Noche sin tregua

Autor: neni_bella
Género: + 18
Fecha Creación: 21/07/2011
Fecha Actualización: 21/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 4
Comentarios: 5
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Capítulos: 14

-si, soy una puta. -cada uno trabaja en lo que el gusta. -no me gusta mi trabajo. esa noche pretendía ser como otra cualquiera pero un incidente hará que su vida cambie para siempre.

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Capítulo 11: En busca de Bella

Edward decidió prepararle una tila; podía estar borracha pero sus nervios ganaban la partida y el café solo empeoraría todo. Caminó de regreso con una taza humeante en la mano pero se encontró con la sala vacía. Frunció el ceño y la llamó más no obtuvo respuesta. Empezó a ponerse nervioso; en el estado en el que estaba Bella podía haber hecho cualquier locura. Vio sus botines en el suelo y volvió a llamarla; nada. Así que dejó sin mucha delicadeza la taza en la mesa y la empezó a buscar por toda la casa. Al no encontrar nada, se asustó de verdad. Cogió el teléfono y marcó el número de Bella. Sonó tres veces antes de que alguien, Edward supuso que ella, cortase la llamada. Intentó dos veces más y a la tercera descubrió que lo había apagado. Maldijo mientras cogía su chaqueta y las llaves del coche para salir de allí corriendo.

Desesperado, condujo a través de toda la cuidad en su busca, mirando en cada calle y parando aleatoriamente para preguntar si la habían visto. A medianoche, seguía sin tener pista alguna de ella y el móvil seguía desconectado. Se puso a pensar y no le llegaba a la mente ningún sitio donde pudiera estar. Había pensado en Forks pero había llamado y le habían dicho que no había habido cambios y que nadie se había subido al avión con ese nombre. Incluso había buscado en el aeropuerto pero nada. Se estrujó los sesos en busca de respuestas; la única que se le ocurría era llamar a Jasper para saber si Bella había conseguido ir hasta allí, aún en peligro de que el rubio lo degollase al ver que había perdido a la chica. Pero no tenía su teléfono… entonces su cabeza hizo clic; ¡Jake! Él podía darle su número.

Con manos temblorosas marcó el número de su mejor amigo y esperó impaciente a que cogiese. Gracias a Dios al tercer tono respondió.

-¿diga?

-Jake, necesito el número de teléfono de Jasper.-dijo rápidamente.

-¿Qué? ¿Para que?-cuestionó su amigo confuso.

-necesito saber si él sabe donde está Bella.-explicó-me he peleado con ella y ahora no se donde está.

-tranquilo, Edward, Bella está bien.-respondió intentando tranquilizar a su amigo.

-¿has hablado con ella?-lo bombardeó a preguntas.- ¿Dónde está? ¿Está bien? ¿Con quien?

-de una en una las preguntas, Edward.-dijo Jacob.-si he hablado con ella; me llamó y fui a buscarla a unas calles cerca de vuestro piso. ¿Por qué dejaste que bebiera tanto? Y… ¿Cómo coño la dejaste irse de casa sin zapatos?

-¿Cómo que sin zapatos? ¡Joder!-exclamó Edward.-no lo sabía. Llegué a casa y estaba borracha perdida. Discutimos y decidí mandarla a dormir. Fui a prepararle una tila para tranquilizarla y cuando volví no estaba.

-me dijo que había roto contigo-le explicó Jake-está muy mal, Edward, y deberías estar con ella ahora mismo.

-¡lo se! ¡Pero no se donde está!

-en este momento debe de estar por aterrizar en Forks.-murmuró el moreno.

-¿Cómo que en Forks?-cuestionó exaltado.-he preguntado en el aeropuerto y me han dicho que no había vuelos. Que nadie como ella había embarcado.

-por eso me ha llamado a mí.-cortó Jacob.-me ha pedido ayuda para ir a Forks. Sabes lo de su hermana, ¿no?

-dijo algo como que estaba muriendo.-contestó Edward.

-le ha dado un ataque y está ingresada en el hospital.-agregó.-por eso quería ir a Forks. He hecho un par de llamadas y le he conseguido un avión privado que vaya directo allí.

