Edward se había ido, según me dijo alice, con preocupación en los ojos. Seguro su humor era de perros y claro por mi culpa, por estúpida Bella.

 Todos  nos dispusimos a irnos porque si no, nos matarían nuestros padres, en el camino los chicos iban muy animados hablando, yo solo quería llegar para hablar con Edward y pedirle disculpas y rogarle que no se alegara de mí.

-         Hola chicos- dijo Phil, estaban él, Charlie y Carlisle, sentados frente la chimenea con una bebida, deduzco cerveza- como les fue.

-         Bien- respondieron al unisonado.

-         Han visto a Edward- pregunté.

-         Hace rato llego, subió a su habitación, bastante enojado esperaba que me dijeran que sucedió- dijo Carlisle, viéndome a mí, si la cara de culpable se me notaba.

-         No lo sé llego todo enojado y se fue en el carro- dijo Alice.

-         Nos peleamos, por eso el enojo- todos me miraron.

-         Eso lo explica- dijo papá tomando un trago de cerveza.

-         Necesito hablar con él- dije dispuesta a subir las escaleras, pero no me dejaron.

-         Hija déjalo dormir, ya debe de estar dormido, mañana hablan- yo asentí resignada y subimos las escaleras, esta sería una larga noche.

-         Bella que fue lo que paso- preguntó Alice mientras nos acomodábamos en nuestras camas.

-         Algo ahí- le dije acostándome, ya tenía puesta mi piyama.

-         Ustedes dos son únicos- dijo Rose apagando su luz de noche- la verdad no sé que esperan para ser novios, ya hasta pelean como tal.

-         Rose no empieces- ese cuento me tenía cansada- buenas noches chicas.

-         Buenas noches- dijeron las dos.

Por más que trate de dormir no pude, di vueltas en toda la cama, debía hablar con Edward  o sino no tendría paz, así que con mucho cuidado salí de la habitación y me fui a la de los chicos, por suerte no tenía seguro puesto, así que la abrí y busque la cama de Edward, esta era la de la esquina, me acerque a él; estaba acostado boca abajo, se veía tan en paz dormido, con cuidado me metí en la cama cubriéndome con las cobijas y quedo mi cara frente a la de él.

-         Edward, despierta- le dije bajito para que los chicos no se despertasen.

-         Mmm- solo me respondió este era duro de levantar.

-         Vamos Edward levántate, necesito hablar contigo.

-         Bella largo, déjame dormir- dijo volviendo su cuerpo hacia el  otro lado, dándome la espalda- mañana hablamos.- como si fuera tan fácil, yo no podía dormir entonces se me ocurrió una idea maléfica.

-         Jake me violó- dije callado pero no pensé en su reacción, o no creí que fuera tanto.

-         LO MATO!!- casi grito y se hizo a levantarse, pero en un movimiento rápido, me subí sobre él, impidiendo que se levantara y le tape la boca con mi mano.

-         Shhhh- me acerque a su cara- no es cierto, solo necesitaba que me hicieras caso- me miro con unos ojos de ira, lo jodí peor- perdón- me quito la mano de sus boca.

-         Bella estas loca, casi salgo a romperle la cara a ese chucho- me dijo poniendo sus manos en mi cintura.

-         No pensé que aun te importaba tanto- dije un poco dolida por sus antiguas palabras, este suspiro y me tomo el mentón con su mano para que lo miraba.

-         Siempre me vas a importar, eres muy importante para mí, lo de ahora..- lo interrumpí.

-         Tenías razón, estaba por cagarlo todo, soy una idiota, tu solo me ayudas y yo solo para meter la pata funciono- baje mi vista.

-         Cariño- suspiro-no digas eso.

-         No sí, casi me acuesto con Jake- gruño- solo pienso con las hormonas y no con la cabeza- alcé la cabeza para mirarlo a los ojos, esos divinos ojos verdes- perdón, por lo que dije y por lo que casi hago, sé que te decepcioné - una lágrima salió de mi cara, Edward la quito con su dedo.

-         hermosa, yo no soy quien para juzgarte y menos para decirte que hacer, lo siento- me dijo acariciando mi mejilla.

-         Claro que si eres alguien en mi vida, tu eres mi mejor amigo, con el que puedo ser yo misma, eres la persona que me ha ayudado con todo esto. Merezco  lo que me dijiste- dije acariciando su mejilla.

-         Bueno yo te perdono, si tu me perdonas- me dijo con una enorme sonrisa, yo solo asentí y lo abrasé, hundiendo mi cara en su cuello y otras lágrimas abandonaron mis ojos- cariño no llores,  no me gusta verte triste.

-         Nunca me vas a dejar- dije sin despegarme de él, me rodeo mas fuerte con sus brazos.

