El mirador del amor
EDWARD POV
Se había acabado el curso y eso solo significaba una cosa… bueno dos cosas, una que nos iríamos de vacaciones con Alice, aunque todavía no sabíamos a donde, ella insistía en mantenerlo en secreto. Y la otra que a Alice de seguro se le ocurría ir a celebrar el haber terminado el curso, así que debía estar preparado para una de sus locuras. Cenamos en casa junto con mis padres, para mi suerte Bella se quedaría en casa este fin de semana, ya que la graduación sería el sábado y según Alice tenían que prepararse.
Salimos de la casa siguiendo el carro de Alice, supuse que tenía unas ideas no muy buenas en la mente, así que como era costumbre cada ves que salíamos con ella había tomado las precauciones necesarias para prevenir una desastrosa locura de mi hermana. Recuerdo que una ves salimos y se le ocurrió que quería dormir mirando las luces de la ciudad…y tuvimos que dormir en el carro en un mirador que daba una hermosa vista de la ciudad. Lo único malo fue la incomodidad del carro.
Cuando terminamos de seguir el carro de Alice, esta se había estacionado frente a un club nocturno. Los chicos entraron mientras yo estaba con Bella afuera tratando de convencerla de entrar, que según ella no era una buena idea ya que no sabía bailar. Al final terminé prometiéndole que no dejaría que ella se cayera y que haría cualquier cosa si ella entraba conmigo. Ella accedió y entramos al club. Cuando encontramos a los chicos Bella se sentó con las chicas mientras nosotros íbamos por unas bebidas. Nos fuimos hacia la barra y pedimos unas sodas. Estábamos ahí esperando cuando comenzó a sonar una canción muy bonita, era lenta, especial para bailar. Fuimos hacia donde estaban las chicas y todas se fueron a bailar mientras yo convencía a Bella de que hiciera lo mismo.
Cuando aceptó nos conduje hacia un lugar apartado, quería un poco de privacidad y que nadie nos molestara. Comenzamos a bailar mientras yo colocaba mis manos en la cintura de Bella y le pedía que se dejara llevar por la música. Acerqué mi rostro al de ella y la besé lentamente mientras mis manos se deslizaban por sus caderas, lo que al parecer ayudó bastante ya que la música había cambiado y ella continuaba bailando junto a mi. Nos separamos un poco cuando fuimos interrumpidos por mi hermana, la cual por cierto había tomado un video de mi y de Bella bailando. A esto me refería con sus pequeñas locuras, aunque en verdad bailábamos bien.
Salimos del club y a Alice se le ocurrió ir a dar una vuelta, no sé porque me imaginaba a que lugar iba a ir. Comenzamos a seguirla y como supuse nos llevó a ese lugar del que tanto oímos hablar esa semana en la escuela, solo que nunca pensé que se le ocurriría venir a aquí, y no lo digo por nada malo sino porque el nombre lo decía todo… El mirador del Amor. Por suerte yo había venido preparado, no quería ninguna sorpresa por parte de Alice.
Llegamos y parqueamos los autos, el lugar era un parqueo gigante que antes solía ser un autocine, pero con el tiempo las cosas fueron cambiando y ahora el lugar tenía una de las mejores vistas de la ciudad, quedaba en lo alto de una colina y todo estaba muy oscuro, solo iluminado por las luces de las estrellas y las de la ciudad que se perdía debajo de la colina.
-Esta es la idea de tu hermana de dar una vuelta.- me dijo Bella
-Al parecer si, te gusta.- le dije sonriendo.
-Si, este lugar es hermoso.- me dijo mientras miraba las luces de la ciudad.
-Ven, quiero que lo veas bien.- le dije abriendo la puerta del auto.
Salimos y como era de esperarse con el clima de aquí ya comenzaba a hacer un poco de frío, pero en eso no había problema, yo venía preparado. Bella salió del auto y se me quedó mirando.
-Creo que hace un poco de frío para estar aquí afuera.- me dijo casi temblando.
-No te preocupes, ando preparado.
Me dirigí hacia la maleta del auto y de ahí saque unas mantas, fui hacia el capó y coloqué una sobre este y me senté en el y llamé a Bella para que me acompañara. Ella se sentó delante de mi y nos cubrí con una manta.
-Que haces con todo esto en el auto.- me preguntó mientras se acomodaba.
-Con Alice aprendí que siempre tienes que estar preparado cuando sales con ella, nunca sabes donde pasarás la noche.- le dije y ella se echó a reír.
Estábamos viendo la hermosa vista de la ciudad cuando siento que alguien abría una puerta y luego unos pasos hacia nosotros.
