A la mañana siguiente me desperté feliz en mi cama cuando escuche algo en la puerta
- Quieto la vas a despertar- decía tanya
- Tu quieta- decía Edward me reí y me senté en la cama
- Buenos días cumpleañera – dijo Edward
- Hola- dije mirándolos
- Buenos días bella- dijo tanya – feliz cumpleaños – dijo mirándome me traían el desayuno los dos sonreí mirándolos me sentía tan querida por los dos
Cuando termine de comer me metí a bañar y me vestí y lo primero que hice fue irme por mi angelito que ya estaba vestida y arreglada sonreí mirándola cuando mire a Esme que me miraba
- Buenos días- dije mirándola
- Buenos días- dijo mirándome – feliz cumpleaños hija- dijo mirándome
- Gracias Esme – dije mirándola
- Bella será que más tarde podemos hablar – dijo mirándome
- Claro que si – dije aunque no sabía de qué quería hablar conmigo
El día fue maravilloso me partieron un pastel y comimos en familia Emmet estaba muy gracioso y jugaba con mi hija que cada vez que él le hacía caras ella se reía me reí con ella Emmet me miraba y yo lo miraba me sentía rara viéndolo pero me sentía bien a su lado como al lado de toda la familia, cuando llego el momento de los regalos me sentí más dichosa Edward me regalo un reloj muy hermoso, Alice me regalo una cadena de oro con un dije en forma de corazón, Emmet como no me conocía ni sabía que estaba cumpliendo años me dijo que me invitaba a salir y Alice y tanya se rieron no dije nada y agradecí
- Es hora de mi regalo- dijo Esme mirándome me dio una caja y sonreí abriéndola era un relicario y cuando lo abrí ella me tomo de las manos – quiero que antes que lo abras sepas que te amo sin importar nada y que jamás deje de amarte- dijo mirándome la mire confundida igual que Emmet no sabía de qué estaba hablando
- De qué hablas Esme- dije mirándola
- Ábrelo- dijo mirándome tome el relicario y lo abrí en él había una foto de Esme con una niña en brazos igual a mí –
- Que es esto – dije mirándola
Esme empezó a llorar y mire a mi hija creo saber ya que era lo que pasaba pero quería que ella me lo dijera
- Esta eres tu – dijo llorando mirándome –
- Como – dije mirándola
- Bella yo soy tu mama – dijo y me tense mirándola no sabía que decir o que hacer sentía que todo me daba vueltas y todos se habían ido dejándonos solas a las tres porque me habían dejado a mi hija en mis brazos
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