Capitulo 2
Edward
Despues de lo sucedido, he tenido mucho que pensar, necesito hablar contigo y aclarar ciertas cosas que han estado atormentandome, no te preocupes, no intentare nada, que pueda poner en peligro a tu “Humana” puedes estar seguro de eso.
A manera de Suplica, acepta encontrarte conmigo, deja la respuesta en tu intento de recamara, yo pasare por ella, cuando estes con bueno, con ella o lo que sea.
Si aceptas o no, por favor dejame la respuesta, espero que accedas.
Victoria
Todo me había imaginado que podía pasar, menos esto, ¿Qué es tan importante para que se arriesgue al venir a mi casa?, ¿Qué es eso que le atormenta tanto?, ¿Debería si quiera estar releyendo su carta?.
---Victoria, ¿que estas pensando?
Había un aroma extraño, no sabia descifrar que era lo diferente, me acerque al sofá y tome con fuerza una frazada azul marino, con la imagen de la luna que Bella había dejado días atrás, objeto que debería oler a humano, y que no lo hacia, era extraño lo que emanaba; una mezcla de cerezas y de…Por Dios, de sangre, comencé a examinar el pedazo de tela, pero no había rastro, ni siquiera una gota.
Era obsesionante el aroma, me senté en el suelo, junto al sofá, gire mi cabeza y ahí estaba de nuevo, no podía dejar de olerlo, no podía quitármelo.
Tome la carta por enésima vez y el olor se intensificaba, me acerque a la hoja, y ahí estaba, no podía creer lo fuerte que era, y la ansiedad que me causaba. Cada vez que deslizaba mis dedos por la hoja, parecía tomar fuerza, como aquel vago recuerdo del roció sobre las gardenias.
Esa noche ya no fui a velar el sueño de Bella, no tenía las fuerzas necesarias, para poder mantenerme lejos de su esencia, el olor de la sangre estaba impregnado en mi nariz, en mi mente y parecía que en todo el cuerpo, podía identificarlo en mi ropa, ese líquido que añoraba tanto.
Entre mas reflexionaba sus palabras, mas confusión me causaba, podía imaginarla vagando por el bosque, añorando, odiando, podía visualizar su frustración, hasta sentía escuchar sus sollozos adentrándose entre los árboles.
¿Qué necesitaba hablar?, ¿Qué le causaba tanto problema?, de repente como flash back de película, pude recordarla en el campo de beisbol, lo primero que reconocí era el olor de su cabello, y era precisamente esta mezcla de sangre y cerezas, le hubiera puesto mas atención, si no es por que me distrajo el pensamiento de james. Claro, que mas puede ser, todo esto debe de tratarse sobre la muerte de el, después de todo, era su compañero y yo se lo había arrebatado.
Tome una pluma plateada regalo de Alice en nuestra ultima “Graduación” abrí la libreta del ultimo diario que yo había escrito, me fui hasta la ultima hoja, y comencé a escribir.
Victoria
No se que te impulse para arriesgarte de esta manera, lo cual me causa suma intriga.
Por eso, he accedido a tu peticion, tu pon el lugar y la hora, deja tu respuesta de la misma manera.
Edward
Dejé la pluma dentro de la libreta, y deje mi respuesta sobre ella, pensando que podría utilizar las hojas de mi diario, para responderme, aunque, lo que realmente deseaba con ansias, es que los utilizara para que se impregnaran de ella.
Este ultimo pensamiento, se detuvo en mi mente, “Que se impregnen de ella”, ¿Qué estaba pasando?, sentí como si una ráfaga de fuego recorriera mi cuerpo,
Estaba en un punto en donde no podía mover ni la más mínima parte de mí; sentía como, cuando te sumerges dentro del agua y escuchas voces o sonidos muy lejos y vagamente, no podía discernir que era ese ruido, si era producto de mi confusión o realmente estaba sonando.
--Bella, am si, lo que pasa que fue a cazar y dejo su celular, pero en cuanto llegue le digo que te marque, ok, te veo en tu casa, nos vemos.