-Emmett porque no trajiste unas mantas como Edward.- le decía Rosalie.
-Yo no sabía nada de esto Rose.- le decía Emmett.
-Como se supone que vea la hermosa vista dentro del auto.- le dijo ella un poco enfadada.
-No te preocupes Rosalie, hay más mantas en mi auto.- le dije y Emmett fue hasta allí para cogerlas.
-Gracias hermano te debo una.- me dijo sonriendo mientras ponía las mantas en el suelo y en el borde de la colina para tener una mejor vista.
Bella se encontraba abrazada a mi viendo la hermosa vista de las estrellas y de la ciudad.
-Edward, me puedes ayudar en algo.- me dijo en un susurro.
-Lo que quieras.-le dije besándola levemente.
-Podemos regresar al auto, ahí te lo explico.
Nos bajamos del auto y recogimos las mantas, Bella insistió en ir a la parte de atrás del auto, que estaría tramando.
-Bien que es lo que quieres.- le dije mientras la acercaba a mí.
-Podemos jugarle una broma a Emmett.- me dijo sonriendo.
Esto me iba a gustar, hacerle una broma a Emmett claro que si, el siempre era el que bromeaba con nosotros y nunca nos habíamos podido desquitar. Pero que era lo que estaba tramando Bella, Emmett con lo único que se sentía intimidado era que jugaran con su vida sexual… oh no ella no puede estar pensando eso.
-Que vas a hacer Bella.- le pregunté conociendo la respuesta.
-Ya que el siempre está haciendo bromas sobre nuestra vida sexual…que tal si lo molestamos un poco con la de él.- me dijo sonriendo.
-Y como piensas hacerlo.- le dije, parece que esto me iba a gustar.
-Vamos a necesitar ayuda de Alice.- me dijo sonriendo.
Bella tomó el celular y le marcó a Alice y ella estuvo de acuerdo con el plan de Bella. Le advirtió que cerrara las puertas del auto para que ellos no se atrevieran a abrirlas y que hicieran tantos sonidos como pudieran. Ahora si se había vuelto loca.
BELLA POV
Esta idea me encantaba pero no tanto por la parte de molestar a Emmett, más me gustaba la parte de mi y Edward en la parte de atrás del auto. Después de marcarle a Alice y explicarle comenzamos a trabajar en el plan. Cerramos las puertas del auto y Edward se me quedó mirando.
-Bella…exactamente que vamos a hacer.- me dijo Edward y yo no puede evitar reírme.
-Tu solo déjate llevar.- le dije mientras me acercaba a el y comenzaba a besarlo.
-Ahora si te has vuelto loca…que le hiciste a mi novia.- me decía mientras yo comenzaba a besarlo.
-Bella recuerdas hasta donde llega mi autocontrol.- me dijo el sonriendo.
-Creo que no lo vas a necesitar.- le dije sensualmente mientras comenzaba a recorrerle el pecho por encima de la camisa.
Edward tomó el mando del reproductor y puso un poco de música. Esto si que era excitante, comencé a zafarle la camisa a Edward mientras mis manos recorrían su pecho desnudo. Edward comenzó a besarme intensamente mientras me iba quitando la blusa y sus manos me acercaban más a él hasta quedar recostada en el asiento y debajo de el. Debería estar nerviosa, nunca había hecho esto en una auto, y menos con gente cerca de nosotros, pero por suerte para mi los cristales del auto eran calovares y no se veía nada para adentro. Edward comenzó a bajar sus labios por todo mi cuello al parecer no tenía intención de apurarse ya que me recorrió completa hasta llegar a mi sujetador, ya a este punto mi respiración estaba un poco agitada. Edward me levantó un poco para zafar mi sujetador y luego devorar mis senos lentamente, mientras yo colocaba mis manos en el pelo de Edward y no pude evitar que se me escapara un gemido al sentirlo bajar hasta el cierre de mi short. El comenzó a zafarme el short y yo hice lo mismo con los jeans de él hasta que ambos quedamos en ropa interior. Edward comenzó a besarme nuevamente, esta ves con mucha más pasión ya sus besos no eran lentos ahora eran demandantes. Baje mis manos hasta sus bóxers y acaricié su erección por encima de estos. Edward gimió en mi boca y yo no pude evitar gemir también al sentir como sus dedos avanzaban por debajo de la tanga y uno de ellos se introducía en mi. Si no fuera por la música que Edward había puesto juraría que Emmett a estas alturas nos había escuchado.
-Estas segura de hacer esto.- me dijo Edward mirándome sensualmente.
