By. Yurika Cullen
*-B-pov-*
Emmett redujo la velocidad cuando estábamos llegando a los límites de la ciudad, me sorprendí al ver que era una zona residencial, y de las mejores de todo Chicago, estaba algo desolada pues las casas tenían una considerable distancia entre cada una, además de que era importante tomar en cuenta la hora, no tenia seguro que hora era, pero se que estaba muy tarde, tal vez era entrada la madrugada ya. Cruzamos el portón de una inmensa mansión, quizá más grande que la mía, era de las ultimas de la zona por lo que estaba bastante alejada del resto, al bajar vi el auto en el que Jacob había salido desde mi casa, me sentí mas tranquila al saber que todos estaban bien y seguros. Edward me dio la mano y entramos a la casa, en cuanto cruzamos la puerta principal todos vinieron a recibirnos y preguntarnos como estábamos.
— Estamos bien, no pasó nada, el único que quedo destruido fue mi auto— dijo Edward con voz molesta, algunos rieron y el ambiente se relajo un poco
— El auto y James— dijo Emmett
— ¿Qué paso con él?— pregunto Rosalie
— Edward le puso un tiro entre ceja y ceja— no se porque, pero no me entristeció saber de su muerte, por el contrario me sentía mas tranquila
— Se lo merecía, maldito depravado— volvió a decir Rosalie
— Sera mejor que todos vayamos a dormir, pueden estar tranquilos, el lugar esta siendo vigilado y nada pasara— dijo Jasper, no me había dado cuenta de que Alice estaba a su lado con cara de preocupación viéndole el brazo vendado, él solo le dio una leve sonrisa para dejarle claro que estaba bien— hay suficientes habitaciones para todos, espero que Jacob ya les haya mostrado para que se ubiquen— volvió a hablar, todos asintieron, menos Edward y yo, apenas y llegábamos
— Bien— dijo Emmett acercando a Rosalie— que todos tengan dulces sueños, a mi me deben una recompensa— y sin dar mas explicaciones se llevo a Rosalie escaleras arriba mientras ella reía, todos rodamos los ojos. Los siguientes en marcharse fueron Jacob, Seth y Sue, Jasper y Alice se sentaron en uno de los sofás de la sala mientras ella le revisaba el brazo y le preguntaba como estaba, eso me recuerdo la mejilla de Edward
— Edward, déjame revisarte la herida ¿si?— él me miro y sonrió
— Está bien, vamos— y me tomo de la mano mientras subíamos las escaleras
Entramos a una de las ultimas habitaciones del corredor y me sorprendió ver que Edward tenia la llave de la puerta, entramos y él me sentó en la cama mientras iba al baño por el botiquín, luego de traerlo lo hice sentarse él en la cama y busque lo necesario para desinfectar la herida y poder ver si necesitaba puntos, me ubique entre sus piernas para estar mas cómoda para limpiarla, estaba pasando el algodón por su mejilla cuando el sonrió.
— ¿Qué es tan gracioso?— le pregunte
— Nada, solo que esta escena me recuerda algo— yo sonreí al comprenderle, cuando él llego a mi casa, me atendió la mejilla que Aro había golpeado
— Algo me decía, que algún día te devolvería el favor… ya esta— le dije luego de terminar de limpiarla— en verdad fue solo un rasguño, no vas a necesitar puntos—
Estaba a punto de separarme cuando Edward tomo el algodón que estaba en mis manos y lo lanzo lejos, pasó sus manos por mi cintura y me apretó a él, por inercia le cruce los brazos en el cuello, yo estaba solo un poco mas arriba de él, pues aunque estuviera sentado era mucho más alto que yo. Levanto las manos de mi cintura hasta mi rostro y me beso, lenta y suavemente, como queriendo comprobar que fuera real, yo le respondí de igual forma dejándole claro que aquí estaba, que no me iba a ir de su lado a menos que el me lo pidiera.