El transe en el que me encontraba fue disuelto al escuchar la voz de Alice, respondiendo mi celular.
--Edward, ¿Te sientes bien?—Dijo de manera preocupada.
--Si, ¿Qué te dijo Bella?
--Se preocupo al ver que no estuviste ahí cuando despertó y más cuando no contestabas el celular—Tenia una expresión que pocas veces había visto en Alice, una mezcla de intriga y desconcierto, y por primera vez no estaba pensando nada o tratando de sacar conclusiones.
--¿Qué te desconcierta tanto Alice?, al grado de que no estés pensando nada—trate de sonar relajado.
--Desde que llegaste, ayer, no bajaste y tampoco fuiste a cazar con nosotros, y no pude abstenerme de ver y se que te la pasaste confundido y pensando, ¿que es Edward?, sabes que puedes confiar en mí—Dijo acercándose y posando su mano pequeña y digna de un duende, sobre mi hombro.
--no es nada, estaré en donde bella, y por favor nadie suba a mi habitación, y no trates de averiguar mas allá de lo que ya sabes—Dije de manera tajante, esperando que desistiera ante mi determinación.
--que insinúas, que estaré ahí viendo el momento en que pueda observar lo que estas por hacer—Dijo cruzando sus brazos, frunciendo su boca y entre cerrando sus grandes y semi—almendrados ojos.
--Sabes que es lo que quiero decir, te pido que no quieras resolver nada y mucho menos investigar nada, también y te lo suplico, no le digas nada a bella sobre esto.--no pensaba hacerlo, pero si esa es tu manera de tranquilizarme, vaya que necesitas leer mas sobre psicología o sobre como funciona el pensamiento de una mujer, por que ahora lejos de quedarme tranquila, me he quedado igual o peor. —salió de mi habitación, no sin primero hacerme saber que estaría al pendiente de mi, hizo una seña con sus dedos tratando decir que me estaría vigilando, bajó las escaleras pero, yo ya estaba esperándola abajo.
--por favor, no trates nada ¿si?---dije acentuando mi voz ---
---No lo hare Edward, pero si tienes algún problema o conflicto, me lo dirás ¿verdad?
--No es nada—pasé mi mano sobre mi cabello, la seña perfecta que me delata ante cualquier cosa que no puedo resolver.
--y que es nada —Dijo Esme, apareciendo de la nada.
Perfecto no solo tengo que convencer a mi pequeña y entrometida hermana, ahora tengo que dar explicaciones a mi madre!, y tendré que ser convincente ante lo que digo, por que si no, después tendré a toda la familia reunida y queriendo resolver algo que ni siquiera yo entiendo; di un suspiro largo y fuerte, mismo que pudo hacer que los arboles retumbaran y sus hojas secas cayeran al suelo, baje mi cabeza, y me dispuse a decir.
--Tuve un momento en el que recordé todo lo que pudo haber pasado, si no hubiera llegado a tiempo a ese estudio de ballet, solo fue eso—levante mi mirada y sonreí. —Pero ya paso, ahora si me permiten iré con mi novia y me la pasare con ella todo el día, regresare a mi casa y todo estará normal, verdad Alice—la mire a seña de que desistiera de sus preguntas frente a Esme, ella ladeo su cabeza y asintió, su boca entre abierta mostraba su molestia, suspiro y regreso la mirada hacia nuestra madre que había dejado de fruncir su seño.
Esme se acerco me dio un beso en la mejilla, sonrió y comenzó alejarse, Alice me dio un puñetazo en le pecho y susurro…
--Ella se lo pudo haber creído, pero yo no, si no me quieres decir esta bien, no insistiré, se que tarde o temprano vendrás a mi por ayuda y es ahí en donde mas te vale que me digas la verdad absoluta y sin rodeos—Dio la media vuelta y se alejo sin ningún titubeo.