-         Nunca- prometió. Después de unos minutos, horas o ya no se, Edward hablo.

-         Cariño ya casi amanece, vete a dormir, necesitas descansar- me dijo dándome caricias en la espalda.

-         No me quiero ir, quiero dormir aquí, siiiiii- le dije levantando mi cabeza y mirándolo con ojitos de suplica, el solo río.

-         De acuerdo, pero una cosa- yo asentí- soy tu mejor amigo- sonreí ante esto- pero también soy hombre y tu encima de mí y con esa piyama, si se le puede decir así, hará que olvide lo primero- entonces recordé que estaba sentadas a horcadas sobre él y mi “piyama” era mi ropa interior con una bata corta, de tirantes que me llegaba apenas por debajo de los glúteos y para rematar roja.

-         Ups- dije bajándome de él, solo sonrió y  se acostó a mi lado, en la cama- te quiero mucho sabes.

-         Yo también- me dio un beso en la cabeza, me acurruque a su lado, hundiendo mi cara en su pecho, este me abrazo.

No se cuando me quede dormida, hasta que oí que alguien me llamaba.

-         Bella!!- dijo una voz que se oía muy lejana- Bella, Edward despierten- ya con eso abrí mis ojos y eran papá y Carlisle que me miraban con una cara de enojo y duda, en eso sentí una presión cómoda en mi cintura, baje la vista y era el brazo de Edward, cierto dormí en la cama de él, oh oh , pensé, ya entendía la mirada de mi padrino y la de mi papá.

-         Edward despierta- le dije cerca de su oído, pues por su agarre no podía moverme. Pero nada.- Edward despierta, cariño vamos despierta- y un carraspeo de mis papás me dieron la idea de que cariño no estaba bueno para ahora, ya quien sabe que estaban pensando.

-         Mmm- dijo moviéndose al fin Edward- Bella déjame dormir ayer me mantuviste despierto hasta muy tarde, déjame descansar- y ay todo se fue al caño, esas palabras en cabezas de los mal pensados de Phil y Carlisle, significaron algo más para ellos y ya estaban más rojos que nunca, ni cuando rompimos un jarrón carísimo de Esme se habían enojado tanto.

-         Edward levántate ahora mismo- grito Carlisle, ardió Troya, Edward se levantó de golpe y miro a mi padre y padrino y me vio a mí y su cara se puso blanca- me pueden explicar que significa esto.

-         Padrino no seas mal pensado- empecé yo haciendo puchero a ver si se calmaba y se apiadaba de su pobre ahijada.

-         Como quieres que piense bien si venimos y nos encontramos a ti y a él- señalo  a Edward- dormidos muy abrazados en la cama y para peor con esa ropa- señalo mi piyama y el torso desnudo de Edward, si esto no se veía bien.

-         Papá tranquilo- dijo Edward.

-         Ayer no pude dormir y vine a pedirle disculpas a Edward y nos quedamos dormidos, nada más- dije mirándolos.

-         Sí solo eso, es mi amiga nada más- finalizó Edward yo asentí.

-         No hicieron nada- dijo Jasper que se venía levantando seguro el escandalo lo despertó- créanme yo lo hubiera oído- dijo poniéndose una almohada en su cara.

-         Es cierto- empezó Emmet- como a las tres yo llegue del  cuarto de…- no termino, miró a Carlisle – cocina- no le creí- y estaban bien dormidos y vestidos- dijo metiéndose al baño, no sin antes dirigirnos una sonrisa de burla.

-         Bueno espero que sea cierto y tu- me señalo Phil- ve a cambiarte antes de que venga tu madre y te vea aquí y así, sabes como es ella- dijo Phil saliendo de la habitación.

-         Mi niña te compraré otra piyama para navidad, esa esta.. no es para ti princesa, mi niña- dijo Carlisle saliendo de la habitación, dejándonos a Edward y a mí solos.

-         Oh por Dios- dije acostándome en la cama- ahora critican mi piyama.

-         Es cierto yo también te voy a comprar otra, una bata larga- dijo Edward riéndose y acostándose a mi lado, le di una golpe.

-         Ni de broma lo digas, bueno ya mejor me voy- me acerque y le di un beso en la mejilla- buenos días.

-         Buenos días- me dio una sonrisa. Caminé a la puerta.

-         Esa piyama te queda bien- dijo aun sin levantarse de la cama.

-         Lo sé, es muy yo, no se porque se quejan- solo se oyó su carcajada, un raro comienzo del día.

Hola bueno este capi me encanto escribirlo

Me parece divertido y tierno

Y espero que también les guste,

 gracias Martha por tus comentarios,

 que son oro para mí.

Bueno espero se entretengan, espero sus votos y comentarios.

Saludos desde COSTA RICA

SUCULLEN

PURA VIDA