Caímos a la cama yo sobre él, pero jamás rompimos el beso, escuche el ruido que hizo el botiquín al caer al suelo pero aun así no nos separamos, cuando me di cuenta, habíamos cambiado posiciones y ahora Edward era quien estaba sobre mí, el beso también había cambiado, ahora nos besábamos con pasión y desespero, podía sentir sus manos acariciando mi cuerpo, aunque jamás pasaron de mi cintura, mis brazos y mis piernas, pero yo quería mas, yo quería que tocara mas, me moría por sentir sus caricias bajo la ropa, porque nuestras pieles se rozaran. Cuando me beso el cuello no aguante más y metí mis manos bajo su camisa, sentí su abdomen bien formado tensarse bajo mi toque y eso me hizo sentir poderosa, él también lo quería, así que continúe avanzando y llegue a sus pectorales, no podía creer que estuviera acariciándolo, ese perfecto pecho que varias veces había visto sin camisa, ahora estaba bajo mis manos, siendo acariciados por mí. Continúe acariciándolo y pase mis manos aun bajo la camisa, hasta su espalda. Edward dejo de besar mi cuello y suspiro sonoramente.
— Bella— me dijo al oídio con voz ronca, mi piel se estremeció— para—
— ¿Por qué?— mi voz salió igual de ronca
— Si continuamos así, vamos a terminar haciendo otra cosa—
— ¿Y no quieres?—
— No es que no quiera, es que no se si es correcto—
Iba a levantarse y rápidamente le cruce los brazos al cuello impidiéndoselo
— ¿Por qué no seria correcto?— ambos nos estábamos mirando a los ojos fijamente, los suyos estaban llenos de pasión, ¿Entonces porque luchaba? Si claramente se notaba que él también lo quería
— No quiero que hagas nada bajo presión, no quiero que la circunstancia influya, si esto tiene que pasar, quiero que sea cuando estés lucida— yo fruncí el seño
— ¿Y porque dices que no estoy lucida?—
— Después de la experiencia que acabas de vivir, es lógico que estés aturdida—
— Edward, yo se perfectamente lo que estoy haciendo— él se levanto zafándose de mi agarre fácilmente, se sentó en la cama y me sentó en su regazo
— ¿Estas segura de lo que haces?— me pregunto con voz ronca de nuevo. Yo me gire y me puse a horcajadas sobre él, le tome su rostro con mis manos y le hable con toda la seriedad y con todo el corazón
— Edward, yo te amo— él abrió los ojos sorprendido— Se que suena absurdo, que en tan corto tiempo puede ser imposible, pero lo es, estoy enamorada de ti, y solo contigo quiero que pase— Edward me dio un beso en los labios
— Yo también te amo Bella, lo comprobé hoy, cuando pasó lo de James, comprendí que no quería perderte, soy capaz de dar mi vida, con tal de que estés a salvo, el miedo a perderte me hizo entender que te amo, aunque jamás he amado a nadie, estoy seguro de lo que siento, mis sentimientos por si son verdaderos, por eso pare, porque quería que tu también me amaras cuando estuviéramos juntos, quería que no fuera solo pasión lo que te llevara a hacerlo— yo lo silencie con un beso
— Hazme el amor Edward, hagamos el amor— le dije junto a sus labios
Esta vez no protesto y me beso, se giro sosteniéndome y me poso en la cama, mientras él se ubicaba sobre mi, nos besamos y acariciamos por largo rato, esta vez, Edward se aventuraba a tocar un poco mas que antes, lentamente me quito la ropa, rosando con sus dedos mi piel mientras lo hacia. Imitándolo le quite la camisa y le desabroche el pantalón, él me ayudo terminando de quitárselo y haciendo lo mismo con sus bóxers y mi ropa interior, nos miramos por un tiempo y yo me sonroje, no solo porque me viera desnuda si no por verlo yo a él, nunca había visto un hombre desnudo y tenia que decir, si todos eran como Edward, eran impresionantes. Cuando nuestras pieles se juntaron ahogue un gemido de placer, era maravilloso, se sentía tan suave y caliente su piel sobre la mía, sentía su erección presionando mi pelvis y eso me estaba volviendo loca, nunca había estado con nadie y puedo decir que le agradecía a Aro eso, si yo no me hubiera encontrado en esta situación, no hubiera podido conocer a Edward, no hubiera podido experimentar este placer por primera vez con él, era casi glorioso. Nos besamos y acariciamos por un tiempo mas, en la habitación solo se escuchaban nuestros jadeos y respiraciones cortadas, con una mirada le di a entender a Edward que lo quería ahora, él comprendió y lo vi estirarse un poco hasta la mesita de noche junto a la cama, saco un preservativo y se lo puso.