Siempre acostumbraba a no dejar de acelerar camino a casa de bella, pero por primera ve quise frenar y regresar; ver si en lo que llevaba de camino, Victoria ya había dejado su respuesta. Aclare mi mente haciendo ligeros movimientos con la cabeza, ¡que estaba pensando!, nada en el mundo preferiría hacer, que están con bella; ansiaba sentir sus cálidas mejillas en mi pecho, sentir sus palpitantes labios en los míos, que siempre precisaban mi dedicación, hacia el ser viviente que me regreso a la vida.
La pude ver ansiosa esperando en la ventana, como aquella niña que espera a que sus padres lleguen para llevarla a jugar. Pude oír los pensamientos negativos de Charlie, quien ya me había escuchado aparcar fuera de su casa, sin necesidad de tocar, bella abrió la puerta y me miro fijamente, yo le sonreí y ella me regreso de la misma manera la sonrisa.
--¿quieres pasar?---me dijo levantando sus cejas y moviendo lentamente su cabeza a manera de que dijera que no.
Pude escuchar a Charlie repitiendo, lo conveniente que seria para mi, pasar, pensamientos que constantemente tenia, la única manera en que nos podía vigilar.
--Tengo boletos para el cine, si nos apuramos probablemente podremos obtener un mejor asiento—Dije manteniendo mi cabeza baja, y escuchando la sarta de maldiciones que Charlie decía para si mismo, sin dudar un segundo bella tomo su chamarra verde olivo, se dirigió hacia su padre, aventó un beso y corrió hacia la puerta.
--Bella—Dijo Charlie apresurado. —no te quiero tarde en casa, todavía no estas totalmente recuperada y me sentiría más tranquilo.
---No se preocupe, la tendré a tiempo para la cena—Bella me dirigió la mirada y asintió con la cabeza.
--vez no tienes de que preocuparte, aquí estaré, a tiempo para la cena—Dijo de manera sarcástica---nos vemos papá--.
Comencé a manejar sin rumbo, totalmente perdido, mi silencio parecía aturdirnos, la mirada la tenia fija en el camino, ella sin embargo no dejaba de verme, de observarme, tratando de descifrar los posibles pensamientos que estaba teniendo, lo cierto es que no estaba pensando en nada, podía escuchar el clic clac del reloj de mano que traía en su muñeca izquierda, totalmente acorde con su pulso, sin darle mas rodeos soltó su primera pregunta.
--¿tuviste buena caza?
--¿Caza?, dije de manera sorprendida.
--Si, Alice me dijo que ayer saliste de caza, de hecho olvidaste tu celular.
--ah—Hice una pausa-- si, claro—Levante las cejas, y pase mi lengua sobre mis labios, dando ah entender que estuvo deliciosa.
--y te haz cazado, ¿un puma?—Dijo de manera picara, apretando sus labios y sonriendo ligeramente.
--no, esta vez cene ligero—por fin la mire, y sonreí.
--y por que te haz tardado toda la noche y parte del día.
--Bella, por que las preguntas—acelere.
--Solo busco tener conversación, haz estado muy serio, y pensativo, esa parte de ti, hace que mi mente se desboque, sabes que mi imaginación es muy creativa, que esta pasando Edward.
--Bella, no hay necesidad para que empieces hacerte ideas—
--¿y entonces?—Dijo fijando su mirada en mi, di un suspiro y conteste—
--Ayer no fui por que siento que también te tengo que dar un respiro, que tengas tiempo para ti, tus amigos y demás, bueno a excepción del descendiente de lobito que tienes por amigo, tienes derecho de estar unas noches para ti, hacer lo que quieras, no se Bella, somos individuos necesitamos espacio. —dije sonriendo tratando de aminorar la tensión que se había provocado.
