-venga chica, sé que puedes-ordeno una voz de mujer a lo lejos, no sabía a quién le pertenecía esa voz, lo único que me importo en ese momento fue el estar segura de que tenía que luchar por lo que tanto tiempo había estado esperando-solo un poco más, que tu corazón siga latiendo, aguanta-hablo desesperada, parecía algo desesperada como si no supiera como hacer algo; pronto sentí como me levantaban del suelo, o donde quiera que esté.
Mi cabeza estaba matándome porque daba punzadas cada dos segundos, estaba confundida muy confundida, pero no le di mucha importancia, enseguida mi cuerpo toco una superficie blanda donde pude respirar un poco mejor, mis ojos cerrados hasta el momento fueron abiertos de par en par cuando sentí que algo se rompía otra vez en mi interior, me arquee tratando de buscar que el dolor disminuyera de alguna manera y…no paso
-ahhh-grite con fuerza esto de verdad dolía, pero era más soportable cada vez, ya que lo dolores instalados en mi vientre eran cada vez más fuertes
Oí una maldición y un “lo siento” antes de sentir como mi piel se desgarraba como una tela; fue lo más doloroso que había experimentado –grite con pánico ahora tenía miedo
Abrí los ojos, mí vista esta nublada por las lágrimas que había derramado y no podía ver casi nada a mí alrededor. El dolor en mi vientre punzaba como miles de agujas clavándose al mismo tiempo, algo quebrandose una vez más fue lo último que escuche antes de escuchar el sonido más hermoso
Balbuceos
Eran balbuceos, balbuceos de mi bebé; abrí los ojos tratando de buscar aquel pequeño sonido; vi al ser más hermoso que pude imaginar en toda mi vida, aun cubierto con sangre y con sus hermosos ojos abiertos, verdes, unos verdes tan brillantes que parecían esmeraldas, brillaban mostrando confusión, reí sin aliento, mas lagrimas brotaban de mis ojos sin poder detenerse, él bebé era hermoso y…
Un movimiento en mi vientre me alarmo aún más, miré a la persona a mi lado pero lo que pude distinguir únicamente fue su cabellera rojiza
-esto…no-oí que dijo- es imposible- hablo para sí misma antes de moverse más rápido que un humano normal, volvió a mí en un instante y nuevamente sentí a sus manos trabajar conmigo, movió algo en mi interior y sin yo esperármelo, se separó un poco para sentir como algo era retirado dentro de mí, estaba exhausta y estaba creyendo que ya no podría más, se oyeron unos pequeños sollozos, y aun con la vista nublada pude verla, la mujer o chica que la sostenia era una pelirroja, más hermosa de lo que hubiera pensado en toda mi vida pero deje de verla solo para apreciar lo que tenía en su brazos
-oh por dios-me mostro al bebé ensangrentado por completo, abrió sus ojos que eran enormes y mostro unos ojitos de color chocolate, tan bellos como ella misma eran definitivamente hermosos y de un color único, parecía chocolate derretido
A su lado estaba mi otro bebé, ni yo me esperaba que fueran dos, ahora no sentía dolor, estaba contenta y feliz de la vida tenia lo que más quería y que desde ahora se convertiría en mi vida
Sin decir nada la chica se me acerco unos pasos dudando y cuando se decidió coloco a ambos bebes en mis brazos, estaban algo pesados y mi poca y nefasta fuerza no ayudaba mucho que digamos, aun así me sentí feliz de tenerlos en mis brazos, porque ellos eran míos, míos y de nadie mas
El niño dilato las aletas de su nariz como oliendo el aroma a su alrededor y sin prevenirlo se acercó lo más que pudo a mí y la dilato aún más y entonces me…mordió. Chillé por el dolor y sentí como alejaban a mis hijos de mis brazos llorando en el proceso
Quise ir, abrazarlos y consolarlos pero ahora el dolor era tan fuerte, me quemaba sentía que me quemaba, toda mi cuerpo ardía en llamas y sentía como me consumía poco a poco, ya no quedaba nada el dolor era tan fuerte y profundo que estaba segura que ya no podría mas y que en cualquier momento caería al vacío
-Cuídalos- fue lo que logre articular antes de sumergirme en la inconciencia
|