— ¿Cómo sabias que estaba ahí?
— pregunte suavemente
— Porque son míos— yo lo mire sin comprender— Esta mansión es mía— yo asentí y no quise preguntar nada mas, ya habría tiempo para eso, ahora solo quería hacer el amor con Edward. El me beso apasionadamente y luego sentí como se posicionaba en su lugar
— Edward— lo llame casi inaudible, pensé que no me escucharía. Pero lo hizo
— Mmm— fue su simple respuesta mientras me miraba
— Se que, tal vez no es el momento adecuado para decirlo, pero… soy virgen— dije aun mas bajo mientras me sonrojaba, Edward me miro fijamente y sonrió de manera torcida, luego me dio un beso
— De alguna manera lo sabia— me dijo— seré cuidadoso, no te preocupes— asentí, aunque desde antes yo sabia que lo seria, es solo que, quería dejarle claro antes de que pasara, que él era mi primer hombre y me aseguraría de que fuera el único.
Edward empezó a entrar lenta y suavemente en mí mientras besaba mi cuello y me acariciaba el cuerpo, con solo esos gestos yo ya estaba por enloquecer, ni siquiera sentí cuando entro por completo, fui consiente cuando empezó a moverse y cuando el placer me inundo, no pude evitarlo y empecé a gemir en su oído, el respiraba entre cortado y suspiraba cada tanto, le cruce las piernas por la cintura y él inmediatamente me tomo del trasero y se apretó mas a mi, mientras aumentaba el ritmo, cerré los ojos con fuerza al sentir la explosión que recorrió todo mi ser, juro por Dios que roce el cielo con la yema de mis dedos, di un fuerte gemido cuando el orgasmo me llego y a los segundos sentí a Edward acompañando mis gemidos con los suyos propios mientras se derrumbaba sobre mi, me beso en los labios y se acomodo a mi lado para no aplastarme con su peso, mientras me arrastraba hasta su pecho y nos arropaba con las sabanas, lo abrace de forma posesiva por la cintura, después de esta noche, no me quería separar nunca mas de él.
— Te amo— me repitió esa fantástica palabra al oído
— Yo también te amo— le dije mientras le acariciaba el pecho
Nos quedamos en un silencio muy cómodo un rato mas, él me acariciaba el cabello y la espalda, mientras yo hacia círculos en su abdomen con el dedo índice. Luego recordé lo de la mansión y no pude evitar preguntar.
— Edward—
— Mmm— volvió a responder como minutos antes
— ¿En verdad esta mansión es tuya?—
— Si, era de mi padre, pero me la heredo en vida, no vivo aquí, tengo mi propio apartamento en el centro de la ciudad, pero la uso para algunas ocasiones como esta, es bastante segura, tiene un buen sistema de seguridad además de que esta bastante apartada, aunque solo la habíamos llegado a usar Emmett, Jasper y yo, ustedes son los primeros aparte de nosotros en venir—
— Ya veo… pero, entonces ¿Por qué tenias esos preservativos ahí?— dije levantando el rostro para verlo, él sonrió
— ¿Piensas que te digo mentiras? ¿Cree que traje a alguien mas aquí?— yo me sonroje— no seas tonta Bella— dijo mientras me apretaba fuertemente con su brazo derecho y me daba un beso en la sien— los tengo ahí porque Emmett me los regalo en una ocasión que vinimos, creo que dijo algo como "Mas vale que los uses" esperanzado en que trajera a alguien pero, nunca lo hice—
— ¿Has tenido muchas novias?— no pude evitar preguntar, ¿Cuántas habían sido testigo de la pasión de Edward Cullen? Los celos me invadían
— Dos, aunque la primera la tuve a mis dieciséis años, duramos tres años de novios y a los diecinueve quede solo de nuevo, la relación no fue muy buena así que desde ahí he preferido estar solo, no te voy a decir que soy un santo, porque he tenido aventuras, pero han sido muy pocas, por mi trabajo y mi falta de interés en formar una relación, he estado mas solo que nada, por eso Emmett y Jasper viven haciendo burlas de mi soledad cada que pueden—