--que sutil manera de decir, que necesitas tiempo—cruzo sus brazos y postro su mirada en la ventana—
--Bella, no me malinterpretes, no hay cosa que disfrute mas que tu compañía, pero he leído que es necesario tener espacio para que una relación funcione--- acaricie su mejilla, que se encontraba como si el sol hubiera estado jugando en su cara---y yo quiero que nuestra relación funcione, y que no te frustres—
--Edward yo no me frustro y por favor puedes dejar de mirar mi reloj—
--no estoy mirando tu reloj—
--ahorita no, por que lo he escondido, pero desde que salimos de mi casa, no haz dejado de mirarlo, y estas comenzado a estresarme, ¿necesitas hacer algo?—
--Si lo estuve mirando no fue mi intención, de hecho pensé que no te había dirigido la mirada en todo este tiempo—
--Edward gracias por hacerme sentir digna de tu tiempo, creo que es mejor que dejemos esa salida “al cine”—Dijo sarcásticamente--,por que después de todo Alice, pasara por mi, para ir a port, así que mejor la espero en mi casa. —Su tono de voz, era como mi piel, frio al grado de llegar a lo gélido
--vez es a lo que me refiero con el tiempo, todos lo necesitamos para salir y des estresarnos, ahorita Alice es mejor compañía que yo y lo entiendo—me miro con cara de sorpresa, abrió su boca y dejo salir un quejido—
--Edward por que mejor no guardas silencio y me llevas a mi casa, estas de broma hoy, y no creo poder aguantarte así—
-- Alice tenia razón, necesito un curso intensivo para entenderlas, a veces suelen ser muy bipolares—Dije a modo de broma, esperando que su enojo bajara a la tierra.
--Edward, por favor cállate—meneo su cabeza de un lado a otro, trono sus dedos, y comenzó a jugar con el anillo que traía puesto en el dedo índice de su mano derecha.
Frene fuera de su casa, no alcance a decir adiós, o simplemente a mirarla, cuando ya estaba poniendo sus pies fuera de el, sin medir la fuerza o la rapidez, la tome fuerte del brazo impidiendo que se bajara, la regrese de inmediato.
--me estas lastimando—dijo apretando sus dientes y acentuando cada letra de las palabras, baje la cabeza y aminore la fuerza con la que la estaba sosteniendo—
--Bella, no quiero que te quedes así, si bien no es buen día para mí, sabes que yo entendería si no lo fuera para ti, solo te pido que entiendas esa parte—
--Edward mírame—levanto mi cabeza y me miro fijamente a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas y su respiración era profunda y calmada—solo tenias que decírmelo, claro que lo entendería, si necesitas estar solo y pensar, hazlo, pero dímelo; no me lo ocultes, por que si no, mi mente se va y créeme que es difícil hacerla regresar—se acerco lentamente cerro los ojos y sus labios, cubrieron los míos, sentía como el calor rozaba mi aliento y como su palpitar llenaba mi vida, no necesitaba nada mas, quería estar ahí por siempre, necesitaba sentirla, apreciar su vida cada minuto, cada instante, estaba a punto de llevármela de nuevo, pero sentí esos ecos en mi mente,” cosas que han estado atormentándome”; “victoria”, fue como si me hubieran jalado a máxima velocidad retumbando en mi cabeza los gruñidos de james en su ultimo respiro, insoportable no hice más que dejar de besarla al instante.
--Perdón—dije confundido
--no te preocupes, yo te entiendo, se que todavía hay limites a los que no puedo llegar—acaricio mi cara y beso mis ojos—dile Alice que la estoy esperando, si vienes o no esta noche solo dime ¿esta bien?—
--Bella, no te preocupes hoy estaré ahí, te compasare este mal momento—
Se alejo lentamente del carro, abrió su puerta y la imagen se desvaneció, acelere al tope del kilometraje, se me hacia lento, que desesperación, por fin, subí a mi habitación y ahí estaba de nuevo; ¿podría haber extrañado el aroma? Y es que automáticamente al percibirlo, una sonrisa se dibujo en mi cara, tome la hoja que yacía sobre mi libreta, la desdoble al grado que podría estar temblando de curiosidad…
Edward, gracias por acceder a mi petición, si te parece bien, podemos vernos hoy en la noche, en punto de las 12 am, en el campo donde juegan beisbol.