-Si, ahora solo hace falta sonar la bocina del auto.- le dije mientras comenzaba a bajarle los bóxers.
-Creo que se te están pegando las malas ideas de Alice.- me dijo mientras bajaba mi tanga lentamente.
-Tu crees que esto es una mala idea.- le dije mientras acariciaba su erección.
-En estos momentos no lo creo.- me dijo sonriendo.
Edward estiró un mano hacia sus jeans, sacó un preservativo y se lo puso, luego se giró hacia mi sonriendo.
-Muy bien ahora viene la mejor parte.-me dijo mientras estiraba una mano para tocar la bocina.
Después se pegó a mí, tomó una de las mantas y la tiró encima de nosotros por si de casualidad abría la puerta no se viera nada… y comenzó a entrar lentamente en mí mientras yo colocaba mis piernas alrededor de sus caderas. La bocina del otro auto sonó también mientras Edward se movía a un ritmo lento y los gemidos que salían de nuestros labios inundaban el auto. Comenzó a aumentar las envestidas mientras mis manos iban hacia su espalda y levemente enterraba las uñas, esto era demasiado excitante. Mis paredes comenzaron a estrecharse y Edward envistió más rápido. Los cristales del auto estaban completamente empañados por el calor que salía de nuestros cuerpos. Después de unas cuantas envestidas más ambos llegamos al cielo juntos. La situación había sido extremadamente excitante, el solo saber que alguien nos podía interrumpir en cualquier momento…la hacía mucho mas desafiante.
Edward salió de mi y se dejó caer sobre mi cuerpo, la verdad esto había sido genial, acerqué sus labios a los míos y lo besé lentamente, estábamos metidos en nuestro mundo donde las palabras sobraban. Cuando unos toques en el cristal nos sacaron de nuestra burbuja. Nosotros tuvimos que aguantar la risa ya que imaginábamos quien era el que estaba tocando en el cristal. Edward lo bajó solo un poco para oír a Emmett pero sin que el viera anda hacia dentro del auto.
-Edward, sabes que eso no tiene gracia.- decía Emmett un poco enojado.
-Que sucede Emmett, nosotros no hemos hecho nada.- le decía Edward tratando de no reírse.
Emmett se giró y se dirigió hacia el auto de Alice mientras nosotros nos echábamos a reír ante el tono de enojo de Emmett. Cuando llegó al auto de Alice también tocó el cristal.
-Alice, para la próxima me dices para donde vamos y así traigo mi auto, no es justo que todos ustedes estén teniendo sexo mientras yo estoy viendo las luces de la ciudad, ¡Auch!, Rose no me des sabes que tengo razón.!Auch!
No podíamos dejar de reírnos al parecer Rosalie había golpeado a Emmett por su comentario. Esto si que había valido la pena, aunque no hubiera sido muy agradable que nos hubieran interrumpido. Edward subió el cristal y comenzamos a vestirnos. Cuando terminamos el se giró hacia mi sonriendo.
-Sabes creo que me están empezando a gustar las ideas tuyas, me pregunto que más se te ocurrirá hacer.- me dijo mientras me besaba y abría la puerta del auto.
Salimos del auto y Emmett se giró hacia nosotros, se podía notar que estaba enojado, sobre todo por la cara que tenía. Alice y Jasper salieron también y Edward se quedó mirando a Emmett.
-Quieres que te preste el auto Emm.-le dijo Edward mientras nosotros no podíamos aguantar la risa ante el comentario de Edward.
-Para que, sabes lo que es tener que oírlos a usted dos como tienen sexo mientras yo no puedo. ¡Auch! Rose no me pegues más.
Decía Emmett mientras señalaba hacia mi y Edward, yo podía notar como mis mejillas enrojecían, era una suerte que fuera de noche y no me pudieran ver. Todos nos estábamos riendo por el comportamiento de Emmett.
-Al parecer la música no sirvió de mucho.- le dije muy bajo a Edward.
-Si parece que no, pero esta ha sido la mejor idea que se te ha ocurrido.- me dijo mientras me giraba hacia el.
-Porque lo dices.-le dije mientras me acercaba a el.
-Bueno sin contar la parte del sexo…que ha estado genial.-me dijo sonriendo.- y la cara que ha puesto Emmett, ya era hora de que nos vengáramos de él, no sabes las veces que me lo encontré en ciertas situaciones poco decorosas.- me dijo mientras me acercaba a el y me besaba apasionadamente mientras su lengua comenzaba a jugar con la mía y sus manos comenzaban a bajar por todo mi cuerpo.
-Podrían dejar eso por favor, no creen que ha sido suficiente.- decía Emmett.
