Edward POV.

-¿Cuándo? –pregunté al instante que terminó la visión de Alice.

-En unas tres horas –dijo ausente.

-Tenemos que irnos, ya –dije levantándome e intentando salir de la casa, pero Carlisle me detuvo.

-Edward, espera. Explícanos qué pasó, ¿qué vio Alice? –pidió Carlisle poniendo una mano en mi pecho.

-Alguien tiene a Bella y a Jacob, los tienen a los dos. Y Bella estaba a punto de atacar a Jacob –explicó Alice.

-¿Qué? –preguntaron todos al tiempo.

-Sí, sí. Pero no parecía estar consciente, como si alguien la controlara –hablé desesperado. Jasper empezó a mandar olas de tranquilidad a todos, en especial a mí, pero intenté rechazarlas. Si la aceptaba, dejaría de buscar a Bella.

-¿Dónde estaban? –preguntó Rosalie.

-En un castillo –respondió Alice tratando de buscarlo. Micaela pensaba en Port ángeles buscando el castillo, ellos habían paseado por allí un rato antes de llegar a la ciudad. Entonces recordó algo a las afueras, un olor a cemento viejo.

-¡Es allí! –grité mirándola a ella. Ella se sobresaltó ya que pensaba decirlo antes que yo gritara.

-¿Dónde? –preguntó Rose y Esme a la vez.

-Estuvimos a las afueras de Port ángeles antes de llegar al centro comercial –empezó Micaela.

-Un olor a cemente viejo a un lado de la carretera- recordó Raúl evocando la imagen en su mente.

-¡Vamos! –pedí mientras Carlisle pensaba.

-¿Quiénes la están controlando? –preguntó Emmett.

-No lo sé, no lo conozco –respondió Alice abrazada a Jasper que trataba de calmarla.

-¿Qué importa quién es? Podemos con él, es solo uno y nosotros somos nueve. Podemos contra él –dije mientras caminaba hasta la salida.

-No lo creo, tiene que ser más de uno. Él solo no hubiera podido con un lobo –recordó Esme.

-Jacob –susurró Alice.

Estuvimos cerca de media hora tratando de encontrar cosas que para mí eran irrelevantes, tenía que encontrar a Bella a toda costa.

Al final llamaron a las Denali para que nos acompañaran si querían, pero ellas se negaron. Genial.

Después de casi salirme solo, me siguieron en busca de Bella.

Acordamos que Micaela, Raúl, Emmett y Rosalie abordarían a los guardias que estuvieran custodiando el castillo, tratando de dejar el campo libre, mientras Jasper mandaba olas de desesperación a los contrincantes, al tiempo que seguíamos adentrándonos.

Esme, Carlisle, Jasper, Alice y yo entraríamos a buscar directamente en todos los cuartos y escondites hasta encontrar a Bella, Jacob  y el otro vampiro.

Y así lo hicimos.

Llegamos faltando veinte minutos aproximadamente para la visión de Alice. Emmett caminó ente los árboles hasta el castillo, seguido de Rose. Aparecieron dos vampiros que Emmett acabó con la ayuda de su novia. Seguimos mientras subíamos por las rejas entrando rápidamente al castillo. Micaela, Raúl y Emmett terminaron con otros dos vampiros que opusieron un poco más de resistencia.

Escuché cómo el vampiro se identificaba como Daniel, y todos también lo escuchaban.

-Te preguntarás quien soy, ¿verdad, perro? –hablaba despreciablemente. Ibamos por un corredor del primer piso, pero él no estaba allí. No había escuchado nada de lo que había pasado afuera. Pensaba en Bella que estaba a su lado. Jacob gruñó, estaba en fase. Subimos hasta el segundo piso. Solo Jasper y yo, los demás se habían quedado abajo recorriendo todos los lugares posibles para encontrarse con otra sorpresa. Estaba siendo sorprendente y sospechosamente fácil. Cuando llegamos al segundo piso sentí el olor de una humana, pero no de una humana cualquiera. –Mi nombre es Daniel, y soy el que está controlando a Bella – ¿de qué estaba hablando el maldito vampiro llamado Daniel?  Jacob pensó lo mismo –Bella ha estado tan débil últimamente por la pelea con su noviecito, que su mente se ha embotado quitando su escudo. Los vulturi me han mandado, vieron la oportunidad perfecta para separar a los Cullen, quieren a la vidente, al lee mente y a esta preciosura –dijo mirando a Bella. Sentí una oleada de furia al ver cómo mi Bella se acercaba al vampiro y dejaba que él la abrazara.

Emmett, Rosalie, Esme y Carlisle me pensaron que no había nadie más en el piso de abajo. Por su parte Alice, Micaela y Raúl pensaron lo mismo desde el jardín.

Jasper se detuvo cuando sintió el olor a humana que yo ya había identificado. Había dos puertas. En una estaba la humana y en otra Bella, identificaba el olor a perro mojado y el olor de Bella, el olor del vampiro en el recuerdo de Raúl y Micaela.

Jacob sentía la necesidad de moverse, pero no podía hacerlo.

- Puedo hacer que haga cualquier cosa, y lo primero será matarte- dijo Daniel haciendo que Bella se agazapara frente Jacob.

Todos estuvieron a mi lado en un segundo, derribé la puerta cuando entré. Bella se volteó y podía leer sus pensamientos. Eran verdad, el escudo había desaparecido.

Edward, Edward. Está bien, ¿pero qué hace aquí? O no, lo van a matar. Ash, Edward porque no te vas, vete, Edward. Ella no me pensaba a mí, no se estaba dirigiendo a mí, simplemente pensaba como siempre. Su mente estaba llena de dolor y desconcierto, de felicidad y alegría al verme bien.

Jacob se relajó cuando me vio entrar.

El único que no cambió su expresión fue Daniel.

-¡Déjala ir! –ordené agazapándome enfrente de él. Entones él ordenó a Bella atacarme.

¡No! –escuché en los pensamientos de Bella antes de lanzarse sobre mi cuerpo en contra de su voluntad.