-¡mierda!-gruñó.-tengo que colgar, Jake, me voy a Forks.

-no hay vuelos, Edward.-advirtió su amigo.

-lo bueno de tener una empresa a tu nombre es que también tengo un avión si lo deseo.-dijo Edward sin ánimo de parecer presuntuoso.-apropósito, ¿Bella ha ido sola? ¿Por qué no has ido con ella?

-no había más sitio que para una persona.-aclaró.-además, tengo un examen final mañana y me es imposible faltar si no quiero que me echen de la universidad.

-vale, te dejo.-aceptó él.

-suerte, Edward.-animó Jacob.-y vuelve con ella. Ayúdala.

-la amo, Jake.

-lo se, colega, y espero que volváis a estar juntos.

Edward llamó a su contacto antes de conducir a toda velocidad al aeropuerto. Por suerte, cuando llegó, ya tenía su transporte preparado y embarcó seguido, sin llevar maleta de mano siquiera; estaba ansioso por ver a Bella y no pensaba perder el tiempo en pequeñeces como esa. Así que, con solo lo puesto, el móvil en un bolsillo y la cartera en el otro, montó en el avión del que disponía y dio al orden de volar a su destino lo más rápido posible. Llegó despuntando el alba, y se apresuró a coger un taxi en el aeropuerto de Seattle. Solo entonces se dio cuenta de que no sabía adonde dirigirse así que marcó el teléfono de Bella, para encontrarlo otra vez apagado. Exasperado, llamó a Jacob y este le dijo que estaban en el hospital de Seattle.

Llegó al de media hora ya que aunque estaba cerca había mucho tráfico aquel día. Bajó del taxi dejando un billete de 50 y sin esperar los cambios. Entró corriendo y fue directo a recepción a preguntar por Alice Swan. La recepcionista le indicó que estaba siendo intervenida y que varios familiares y amigos estaban en la tercera planta, al lado del quirófano. Edward no dudó en correr hacia allí. En cuanto entró en el pasillo correspondiente, vio a lo lejos lo que buscaba. Bella estaba sentada en una silla de plástico, con las piernas abrazadas contra su pecho y la cabeza enterrada entre ellas podía ver como seguía vestida igual y aún no tenía zapatos puestos. Jasper estaba a su lado, abrazando a una mujer muy guapa rubia. Frunció el ceño confuso; que él supiera a Alice la estaban operando.

El primero en verle fue el rubio quien se separó unos segundos de la mujer rubia para decirle algo al oído a Bella. Esta, levantó la cabeza y lo miró directamente. Edward se congeló unos segundos pensando que ella lo echaría de allí o no querría verle pero le daba igual; él tenía que ayudar a la mujer que amaba en un momento tan difícil como ese. Claro que no esperaba que ella reaccionase como lo hizo y cuando se levantó deprisa del asiento para ir trastabillando hasta él le tomó por sorpresa. Bella se lanzó a sus brazos sujetándose con fuerza a su cintura y tardó unos segundos en responderle el abrazo. Sintió como tenía las piernas de gelatina y la sostuvo a tiempo antes de que cayera al suelo. Pasó un brazo por su espalda y otro por sus rodillas y la cargó contra su pecho. Ella sollozaba sin parar, sin soltar la camisa de él en ningún momento. Edward caminó hasta los asientos y se sentó en una poniendo a Bella en su regazo. Saludó a Jasper con un ligero movimiento de cabeza que este le devolvió asintiendo y volviendo a hablar con la rubia.

-perdóname, Edward.-sollozó Bella haciendo que este la mirase.-perdóname.

-sh…tranquila, amor, tranquila.-susurró él acariciando su espalda.-no te preocupes, todo estará bien. Alice se va a recuperar.

-fui una estúpida, lo siento.-balbuceó.-estaba nerviosa…y borracha…te dije cosas horribles…

-olvídalo, Bella, todo está bien.-repitió.

-no me dejes, Edward, por favor-lloró contra su pecho.-no te vayas.

-me quedaré contigo todo el tiempo que quieras, amor.-aseguró él besando su cabeza.-no me iré a ninguna parte.