Victoria
Estaba en un punto en donde habría accedido, ah verla en cualquier parte, esperar a las 12, pero si solo son las 4 pm, por que esperar, en que momento mi paciencia se había agotado, que hare hasta esa hora, comencé a vagar en mi propia casa, ninguna película parecía lo suficientemente atractiva para matar y vaya que ironía, el tiempo que restaba; al salir desesperado por mi ventana que daba al bosque, sentí como una luz encandílate segó mi mente, haciéndome inmediatamente caer, pude verla corriendo sin rumbo alguno, la mire escalando arboles, gritando al grado de silenciar el ruido de las hienas hambrientas, matando a cualquier ser que se le ponía en frente, con la diferencia que solo lo hacia por matar, no para alimentarse, osos caer ante sus pies, pumas, leones, campesinos.
Grite desesperado, quería dejar de ver, ¿Qué es lo que me hace verla?
--¡Paraaaaaaaa!—le demande, gruñendo de impotencia ante su juego, me incorpore tambaleante, sentía como si hubiera caído de un edificio, ¿Qué me esta pasando?, incapaz del entendimiento sentí la noche en mi cara, la frustración invadía mi tiempo, sin hacer consiente cuanto había pasado, irrumpí en la habitación de Bella, caí en su cama y me apreté a su cuerpo.
--Edward, ¿que es?, mírame, por favor Edward!—repetía incesantemente
--¿Qué hora es?— lo único que pude articular
--11:30 pm, que pasa, dímelo, te lo suplico, ¿que es?
--no lo se—dije al separarme de ella, me senté al final de su cama, se acerco a mi y me abrazo por la espalda, beso mi cuello y se apretó a mi.
--es confusión, esta jugando conmigo—tape mi cara con las manos, me levante de la cama, haciendo que ella perdiera el equilibrio, inmediatamente la sostuve y la regrese.
--¿Quién esta jugando?—su voz mostraba angustia, preocupación, cuando sentía las cosas fuera de su alcance, comenzaba a dudar de sus palabras, su mente no dejaba que completara alguna, siempre ha necesitado auxilio del control, podía ver como se aprensaba entre su colcha, cerré mis ojos para que dejara de notar la confusión de mis pensamientos.
--no me puedo quedar hoy, necesito—dude—estaré a tiempo para tu cumpleaños te lo prometo—
--para eso faltan dos días, ¿sabré de ti?, dime la verdad—
--no te preocupes, se que es tarde para decírtelo, pero estaré bien te lo aseguro, veras que solo será un trago amargo y ni siquiera recordaras este momento, recordare no comprarte nada para tu cumpleaños—
Sin mirar atrás, Salí de su recamara de la misma manera que había entrado, ni siquiera hice 5 minutos al llegar al campo, lo que por lo general en el jeep, hacia 10 15 cuando mucho y exagerando. El viento soplaba digno de poder provocar un huracán y ningún rastro de ella, los arboles parecían bailar al compas de los truenos que señalaban una noche de tormenta feroz.
Parecía un león enjaulado, dando vueltas sobre el campo, gruñendo desesperadamente, la soledad no me estaba haciendo bien, recuerdos que he tratado de esconder en las neuronas, aparecían como pesadillas; la mirada de las personas que había matado, llevaban escondidas años, y ahora aparecen. Me postre en medio del campo, mis puños apretados, cabeza semi baja y la mirada alta, apreté con fuerza mis colmillos dignos de un neófito con hambre, vaya imagen que proyectaba.
Sin pensar en lo que Salía de mi garganta comencé a gritar, para mi eran gruñidos, no me podía ni escuchar, la ansiedad estaba apoderada de mi, un trueno resplandeciente hizo consciente mis sonidos guturales, para mi sorpresa era su nombre lo que pronunciaba.
--Victoria!—
Parecía fuego que me quemaba en la garganta, mi respiración fuerte y tajante, hacían las pausas, para seguir llamándola.
--Victoria!--
|