Edward y yo nos separamos mientras todos nos reíamos ante el comportamiento infantil de Emmett. Después de la velada en el Mirador del Amor montamos en los autos para regresar a la casa. Todo el camino fue en silencio, aunque en este momento sobraban las palabras, a cada rato nos mirábamos y Edward me sonreía. Ahora comprendía porque se llamaba el Mirador del Amor, aunque quizás esa es solo mi interpretación… me moría por saber porque le decían así.
-Edward…porque ese lugar se llama así.- le dije mientras el parqueaba al frente de la casa.
-Según me contaron, en ese lugar hace muchos se conocieron dos niños en uno de esos días de excursión… y se juraron amor eterno…pero el tiempo los separó por azares del destino. Solo se volvieron a encontrar 20 años más tarde en el mismo lugar y ambos se acordaron de lo que había prometido cuando chicos. En ese mismo lugar el le propuso matrimonio a ella…y dicen que aún hoy todavía están juntos…Así que resumiendo ese es el lugar adonde uno lleva a la persona que ama.
-Wao es una historia muy linda.- le dije mientras el me sonreía y me acercaba para darme un beso.
-Si… y siento que sin importar lo que nos depare el futuro, si algún día nos tenemos que separar, yo te seguiré queriendo. -me dijo mientras no dejaba de besarme.
-Eso quiere decir que tu me amas.- le dije aunque creía que sabía la respuesta.
-Con todo mi corazón.- me dijo mientras volvía a besarme.
-Entonces nunca te vas a separar de mi.- le dije mientras lo besaba lentamente por todo su rostro y bajando hacia el cuello.
-No nunca- y me comenzó a besar desesperadamente, pero unos golpes en el cristal nos sacaron de nuestro mundo.
-Búsquense un cuarto.- nos dijo Emmett del otro lado del cristal.
Bajamos del auto y todos estaban riendo. Entonces Edward izo algo que yo no me esperé, me cargó en sus brazos.
-Edward que estás haciendo.- le dije mientras yo no dejaba de reír por sus ocurrencias.
-Haciéndole caso a Emmett, voy a buscar un cuarto.
Y diciendo esto y conmigo en brazos comenzó a caminar por toda la casa hacia su habitación. Cuando llegamos no me soltó me llevó hacia la cama donde me puso delicadamente mientras se alejaba de mi sonriendo para cerrar la puerta con seguro y regresaba mirándome malévolamente.
-Que está pasando por tu cabeza Cullen, aún no puedo leer mentes.- le dije mientras no podía evitar reírme.
-Si te lo digo creo que no te va a gustar para nada la idea.- me dijo mientras se acercaba peligrosamente a mi.
-Porque no me la dices, puede que te sorprenda lo que me puede gustar o no.- le dije y el solamente me sonrió, de esa forma que me hacía perder la cabeza.
-Muy bien, pero recuerda no molestarte por lo que te voy a decir.- me dijo.
-Esta bien que es lo que te traes entre manos.-le dije un poco sería aunque la verdad por dentro estaba intrigada por su loca idea.
-Solo me estaba imaginando como te verías desnuda y cubierta de sirope de chocolate.- me dijo y yo no pude evitar sonrojarme ante esa idea, sintiendo sus labios por todo mi cuerpo.
Comencé a pensar en como me sentiría en ese momento y se me ocurrió una idea… como se vería el cuerpo de el cubierto también aunque en mi caso lo haría con jalea de fresa. Y entonces recordé algo que siempre traía entre mis cosas…
-Pues mira qué casualidad, yo estaba pensando en otra cosa completamente diferente.- le dije mientras me levantaba e iba hacia él.
-Y se puede saber que estaba pasando por esa cabecita tuya.- me dijo mientras me acariciaba el rostro y yo lo dirigía hacia la cama.
-Pues yo estaba imaginando como te verías tu tumbado sobre esa cama.- lo empuje hasta que quedó acostado.- cubierto de jalea de fresa, porque no se si lo sabes pero me gusta mucho la jalea de fresa.- le dije mientras me sentaba sobre el y comenzaba a besarlo en el cuello.
-Pues si que tienes buena imaginación.- me dijo mientras comenzaba a besarme apasionadamente.
-Pero sabes que…- le dije separándome un poco de él.-creo que tú no has entendido la situación todavía.- le dije mientras le zafaba la camisa para luego quitársela.
-Ah si y que es lo que debo entender de la situación.- me dijo sonriendo…claro que el no sabía lo que le esperaba.
