"Desayuno inesperado"
No comprendíamos mi mamá y yo a que se refería mi padre con eso de “Alguien ya nos gano la invitación. Se lo hice saber a mi papá, repitiendo el recuerdo de cuando dijo esas palabras mientras le tocaba el brazo.
- En unos segundos lo entenderás –y me dedico una sonrisa , pero se notaba que era forzada
Un golpeteo retumbo en mis oídos, que provenía de la puerta. Rápidamente me levante de mi asiento, y fui a abrirla tras reconocer ese olor.
- Buenos días, pequeña –saludo ese ser glorioso con una sonrisa que podría iluminar las más obscuras de las cuevas.
- Hola, Jake… -se me apago la voz, hasta ser poco audible. Recordé aquel sueño que había tenido..Temiendo que pueda ser una premonición, o algo parecido
Recordando que aquí no tenía privacidad-en mi mente-, de inmediato borre ese recuerdo. Supongo que aún así ya era tarde…El rostro de Edward se había endurecido un poco, pero lo ignore.
- ¡Hola, Jacob! –saludo mi madre, rompiendo el silencio incomodo-. Ya sabemos que no la vienes a quitar –y le dedico una sonrisa
- ¿Además, adivina saliste Bella? –Ella volteo a ver a mi papá con el rabillo del ojo, haciéndole entender quién era él que sabía sus motivos al leerle el pensamiento- ¡Oh! Gracias, Edward –con tono sarcástico, y después lo ignoro sin dejarlo responder, encarándome-. ¿Quieres ir a desayunar..conmigo en…La Push?
- Por supuesto que sí –afirme, pero después de haberlo hecho me apreté el estomago.
¿Por qué acepte? Ahora y tendría que pasar todo mi día fingiendo una gran sonrisa a todos…Pero, con él era distinto, con él a mi lado nada era igual, todo giraba. Por unos momentos me había olvidado de la pesadilla, y al sumergirme en sus ojos negros pude notar el bienestar que me daban. El bien y el mal no existían, éramos él y yo…Pero pronto tuve que situarme en la realidad
- Ok…Adiós, Bella –se despidió, tomándome de la mano para salir (Ya qué el por ser tan grande tenía que agachar la cabeza para entrar a mi cabaña salida de un cuento de hadas)
- “¿Y qué vamos a desayunar?” –traté de sonar interesada, y que se notara una nota de alegría en mis pensamientos.
- No quieras arruinarme la sorpresa. No te diré –y simulo tener un candado en la boca el cual cerraba con una llave imaginaría, y “la aventaba” a sus espaldas
- “¿Por qué no?” –inquirí ahora con verdadera curiosidad
- En primera porque al parecer no merezco poder oír tu voz, porque por lo visto eres una floja para emitir sonido alguno –se echo a reír, y yo fruncí el seño-. No ya enserio, no te enojes pequeña.
- No es eso, Jake –logré decir por fin
- ¡Wow! ¡La pequeña telepática a hablado! Oh, princesa –hizo una reverencia algo torpe por lo grande, pero no pude contener una risita
- No seas tonto –puse los ojos en blanco
- Me has hecho el honor de dirigirme la palabra, mi reina –de nuevo hizo una reverencia mejor que la pasada, y torcí los ojos
- Ya vámonos, bufón –hubo una nota de ironía en mi voz al pronunciar eso ultimo.
- Como usted diga, mi bella dama
En eso me tomo desprevenida –muy raro que alguien lograr hacerlo-, y me tomo en brazos para subirme a su espalda.
- ¡Jaocb, bajame! –gritaba entre risas, ya que empezó a correr a una gran velocidad
- No. Eres muy lenta, y a tu paso llegaremos cuando te hayan salido canas
- ¡Oye! –reclame- ¿Cuáles canas? ¡Yo no voy a tener! –logre decir entre risas, apartándome los rizos que se me venían al rostro
- Por eso lo digo –y apretó el paso
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