Bella siguió llorando pegado al pecho de él y Edward acarició su espalda con una suave y continua fricción hasta que vio que su respiración se acompasaba y descubrió que se había quedado dormida. Se levantó, con ella en brazos, y la tumbó todo lo larga que era ocupando varias de las sillas, que por suerte eran acolchadas, para que estuviera más cómoda. Después, se sentó y acomodó la cabeza de ella en su regazo con suavidad para que al despertarse no le doliese demasiado el cuello. Apoyó su cabeza en la pared de detrás de él y suspiró. Escuchó a alguien levantarse y abrió los ojos al tiempo que acariciaba, casi por inercia, los cabellos de Bella; la rubia acompañante de Jasper se alejaba de ellos por el pasillo. El rubio se giró hacia Edward y lo miró unos segundos. Después desvió su mirada a Bella y sonrió al verla dormir tranquilamente por fin.

-te ha necesitado terriblemente.-comentó.

-discutimos y se escapó.-explicó Edward.-lo siento. Me descuidé un momento para ir a prepararle una tila y cuando volví no estaba.

-tranquilo, ella me contó todo.-dijo Jasper.-ella te quiere. No quería terminar contigo pero luego le daba vergüenza hablar contigo. Decía que le daba miedo que no quisieras saber nada más de ella.

-eso es absurdo.-murmuró él mirando a la chica y apartándole un mechón de pelo de la cara.

-eso le dije yo.

Se quedaron unos minutos callados sin saber que decir. Edward recordó entonces a la mujer que lo acompañaba cuando él llegó y decidió preguntarle por ella para hablar de algo ya que el silencio era algo incómodo.

-¿la chica rubia que se ha ido…?-insinuó queriendo hacerle saber la pregunta no pronunciada.

-es mi hermana gemela, Rosalie.-aclaró Jasper.-tampoco nosotros aceptamos que nos adoptaran separados por lo que congeniamos muy bien con las hermanas Swan.

-me alegra que tuviesen algún apoyo.-dijo Edward.

-se les hizo duro porque no estaban juntas en clase.-explicó.-eran de distintos cursos por sus edades por lo que Alice le tocó sola. Bella tuvo suerte de que nosotros estuviéramos en su misma clase. Solo podían juntarse en el comedor; Bella tenía permiso para ir al de los menores.

-que duro…-opinó Edward.

-mucho; se necesitaban mutuamente.-añadió.-conocí a Alice gracias a Bella. Rosalie, ella y yo salimos del orfanato al mismo tiempo cuando cumplimos 18 pero Alice no tenía la edad. Su hermana peleó duramente por su custodia. Cuando por fin la consiguió, la trajo a la casa donde vivíamos los tres y nada más vernos nos quedamos prendados el uno del otro. Fue como amor a primera vista.

-que de película.-comentó el otro.

-bueno, tu historia con Bella no es que sea el pan de cada día.-contestó Jasper divertido.

-también; tienes razón.

-pero la verdad es que es gracioso.-Edward alzó una ceja interrogante.-antes de conocer a Alice yo estaba seguro de que la que me gustaba era Bella.

-¿Bella?-cuestionó confuso.- ¿Por qué?

-si, bueno, Bella y yo estuvimos saliendo juntos un par de meses.-explicó.-de hecho, nuestro primer beso fue juntos. Me refiero a que el primero de ella fue conmigo y el primero mío fue con ella.

Edward no dijo nada pero se sintió atacado por unos celos increíbles por Jasper porque hubiese sido él el primero en besar los cálidos besos de su amada. El rubio notó el cambio del semblante del hombre y pensó una rápida forma de cambiar su cara.

-no fue nada muy intenso.-aseguró tratando de quitarle importancia.-me refiero a que nuestro noviazgo era solo de nombre; estábamos como cuando éramos amigos.

-pero os besabais.-intervino Edward serio.

