Una luz entre las sombras

Autor: Kenny
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 28/07/2013
Fecha Actualización: 20/11/2013
Finalizado: NO
Votos: 1
Comentarios: 3
Visitas: 26536
Capítulos: 30

Sinopsis:

Luego de la aparente victoria de los Cullen contra la amenaza Vulturi, aparece un nuevo punto de ambición para las capas negras. Alice Cullen, antes de ser inmortal vivía en Biloxi, Missisipi junto con su madre y sus dos hermanas: Cynthia y Evelyn Brandon. La historia se enfoca en la vida de Cynthia Brandon, la hermana mayor de las tres, quien fue separada de ellas al ser atacada por los vampiros. Ahora deberá aliarse con el clan Cullen para salvar lo único que jamás tuvo y en la inmortalidad consiguió al fin: una familia a quien amar.

 

Prefacio:

Incluso en el mundo de fantasía, de lo inexistente, puede llegar a existir el dolor en magnitudes en las que se llega a cuestionar lo que es real y lo que no.

Incluso yo, que después de vivir una eternidad valiéndome da vidas de humanos inocentes, al encontrar una luz en mis tinieblas no supe como manejarla.

Ni siquiera estoy segura de que fuera una luz. Tal vez sólo era una sombra diferente que llamó mi atención en la oscuridad. No lo sé. Y tampoco me importaba, ni siquiera entonces que podía ver el inmenso daño que le hacía a la gente a mí alrededor. Mi familia.

De entre todo el sufrimiento albergado a mi alrededor, sólo el de él me importaba. Tal vez sonara egoísta. Pero era la verdad y nadie podía cambiarla, ni siquiera yo. O él. 

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Capítulo 2: En busca de algo nuevo.

En cuanto el sol apareció en el horizonte me giré hacia el hombre tirado a mi lado y le fruncí el ceño. Me levanté y lo tomé de una pierna, lo cargué en busca de un lugar para deshacerme de él. No me molesté en deshacerme de la bolsa que cargaba al hombro la noche anterior. Lo arrojé a un río, si alguien lo encontraba jamás sabría que había pasado, y si así era no me importaba. No sería la primera vez que un vampiro no se deshacía de su presa correctamente.

 

En cuanto lo arrojé eché a correr hacia el lugar más alejado de la cuidad, zigzaguendo por los callejones más oscuros para evitar a los humanos, ninguno se cruzó en mi camino.

 

Corrí varios minutos hasta que salí de la ciudad, me encontré en el bosque cercano con árboles llenos de nieve. La vista era la más hermosa que había visto en mucho tiempo. Trepé un árbol y me puse a pensar en que haría ahora. ¿Qué podría hacer además de vagar por la ciudad? ¿El campo? ¿Qué hacer? Me quedé en árbol por varias horas, reflexionando y apreciando las pequeñas motitas de neive que caían del cielo. Esa era una de las principales razones de vivir en un clima frío, además de la ausencia del sol: los paisajes eran preciosos.

Admiraba los pequeños copos de nieve que salpicaban mi ropa antes de que una de mis visiones me asaltara por completo desprevenida.

Mi don era complejo, tanto que a veces ni yo misma lo comprendía, yo era capaz de ver el presente de las personas. Podía ver a alguien en cualquier otro lugar en cualquier otra parte del mundo en un presente. Como si se le colocara una cámara al lugar en cuestión y yo sólo la observara, me gustaba pensarlo de esa manera porque era mucho más divertido. La visión me lleno por completo, distrayéndome de los pequeños copitos de nieve.

Un grupo de vampiros no muy lejos de ahí se sonreían unos a otros de forma extraña. De por sí, ya era raro encontrar a grupos grandes de vampiros conviviendo sin arrancarse la cabeza y estos mostraban algo más que simpatía. Parecían confiados. Eran un total de cinco vampiros bastante extraños: tenían puesta ropa que parecía de diseñador, estaban juntos abrazándose mutuamente, y lo más extraño de todo: tenían los ojos de un extraño color dorado.

Los evalué con mucha atención y deduje que sí eran vampiros normales. Se movían con mucha rapidez y destreza propias de nuestra especie, poseían piel pálida y por supuesto todos eran muy apuestos. ¿Pero porqué tenían los ojos dorados?

 

Era un paisaje nublado, con clima frío y ventoso además alrededor de la escena se extendía un precioso paisaje de pinos, parecía un pueblecillo. Era claro que no estaban en Canadá. Ellos parecían estar en las afueras del lugar porque aparentaban una confianza que no podría existir con humanos cerca. Pude apreciar una enorme construcción a sus espaldas, una casa blanca.

¿Tenían casa? ¿Por qué? ¿A caso estaban locos? ¿Qué no las casas sólo las utilizaban los humanos? Esas preguntas sólo sirvieron para despertar mi curiosidad. Demasiada curiosidad y me asaltó el deseo más loco. Quería ir a verlos, no sabía por qué... esos extraños me provocaban tanto curiosidad como temor. Entonces la visión desapareció y me encontré en los bosques nevados de Ontario nuevamente. Bajé del árbol con la imagen del paisaje en mi cabeza.

 

Sería una verdadera tontería ir a verlos Cynthia… –me recriminó una vocecita en mi inteior, que obedecía a la razón.

 

–Cierra el pico –susurré –esto podría ser divertido…

 

En mi mente conjeturé varias posibilidades, era obvio que no estaban en Canadá. Podrían estar en un sin fín de lugares distintos aunque yo sabía que no podrían estar demasiado lejos, pues mis visiones llegaban con más naturalidad entre más cerca estuviera yo del lugar donde ocurrieran. Supe que se encontrarían al sur, pues al norte sólo hallaría más nieve. ¿Y qué mejor lugar para esconderse que aquel?

Nublado, en zona rural, lleno de vida. De no ser porque había vivido en aquel mismo pueblo antes, habría tardado años en encontrarlo. Forks, Washington era un lugar inconfundible. Yo había vivido ahí hacía mucho tiempo, en mis primeros años después de lograr controlar la sed un poco. Volver a ese lugar me parecía una travesía increíble, como enfrentar al pasado nuevamente. 

 

Corrí todo el día hasta entrar en el país colindante. Quizá pasé unos dos días buscando tales vampiros, que ahora me parecían sólo una aparición. Debía asegurarme de que eran reales, sino no me quedaría tranquila. Tal vez sólo buscaba una distracción, para olvidar todo el daño que había causado, no lo sé. La promesa de encontrar algo nuevo me mantenía perseverante.

Capítulo 1: Otro más. Capítulo 3: Un encuentro inesperado.

 
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