-Pues la situación es la siguiente…- le dije mientras tomaba un pañuelo que llevaba en el bolsillo de mi short.-tu te vas a quedar aquí tranquilo mientras yo voy a mi habitación.-le dije mientras amarraba una de sus manos a la cama.
-Muy bien no me moveré, pero sabes que esto no es necesario.-me dijo sonriendo.
-Lo sé.- le dije y salí por el baño hacia mi habitación.
Cuando llegué busque entre mis cosas mi objetivo, que si Alice se enteraba me mataba. Una pequeña botella de jalea de fresa que tenía escondida para comerla cuando ella no me viera porque decía que todas esas cosas dulces son dañinas y que iba a perder la línea. Así que tras tres años de andar con Alice sin poder comer cosas con jalea, aprendí a andar con una pequeña botellita siempre arriba. Quien me iba a decir que algún día me haría tanta falta. Tomé la pequeña botellita y otro pañuelo y fui hacia la habitación de Edward. Cuando llegué el obedientemente se encontraba acostado en la cama. Me acerque a él con la botellita detrás de mi, escondida.
-Que es lo que piensas hacer Bella torturarme mentalmente, porque es muy difícil que puedas encontrar jalea de fresa a esta hora y menos con Emmett en la casa, de seguro ya la gastó con Rosalie.- me dijo mientras él no paraba de reírse.
-Como se ve que no me conoces.- le dije mientras me acercaba a el.
Llegué hasta donde el estaba y me senté sobre el deslizando lentamente una de mis manos por todo su pecho.
-Bella por favor que es lo que vas a hacer ahora, no me gusta el suspense.- me dijo mientras su mano libre se dirigía hacia mis piernas.
-Bueno pues verás…-le dije sacando la otra mano con la botellita de jalea y enseñándosela.- Ya que tu no has entendido en la situación que te encuentras, yo te lo voy a explicar con lujo de detalles…Lo primero es esparcir toda la jalea uniformemente.-Le dije mientras lentamente comenzaba a regar la jalea por todo su torso desnudo hasta que este quedó cubierto completamente.
-Después debo atar los cabos sueltos.- le dije sonriendo mientras me bajaba de el y le ataba la otra mano y el no paraba de reírse.
-Creo que te estás pasando de la raya, sabes que esto te puede costar muy caro.- me dijo aún sonriendo pero mirándome peligrosamente.
-Te pagaré lo que me pidas, no importa el costo.- le dije mientras no dejaba de mirarlo y no pude evitar morder mi labio inferior al verlo cubierto de jalea.
-Te vas a arrepentir de lo que…-pero no lo dejé terminar y silencié sus labios con uno de mis dedos mientras volvía a sentarme sobre el.
-Tercero y lo más importante que hay que recordar…- le dije mientras lo miraba fijamente a los ojos.- Se debe retirar la jalea con mucha delicadeza.
Le dije mientras me acercaba a su rostro y lo besaba lentamente en los labios, para más tarde ir bajando por su mejilla, su cuello y llegar hasta su pecho, al cual comencé a quitarle toda la jalea, lenta y tortuosamente. Solo quería hacerlo sufrir hasta que no aguantara más y me pidiera que lo soltara. Ya no quedaba ni rastro de la jalea que alguna vez estuvo en su pecho, aunque yo continuaba besándolo y recorriéndolo completamente con mi lengua mientras a el se le escapaba alguno que otro gemido. Hasta que aún no entiendo cómo, él se logró soltar y me giró para quedar sobre mi y me miró de una forma enloquecedora.
-Creo que ya te has divertido bastante.- me dijo mientras me besaba apasionadamente y mordía levemente mi labio inferior haciendo que de mis labios se escapara un gemido.
-Y que vas a hacer al respecto, no te tengo miedo.- le dije tratando de no reírme aunque estaba nerviosa por lo que se le pudiera ocurrir.
-No deberías haber dicho eso.- me dijo mientras me sujetaba las manos sobre mi cabeza y con la mano libre comenzaba a zafar mi blusa.
Mi ropa fue desapareciendo poco a poco hasta que quedé solamente en ropa interior al igual que el. Entonces tomó uno de los pañuelos y me vendó los ojos para luego cargarme y salir conmigo de su habitación hacia algún lado de la casa. Solo supe hacia donde me había llevado cuando sentí el agua caliente en mi cuerpo. Y digo sentí porque por mucho que quise Edward no me quitó la venda de los ojos, lo que hizo que la sensación fuera más placentera. Esa noche hicimos el amor como nunca lo habíamos hecho, hasta que ambos quedamos exhaustos y nos dormimos plácidamente en su habitación.
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