-en realidad solo aquella vez.-el hombre lo miró escéptico.-la verdad es que estábamos cómodos saliendo porque no cambió nada a cuando éramos solo amigos. Nos convertimos en novios porque los niños nos molestaban. Nosotros solo nos relacionábamos entre nosotros y era raro. También estaba Rosalie pero ella era mi hermana. Simplemente nos miramos y dijimos que éramos novios, así de simple, sin ceremonia alguna. Los niños nos dejaron de molestar y nosotros olvidamos el asunto. Entonces empezaron a meternos en la cabeza que nos novios se daban besos. Al principio los ignoramos pero no cesaban. Una noche Bella estaba abrumada por todo y Rosalie nos dejó solos para hablar. Al final decidimos probar a besarnos. No se quien lo propuso, simplemente llegamos a ese acuerdo. Fue un simple roce de labios. ¡Nada de lengua, lo prometo!-exclamó levantando las manos.-en ese momento nos dimos cuenta de que no servíamos como pareja. Lo dejamos y volvimos a ser amigos.

-¿entonces como es que hasta que conociste a Alice pensabas que te gustaba?-preguntó Edward.

-no lo se.-declaró el rubio.-creo que fue cuestión de que no hablaba con ninguna chica más que con ella y con mi hermana. Pero en cuanto vi a Alice supe que era el amor de mi vida y que quería muchísimo a Bella, pero como una amiga.

-por eso eres tan sobre protector con ella.

-es como una hermana.-dijo.-como otra hermana más.

-hablando de tu hermana… ¿A dónde ha ido?-preguntó Edward.

-a casa a ducharse y a traer ropa para cambiarse a Bella. También algo de comida.-explicó.-y a llamar a su trabajo para avisar de que no podrá asistir.

-¿trabaja?

-si, es una abogada excelente.-dijo Jasper con orgullo.-cuando salimos del orfanato todos cogimos trabajos para ahorrar dinero y mandar a uno de nosotros a la universidad. Nuestra idea era que terminase la carrera y consiguiera un trabajo en el que ganase más y así poder pagarle la universidad a otro, y así sucesivamente hasta que todos trabajásemos en lo que queríamos. Mi hermana fue la primera y la sacó sin repetir. Encontró trabajo y aunque no fuese excelente porque había estudiado en la pública ganaba bastante más que de camarera. Claro que tuvimos un inconveniente en todo eso.

-Alice enfermó.-terminó Edward por él al ver que este callaba.

-así es.-afirmó.-el destino del dinero cambió abruptamente. Bella decidió irse a Manhattan a buscar trabajo. En mi defensa diré que al principio dijo que trabajaba de camarera. Claro que cuando nos dimos cuenta de que el dinero que llegaba era demasiado para ser del sueldo de una camarera le pedimos explicaciones. Trató de convencernos de que allí pagaban más pero no coló. Al final lo aceptó pero aunque lo intentamos no fuimos capaces de convencerla de que lo dejase. Es muy terca.

-¡OH! Eso lo se…-aseguró Edward mientras miraba tiernamente a la chica que dormía reposada en su regazo.-lo he vivido yo mismo.

Ambos hombre se quedaron callados, cada cual sumergido en sus propios pensamientos. Jasper estaba preocupado por Alice peor, aunque rezaba todo lo que sabía, tenía esperanzas de que todo saliera bien al final. Edward por su parte, aparte de su genuina preocupación por la hermana de su amada, tenía otra mucho más fuerte por como reaccionaría Bella ante la respuesta del médico, tanto negativa como positiva.

Estuvieron callados hasta que Rosalie regresó. Jasper los presentó debidamente y se saludaron cordialmente. Les dio un paquete de comida a cada uno y después despertó a Bella para que se cambiara de ropa. Tuvieron suerte y les dejaron una habitación vacía para que se cambiase. Bella ni siquiera quiso ducharse, aunque había ducha en la habitación, por las ganas de volver a la espera de Alice. Al regresar a las sillas, Edward abrió los brazos ofreciéndole un abrazo que ella aceptó con gusto sentándose en su regazo.

Ella dijo que no quería comer pero él la obligó a ello. Cogió algo de la comida que Rosalie había llevado y se la dio a la boca hasta que ella aceptó comer sola con sus propias manos avergonzada del numerito que estaban montando. Cuando terminó, se acurrucó en brazos de Edward.

No sabían cuanto tiempo llevaban allí pero de repente apareció Carlisle ahí.

-chicos, tengo noticias.

Capítulo 10: Mala y buena ¿Cual prefieres antes? Capítulo 12: ¡Sorpresa, sorpresa!

 
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