterrar la espada en la tierra mientras clamaba.
- Mi señor?
La mirada aprehensiva de dos soldados hizo Nicholas que controlase. Sin respdonder, extrajo el arma de la tierra y la envaino otra vez. Pasó a mano por sus cabellos y por su barba. Mas que el alimento, el precisaba de un baño, pero no el habitual de agua caliente en el cuarto. Gritando una orden para que un muchcho le buscara ropa limpia, se dirigió al riacho que corria atrás de la muralla del castillo.
El agua estaba helada, pero lo arranco de la letargia, estimulando su circulación. Aunque el aire le provocase mas frío, era bien recibido por contraste con el calor que le consumia el estómago y el pecho.
Cuando volvió al salón, se sentia mas preparado para enfrentar a los criados. No vio reprobación en sus miradas, Mas bien preocupación. Edward se forzó a recibir los votos de restablecimiento de su esposa y, cuando una mujer le entrego un bouquet de flores para llevarle a Bella, el hasta consiguió agradecerlo
No se había dado cuenta cuanto la querían. Aunque había estado poco tiempo en Volterran Bella los había influenciado con su vida vibrante que, ahora, se desvanecía.
Edward fue para las escaleras. Sentia la necesidad de ver si mujer todavía respiraba, o lo había dejado para siempre.
La puerta del cuarto estaba abierta y se paró en el umbral. Esme lavaba el rostro de Bella con un paño Un criado, un muchacho delgado, paró de poner la paja limpia en el piso y se rencosto en la pared. La actitud displicente y la mirada ascética dirigida a Bella llenaron la sangre de Nicholas de fervor.
- Vos estas perdiendo tiempo, Esme. Esa ahí no vivira mucho tiempo Entonces, lord Edward se casará otra vez y la nueva esposa tendrál los hijos que vos tanto queres criar. al menos...que ella no muera en el parto ,
Edward ni notó su propio movimento. En una fracción de segundo, el alcanzaba muchacho, tomandolo por el escote de la túnica, comenzó a golpearle la cabeza contra la pared.
- No se atreva a hablar de ella! Sólo cuando Esme le tomó por el brazo, Edward paró. Por poco mataba al muchacho.
- Cual es su nombre? - preguntó.
- Es Eudo, mi señor, hijo de un ciudadaño de la aldea. El fue llamado para nos ayudar - explicó Edith.
- No precisamos de ese tipo de ayuda – dijo Edward para, en seguida, dirigirse a; muchacho a quien todavía tenía agarrado: - Salga de aquí! Vos está expulsado de Volterran del castillo o de cualquier graño de tierra que me pertenezca. Entendió?
Mal pudendo hablar, Eudo asintió Edward lo tiró en dirección a la puerta, por donde el muchacho desapareció corriendo.
Se Hizo silencio y Edward miró hacia la cama.Bella continuaba respirando con un dificuldad. El no debía haber provocado tal conmoción en el cuarto. Tan enferma, su mujer precisaba de silencio y tranqüilidad. mas cuando el le había proporcionado Eso? Algo volvió a dolerle en el pecho . Giró hacia Esme y dijo:
- Ahora, nos deja solos .
Después de la salida de la criada, Edward miró a Bella, pero la sobrina de su antiguo enemigo no noto su presencia. En los últimos días, ella dormia profundamente o deliraba. Estaba tan diferente a la mujer corajuda con un quien el se casara. No se alegraba con verla debilitarse.
En verdad, a pesar de los planes para atormentarla, el nunca sentirá placer con su sufrimientto. La venganza pasó a significar menos, mientras la mujer pasaba a significar mas. Su placer derivaba de otras cosas: de su conducta imprevisible, de su mirada fascinante cuando peleaban, o erótica y apasionada cuando hacían el amor.
Finalmente, Edward admitía no quererse vengar. Deseaba, apenas, su resurgimiento. Al pie de la cama juro olvidar la venganza se ella se recuperaba.
Edward jamás juraba en vano mas el vacío que lo atormentara antes de tener la posibilidad vengarse. Bella lo había llenado con muchos sentimientos desconocidos hasta entonces. Y el mayor de ellos era la aflicción de ese momento.
Capítulo 14
Edward no esperaba que los cielos se abrisen, pero algo deberia acontecer. su juramento no cambiaba nada. Bella continuaba febril y tan enferma como antes. Reconociendo su propia arrogancia, rio alto y la mujer giró la cabeza en dirección al barullo. Tomandole a mano, el se disculpo por perturbar su reposo y por todas las crueldades que le había hecho. Después, recostó su cabeza en la almohada .
Cansado como estaba, casi se durmio , mas cuando Bella se movio, el volvió a quedar alerta. La esperanza surgio y murio luego al verla golpeando y delirando. Muchas veces, ella llamaba el nombre de personas desconocidas, probablemente de las compañeras del convento, y hasta llegaba a balbucear el de Esme, pero jamás el suyo hasta ese momento.
- Edward
Atonito e todavía tomando su mano, respondió:
- Estoy aquí, Isabella.
Ella murmuró algo incomprensible el abrió los ojos. edward se aproximó a fin de entenderla.
- Vos no podes contar...
- Contar que? A quien? - el preguntó aunque supiese que su mujer deliraba.
- No debe contar a edward - Bella dijo, quedando mas agitada.
Petrificado, el no sabia que pensar. Iria a descubrir
alguna perfidia inesperada? O a confirmar la sospecha sobre su mujer y jacob?
Bella comenzó girar la cabeza de un lado para el otro. A pesar de la desconfianza, Edward se preocupaba con su angustia.
- El me desprecia y me odía - ella balbucio.
- Quien?
- Edward
- No, no, Bella. No es verdad.
- Vos siempre decís eso, Esme, pero nunca vio como el me mira con unos ojos brillando de odio.
- No soy Esme sino Edward. Juro, Bella, que yo no te odio.
- Esme, vos debes prometerme no contarle nada a el.
- Soy Edward, , tu marido.
- Prometer!!!!
Su expresión afligida, lo hizo murmurar:
- Prometo.
Ella se relajó e cerró os ojos. Desesperado por mantenerla despierta y hablando, aunque fuera algo sin sentido, Edward le apretó la mano y preguntó:
- Que secreto precisamos guardar? Por un largo tiempo, Bella no respondió. Entonces, le oyo:
- Vos no podes contarle a edward que yo lo amo - susuro ella, entreabriendo los párpados y revelando sus ojos llenos de lágrimas
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