(Cristina)
Estaba nerviosa mañana empezaria las clases en la reserva, hace un par de semanas que llegue aquí y aún no conozco a nadie. He salido a dar unos vistazos a la reserva, todos los habitantes supieron que llego una pequeña familia al pueblo. Se han ido a presentar pero no me interesa por el momento a conocer gente nueva, seguía resentida con mis padres por a vernos mudado a la casi nada del mundo.
Me encontraba en la playa dibujando un lobo, necesitaba relajarme para mañana. Escuche unos gritos y un plash. Observe el acantilado notando un grupo de chicos en la punto de este, me sorprendí como se lo tomaban tan a la ligera después de todo se veía que era demasiado alto.
-¿da miedo no?-pregunto una voz a mi lado, me gire y se encontraba un muchacho de 17 años, rubio y con los ojos azules, tenía un traje entero negro que marcaba todo su cuerpo. Debía ser surfista.-nosotros saltamos un poco más abajo, le dejamos lo más alto al grupo de Sam y sus discipulos-dijo haciendo una mueca.
-emm supongo-dije mirando hacia la arena algo incomoda
-soy Troy ¿y tu eres?-dijo estirandome la mano, se la acepte gustosa, podría tal vez tener un amigo antes de mañana
-Cristina Wood, soy la nueva habitante de la reserva-me presente sonriendo.
Troy me agrado bastante, al principio me incomodaba pues no estaba acostumbrada a que las personas se me acercaran como si nada pero después me di cuenta que era un chico agradable, quedamos en que me esperaria mañana a la entrada del colegio para así no estar tan nerviosa.
-¿lista para entrar a tu primer día de clases mi niña?-pregunto mi padre comiendo una rebanada de pizza. Después de estar hablando un buen rato con Troy al oscurecer decidimos irnos de la playa.
-si papá, estoy saltando en un pie-dije rodando los ojos
-no será malo mi niña, estaras bien-dijo mi mamá entendiendo mi ánimo bajo.
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