Segunda parte y final, esta vez inspirada en la canción “Con la cara en alto-Reik”  http://www.youtube.com/watch?v=Q2ejkHig2u0

-Yo estaré esperándote-

-Lo prometes?-

-Te lo juro-

5 años habían pasado desde esa promesa, 5 años desde que Edward se había ido. Los primeros meses parecían marchar bien, se escribían todo el día, se llamaban cuantas veces pudieran, y cada noche se veían a través de video llamadas interminables, la distancia parecía funcionar hasta ese momento, pero, con el tiempo, los mensajes comenzaron a disminuir, al igual que las eternas llamadas, y por las noches con la excusa de la diferencia de horarios, también se acabaron las video llamadas.

-Amor, estas bien?- Una castaña, de piel blanca y ojos color chocolate, se acercó por detrás y tomo los hombros de Edward, quien sostenía entre sus manos lo único que aún no había empacado, una fotografía en donde Alice lo abrazaba y la miraba con adoración.- Tienes miedo de verla? – El medio sonrió y se voltio a ver a quien ahora era su prometida, Isabella.

-Quizás un poco- se alzó de hombros- ella siempre me dice que está bien, pero la conozco demasiado, sé que en el fondo, me odia por todo lo que paso- la tristeza lo inundo por completo, Bella solo lo abrazo y susurro.

-Estarás bien amor, vamos se nos hace tarde- el asintió y guardo la foto de Alice en su bolso, tomo la mano de Bella y juntos salieron rumbo al aeropuerto.

Alice estaba nerviosa, no iría a buscar a Edward al aeropuerto, como habría esperado si las cosas no hubiesen cambiado, pero si le había prometido que iría a la fiesta de bienvenida que sus padres le habían organizado. Desde la última vez que se vieron, en navidad hace 2 años, cuando decidieron seguir solo como amigos, ella estaba bien, pero aun no sabía si estaba preparada para verlo de la mano de alguien más, y mucho menos si esta era su prometida. Bella era agradable, Edward se la había presentado por skype, era una chica muy dulce y de verdad si no fuera por el hecho de que de cierto modo Bella ocupaba su lugar, podrían ser grandes amigas.

Miro la hora y suspiro, Edward ya debe estar en casa, pensó, la fiesta era en 2 horas, a si es que se levantó y se dirigió al baño, se dio una relajante ducha caliente y salió – Show time – susurro para sí misma y camino hasta su tocador, se secó el cabello y se maquillo suavemente, luego fue a su armario, escogió un vestido negro con mangas ¾, sencillo y elegante que le llegaba hasta la mitad del muslo, se calzo sus tacones negros, y bajo las escaleras, en cuanto piso el ultimo escalón escucho el sonido de la bocina, su mejor amiga Rosalie había prometido pasar por ella, para que no tuviera que enfrentar esto sola, Alice tomo su bolso y salió, Rose le dedico una sonrisa en cuanto subió al auto.

-Estas bien?- Rose le pregunto a su amiga.

-No sé si pueda hacer esto Rose- Alice temblaba.

-Hey tranquila, sé que podrás amiga además esa Bella tendrá que respetar y darles un tiempo a ti y a Edward para que pueda hablar solos –estiro su mano y tomo la de Alice, dándole un suave apretón- todo saldrá bien – le dijo para luego poner el auto en marcha hacia la casa de los Cullen.

En la mansión Cullen ya estaba todo listo, y los invitados comenzaban a llegar, algunos amigo de Edward de la preparatoria, y familiares, incluso los padre de Alice ya estaban ahí, pero esos ojos color esmeralda que Edward tenía solo esperaban ver a una persona, y Bella lo sabía, Edward bebió un largo trago de champagne y fue cuando la vio, hermosa y elegante como siempre cruzando el portal de la casa, el dejo la copa sobre la mesa y corrió hasta ella, Alice lo recibió con la brazos abiertos y se fundieron en un abrazo casi tan poderoso, como aquel en el día en que se habían separado.

-Te ves hermosa- le susurro Edward, mientras inhalaba ese embriagador aroma que desprendía el cabello de Alice. -También tu- le dijo ella escondiendo su rostro en el pecho de Edward, recordándose a si misma que no debía llorar. -Ali yo- pero Alice no lo dejo continuar, dejando uno de sus dedos sobre los labios de Edward.

-Luego hablaremos, a solas- le sonrió y desvió su vista hacia Bella, quien los miraba, Edward solo asintió y siguió la vista de Alice, miro a Bella y luego de vuelta a Ali, quien le sonrió levemente indicándole con ese idioma que solo ellos comprendía, que estaba bien y que fuera con su prometida.

La velada fue agradable, la cena paso entre risas con las anécdotas de los chicos en la preparatoria, y, aunque los recuerdos los estaban abrumando, ambos sonreían. Edward se veía feliz con Bella, y eso a Alice también le hacía feliz, Bella resulto ser una chica realmente adorable.

Era tarde y los invitados comenzaban a irse, Alice salió al patio a tomar un poco de aire, cuando sintió los cálidos brazos de Edward rodeando su cintura.

-Creo que debemos halar- le susurro él.

-Tienes razón- le dijo ella, alejándose un poco, tomo fuerzas y hablo- esto es difícil Edward, yo no sé cómo verte, no sé cómo verla a ella, todo paso tan rápido, nosotros teníamos una promesa y –en la interrumpió.

-Ali, podrías voltearte y mirarme- ella suspiro y se giró para encontrarse con los ojos de Edward, lo miro con tristeza- lo arruinamos no? – le dijo viéndola con la misma tristeza.

-Sí, lo hicimos y luego tú y tu nueva novia, que se suponía que yo debía hacer Edward, porque para mí no fue tan fácil seguir como lo fue para ti- El solo la veía, triste y con solo una cosa en mente.

-Te amo – le dijo de pronto, Alice paro en seco y lo miro confundida.

-Edward que dices-

-Te amo Alice- volvió a interrumpirla y la miro con la mayor sinceridad posible- y se que lo arruinamos y además yo quiero mucho a Bella, se que hago lo correcto al estar con ella- Alice hiso una mueca de dolor al oír eso.- pero eso no quita que tú seas mi primer y gran amor, tu lugar jamás lo tomara nadie – tomo sus manos y entrelazo sus dedos- y por todo los hermosos momentos que pasamos juntos, creo que es justo que seamos sinceros- Alice sonrió de lado y se acercó unos paso más cerca de él, soltando una de sus manos para acariciarle el rostro.

-Siempre serás el amor de mi vida Edward Cullen – le dijo con un nudo en la garganta y roso sus labios con los de él, Edward le respondió enseguida, besándola con todo el amor posible, no pretendían nada más, solo demostrarse que siempre estarían el uno para el otro, que se amaban, y por fin cerrar el capítulo que los unía como pareja, terminar con la cara en alto, ese gran amor.