— ¿Y la segunda?—
Él sonrió
— Tú la conoces— inmediatamente pensé en Tanya ¿Me abría escondido que habían tenido una relación? al parecer noto mi debate interno y soltó una carcajada y luego me beso— eres tu Bella— me dijo ahora en tono serio. Yo abrí los ojos sorprendida y lo mire
— Pero, me dijiste que esperarías a que…— me silencio colocando un dedo en mis labios
— Se lo que dije, pero como vez, no aguante tanto o es que ¿no quieres ser mi novia?— me dijo en broma
— Mmm, déjame pensarlo— le dije en igual tono. Luego reí— ¡Claro que si!— dije sentándome sobre él— ¿Quién no querría ser novia de Edward Cullen?—
— No se, pero a mi solo me interesa una—
Nos besamos de nuevo y a los minutos volvimos a hacer el amor, estábamos consientes de que era demasiado tarde, tal vez pronto amanecería, pronto tendríamos que bajar y reunirnos con todos para ver como entrar a la empresa, pero no nos importo, ya habría tiempo para descansar, lo mas importante ahora, era amarnos.
Al día siguiente sentí que tocaban la puerta, no estaba segura de cuantas horas habíamos dormido, pero eran pocas, muy pocas, abrí mis ojos y me encontré con los verdes de Edward mirándome con una sonrisa, me dio un beso en los labios luego de un leve "buenos días" y se levanto buscando sus bóxers y su pantalón, yo me senté en la cama iba a levantarme pero me lo impidió.
— Quédate ahí, no hace falta que te levantes, veré quien es y luego vuelvo—
— Préstame tu camisa— le dije al ver que no se la colocaría— por lo menos la usare de pijama, me siento incomoda si me ven así— dije refiriéndome a mi desnudez, pues la puerta daba de frente a la cama, él asintió y me la paso, me la puse rápidamente y me tape otro poco con las sabanas, Edward se acerco a la puerta y al ver que estaba lista abrió. Era Jasper, suspire aliviada, si hubiera sido Emmett me imagino el millón de comentarios vergonzosos que haría, aunque, si hubiera sido él, desde un principio habría tumbado la puerta al no abrirle después del segundo toque
— Hola Edward— dijo Jasper, me miro y sonrió a modo de saludo, pero en su rostro no hubo gesto de burla ni picardía al notar claramente lo que había pasado
— ¿Qué pasa Jasper?—
— Quería avisarte que nos reuniremos abajo en media hora para organizarnos, recibí una llamada del jefe y espera que tengamos algo planeado para dentro de una hora— Edward suspiro
— No me extraña, siempre presionando, pero esta bien, en medio hora bajamos— Jasper sonrió
— Ten— dijo entregándole una bolsa— Alice y Rose empacaron algo de ropa anoche, hay para los dos—luego se marcho, Edward cerro la puerta y se acerco de nuevo a la cama refunfuñando
— ¿Pasa algo malo?—
— No, es solo que detesto que Carlisle nos presione tanto—
— ¿Carlisle?—
— Nuestro superior—
— ¿Es muy malo con ustedes?—
— En realidad no, algo estricto pero, es una buena persona— sonrió de manera torcida y yo no entendí porque— Ya lo vas a conocer— me dijo— Y te sorprenderás, con nosotros a veces se porta como un ogro en las misiones, pero con los demás es una pera en dulce. Será mejor que nos duchemos y arreglemos rápido, tenemos que tenerle noticias a las ocho—
— ¿Qué hora es?— pregunte cuando me levante de la cama
— Las siete de la mañana… ¿Vienes?— me dijo tomándome de un brazo
— ¿A dónde?— Edward no respondió, se acerco, me levanto por el trasero y me cargo hasta el baño. Ahora veo a donde, pensé, pero no dije nada. Media hora después y luego del baño más fabuloso que he tomada en mi vida, estábamos en la sala reunidos con todos
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